Una comunicación sanitaria creÃble e impactante nunca ha sido tan esencial para la salud pública y la práctica clÃnica. Los mensajes eficaces sobre los riesgos para la salud y las recomendaciones para reducirlos son fundamentales (aunque no necesariamente suficientes) para motivar el cambio de comportamiento deseado entre los pacientes y el público. Sin embargo, el ecosistema de información en el que se encuentran el público, los profesionales sanitarios y la comunidad investigadora está experimentando profundos cambios que facilitan y dificultan la comunicación sanitaria eficaz cuando se intenta abordar problemas emergentes como los brotes de enfermedades infecciosas (por ejemplo, COVID-19, mpox), el cambio climático, la gestión de enfermedades crónicas y la epidemia de salud mental entre adolescentes y adultos jóvenes.
En las últimas décadas, han surgido numerosas innovaciones, como las plataformas de medios sociales, el ciclo de noticias mundiales de 24 horas, la publicidad microdirigida y la generalización de las historias clÃnicas electrónicas y los portales de pacientes. En este contexto, el actual ecosistema de la información está experimentando una rápida aceleración de los avances tecnológicos, en particular el uso de la inteligencia artificial (IA), junto con una conectividad sin precedentes. Estos cambios van acompañados de un cambio en la forma en que el público consume y evalúa la información sanitaria. Por ejemplo, los adolescentes y los adultos jóvenes obtienen cada vez más información sanitaria de vÃdeos breves, como los que se comparten en TikTok, en lugar de obtenerla de fuentes tradicionales, como los médicos, y la exactitud de esa información es muy variable. Además, las lagunas en los conocimientos sanitarios y la capacidad de evaluar la credibilidad de la información sanitaria, ampliamente reconocidas como una amenaza para la salud pública, se han convertido recientemente en el centro de las deliberaciones polÃticas en todo el mundo y son especialmente preocupantes a la luz de estos cambios radicales en la tecnologÃa de la comunicación.
Afortunadamente, la ciencia de la comunicación sanitaria está bien posicionada para responder a estas nuevas realidades. La investigación en comunicación sanitaria implica a expertos de campos tan dispares como la comunicación, la medicina, la ciencia de los datos, la bioética, los estudios jurÃdicos, la epidemiologÃa, la ciencia polÃtica, la psicologÃa y la sociologÃa, lo que la hace altamente interdisciplinar. Los investigadores de la comunicación sanitaria adoptan metodologÃas novedosas para comprender la toma de decisiones sanitarias y el cambio de comportamiento, diseñan y prueban intervenciones para mejorar la alfabetización sanitaria y la evaluación cuidadosa de información sanitaria novedosa, y emprenden esfuerzos para comprender y utilizar mejor la comunicación en múltiples niveles de influencia. Los hallazgos de la ciencia de la comunicación sanitaria ofrecen una orientación práctica que puede aplicarse para mejorar la respuesta a los retos de la salud pública; por ejemplo, los estudios han puesto de relieve los elementos clave de la credibilidad de la fuente en la aceptación del mensaje y el cambio de comportamiento, la importancia de la atención en la evaluación de la calidad de la información, la eficacia de la orientación cultural y la adaptación, el valor de la participación de la comunidad en el aumento de la aceptación del mensaje, y la utilidad de la «inoculación de información» para ayudar a las personas a navegar por la nueva información de salud. Estos avances han sido sintetizados por especialistas en la materia para proporcionar orientación a la hora de abordar cuestiones emergentes como la pandemia de COVID-19.
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Klein WMP: Confronting Emergent Realities With Health Communication Science. JAMA. 2023;330(12):1131–1132. doi:10.1001/jama.2023.15817. Chou WS Vanderpool RC. Health Information in 2023 (and Beyond)