El artÃculo del profesor vasco Javier Ballesteros es un ejemplo elocuente de la transdisciplinariedad y de como cualquier ciencia, empleada de la forma adecuada, nos permite una lectura novedosa de un hecho histórico, desde la que se amplÃa y respalda el fenómeno analizado.
En este artÃculo en concreto, su autor se refiere a la obra monumental de nuestro sabio compatriota, Carlos J. Filay Barrés.
De Finlay y su obra se ha escrito mucho y bien, sobre todo después del intento de Walter Reed y la academia norteamericana de respaldar las intenciones de la Cuarta Comisión Médica del Ejército Norteamericano para el Estudio de la Fiebre Amarilla, que laboró en La Habana en el año 1900, la cual, como último recurso de sumisión hasta ese momento infructuosa, decidió comprobar las teorÃas finlayanas, de las cuales eran escépticos.
Pero la vida, la ciencia y el rigor de trabajo del Maestro. Le dieron la razón, hecho inadmisible para algunos miembros de la Comisión y el servicio médico militar del paÃs vecino. Pero esa es otra parte de la historia que ya está bien contada.
Para reafirmarla, el profesor Ballesteros se vale de la BioestadÃstica, ciencia muy relacionada con la investigación experimental y la validación de los resultados. Asà como la evaluación de la asociación causal.
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