El Día Mundial contra la Hepatitis, celebrado el 28 de julio, es una oportunidad para intensificar la lucha internacional contra la hepatitis, alentar la actuación y la participación de personas, asociados y público, y hacer hincapié en la necesidad de una mayor respuesta mundial, como se explica en el Informe mundial sobre la hepatitis publicado por la OMS en 2017.
Se eligió el 28 de julio por ser el día del nacimiento del Dr. Baruch Blumberg, laureado con el Premio Nobel, que descubrió el virus de la hepatitis B e inventó una prueba diagnóstica y la vacuna.
La baja cobertura de las pruebas diagnósticas y del tratamiento es el problema más importante que hay que resolver para lograr los objetivos de eliminación mundial para 2030.
Bajo el lema “Es tiempo de actuar”, el Día Mundial contra la Hepatitis de este año destaca la necesidad de una acción colaborativa para ampliar el acceso al diagnóstico y tratamiento en los países.
Las hepatitis B y C son infecciones crónicas silenciosas que, sin un diagnóstico adecuado, pueden progresar a cirrosis hepática o cáncer de hígado, causando un impacto negativo significativo en la vida de las personas y comunidades en nuestra Región. En las Américas, casi 80,000 nuevas infecciones de hepatitis B y C surgen cada año, la mayoría de las cuales pasan desapercibidas.
¿El resultado? Más de 100,000 muertes relacionadas con la hepatitis cada año.
La buena noticia es que hay medicamentos disponibles que curan la hepatitis C, así como tratamientos eficaces para controlar la hepatitis B
Aquí está la clave: ¡la prevención es posible! Existen vacunas y tratamientos efectivos, ofreciendo esperanza para todos. La vacuna contra la hepatitis B está disponible tanto para adultos como para niños, mientras que los tratamientos orales seguros pueden curar la hepatitis C.
Conocer su estado y acceder al tratamiento es crucial para las mujeres embarazadas con hepatitis B crónica para prevenir la transmisión maternoinfantil. La OPS trabaja en conjunto con los países de la región para ampliar el acceso a pruebas diagnósticas, medicamentos y vacunas contra la hepatitis viral a través del Fondo Estratégico y el Fondo Rotatorio.
Juntos, podemos eliminar la hepatitis en la Región de las Américas y alcanzar los objetivos de eliminación de la OPS para 2030, reduciendo el número de nuevos casos y evitando muertes innecesarias causadas por infecciones de hepatitis B y C.