¿Es el deterioro cognitivo una consecuencia inevitable del envejecimiento? Existe evidencia abrumadora al respecto. Pero, ¿hay alguna razón para la esperanza y el optimismo frente a esta evidencia de pérdida y declive? Una visión estrecha del envejecimiento como deterioro es una perspectiva excepcionalmente superficial que enmascara las complejidades en el tema.
El hecho de que exista una importante variabilidad individual en el envejecimiento cognitivo es irrefutable. Es bastante claro que algunos adultos mayores muestran un desgaste muy gradual o mÃnimo, mientras que otros muestran pérdidas más rápidas, independientemente del diagnóstico clÃnico. Un importante enfoque teórico y empÃrico de la investigación sobre el contenido ha sido tratar de comprender esta inestabilidad personalizada.
Una vez que hayamos identificado los factores que explican las diferencias individuales en el envejecimiento neurocognitivo, ¿qué debe pasar a continuación bajo nuestra lente de investigación?
La respuesta a esta pregunta podrÃa estar en que una vez que los investigadores hayan identificado los factores que explican la variación individual, ya sean factores genéticos o experiencias de vida y exposiciones, podrÃa haber caminos más claros para prescribir a las personas que participen en comportamientos personalizados para reducir sus posibilidades de mostrar pérdidas intelectuales y para mantener niveles más altos de productividad durante más tiempo.
Esta revisión que propone la red Intramed, se enfoca en varios factores que explican la variación personal en el deterioro cognitivo relacionado con la edad.
Se utiliza la actividad fÃsica como ejemplo de un objetivo que no solo parece analizar la situación, sino que también es una intervención altamente accesible para mejorar la función neurocognitiva en la etapa adulta tardÃa.
Los avances en los campos de la neurociencia humana y la psicologÃa de la salud han reafirmado que existe una relación recÃproca dinámica entre el cerebro y el cuerpo y que la salud de uno influye directamente en la salud del otro. Esta observación ha impulsado el surgimiento del campo de la neurociencia de la salud, que aprovecha los marcos conceptuales y las metodologÃas de múltiples disciplinas (p. ej., psicologÃa de la salud, neurociencia cognitiva) para comprender mejor cómo funciona el cerebro.
Una implicancia interesante del marco conceptual adoptado por la neurociencia de la salud es que las intervenciones conductuales conocidas por mejorar los resultados de la salud fÃsica también pueden ser eficaces para promover un envejecimiento cerebral saludable.
Vea el análisis completo y partÃcipe del debate en: Envejecimiento cognitivo y actividad fÃsica. Intramed. ArtÃculos | 18 DIC 22 (debe registrarse en el sitio web).