Nueva guía de la European Society of Cardiology sobre la prevención de enfermedades cardiovasculares

Calcular el riesgo de enfermedades cardiovasculares de un individuo sigue siendo el pilar de la guía de 2021 de la European Society of Cardiology (ESC) sobre prevención y práctica clínica en las enfermedades cardiovasculares.[1]

La nueva guía fue publicada en versión electrónica el 30 de agosto en European Heart Journal para coincidir con su presentación en el Congreso de la European Society of Cardiology (ESC) de 2021.[2]

Fue preparada por una comisión de la European Society of Cardiology en colaboración con 12 sociedades médicas y con una  contribución especial de la European Association of Preventive Cardiology (EAPC).

«Un objetivo principal de la comisión fue crear una sola guía para la prevención de las enfermedades cardiovasculares inclusiva (atención primaria, atención hospitalaria, para orientar la práctica clínica), por lo que es una guía para todos», comentó el Dr. Frank Visseren, Ph. D., del University Medical Center Utrecht, en Utrecht, Países Bajos, quien copresidió el comité para la preparación de la guía.

«También queríamos elaborar una guía de prevención de enfermedades cardiovasculares más personalizada, en vez de una uniforme. En la práctica clínica las personas son muy diferentes y queremos tener una guía de prevención más individualizada y también proporcionar más espacio para la toma de decisiones compartida», destacó el Dr. Visseren.

Prevención en los niveles individual y de la población

La nueva guía también proporciona más atención para la prevención de enfermedades cardiovasculares en personas mayores. «Muchos de nuestros pacientes son mayores de 70 años y queremos tener una guía más detallada, con más orientación sobre las personas mayores», indicó el Dr. Visseren.

La guía se divide en dos secciones. Una sección cubre la prevención de las enfermedades cardiovasculares a nivel individual en personas aparentemente sanas, en pacientes con enfermedad cardiovascular establecida y en individuos con diabetes, hipercolesterolemia familiar o nefropatía crónica.

La otra sección abarca la prevención de las enfermedades cardiovasculares a nivel de la población, que incluye políticas de salud pública, intervenciones y el entorno, lo que comprende implantar medidas para reducir la contaminación del aire, el uso de combustibles fósiles y limitar las emisiones de dióxido de carbono.

Los objetivos para lípidos sanguíneos, presión arterial y control de la glucemia en personas con diabetes siguen siendo congruentes con las guías recientes de la European Society of Cardiology sobre dislipidemias, hipertensión o diabetes.

Sin embargo, la guía introduce una nueva estrategia para la intensificación gradual del tratamiento a fin de lograr estos objetivos, teniendo en cuenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, el beneficio del tratamiento en lo que respecta a factores de riesgo, modificadores de riesgo, trastornos concomitantes y preferencias del paciente.

La guía para la prevención de las enfermedades cardiovasculares de 2021 también abarca los algoritmos para estimar el riesgo recientemente publicados SCORE2 (Systemic Coronary Risk Estimation 2) y SCORE2-OP (Systemic Coronary Risk Estimation 2-Older Persons).[3,4]

«Los algoritmos que estamos utilizando son un poco antiguos y queremos tener una predicción de riesgo más actualizada, pues este es el punto de partida para la prevención de las enfermedades cardiovasculares», añadió el Dr. Visseren.

Las guías también introducen umbrales de riesgo específicos de edad para los tratamientos de los factores de riesgo en personas aparentemente sanas y proporcionan estimación del riesgo de enfermedades cardiovasculares en el curso de la vida y el beneficio del tratamiento. Esto permitirá a los médicos tener «una charla informada con pacientes sobre el riesgo de por vida y los posibles beneficios del tratamiento», agregó.

Por primera vez la guía recomienda el cese del tabaquismo, independientemente de que dé lugar a aumento de peso, pues este no mitiga las ventajas de suspender dicho hábito.

En relación con el ejercicio, los adultos de todas las edades deben tratar de realizar al menos de 150 a 300 minutos a la semana una actividad física aeróbica moderada o de 75 a 150 minutos a la semana una actividad física aeróbica vigorosa. La guía recomienda reducir el tiempo sedentario y realizar por lo menos una actividad leve durante el día.

En cuanto a la nutrición, la guía recomienda adoptar una dieta mediterránea o similar; restringir la ingesta de alcohol a un máximo de 100 g por semana (una bebida estándar contiene de 8 a 14 g), comer pescado, de preferencia pescado graso, al menos una vez a la semana y restringir el consumo de carne, en particular la carne procesada.

También por primera vez la guía afirma que la cirugía bariátrica se ha de valorar en individuos con obesidad con mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares cuando una dieta sana y el ejercicio no consiguen una reducción de peso que se mantenga.

Señala que los individuos con trastornos mentales necesitan atención personal y respaldan mejorar el cumplimiento de los cambios en el estilo de vida y el tratamiento farmacológico.

Recomiendan valorar la derivación de los pacientes con cardiopatía y estrés y ansiedad importantes para que reciban tratamiento psicoterapéutico del estrés, con el fin de reducir los síntomas de estrés y mejorar los desenlaces cardiovasculares.

También se revisaron los posibles problemas de costo que podrían considerarse al implementar las recomendaciones.

El Dr. Visseren reconoció y agradeció a los miembros de la comisión por continuar su trabajo en las guías durante los 2 años «difíciles».

¿Establecer un estándar más bajo?

El comentarista de la presentación de la guía, Dr. Diederick Grobbee, de la University Medical Center Utrecht, quien no intervino en la preparación de la guía, dijo que tienen un conflicto de intereses, que es una «pasión por la prevención».

Desde esta perspectiva, «se ha de elogiar al panel de la guía. La emisión de la guía de prevención una vez cada 5 años es un evento importante», indicó.

El Dr. Grobbee señaló que el grupo de trabajo «realmente trató de seguir sus ambiciones y objetivos, de una forma que simplificó la guía, o tal vez estableciendo al principio un estándar no muy ambicioso como solíamos hacerlo, lo cual, de hecho, a veces puede asustar tanto a médicos como a pacientes».

«Hace tiempo que contamos con guías de prevención, pero es aleccionador analizar lo que se logra en la práctica. Introducir una estrategia gradual realmente es atractivo», concluyó.

Referencias
  1. Visseren FLJ, Mach F, Smulders YM, Carballo D, y cols. 2021 ESC Guidelines on cardiovascular disease prevention in clinical practice. Eur Heart J. 30 Ago 2021;ehab484. doi: 10.1093/eurheartj/ehab484. PMID: 34458905. Fuente
  2. Visseren F. 2021 ESC Guidelines on cardiovascular disease prevention in clinical practice. Congreso de la European Society of Cardiology (ESC) 2021. Presentado el 30 de agosto de 2021.
  3. SCORE2 working group and ESC Cardiovascular risk collaboration. SCORE2 risk prediction algorithms: new models to estimate 10-year risk of cardiovascular disease in Europe. Eur Heart J. 1 Jul 2021;42(25):2439-2454. doi: 10.1093/eurheartj/ehab309. PMID: 34120177. Fuente
  4. SCORE2-OP working group and ESC Cardiovascular risk collaboration. SCORE2-OP risk prediction algorithms: estimating incident cardiovascular event risk in older persons in four geographical risk regions. Eur Heart J. 1 Jul 2021;42(25):2455-2467. doi: 10.1093/eurheartj/ehab312. PMID: 34120185. Fuente

 

Actividad antibacteriana in vitro del extracto hidroetanólico de Myrciaria dubia (Kunth) McVaugh (camu camu) sobre Streptococcus mutans

Myrciaria dubia (Kunth) McVaugh (camu camu)

Streptococcus mutans participa en el origen y progreso de la caries dental, una de las enfermedades más prevalentes a nivel mundial. Su control requiere métodos seguros y accesibles para la población. Myrciaria dubia (Kunth) McVaugh (Myrtaceae) (camu camu) es un árbol nativo de la amazonía peruana. La capacidad antimicrobiana de los componentes de su fruto ya se ha comprobado.

El objetivo del presente estudio fue evaluar la actividad antibacteriana in vitro del extracto hidroetanólico de M. dubia contra S. mutans ATCC 35658.

Se realizó una investigación experimental con posprueba y grupos controles. El extracto de la pulpa del fruto de M. dubia se obtuvo mediante maceración hidroetanólica. Las concentraciones evaluadas fueron 25 mg/mL, 50 mg/mL y 75 mg/mL. La capacidad antibacteriana se determinó mediante el método de difusión en disco. Gluconato de clorhexidina 0,12 % fue el control positivo y el dimetilsulfóxido al 1 % el control negativo.

La actividad antibacteriana se incrementó de manera directamente proporcional a la concentración del extracto. La concentración de 75 mg/mL mostró una media de inhibición de 18,2 ± 0,774 mm, seguido de la concentración de 50 mg/mL con una media de inhibición de 14,6 ± 1,055 mm y la concentración de 25 mg/mL con un halo de inhibición promedio de 10,1± 0,833 mm. La zona de inhibición del control positivo fue de 16,5 ± 0,516 mm. Existe diferencia estadísticamente significativa entre la concentración de 75 mg/mL y el control positivo (p< 0,05).

En conclusión, el extracto hidroetanólico de M. dubia muestra actividad antibacteriana in vitro de tipo bactericida sobre S. mutans ATCC 35668.

Vea el artículo completo en:

Ruiz-Barrueto MA, Pasco Pérez CG, la Serna Solari PB, Santa Cruz-López CY. Actividad antibacteriana in vitro del extracto hidroetanólico de Myrciaria dubia (Kunth) McVaugh (camu camu) sobre Streptococcus mutans. Rev Cuba Med Tropical [Internet]. 2021 [citado 7 Sep 2021];, 73(2):[aprox. 0 p.].

Alfabetización estadística y comunicación de riesgo para la vacunación contra la COVID-19: una revisión de alcance

El 30 de enero del 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el virus SARS-CoV-2 como una emergencia sanitaria de interés internacional. Un año después, la discusión pasó a centrarse en las vacunas y los programas de vacunación contra la COVID-19, que comenzaron a finales del año 2020. Nunca antes se había visto un avance tan veloz en el desarrollo de una vacuna, desde las fases preclínicas hasta la aplicación masiva. Sin embargo, aún quedan grandes desafíos, que van desde la comunicación de la información esencial hasta la logística de la vacunación y el mantenimiento de las medidas sanitarias y de distanciamiento después de la inmunización.

La aversión a la incertidumbre, las preocupaciones de la población ante las medidas de contención del virus (cuarentenas y distanciamiento social) y los nuevos programas masivos de vacunación son elementos que incentivan tanto el interés de la población en la ciencia como la confianza en ella de las autoridades y tomadores de decisiones. Todo esto acentúa la importancia de lograr una adecuada comunicación de los riesgos relacionados con la salud, así como de la toma de decisiones informadas y bien fundamentadas que permitan contener la propagación del virus.

Un estudio publicado recientemente en la Revista Panamericana de Salud Pública describe el papel que desempeñan la alfabetización estadística y la correcta comunicación de riesgo en las estrategias de comunicación relacionadas con la vacunación contra la COVID-19.

Los autores realizaron una  revisión de alcance en enero del 2021, con las palabras clave “statistical literacy”, “risk communication”, “health communication” y “pandemic” en las bases de datos de la Biblioteca Virtual en Salud de la Organización Panamericana de la Salud, PubMed, Web of Science, EBSCO y Google Académico. No se aplicaron filtros para fechas, idioma o tipos de publicación.

De los 87 artículos identificados, cuatro cumplieron con los criterios de inclusión. Se reconocieron cuatro mensajes principales que relacionan la alfabetización estadística y la comunicación de riesgo: 1) la comunicación de riesgo y el nivel de alfabetización estadística afectan a la toma de decisión individual y colectiva, 2) la comunicación de la incertidumbre debe incluir lo que se sabe y no se sabe respecto a las estadísticas y los riesgos, 3) el uso de gráficos y visualizaciones es clave para informar apropiadamente a la población y 4) deben utilizarse diferentes formatos para mejorar la comunicación, siempre ajustados al nivel de alfabetización estadística de la población.

En conclusión, la alfabetización estadística desempeña un papel clave en la comunicación de los riesgos relacionados con la salud en general y la vacunación contra la COVID-19 en particular. En situaciones de emergencia sanitaria, la correcta comunicación de riesgo y de la incertidumbre asociada debe ser clara, transparente y oportuna.

Vea el artículo completo en:

Palmeiro-Silva YK, Weinstein-Oppenheimer C, Henríquez-Roldán CF, Bangdiwala SI. Alfabetización estadística y comunica-ción de riesgo para la vacunación contra la COVID-19: una revisión de alcance. Rev Panam Salud Publica. 2021;45:e108. https://doi.org/10.26633/RPSP.2021.108

8 de septiembre: Día Mundial de la Fisioterapia

El Día Mundial de la Fisioterapia se conmemora el 8 de septiembre y está dedicado a todos los profesionales que cumplen con la ardua y noble labor de mejorar la vida de las personas que necesitan rehabilitación.

Se ha establecido esta fecha en homenaje a la constitución de la World Confederation for Physical Therapy (WCPT), en 1951.

Este año la atención se centra en el valor de la fisioterapia para la rehabilitación de los pacientes que padecen «Long COVID» o  COVID prolongada.

La Biblioteca Virtual en Salud (BVS-Cuba) le propone revisar el sitio web de la Asociación Americana de Fisioterapia.

Azitromicina y COVID-19: ¿Prevención o cura mágica? ¿Qué dice la ciencia?

Lo mismo en grupos de Whatsapp o Telegram, que en los perfiles de amigos en Facebook o en la solicitud de un vecino. La búsqueda de un antibiótico ampliamente conocido en la población cubana como la Azitromicina es en los últimos meses más habitual de lo que se quisiera, y ello está vinculado al incremento sostenido de contagios con el virus SARS-CoV-2.

La alta demanda del fármaco, unida a la poca disponibilidad existente en la red de farmacias del país, son factores que han propiciado, además, una tendencia a la venta ilegal de las conocidas “tres tabletas” a precios exorbitantes.

Muchas personas una vez que se saben positivas al virus acuden de inmediato a su búsqueda, incluso sin que un facultativo las indique. Otras “dudan” del tratamiento si el médico no las aconseja, y en no pocos casos se recetan a los pacientes de modo innecesario.

Estos comportamientos han desencadenado preocupaciones en la comunidad médica. ¿Es eficaz la azitromicina para prevenir o curar la COVID-19? En busca de la evidencia científica sobre el tema, Cubadebate conversó con el doctor en Ciencias Daniel González Rubio, especialista de medicina interna del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) y la doctora Lissette del Rosario López González, jefa del Grupo Nacional de Pediatría. Ambos son miembros del Grupo de Expertos de la COVID-19 del  Ministerio de Salud Pública.

De acuerdo con González Rubio, en la actualidad no existe en el mundo un medicamento verdaderamente eficaz contra el SARS-CoV- 2. “Entonces, no es correcto asumir que la azitromicina es la cura para la COVID-19. Enfatizamos que este fármaco ni siquiera está en el grupo de los medicamentos antivirales, aunque es cierto que en teoría se le han conferido ciertos efectos antiinflamatorios y antivirales”, explicó el especialista.

La azitromicina—precisó— es un antibiótico cuya presentación más habitual es en tabletas de 500 mg. “Pertenece al grupo de los macrólidos, donde también se encuentra la eritromicina, que fue hace varios años un medicamento muy popular en nuestro país. La azitromicina resulta útil en el tratamiento de algunas infecciones respiratorias leves a moderadas, de etiología bacteriana”, dijo.

Algunos pacientes nos han comentado que tomaron la azitromicina para “prevenir” una neumonía bacteriana, relató González Rubio.

“Esto también es un error. Los antibióticos de forma general y específicamente la azitromicina, no están libres de efectos adversos. Uno de los más comunes es la diarrea, que se produce como consecuencia de un desbalance de la microbiota intestinal que provoca el medicamento. Este cuadro diarreico, por una parte puede llevar a alteraciones como la deshidratación y los trastornos del equilibrio de los electrolitos del paciente. Y por otro lado,  trae confusión en la evaluación clínica, pues es conocido que las diarreas pueden ser parte del cuadro clínico de la COVID- 19”, apuntó el experto.

Agregó que el uso de este fármaco también puede provocar náuseas o vómitos, que lógicamente dificultarán la ingestión de alimentos y de otros medicamentos. “Incluso hay efectos atribuibles al uso de la azitromicina, como son algunas alteraciones electrocardiográficas, que aunque raros, resulta importante señalarlos por su importancia clínica”, insistió.

Pero, ¿qué dice la actualidad de la literatura científica mundial sobre el tema?

Refirió el doctor González Rubio que en un estudio publicado el pasado 16 de julio en la prestigiosa revista de la Asociación Médica Americana (JAMA), se incluyeron 263 pacientes con infección confirmada por SARS- CoV-2.

“De ellos 171 recibieron azitromicina por vía oral y 92 recibieron un placebo. Al día 14 de evolución el 50 % de ambos grupos estaban libres de síntomas. Los autores concluyeron que los resultados no sustentan el uso rutinario de azitromicina en pacientes ambulatorios con COVID-19”, señaló.

El especialista en medicina interna del IPK, subrayó además que la Guía de Sanford de terapéutica antimicrobiana—una de las principales referencias clínicas para el tratamiento de las enfermedades infecciosas y la medicación contra estas—, en su versión de agosto de 2021 no recomienda el uso rutinario de antibióticos para la COVID-19.

Por su parte, las recomendaciones de la Organización Mundial/Panamericana de la Salud (OMS/OPS) plantean que no se ha comprobado disminución de las hospitalizaciones ni mortalidad por el uso de azitromicina, ni tampoco que este medicamento reduzca la duración de los síntomas.

El experto señaló que en el caso de Cuba, la azitromicina tiene indicaciones muy precisas. “Desde las primeras versiones del protocolo de actuación nacional, este medicamento fue indicado para casos sospechosos, teniendo en cuenta que en los primeros meses de nuestra epidemia la trasmisión era baja y predominaban las infecciones respiratorias de otras etiologías. En la actualidad, el diagnóstico principal a tener en cuenta frente a un paciente con manifestaciones respiratorias es la COVID- 19. Por tanto, la recomendación es adherirse a las recomendaciones de los profesionales de la salud, que incluyen el no uso de antibióticos de manera indiscriminada y sin indicación clínica, por las consecuencias ya explicadas”, enfatizó González Rubio.

No obstante, está bien definido en nuestro protocolo que cada caso debe ser evaluado de forma individualizada y puede haber excepciones donde está justificado el uso profiláctico de antibióticos, dijo.

“Algunos ejemplos incluyen a los pacientes encamados o los pacientes que tienen una condición asociada a  inmunodepresión severa. También está sustentado el uso de antibióticos en pacientes ingresados en el hogar, en los cuales el médico de atención primaria decide indicarlos por algún evento clínico en la evolución de la enfermedad. En estos casos es una indicación terapéutica y no profiláctica”, refirió.

Los protocolos nacionales del manejo de la COVID-19  están dirigidos a lograr un efecto antiviral con el uso de los interferones en los primeros días de la enfermedad.

En ese sentido, el especialista consideró importante señalar que si el paciente está asintomático o tiene una forma clínica leve y además, está vacunado contra el SARS- CoV-2, puede incluso no requerir dicho tratamiento, y en estos casos solo se indica tratamiento sintomático.

Los otros componentes del protocolo nacional están destinados a la prevención y manejo de las complicaciones de la enfermedad, que cuando aparecen, se tratan con el paciente hospitalizado en un centro de salud.

Por su parte, la doctora Lissette del Rosario López González, jefa del Grupo Nacional de Pediatría, enfatizó en que el protocolo cubano pediátrico de atención a la COVID-19 es dialéctico y no se ha mantenido estático a lo largo de la evolución de la epidemia. “Al contrario, aboga por adelantar los tiempos”, dijo.

Respecto a la azitromicina, señaló que en un principio se indicaba en pacientes sospechosos, “pero posteriormente la evidencia clínica en el escenario cubano nos llevó a múltiples debates científico asistenciales, en los cuales abogamos por el uso personalizado de este antibiótico, cuando exista evidencia de infección bacteriana asociada”, comentó López González.

“Resulta una gran preocupación el hecho de que este medicamento es realmente muy eficaz para el tratamiento de algunos agentes patógenos (Clamydia, Mycoplasma y otros) que causan infecciones respiratorias o genitourinarias. Por tanto, su uso indiscriminado puede llevar en el futuro a la aparición de resistencia a este antimicrobiano”, alertó el doctor González Rubio.

Para López González, el uso indiscriminado de antibióticos “predispone o  conduce a una pandemia de muy difícil control, la temida resistencia bacteriana. Esta problemática nos hace muy vulnerables a las infecciones oportunistas”, puntualizó.

En el caso de los niños —agregó— la situación es aún más grave pues no solo puede ocasionar resistencia bacteriana, sino que los pone en riesgo no solo de abuso sino de uso inapropiado por indicación de un fármaco sin sustento clínico. También puede provocar reacciones adversas, pues es válido recordar que la dosificación en pediatría se realiza por kilos de peso.

“La automedicación en el caso de adolescentes o medicación sin prescripción médica puede conllevar a sobredosis, ya que pediatría tiene un diapasón muy amplio en cuanto a edades y peso corporal”, insistió.

La comunidad científica lleva años alertando que la prescripción innecesaria de antibióticos para infecciones virales, contra las que no tienen ningún efecto, así como la prescripción demasiado frecuente de antibióticos de amplio espectro en lugar de otros específicos, seleccionados mediante un diagnóstico más preciso, son algunas de las causas del origen de la resistencia. Del mismo modo, el uso inadecuado por parte de las personas de estos fármacos, al no respetar las dosis o duración de los tratamientos, permitiendo así que algunas bacterias sobrevivan y se vuelvan resistentes.

Usarlos cuando resulte estrictamente necesario y como sean prescritos, es esencial, pues son un recurso vital para la salud de la población; que ahora mismo se agota, pues el mundo, según ha alertado la OMS, se encuentra “ante una grave falta de nuevos antibióticos en fase de desarrollo para combatir la creciente amenaza de la resistencia a los antimicrobianos”.

González Rubio, puntualizó que la azitromicina no es “la cura mágica” de la COVID- 19, y que incluso, su uso sin prescripción médica puede causar un daño clínico adicional. “En realidad, el éxito del tratamiento para la COVID- 19, descansa en un manejo clínico integral día a día del paciente y no en un fármaco determinado”, señaló.

“Reiteramos a la población que deben guiarse siempre por las recomendaciones del Ministerio de Salud Pública de Cuba y por las indicaciones de nuestros médicos facultados para tratar la COVID- 19, y no dar seriedad a hechos anecdóticos o artículos sin soporte científico que pueden aparecer en internet”, concluyó.

 

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