Medicamentos

Dolor agudo, crónico y neuropático. Revisión sobre las opciones para el tratamiento

El dolor se clasifica como el «quinto signo vital»; su manejo es clave para mejorar la calidad de vida (CdV) de los pacientes. El dolor se define como una «experiencia desagradable sensorial y emocional asociada o que parece estar asociada con daño tisular real o potencial.»

El dolor tiene varias clasificaciones dependiendo de sus características anatómicas, etiológicas, de cronicidad (duración), intensidad, y fisiopatológicas.

El dolor agudo es una de las causas más comunes de búsqueda de atención médica en el departamento de emergencias (DE). El dolor lumbar (DL) es la principal causa de limitación y ausencia laboral a nivel mundial. Los factores ocupacionales son causales claves de DL. El dolor relacionado con migraña es otra causa importante de discapacidad.

En general, los desafíos en el manejo del dolor se encuentran a nivel de los pacientes (es decir, cultura, experiencia, educación, y estado de salud), los profesionales de la salud y el sistema sanitario. Estos desafíos son múltiples y derivan principalmente del subtratamiento, la incapacidad de evaluar el dolor inicial, la no disponibilidad de guías de manejo del dolor, y la falta de reconocimiento y documentación del dolor. Un factor importante que se suma es el uso indebido y el abuso de opioides a niveles inaceptables.

La naturaleza dinámica del dolor y su intensidad resaltan la importancia de la «atención estratificada», un enfoque para tratar el dolor de acuerdo con la categoría de riesgo (es decir, riesgo bajo, medio o alto de pobres resultados) de los pacientes. En estas circunstancias, las guías de tratamiento pueden ayudar a la toma de decisiones basada en evidencias.

La red médica IntraMed analiza las recomendaciones para el manejo clínico del dolor agudo, crónico y neuropático en Qatar, a través de un artículo científico publicado en Qatar Medical Journal.

El dolor es un gran problema de salud y una de las razones más comunes de consulta hospitalaria en todo el mundo. El manejo del dolor es un área en evolución en Qatar, y hay un tratamiento insuficiente mismo en el país debido al estigma asociado con los analgésicos.

La opción de tratamiento más adecuada para un paciente con dolor agudo es el paracetamol debido a su efecto aditivo.

La opción de segunda línea son los AINEs para el dolor agudo de intensidad moderada y la derivación a un especialista en dolor para el dolor de intensidad severa. Para el manejo del dolor crónico, deben considerarse terapias no farmacológicas y no opioides.

Los médicos deben derivar a los pacientes a un especialista en dolor si el paciente necesita tratamiento con opioides. El especialista en dolor debe discutir con los pacientes los riesgos y beneficios de dicho tratamiento.

Para el dolor neuropático, se recomiendan fármacos antiepilépticos, IRSNs y ATCs como tratamiento de primera línea. La lidocaína tópica y la capsaicina tópica se consideran opciones de segunda línea, mientras que los AINEs no se recomiendan para el dolor neuropático.

Una estrategia de tratamiento estandarizada para varios tipos de dolor podría ayudar a optimizar el manejo del dolor, que actualmente es una necesidad insatisfecha en Qatar.

Y en otros países también.

Lea el análisis completo en:

IntraMed. Dolor agudo, crónico y neuropático – 15 agosto 2021

Vea el artículo de referencia en:

Amr Elmoheen, Abdullah F. Nazal, Osman Zubaidi, Urooj A. Siddiqui, Mohammed Alhatou. Expert review and recommendations for the management of acute, chronic, and neuropathic pain in Qatar. Qatar Medical Journal, Volume 2021, Issue 2, Aug 2021. DOI:https://doi.org/10.5339/qmj.2021.19

También:

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Consideraciones sobre el manejo del dolor agudo en el adulto mayor

En las últimas décadas se ha registrado un aumento dramático en la esperanza de vida y así, los cambios en las pirámides poblacionales están redefiniendo las necesidades de la salud en la población moderna.

El sitio web de especialidades Anestesiología, recomienda este artículo publicado en la Revista Mexicana de Anestesiología 2021; 44 (1), donde se revisa este tema en el contexto de dicha nación.

En México, de 1990 al 2010, se identificó incremento en: la esperanza de vida (en 1990 de 71 años y en 2010 de 76 años), en la mediana de edad (en 1990 una mediana de 19 años y en 2010 de 26 años) y en la tasa de crecimiento de la población geriátrica (cercana a 4% de 2000 a 2010).

En 2010 el país contaba con poco más de 10 millones de ancianos (uno de cada 10 habitantes) y se estima que para 2029 se habrá duplicado el número de adultos mayores.

La principal morbilidad de este grupo poblacional son las enfermedades crónico-degenerativas, las cuales frecuentemente se acompañan de dolor. No es de extrañarse que cada vez más pacientes ancianos sean intervenidos quirúrgicamente y hasta un 62% de ellos reportan dolor agudo postoperatorio (DAPO) severo.

El envejecimiento se asocia a una respuesta reducida al estímulo doloroso, fenómeno conocido como presbialgesia, lo cual se traduce en menores requerimientos analgésicos. Cuando, además, el paciente anciano cuenta con demencia u otras alteraciones de la cognición se deberán utilizar escalas conductuales.

Existen diversas condiciones fisiológicas en el anciano que lo hacen propenso a acumulación de fármacos y retraso en su eliminación. Además, existe un riesgo aumentado de interacciones farmacológicas por polifarmacia, hechos que se deberán tener en cuenta al abordar clínicamente el dolor en el paciente geriátrico.

El objetivo de esta revisión es analizar las prácticas del abordaje farmacológico en el manejo del dolor en el paciente geriátrico en función de mejorar su calidad de vida.

Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) son considerados de riesgo en ancianos frágiles por aumentar la posibilidad de sangrado, sin mencionar el potencial daño en pacientes nefrópatas o con trastornos de la coagulación. El paracetamol es un analgésico noble a nivel gástrico, renal y cardiovascular y es considerado de primera línea en osteoartrosis degenerativa.

Se sugiere no sobrepasar dos gramos al día en ancianos frágiles. Al utilizar analgésicos opioides se sugiere iniciar con la mínima dosis analgésica y escalar lentamente en caso de que el alivio del dolor lo requiera, evitando así efectos adversos.

Los autores concluyen que el abordaje farmacológico racional debe considerar los aspectos fisiológicos y emocionales que comúnmente se presentan en este grupo.

En cualquier caso, el adulto mayor debe abordarse de forma integral y multidisciplinaria.  Es necesario generar la evidencia suficiente que norme nuestras conductas respecto al impacto que los fármacos tienen en nuestros pacientes.

Vea el artículo completo en:

Covarrubias-Gómez A, Alvarado-Pérez J, Templos-Esteban LA, et al. Consideraciones analgésicas sobre el manejo del dolor agudo en el adulto mayor. Rev Mex Anest. 2021;44(1):42-50. doi:10.35366/97776.

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