El estrés crónico y la inflamación: sus impactos cognitivos, sociales y ambientales

Responsable: Tania Izquierdo Pamias

Dpto. Servicios Especiales de Información

Los científicos plantean la hipótesis de que el estrés inflamatorio, aún no reconocido, se está propagando entre las personas a un ritmo sin precedentes y está afectando nuestra capacidad cognitiva para abordar el cambio climático, la guerra y otros problemas críticos.

La inflamación es un proceso biológico que ha evolucionado para permitir que los organismos sientan y respondan al estrés tanto beneficioso como excesivo causado por estímulos internos o externos. Es un proceso altamente conservado regulado por complejos mecanismos inmunológicos, neurales y hormonales.

Las perturbaciones en estos mecanismos subyacen a una variedad de enfermedades inflamatorias agudas y crónicas (p. ej., enfermedades infecciosas, enfermedades críticas, enfermedades cardiovasculares, cáncer y enfermedades autoinmunes) que en conjunto representan una importante carga para la salud mundial.

Hoy en día, la mayoría de la gente vive en lo que podría decirse que es una era relativamente pacífica en comparación con gran parte del siglo XX y antes. Sin embargo, existe la sensación de que mucho anda mal a nivel individual, comunitario, nacional y global.

Informes recientes sugieren que la población mundial está sometida a más estrés que nunca. Este proceso está empeorando, dada la exposición común a las preocupaciones sobre el cambio climático y la salud planetaria, la agitación social, la incertidumbre económica, la inseguridad alimentaria, la guerra y, para muchas personas, la impresión de oleadas aparentemente interminables de enfermedades que afectan al planeta.

La delimitación cada vez mayor de factores estresantes ha llevado al término «exposoma», utilizado para definir la suma de exposiciones ambientales nocivas. Estos problemas se ven amplificados por las disparidades y marcadas variaciones en los determinantes sociales de la salud.

A estos factores estresantes acumulativos se les ha denominado policrisis, con intentos iniciales de comenzar a definir este término y sus manifestaciones sociales.

Puntos clave

  • Comprender los vínculos entre el estrés, la inflamación, el estado mental y el comportamiento es de vital importancia para la salud humana y planetaria.
  • Según esta hipótesis, la inflamación actúa como un factor multiescala que conecta los factores estresantes que afectan a los individuos con una disfunción social a gran escala y, en última instancia, con impactos a escala planetaria en el medio ambiente, que a su vez impulsan el estrés inflamatorio a través de un circuito de retroalimentación positiva.
  • Se propone esta hipótesis del “mapa de inflamación central” para explicar cómo el cerebro regula la inflamación y cómo la inflamación afecta la percepción, las emociones, la cognición, la conciencia y el comportamiento.
  • Los procesos inflamatorios y neuronales interdependientes, y la transmisión interindividual” de factores estresantes ambientales e infecciosos, amplificados a través de comunicaciones globales digitales de alto rendimiento, culminan en un proceso de retroalimentación descontrolado y multiescala que podría afectar perjudicialmente la toma de decisiones y el comportamiento humanos en escala, lo que en última instancia perjudica nuestra capacidad para abordar estos mismos factores estresantes tanto a nivel individual como poblacional.
  • Se propone un modelo matemático que puede utilizarse para dilucidar y probar los vínculos entre el estrés, la inflamación, el control/cognición neuronal y la curación, con las implicaciones resultantes en la transmisión del estrés, la posible intervención (p. ej., mediante modificación del estilo de vida o medicación) y la resiliencia.
  • Se necesita un esfuerzo de investigación internacional, interdisciplinario y coordinado para definir intervenciones que mejoren las vidas de las personas y la resiliencia de las comunidades al estrés, que impliquen intervenciones de mitigación del estrés de múltiples niveles y escalas que abarquen medidas de estilo de vida, terapias de precisión y diseño de ecosistemas humanos.

En su artículo principal publicado en Frontiers in Science, Vodovotz et al. presentan dos hipótesis innovadoras. La primera explica cómo el estrés inflamatorio en el cuerpo puede afectar nuestro pensamiento y comportamiento. La segunda explica cómo este efecto en los individuos podría extenderse a poblaciones enteras e impulsar la disfunción social y la degradación ambiental.

Vea el análisis y participe en el debate en: El estrés crónico y la inflamación. Intramed. Artículos – 26 marzo 2024 (debe registrarse en el sitio web).

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