En los problemas relacionados con el sueño, al parecer el sexo «puntúa a la contra» para las mujeres, según evidencias expuestas durante la XXXI Reunión Nacional de la Sociedad Española de Sueño (SES).
Concretamente dos tipos de problemas, sÃndrome de piernas inquietas y trastorno del sueño REM fueron objeto de análisis en la mesa redonda sobre Diferencias de sexo en trastornos de movimiento y conducta durante el sueño, en la que se hizo una actualización de los últimos datos sobre el nexo entre la incidencia y el nivel de afectación de estos trastornos y el sexo femenino.
Respecto al sÃndrome de piernas inquietas, la Dra. Laura Lillo, codirectora del Programa de Medicina del Sueño del Hospital Ruber Internacional de Madrid, señaló que su incidencia es superior en el sexo femenino, con una ratio de entre dos y tres mujeres afectadas por cada hombre, lo que supone que casi triplica el número de casos.
Además, y aunque los sÃntomas son similares en hombres y mujeres, los estudios sugieren que estas muestran puntuaciones más altas en las escalas de gravedad del trastorno. En tal sentido, la neuróloga comentó que esto podrÃa deberse al hecho de que las mujeres sepan identificar mejor los sÃntomas sensitivos o sean más proclives a referirlos a los especialistas.
“El principal factor que favorece el sÃndrome de piernas inquietas en las mujeres son las gestaciones, de manera que a mayor número de embarazos (al menos hasta el tercero), mayor incidencia de este sÃndrome. Esto apunta claramente al [papel] de los factores hormonales que favorecen el sÃndrome de piernas inquietas en este grupo de población. También está implicado el metabolismo del hierro, por el mayor riesgo de ferropenia que presentan las mujeres como consecuencia de las menstruaciones, la que también contribuye a esta mayor prevalencia», declaró a Medscape en español la Dra. Lillo.
En el caso concreto de España la prevalencia de este sÃndrome en ambos sexos se sitúa entre 7,5% y 11,5%, un dato que según señaló la especialista, «se ha mantenido estable en las últimas décadas, aunque falta realizar un estudio amplio de prevalencia del sÃndrome de piernas inquietas en nuestro paÃs».
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