Las fuentes de información permiten que el autor fundamente las afirmaciones que utiliza en su trabajo y le aportan los antecedentes de la investigación o la reflexión desarrollada por otros autores. La inclusión articulada de las citas y el registro de las fuentes conforman el aparato crítico de una obra y representan un rasgo de honestidad y de reconocimiento hacia la comunidad científica en la que se encuentra inmersa.
Una cita es una forma abreviada de referencia insertada entre paréntesis en el texto y que se complementa con la referencia al final del capítulo o al final de todo el documento (Norma UNE-ISO 690:2013). La relación completa y ordenada de los datos de las fuentes utilizadas en la elaboración de un documento científico da al lector la posibilidad de recuperar el contexto en el que se originaron las ideas y permite verificar si llega a las mismas conclusiones que el autor. Las referencias orientan al lector, con mayor extensión y profundidad, acerca del sustento teórico y el contexto en el que se ubica, y garantiza la transparencia y calidad de la publicación.
Wouters (1997) señala que una referencia es el reconocimiento que un documento le da a otro; mientras que una cita es un reconocimiento que recibe un documento de otro.
Aunque la cita constituye un texto que es dependiente de otro, establece siempre una función específica con respecto al texto en el que se inserta (Sabaj y Páez, 2011).
En el medio académico se da importancia a la cita en su carácter de evidencia de las fuentes consultadas en el desarrollo de la producción escrita; no obstante, el reto es incorporarla como parte integral de los procesos de gestión del conocimiento que contribuyan a convertir datos en información y, de esta manera, propiciar la construcción de conocimiento.
¿Por qué citamos y proveemos referencias bibliográficas?
- Para dar el debido crédito a otros investigadores por sus ideas y resultados de investigación.
- Para contribuir a que los lectores puedan acceder a las fuentes que hemos utilizado.
- Para aportar al desarrollo de líneas investigativas.
- Para evitar el plagio.
- Porque ayudan a encontrar un documento y vincular con documentos electrónicos.
Toda cita que se incluya en un trabajo debe representar una contribución a este. Debe guardar relación y sentido con el tema que se está exponiendo. No debe ser superflua o innecesaria, con la premisa “no cites por citar”.
Los formatos de citación dan uniformidad a la identificación de fuentes académicas.
El resultado es que las citas elaboradas según un formato son más manejables y más
útiles para efectos de localizar las fuentes referenciadas. Existen varios formatos de citación, los cuales están vinculados a determinadas áreas de las ciencias. Los más utilizados a nivel internacional son el American Psychological Association (APA) y el Vancouver, empleado de forma general en las ciencias biomédicas.
Los gestores bibliográficos son programas que permiten gestionar automáticamente las
citas y la bibliografía en los trabajos académicos con un formato normalizado. La elección del gestor de referencias adecuado a los intereses concretos del investigador/autor puede tener una incidencia en los resultados finales de la comunicación científica.
Por lo que es de vital importancia tomar una decisión bien informada sobre qué gestor de referencias elegimos. Entre ellos se destacan el Mendeley, EndNote y Zotero.
Este último muy recomendado por sus características de software completamente libre.
La productividad científica se evalúa a través del consumo de la información reflejado en las citaciones que se hacen a otras investigaciones y las que, a su vez, se reciben de estas; por tanto, la correcta citación y referenciación es un elemento de garantía para una potencial citación.
Muchos son los indicadores que calculan los índices de citas y su repercusión para el desarrollo de la ciencia. El factor de impacto ha sido el pionero en analizar las citas recibidas a la fuente. A este se han unido otros como el índice H y todas sus variantes (H5, G, I, entre otros).
Recomendaciones a los autores El Centro Editorial recomienda a los autores realizar las siguientes comprobaciones en las citas y referencias, previas al envío del documento que se propone para publicación:
• Comprobar que todas las citas incluidas a lo largo del texto aparecen en la lista de referencias y viceversa, es decir, que todas las referencias hayan sido citadas en el texto.
• Verificar que los apellidos de los autores y los años de las citas coincidan exactamente con los que aparecen en las referencias.
• Precisar hasta cuántos apellidos de los autores se han de incluir, tanto en citas como en referencias, y valorar si hay que emplear alguna expresión como “et al.” en alguno de los casos.
• Revisar el orden de la lista de referencias según lo define la Norma Vancouver.
• Atender minuciosamente e incluir toda la información requerida en la lista de referencias en función del tipo de publicación referenciada: año, número, volumen, número de páginas, editorial, doi o enlaces a la fuente consultada.
Angulo Marcial N. La cita en la escritura académica. Innovación educativa. 2013;13(63):95-116. Disponible en: https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-26732013000300007&lng=es&tlng=es
Cobiellas Carballo L. Gestión de referencias bibliográficas usando Zotero (tutorial). Repositorio de recursos educativos, 2019, Universidad de Ciencias Médicas de Holguín. Disponible en: http://recursosuvs.sld.cu/index.php?P=FullRecord&ID=968
Bonilla del Río M. La importancia de citar y referenciar correctamente. Blog Escuela de Autores, mayo, 2022. Disponible en: https://www.grupocomunicar.com/wp/escuela-de-autores/la-importancia-de-citar-y-referenciar-correctamente/
Excelente orientación para los profesionales en general.
Gracias.