Archivos Anuales 2025

Voces del Henry Reeve (IX). Dra. Yaquelin Piñeiro González: volver a la vida para salvarla otra vez

Yaquelin Piñeiro González nació en Manzanillo, pero vive en Bayamo, en la provincia oriental de Granma donde ejerce como ginecobstetra. Su vida parecía transcurrir entre consultas y bebés, hasta que un día la urgencia del mundo la llevó mucho más lejos: a Sudáfrica, con el Contingente Internacional “Henry Reeve”, en plena pandemia de la COVID-19. Fue allí donde el destino le esperó con la más dura de las batallas.

Pasó de estar del lado de quienes curan al de quienes luchan por sobrevivir: se contagió, estuvo en terapia intensiva, se debatió entre la vida y la muerte. Pero volvió. Y cuando recuperó el aire y la fuerza, decidió otra vez vestirse de médica, no para cuidarse a sí misma, sino para cuidar a los demás.

– Cuando escuchaste el llamado del Contingente “Henry Reeve” en plena pandemia, ¿qué pasó por tu mente y tu corazón?

«No lo pensé dos veces. Había estudiado inglés para ir a una misión en un país con ese idioma y, aunque el escenario cambió con la llegada de la COVID, el compromiso era el mismo: estar donde más me necesitaran».

– ¿Qué sentiste al poner un pie en Sudáfrica, después de aquel vuelo largo y de tantas incertidumbres?

«Fueron más de 16 horas de viaje. La llegada respondía a una solicitud hecha por el Excmo. Presidente Cyril Ramaphosa al Excmo. Presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel Bermúdez. Y fue el mismo mandatario quien nos dió la bienvenida aquel lunes 27 de abril de 2020 en la capital Pretoria. Éramos 217 especialistas y trabajadores cubanos de la salud que ayudaríamos a contener la propagación de la pandemia de COVID-19 en las diferentes provincias de Sudáfrica. En la brigada había expertos en los campos de
epidemiología, bioestadística y salud pública; médicos de familia para guiar las intervenciones a través de pruebas puerta a puerta y ayudar a los trabajadores locales en la promoción y la vigilancia de enfermedades a nivel comunitario; ingenieros de tecnología de la salud para ayudar a mantener el inventario, despliegue y reparación de equipos médicos viejos; y expertos para proporcionar asistencia técnica, trabajando con expertos nativos».

– Cuidando enfermos, te contagiaste. ¿Cómo recuerdas ese momento?

«Me tocó vivir la parte más dura de la misión: pasar de ser quien cura, a ser la paciente. Estuve en terapia intensiva, luego vino la
rehabilitación para poder volver a respirar sin dificultad. Fue como volver a aprender la vida».

– Y aún así regresaste a salvar… ¿de dónde sacaste esa fuerza?

«Del amor por mi profesión, de mi familia que siempre me apoya, de mis vecinos que me despiden y me reciben como si fuera una hija de todos. Y del compromiso con Cuba y con la humanidad».

– Después de esa experiencia, ¿cómo ves hoy tu trabajo diario en el policlínico?

«Sigo como ginecobstetra en el Policlínico “Jimmy Hirzel”, en Bayamo. El programa materno infantil es vital para la salud del país: de nuestras gestantes depende el futuro. Es un trabajo fuerte, detallado, pero hermoso. Cada consulta es también un acto de amor».

– ¿Qué le dirías a quien cree que no vale la pena tanto sacrificio?

«Les diría que nada se compara con salvar una vida, con ver a un niño nacer sano, con acompañar a una madre en sus miedos y alegrías, con sentir que tu esfuerzo es parte de algo más grande. Ahí está el sentido de todo».

Por: Mylenys Torres Labrada.

Voces del Henry Reeve (VIII). Dra. Yoandra Muro: la brújula de la entrega

Hay mujeres cuyo estado natural es inspirar. En ellas, la fuerza no se anuncia: se ejerce. Así ocurre con Yoandra Muro Valle, quien, siendo muy joven, ya marcaba caminos. Fue dirigente de la FEU y, a los 27 años, asumió la conducción de la brigada médica cubana en Guatemala. Más tarde también dirigió la de Bolivia, y ocupó, entre otras responsabilidades, la de rectora durante cinco años de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAN).

De esa muchacha que hablaba en nombre de sus compañeros universitarios a la mujer que hoy dirige la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana (UCMH), media un mismo espíritu: la certeza de que servir y guiar son actos inseparables.

Con esa convicción, y una dulzura sempiterna, acepta el reto de volver sobre su historia. Hablar del Contingente “Henry Reeve” y hablar de Fidel Castro la levantan por dentro, como si la pasión la encendiera de golpe.

Su mente guarda con especial cariño un fragmento de 2005, en Guatemala: la tormenta Stan había dejado miles de muertos.

«Cuando comunicamos a Cuba la situación, Fidel nos llamó y nos dijo que fuéramos al Ministerio de Salud de ese país a ofrecer ayuda cubana. En menos de 48 horas llegaron los primeros cien médicos. Era complicado, porque el país no estaba preparado para algo así, pero él insistió: ‘Vamos a ayudar, sin ser una carga’. Un tiempo después, el jefe de la brigada tuvo que partir a Pakistán, y el propio Comandante me dio la tarea de asumir también la dirección de la brigada enviada del “Henry Reeve”.»

– ¿Qué hizo que aquella misión fuera inolvidable para usted?

«Cada detalle, cada preparación. Fidel pensaba en todo: nos sugirió preparar mochilas con lo imprescindible para resistir quince días o un mes en comunidades incomunicadas, calculaba calorías, sacos de dormir, alimentos resistentes… incluso nos decía qué comprar y cómo organizarlo. Recuerdo haber sentido esa sensación de que, a miles de kilómetros, alguien como él, con tantos deberes y tantas preocupaciones, se ocupaba de nosotros con un cuidado extraordinario.»

– Hay muchas anécdotas de cómo se mantenía la cercanía con él que son verdaderas lecciones de grandeza humana…

«Así es, nos seguía por los mapas, nos orientaba sobre carreteras interrumpidas, se aseguró de que tuviéramos teléfonos satelitales para comunicarnos con nuestras familias… En la transmisión en vivo de una Mesa Redonda que condujo junto a Randy Alonso, percibió que no respondí al instante una de sus muchas interrogantes, y cambió de tema, como para no presionarme demasiado, como para seguir siendo ese líder cercano y caballeroso que escuchaba con respeto, como si cada palabra nuestra
importara.»

– Y al ser convocada para viajar a Bolivia en 2017, en lo que sería su segunda misión, vivió momentos muy distintos, donde la experiencia acumulada resultó clave…

«Sí, Bolivia fue otro escenario, con sus propias complejidades en medio de las cuales me aportó mucho lo vivido en tiempos de la “Henry Reeve” en Guatemala. Allí ya existía una colaboración médica consolidada desde hacía más de una década, con colegas distribuidos en decenas de hospitales y centros de salud. Proyectos como la Operación Milagro habían devuelto la visión a miles de personas, incluso de países vecinos.

Pero el contexto político comenzó a tensarse. A diferencia de otras misiones, esta vez sentimos una hostilidad que no venía del pueblo —que siempre nos brindó afecto y respeto—, sino de ciertos sectores empeñados en desacreditar nuestro trabajo. Se vivía un clima difícil. En el último año, ante huelgas del personal médico local, asumimos responsabilidades  adicionales, cubriendo servicios en medio de una creciente campaña de difamación.

Fue duro. Hay cosas que duelen todavía: pasar de ser médicos a ser vistos como sospechosos, señalados por causas que nada tenían que ver con nuestra vocación. Acostarte con la tranquilidad del deber cumplido y despertarte bajo una acusación infame, eso no se olvida.

Y sin embargo, también allí vivimos lo más hermoso de la solidaridad cubana. Nos cuidamos unos a otros, resistimos juntos. El acompañamiento de nuestro gobierno fue constante, no nos faltó la voz ni la mano de Cuba. Lo que quedó en Bolivia fue la historia de una brigada firme, unida, que salvó vidas, que llevó luz a los ojos de tantos, y que se mantuvo con dignidad en medio de la tormenta.»

– Después de tantas historias vividas, ¿qué representa para usted el “Henry Reeve»?

«Es una experiencia imprescindible en mi memoria. Son relatos y enseñanzas que le contaré siempre a mi hija Camila, y a cada joven que ayude a formar, para que sepan que servir también significa cuidar los pequeños detalles.»

Por: Mylenys Torres Labrada.

Tendencias: procedimientos ginecológicos menos dolorosos para la mujer

Sí. Los médicos están empezando a tomar el dolor de las mujeres más en serio y están tratando de hacer que los procedimientos ginecológicos en la consulta sean un poco más cómodos.

Para nadie es un secreto que muchas mujeres temen el dolor que generalmente acompaña la inserción de un dispositivo intrauterino (DIU). En mayo de este año, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG, en inglés) publicó nuevas pautas haciendo un llamado a los profesionales de la salud a no subestimar el dolor que las pacientes experimentan con frecuencia durante los procedimientos ginecológicos en la consulta. En las pautas abogaron también por proporcionarles “más autonomía sobre las opciones de control del dolor” e incluyeron recomendaciones sobre qué medicamentos para el dolor han demostrado más efectividad en este sentido.

Para muchas mujeres esta acción puede llegar un poco tarde, pero muchas otras se verán beneficiadas por este nuevo esfuerzo para hacer que los procedimientos ginecológicos de las mujeres sean menos dolorosos. Con ese fin, en los últimos años, ha habido anuncios sobre el desarrollo de DIU más pequeños y espéculos más suaves para los exámenes cervicales, entre otras innovaciones que prometen una experiencia menos traumática en el consultorio del médico.

Las molestias intensas y el dolor con los procedimientos que involucran la pelvis son una de las razones por las que las mujeres a menudo posponen la visita al médico. Una encuesta realizada en 2024 con más de 1,100 mujeres adultas en los Estados Unidos encontró que el 72 % informó retrasar una visita de ginecología, donde un 54 % expresó que fue por miedo o incomodidad.

Estos nuevos esfuerzos liderados por la ACOG también apoyan la conversación constructiva sobre estos temas y una cirugía ginecológica mínimamente invasiva.

Una de las innovaciones que están en el horizonte es el mejor manejo del dolor.

Todas las mujeres no perciben el dolor de igual manera y no todos los medicamentos para el dolor son iguales; algunos pueden funcionar mejor para ciertas personas o ciertos procedimientos.

La idea detrás de las pautas actualizadas de ACOG es delinear todas las opciones disponibles y alentar a las mujeres y sus médicos a analizar en sus elecciones. Esto es un avance notable pues en el pasado, los medicamentos para el dolor no se ofrecían en absoluto para algunos de los procedimientos ginecológicos más comunes en consulta.

Las pacientes que reciben inserciones de DIU tienen opciones que incluyen anestésicos locales, como el aerosol de lidocaína, la crema de lidocaína-prilocaína o un bloque de lidocaína paracervical (administrado por inyección).

Para una biopsia cervical a través de la colposcopia los profesionales pueden inyectar un anestésico local y vasoconstrictor para reducir el dolor, o administrar un aerosol o inyección de lidocaína. Los pacientes también pueden tomar AINE con anticipación.

Para una biopsia de endometrio, las pautas sugieren que los anestésicos tópicos o inyectados y/o los AINE como el naproxeno, pueden ayudar a reducir el dolor. La lidocaína intrauterina puede ser especialmente útil, según un estudio publicado en enero de 2025. En esta investigación se comparó la efectividad de cuatro medicamentos para el dolor: lidocaína intrauterina, un AINE oral, un aerosol de lidocaína cervical y un bloqueo paracervical con prilocaína, entre las mujeres que se sometieron a una biopsia endometrial y se descubrió que las que recibieron la lidocaína intrauterina tenían puntuaciones de dolor significativamente más bajas que las de los otros grupos.

Asumir las pautas de ACOG, que se publicaron apenas este año, no será algo que ocurra en todos los servicios ginecológicos a la par. Pero si un médico aún no está ofreciendo estas opciones, las mujeres deben saber que están disponibles y que pueden preguntar por ellas.

Estas opciones por sí solas podrían no ser suficientes para aliviar el dolor en todos los casos. Algunas mujeres aún sentirán dolor y podrán pensar que no se realizaron correctamente los procedimientos. Es por eso que las pautas también recomiendan que los médicos proporcionen una descripción precisa y detallada a su paciente de todo lo que está involucrado con un procedimiento determinado.

También se está trabajando en nuevos diseños de espéculos que pueden contribuir a reducir el dolor con ciertos procedimientos ginecológicos. Ya se han propuesto variantes más modernas de los que son tal vez, los instrumentos más temidos de la ginecología.

Este dispositivo, que parece el pico de un pato, estira las paredes vaginales durante un procedimiento. Desde su creación, generalmente se ha hecho de metal, que los proveedores se han encargado de presentar como un estándar moderno.

A pesar de los enormes avances en tecnología médica y otras áreas de la medicina, en esta especialidad en particular ha habido muy poca innovación.

En los últimos años se ha podido disponer de espéculos vaginales plásticos más pequeños y suaves, que deberían causar menos molestias en las pruebas de Papanicolaou.

No obstante, los investigadores también están tratando de mejorar el espéculo plástico. Un diseño desechable de cinco pétalos, el espéculo de bouquet, ha sido aprobado por la FDA de los Estados Unidos. Debido a que se abre tanto horizontal como verticalmente, podría proporcionar a los médicos una forma más eficiente y precisa de realizar pruebas de Papanicolaou, con menos molestias para la paciente.

Los espéculos por su propia naturaleza son incómodos. El nuevo espéculo de cinco pétalos no ha sido estudiado los suficiente como para asegurar que es del todo efectivo y cómodo, pero los resultados preliminares son alentadores.

Otro elemento sometido a cambios es el cepillo para biopsias. Los ginecólogos también están ansiosos por contar con nuevas opciones para la realización de biopsias cervicales, y la recolectar de tejido del canal cervical para detectar anomalías celulares.

Llama la atención un dispositivo a base de telas, llamado raspado endocervical a base de tela, que afirma hacer suavemente el muestreo. Además de sentirse teóricamente más suave contra el cuello uterino que los instrumentos metálicos existentes, un estudio encontró que el dispositivo a base de tela parece producir menos especímenes inadecuados que el instrumento convencional.

Sin embargo, algunos médicos son escépticos de que el dispositivo basado en tejidos haga una gran diferencia. Algunos opinan que, aun contando con un mejor instrumento, sigue siendo importante ofrecer opciones de manejo del dolor a las pacientes. La difusión de una nueva técnica suele durar 16 o 17 años, por lo que quedan muchos estudios por delante.

Los dispositivos intrauterinos también han sido objeto de rediseño. Los DIU más pequeños ya están disponibles y los expertos dicen que esta forma de control de la natalidad es más fácil y menos dolorosa de insertar a través de la apertura del cuello uterino.

Un nuevo DIU de cobre (libre de hormonas) llamado Miudella que dura tres años fue aprobado por la FDA en febrero de 2025, pero no se espera que esté disponible en los Estados Unidos hasta algún momento en 2026. Esta opción es esperada con gran expectativa dado que la inserción de DIU puede ser especialmente dolorosa para las mujeres que no han dado a luz.

Hay un largo historial documentado, dicen los expertos, de médicos que minimizan o descartan el dolor de las mujeres, a menudo debido al sesgo de género en la medicina. “Históricamente, la medicina ha sido muy dirigida por hombres”, dice Kim Hoover, una obstetra y ginecólogo de la Universidad de Alabama en Birmingham, y miembro del comité de consenso clínico de ACOG. “Ahora, más mujeres médicas están ahí fuera, dando voz a sus pacientes”.

Pero hay otra razón por la que ha tomado tanto tiempo abordar el dolor de las mujeres: el dinero. Las tasas de reembolso del seguro para los procedimientos ginecológicos basados en la consulta son más bajas que para los procedimientos de urología y dermatología en las mismas condiciones, según una revisión publicada en la edición de febrero de Journal of Ethics, de AMA.

El costo también será un obstáculo con las innovaciones más nuevas, que son caras y aun no son ampliamente adoptadas por grandes sistemas de salud o clínicas.

Para complicar las cosas, algunas de las investigaciones sobre las estrategias de manejo del dolor han arrojado resultados contradictorios.

Mientras llegan las opciones, los expertos recomiendan que es inteligente aprender a defenderse. Si una mujer necesita un procedimiento ginecológico en el consultorio, debe sentirse libre de hablar con su médico con anticipación sobre el manejo del dolor que va a experimentar y las opciones que este le puede ofrecer.

Lea el texto completo en Doctors are starting to take women’s pain more seriously. By Stacey Colino. September 11, 2025.

Varios organismos mundiales de la salud publican nuevas recomendaciones para tratar de poner fin a las muertes por hemorragia puerperal

En unas nuevas directrices de referencia publicadas recientemente, los principales organismos dedicados a la salud reproductiva hacen un llamamiento a introducir un cambio importante en la prevención, diagnóstico y tratamiento de la hemorragia puerperal. En las recomendaciones se señala la urgencia de detectar antes e intervenir más rápidamente, medidas que podrían salvar la vida de decenas de miles de mujeres cada año.

La hemorragia puerperal o posparto, definida como un sangrado excesivo tras el parto, afecta a millones de mujeres cada año y causa casi 45 000 muertes, lo que la convierte en una de las principales causas de mortalidad materna a escala mundial. Incluso cuando no es mortal, puede tener secuelas en la salud física y mental durante toda la vida, desde graves daños orgánicos a histerectomías, ansiedad y traumatismos.

«La hemorragia puerperal es la complicación más peligrosa durante el parto, ya que puede empeorar a una velocidad alarmante. Si bien no siempre es previsible, con la atención adecuada pueden evitarse muertes», declaró el Dr. Jeremy Farrar, Subdirector General de Promoción de la Salud y Prevención y Atención de Enfermedades. «Las directrices tienen por objeto potenciar al máximo el impacto donde mayor es la carga y más limitados los recursos, a fin de que más mujeres sobrevivan al parto y puedan regresar sanas y salvas a sus hogares y a sus familias ».

Nuevos criterios de diagnóstico para una acción rápida

Publicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) y la Confederación Internacional de Matronas (ICM), las directrices introducen nuevos criterios de diagnóstico objetivos para detectar la hemorragia puerperal, a partir del estudio más grande sobre el tema hasta la fecha, también publicado hoy en The Lancet.

Muchos casos de hemorragia puerperal ocurren sin factores de riesgo identificables, lo que significa que la pronta detección y la respuesta rápida son fundamentales. Sin embargo, en muchos entornos, especialmente donde los recursos de la atención de salud y las salas de parto están sobrecargados, los retrasos en el tratamiento tienen consecuencias devastadoras.

Por lo general, se considera que hay hemorragia puerperal cuando la pérdida de sangre es igual o superior a 500 ml. Sin embargo, se aconseja al personal clínico que actúe cuando la pérdida de sangre llegue a los 300 ml y se hayan observado constantes vitales anormales. Para un diagnóstico temprano de la hemorragia puerperal, se recomienda al personal de enfermería y de partería que monitoreen estrechamente a las mujeres tras el parto y que utilicen paños calibrados –dispositivos sencillos que recolectan y calculan con precisión la sangre perdida– para poder actuar de inmediato al cumplirse los criterios.

En las directrices se recomienda poner en marcha de inmediato el conjunto de medidas MOTIVE una vez diagnosticada la hemorragia puerperal, que incluye:

  • Masaje del útero;
  • Fármacos oxitócicos para estimular las contracciones;
  • Ácido tranexámico para reducir el sangrado;
  • Líquidos por vía intravenosa;
  • Examen vaginal y genital; y
  • Escalada de la atención si el sangrado persiste.

En los raros casos en que el sangrado continúa, se recomiendan intervenciones eficaces como cirugía o transfusiones de sangre para estabilizar de manera segura el estado de la mujer hasta que pueda utilizarse otro tratamiento.

«Las mujeres que sufren una hemorragia puerperal necesitan atención rápida, viable, eficaz y que permitan evitar las muertes por esta causa», declaró la Profesora Anne Beatrice Kihara, Presidenta de la FIGO. «Las directrices adoptan un enfoque proactivo de disposición operativa, reconocimiento de los signos y respuesta. Están concebidas para lograr efectos en el mundo real, capacitando a los trabajadores de la salud para que presten la atención adecuada, en el momento adecuado y en muy diversos contextos».

Reducir los riesgos mediante una prevención eficaz

Las directrices ponen de relieve la importancia de una buena atención prenatal y posnatal para mitigar factores de riesgo críticos como la anemia, muy prevalente en los países de ingreso bajo y mediano bajo. La anemia aumenta la probabilidad de hemorragia puerperal y empeora el desenlace si se produce. Entre las recomendaciones para las madres con anemia se incluyen la ingesta diaria de hierro y de folato por vía oral durante el embarazo y transfusiones de hierro intravenosas cuando se necesite una corrección rápida, incluso después de la hemorragia puerperal, o si el tratamiento oral no ha dado resultado.

En la publicación también se desalientan prácticas poco seguras como las episiotomías sistemáticas y se promueven técnicas preventivas como el masaje perineal al final del embarazo, para reducir la probabilidad de traumatismos y sangrados graves tras el parto.

Se recomienda administrar, durante la tercera etapa del parto, un uterotónico de calidad garantizada –preferiblemente oxitocina o, en su defecto, carbetocina termoestable– para promover la contracción uterina. Si no hay opciones intravenosas disponibles y la cadena de frío no es fiable, se puede usar misoprostol como último recurso.

«Las parteras saben de primera mano la rapidez a la que puede agravarse una hemorragia puerperal y provocar la muerte », señaló la Profesora Jacqueline Dunkley-Bent, OBE, Matrona Jefe de la ICM. «Estas directrices cambian las reglas del juego. Pero para poner fin a las muertes prevenibles por hemorragia puerperal, necesitamos más que evidencia y protocolos. Hacemos un llamamiento a los gobiernos, los sistemas de salud, los donantes y los asociados para que den un paso adelante, adopten estas recomendaciones –las adopten rápidamente– e inviertan en personal de partería y atención materna para que la hemorragia puerperal no sea más que una tragedia del pasado».

Las directrices van acompañadas de un conjunto de recursos de capacitación y aplicación, elaborados con asociados como UNFPA. Estas herramientas consisten en módulos prácticos para trabajadores de la salud de primera línea, guías a nivel nacional para introducir nuevas prácticas y capacitación basada en simulaciones para fortalecer la respuesta de emergencia.

Estas directrices consolidadas –las primeras centradas exclusivamente en la hemorragia puerperal– se presentan en el Congreso Mundial 2025 de la FIGO, en Ciudad del Cabo (Sudáfrica). Son un paso crucial en la aplicación de la Hoja de ruta para combatir la hemorragia puerperal entre 2023 y 2030.

Las directrices contienen 51 recomendaciones, algunas ya existentes y otras nuevas basadas en la evidencia para prevenir, diagnosticar y tratar la hemorragia puerperal.

Recientemente también se ha publicado en The Lancet un nuevo estudio de la OMS y el Programa Especial de Investigaciones, Desarrollo y Formación de Investigadores sobre Reproducción Humana (HRP) de las Naciones Unidas sobre la precisión diagnóstica de los indicadores de hemorragia puerperal grave en el que han participado más de 300 000 mujeres de 23 países:

Gallos I, Williams CR, Price MJ, Tobias A, Devall A, Allotey J et al. Prognostic accuracy of clinical markers of postpartum bleeding in predicting maternal mortality or severe morbidity: a WHO individual participant data meta-analysis. Lancet. 2025 (https://doi.org/10.1016/S0140-6736(25)01639-3).

Hoy también se ha publicado en The Lancet Global Health un comentario sobre las directrices.

Lecciones, desafí­os y prioridades para hacer frente a la resistencia antimicrobiana en Latinoamérica

Cada año millones de personas fallecen por infecciones que los antibióticos no pueden tratar y en Latinoamérica y el Caribe la situación es crítica. En 2021 la resistencia antimicrobiana contribuyó a 322.000 muertes y se espera que esta cifra ascienda a 650.000 para 2050, situando a la región entre las más afectadas.

El Dr. Flavio Gabriel Lipari, infectólogo y profesor en la Cátedra de Bacteriología y Virología de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, resumió el panorama a Medscape en español: «La resistencia antimicrobiana en Latinoamérica es muy grave porque confluyen varias aristas de un mismo problema: escasos recursos, altas tasas de resistencia en microorganismos críticos como Enterobacterales productores de carbapenemasas o Acinetobacter baumannii, poca inversión en educación, limitado acceso a nuevas moléculas y programas insuficientes de uso racional y control de infecciones».

Y añadió: «Latinoamérica tiene el triste récord de ser la peor región del mundo en varios marcadores de resistencia y Argentina no escapa a esta realidad, incluso con situaciones más drásticas en el caso de Acinetobacter baumannii«.

Una respuesta regional bajo el enfoque una salud

El proyecto Trabajando juntos para combatir la resistencia a los antimicrobianos surgió como una iniciativa regional innovadora liderada de manera tripartita por Organización Panamericana de la Salud (OPS)/Organización Mundial de la Salud (OMS), Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) y Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), con financiación y apoyo de la Unión Europea. Su objetivo fue enfrentar la resistencia antimicrobiana como amenaza multisectorial que afecta salud humana, sanidad animal, agricultura y ambiente, adoptando explícitamente el enfoque Una Salud.

En este trabajo participaron siete países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay, Perú y Uruguay, organizando sus acciones en cuatro líneas principales: consolidación de planes nacionales de acción, vigilancia integrada de resistencia antimicrobiana y consumo de antimicrobianos, fortalecimiento de la colaboración público-privada y promoción de investigación e innovación.

El Dr. Lipari señaló que aunque «no conoce en profundidad el proyecto», acepta que este tipo de iniciativas regionales es «muy importante, más aún si es financiado, como en este caso, por la Unión Europea». Advirtió que el proyecto «comenzó prácticamente con el inicio de la pandemia de COVID-19, con todo lo que ello trajo», lo que condicionó su implementación. En Argentina «la resistencia antimicrobiana se disparó a niveles alarmantes, generando la resistencia esperada en diez años en unos pocos meses» y las consecuencias aún hoy se perciben.

Durante los tres años de ejecución del proyecto la región registró avances significativos en la lucha contra la resistencia antimicrobiana. Entre los logros más destacados se encuentra la implementación de un abordaje multisectorial y el fortalecimiento de los planes nacionales de acción contra la resistencia antimicrobiana. La vigilancia integrada, basada en datos y evidencia científica, permitió seguimiento más eficiente de la resistencia, mientras que la movilización de recursos y la coordinación estratégica optimizaron la producción y el uso de antimicrobianos a lo largo de su ciclo de vida.

Los desafíos persistentes en la implementación

A pesar de los avances persisten retos estructurales: fragmentación de sistemas de vigilancia, lagunas en datos comparables, capacidad regulatoria insuficiente en sectores de producción animal y acuícola y necesidad de mayor inversión en educación e infraestructura. La literatura destaca que los sistemas nacionales de consumo de antimicrobianos ofrecen oportunidades, pero requieren datos completos, interoperabilidad y apoyos políticos de largo plazo.

El Dr. Lipari destacó que uno de los principales desafíos para aplicar protocolos de uso racional de antimicrobianos en Latinoamérica es «la obtención de recursos humanos» adecuados. También explicó que conformar seriamente programas para la optimización del uso de antimicrobianos exige «participación multidisciplinaria de varios actores», incluyendo enfermeras y enfermeros en control de infecciones, microbiólogos, farmacéuticos y médicos infectólogos que puedan trabajar de manera coordinada y consciente.

Además, enfatizó que los integrantes de estos equipos necesitan «tiempo resguardado de otras actividades», puesto que estas responsabilidades no pueden sumarse a un personal de salud ya saturado. Según su visión, «disponer de los recursos para poder tener un equipo de trabajo con esas horas dedicadas exclusivamente a actividades de programas para la optimización del uso de antimicrobianos» es fundamental para lograr resultados concretos, reducir el consumo de antimicrobianos y controlar la propagación de gérmenes multirresistentes.

El Dr. Diego Fernando Pérez Gaviria, médico cirujano, magíster en epidemiología, miembro de la Asociación Latinoamericana de Control de Infecciones y líder del equipo nacional de control de infecciones y programas para la optimización del uso de antimicrobianos de Dumian Medical, organización médica privada de Colombia, coincidió en que «desde México hasta la Patagonia quizá la implementación efectiva de protocolos y guías clínicas es un reto en sí mismo» y que las dificultades comienzan con lo básico: «Falta de personal calificado asignado para este propósito, la carencia de políticas de formación continua y la escasa capacidad de seguimiento y evaluación».

También señaló que la crisis de los sistemas de salud en varios países «de alguna manera agrava estos problemas». Para avanzar, propone invertir en formación institucional, incentivar la contratación de talento humano especializado en control de infecciones y resistencia antimicrobiana y utilizar tecnologías emergentes, como plataformas digitales, que permitan difundir, socializar y monitorear de forma dinámica la adherencia a estas guías institucionales.

Lea el texto completo en: Lecciones, desafíos y prioridades para hacer frente a la resistencia antimicrobiana en Latinoamérica – Medscape – 09 de octubre de 2025 (debe registrarse en el sitio web).

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