El Centro de Inmunología Molecular (CIM) se fundó el 5 de diciembre de 1994. Su origen fue el grupo del Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INOR) que a mediados de los años 80 y en un pequeño laboratorio de esa institución, comenzó a producir anticuerpos monoclonales por primera vez en nuestro país y uno de los primeros en el mundo.
Al conocer los primeros resultados, el comandante en jefe Fidel Castro no tardó en entrevistarse con el grupo e indagar todo sobre este proyecto. Con su visión descomunal, el comandante vislumbró el impacto de este campo de la ciencia en la medicina, la salud y el desarrollo económico del país.
Poco tiempo después se pondría en marcha la maquinaria que llevaría este prospecto científico de laboratorio de «buhardilla» a la empresa de alta tecnología que conocemos hoy.
Apenas triunfaba la Revolución y ya Fidel vaticinaba que nuestro futuro sería de hombres de ciencias, y nunca dudó de lo dicho. En aquel momento tan complejo de los años 90, quedaba inaugurada la majestuosa instalación del CIM.
«Es un orgullo en pleno período especial inaugurar este centro, que no es un lujo, es una promesa de salud y bienestar para nuestro pueblo, es una promesa de ingresos para nuestra economía», expresó Fidel al dejar inaugurada aquel 5 de diciembre de 1994, la que sería una institución biotecnológica de vanguardia en Cuba, y el mundo: el Centro de Inmunología Molecular.
Con el sabio liderazgo del prestigioso inmunólogo Agustín Lage Dávila, fundador y director durante 25 años del CIM, fue la primera entidad de la biotecnología cubana en asimilar la tecnología de producción de proteínas recombinantes en células de mamíferos.
Y es que su colectivo entendió que la buena ciencia no se construye desde individualidades, sino desde un esfuerzo conjunto y una meta común. Esa es la premisa que predicó y defendió el Dr. Lage Dávila, que llevó al CIM a obtener los resultados que hoy ostenta.
En 2021, la institución obtiene la condición de “Centro Distinguido Nacional” por el relevante rol desempeñado en el desarrollo de la ciencia cubana y el enfrentamiento a la pandemia de la covid-19. En esa etapa, sus investigadores trabajaron en la obtención, desarrollo y producción a gran escala de la proteína RDB del virus SARS-CoV-2, para su uso como antígeno en las vacunas anti-COVID-19 Soberana 01 y Soberana 02. En este mismo año, el Consejo de Ministros le otorgó la categoría de Empresa de Alta Tecnología.
En 2022, la vacuna terapéutica cubana contra el cáncer de pulmón Cimavax-EGF, fruto de más de dos décadas de investigaciones con resultados satisfactorios en personas en estado avanzado de la enfermedad, conquista a la comunidad científica estadounidense y a su población, a partir de los logros mostrados en las investigaciones.
En 2023, el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente otorgó su premio especial al trabajo de mayor relevancia científica del año a una investigación del centro sobre el anticuerpo monoclonal humanizado cubano nimotuzumab en el tratamiento de pacientes con COVID-19. El nimotuzumab es una molécula muy segura, que además evidencia una alta tasa de recuperación y permite la reducción de las secuelas pulmonares en pacientes que enfermaron de covid-19.
Perteneciente en este momento al Grupo Empresarial de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica (Biocubafarma), el centro se dedica a la investigación, desarrollo, producción y comercialización de fármacos para el tratamiento del cáncer y otras enfermedades crónicas no transmisibles.
Junto a otras instituciones científicas del país, ha llevado a cabo un proyecto para obtener una eritropoyetina con un bajo contenido de ácido siálico, que no induzca hematopoyesis y que tenga iguales propiedades neuroprotectoras: la NeuroEPO. Así, se llevó a cabo el ensayo clínico de la NeuroEPO para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer con la finalidad de demostrar seguridad y eficacia.
Los resultados alcanzados en el ensayo demostraron que existe una detención de la progresión de la enfermedad y que mejora aspectos relacionados con la esfera cognitiva. Con este mismo fármaco, avanza hacia una fase III de ensayos clínicos en pacientes adultos con ataxias espinocerebelosas. Se trata de un ensayo clínico controlado con placebo, aleatorizado y a doble ciego para evaluar la eficacia y seguridad de la administración nasal de NeuroEPO en pacientes adultos con esta enfermedad.
La licencia para la colaboración en materia de biotecnología que se desarrolla entre Cuba y el Instituto del Cáncer Roswell Park, de Estados Unidos fue renovada hasta el 30 de noviembre de 2027. Ambas instituciones conducen ensayos clínicos con un nuevo modulador inmunológico conocido como VSSP (partícula de tamaño muy pequeño) desarrollado por el equipo del CIM que puede reducir significativamente las células supresoras derivadas de mieloides (MDSC) entre las personas con cáncer de riñón avanzado.
En la actualidad, la institución tiene más de 25 ensayos clínicos en marcha.
El Centro de Inmunología Molecular (CIM) es una institución biotecnológica cubana de esquema cerrado (investigación-desarrollo, producción y comercialización), que hoy exhibe 30 años de experiencia en el sector y que es un referente en el mundo entero de lo que puede lograr un pequeño país que apostó por la ciencia.
Felicitaciones y éxitos futuros a este admirable colectivo.