
Investigadores de la Universidad de Texashan demostrado que la exposición a ultrasonidos de baja frecuencia en un baño de agua durante 30 minutos mejora la resistencia física, en ratones de edad avanzada. Independientemente de los regímenes de tratamiento evaluados, todos los animales exhibieron una incrementada capacidad de ejercicio sobre una cinta ergométrica. En el examen histológico del hígado y el páncreas, los científicos constataron una positividad de alrededor del 20% en la tinción de la beta-galactosidasa, reconocido marcador de senescencia celular.
En marcado contraste la positividad en los animales control fue del 70%. En el régimen expandido de terapia a lo largo de 300 días, la dosis más baja de ultrasonidos resultó en que la mitad de los ratones alcanzara una edad de 33 meses, equivalente a más de 90 años humanos.
Blake Rasmussen, director del estudio, afirma que el tratamiento también modificó el comportamiento y apariencia de los animales, los cuales exhibieron mayor grado de atención y de actividad física espontánea, así como pelaje denso, a diferencia de los ratones control, que se caracterizaron por lentitud de movimientos y pelaje escaso, con áreas de la piel completamente desprovistas del mismo. Mientras que este último grupo de ratones realizó una media de 1500 vueltas en una rueda giratoria, en los animales tratados la media alcanzó las 12.000 vueltas, con un espécimen llegando a las 30.000. Estos resultados indican que los ultrasonidos promueven la actividad física entre 7 y 10 veces más, correlacionándose ésta con la supervivencia, concluye Rasmussen.
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Kureel, S.K., Maroto, R., Aniqua, M., Powell, S., Singh, E., Margadant, F., Blair, B., Rasmussen, B.B. and Sheetz, M.P. (2025), Rejuvenation of Senescent Cells, In Vitro and In Vivo, by Low-Frequency Ultrasound. Aging Cell e70008. https://doi.org/10.1111/acel.70008