Las heridas por mordedura de perro

Responsable: Mirta Núñez Gudás

Dpto. Servicios Especiales de Información

Mordedura de perro

Los perros ocasionan la gran mayoría de las lesiones causadas por mordeduras de animales a los seres humanos. Sus consecuencias pueden ser variadas y los miembros de los equipos de atención de la salud deben conocer su manejo apropiado con el fin de reducir el riesgo de complicaciones.

Se desconoce la frecuencia real de las heridas por mordeduras de perro, pues muchas no requieren atención médica o son evaluadas en los servicios de urgencias o de atención primaria, sin ser reportadas.

En las mayores ciudades de los Estados Unidos la incidencia ha disminuido a través de los últimos años, lo que se ha atribuido a la mayor socialización de estos animales al estar más integrados dentro de la estructura familiar y a la mayor responsabilidad de sus dueños.

Los niños entre los 5 y 9 años de edad son el grupo etario en el que se registra la mayor frecuencia de mordeduras por perros; además, los niños son quienes experimentan una mayor frecuencia de lesiones severas, debido a un mayor riesgo de daños a la cabeza y al cuello. Los ataques fatales son más frecuentes en los niños entre 1 y 4 años.

Con respecto al animal, se han identificado varios factores que influyen sobre el riesgo de que un perro ataque a un ser humano, tales como la raza, la forma de crianza y el hecho de que no esté castrado. Los perros callejeros también están involucrados, al adquirir conductas agresivas como una reacción al temor o por la falta de socialización.

Un aspecto básico de la historia clínica es determinar el tiempo que ha transcurrido desde la mordedura, pues ese factor se relaciona directamente con el riesgo de infección. Debe determinarse el número y la localización de las heridas. El tipo de lesión varía, aunque la más frecuente suele ser la herida por punción; otros tipos pueden ser laceraciones, abrasiones o desgarros.

Debe evaluarse la extensión y la profundidad de cada una de las heridas y detectar si existen lesiones potenciales a las estructuras subyacentes, como vasos sanguíneos, músculos, tendones, nervios o articulaciones, así como las condiciones de perfusión y de viabilidad en los sitios distales a la mordedura.

Leer el texto completo en: Actualización médica periódica (debe registrarse en el sitio web).

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