La práctica médica cotidiana no suele contemplar un diagnóstico desde la perspectiva de la ontología (¿está realmente ahí?), la epistemología (¿cómo sabemos siquiera que esta está realmente ahí?) y la nosología (¿es realmente una enfermedad?), pero probablemente, el vértigo cervicogénico (VC) justifique tales consideraciones.
A menudo, las investigaciones sobre el VC parecen estar motivadas por los problemas clínicos que se encuentran con frecuencia en el contexto de un paciente con síntomas cervicales y mareos, en quienes otra causa de mareo no ha sido identificada. Dado que la mera simultaneidad no prueba la causalidad, una audiencia comprensiblemente escéptica evitaría considerar al VC como un «diagnóstico», y preferiría el término más neutral, «síndrome».
Las discusiones sobre el VC suelen caracterizarlo como una idea “controvertida” y reconocen que la falta de una prueba diagnóstica contribuye a la controversia. La mayoría de los fenómenos médicos que eventualmente llegan a ser aceptados como diagnósticos comenzaron como ideas no probadas, como hipótesis que requerían pruebas.
Dado que la ausencia de pruebas no es prueba de ausencia, los autores sostienen que debemos permanecer receptivos a la posibilidad de avanzar en este tema, y que la controversia en torno al VC puede finalmente ser resulta.
Con estos puntos en mente, los autores del presente análisis revisan por qué el VC es controvertido, comenzando por una evaluación de los mecanismos candidatos para su fisiopatología, y cómo esos mecanismos podrían ser probados; por qué las pruebas han fallado, y una discusión más general de por qué ha sido tan difícil diseñar una prueba sensible y específica. La literatura sobre el VC abarca casi un siglo pero pareciera, dicen los autores, que los sucesivos artículos solo se han ocupado de cambiar la intención del anterior.
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