Trabajo periodístico

Visibles muestras de recuperación en Hospital “Ciro Redondo” de Artemisa

Hace tres meses que el huracán Rafael tocó tierra cubana. Lo hizo por Artemisa, donde hoy Infomed está de visita. Nos recibe la directora general de Salud en la provincia Dra. Yanelis Amador Borrego, quien rememora los momentos vividos en las 15 instituciones del territorio que sufrieron daños y que aún así, mantuvieron la vitalidad de los servicios.

La Dra. Niurka Larrionda Valdés se une a la charla. Tiene los ojos húmedos, y los culpables son los recuerdos. El colectivo del Hospital General Docente “Comandante Ciro Redondo”, del cual es directora, guarda en su memoria unos de los días más difíciles de sus vidas. Me recuenta lo que hicieron con las salas de Hemodiálisis y Gestantes, entre otras, a cuyos pacientes necesitaron trasladar de lugar teniendo en cuenta vulnerabilidades y premura.

Interviene entonces el Dr. Luis Ramón Díaz Angulo, el médico intensivista que estuvo de guardia la noche del siniestro. Nos narra (in situ), la caída de los ventanales de la sala de terapia intensiva, donde evacuaron —camilla abajo desde el tercer piso— a tres pacientes graves ventilados, mientras los cristales y los yesos destrozados del falso techo, caían sin rumbo.

Con historias muy propias, repletas de sensibilidad también comparten el coloquio las licenciadas en enfermería Yanelín y Maritza, y la Dra. Caridad. Pero trabajaron duro y muy organizadamente. Ninguno de los 1086 trabajadores del centro ha estado ajeno a las labores de recuperación que han devuelto la instalación, según todos, más bonita que antes. La población, los organismos, el gobierno y el partido han ayudado, pero sobre todo han sido los fieles guardianes del Hospital “Ciro Redondo” los auténticos autores del cambio.

Hoy muestran las salas ya recuperadas (sobre todo en la impermeabilización de las cubiertas, la reparación de los falsos techos, y las ventanas), las escenas donde aún pueden verse constructores y técnicos y hasta las que están por mejorar con un sentido de pertenencia que merece una admiración más grande que los vientos del propio “Rafael”.

Por: Mylenys Torres Labrada.

Los mejores nuevos esfuerzos de Vallín

Hace algunos días, quien fuera durante casi 10 años el Director de la Empresa Laboratorios Farmacéuticos AICA, pasaba a ocupar igual responsabilidad en el Centro de Inmunología Molecular (CIM). La noticia quizás tomó por sorpresa a Antonio Emilio Vallín García, quien hoy gentilmente accede a la curiosidad de Infomed.

– ¿De dónde provenía cuando llegó a AICA?

– «Llegué en octubre de 2015, en el momento en el que era Director General para las Operaciones Industriales en el CIM, con mi gran y querido jefe Agustín Lage. Lo acepté como un nuevo desafío, algo que siempre me ha gustado. Al llegar allí no tenía relaciones con la mayor parte del colectivo, había un equipo de dirección extremadamente disciplinado y conocedor de lo que
hacía, pero quizás faltaba explotar todas las posibilidades de financiación internacional, desarrollar nuevos productos, recapitalizar una base que estaba muy explotada. Comenzó el proceso de fusión empresarial, que llevó adelante Biocubafarma. La empresa fue creciendo, ahora son 1800 trabajadores y 17 líneas de producción».

– ¿Cuánto avanzó AICA en los últimos años en la implementación de buenas prácticas a pesar de las limitaciones financieras?

– «Las producciones de AICA hoy incluyen ciento ochenta productos distintos, muy vinculados a salones de operaciones, cuerpos de guardia o atención al paciente grave. Los productos inyectables genéricos tienen un gran impacto en la vida de los cubanos, y más luego cuando adquirimos la responsabilidad sobre la fabricación de los hemoderivados».

– ¿Cuál podría estar entre los principales aportes suyos a AICA?

– «Puede ser haber creado un equipo de dirección muy unido, capaz de sobreponerse a los problemas logísticos del bloqueo, actuar con creatividad y sobre todo con velocidad para reaccionar. Hemos logrado nuevas licencias sanitarias y nuevos estándares de calidad a partir de procesos inversionistas muy bien diseñados y acometidos en poco tiempo, algo que permitió convertirnos también en fabricantes de vacunas de alto estándar para luchar contra la COVID dentro y fuera de Cuba. Hemos sido acreedores
de múltiples premios de innovación, fuimos de las primeras empresas en constituir pymes: (ejemplo de gestión dentro y fuera del sector) y la primera empresa que asumió el sistema empresarial, aprobado mediante el Decreto 53, que reconoce el esfuerzo desplegado por los trabajadores en correspondencia con su desempeño».

– ¿Cuáles son sus claves para haber llegado a ser un líder tan querido?

– «Si a algo le puedo asociar el nivel de afinidad de trabajadores y cuadros es porque considero que soy una persona extremadamente sencilla para comunicarme, lo mismo con un obrero que con un directivo de muy alto nivel. Desarrollé también en AICA una política que me enseñó Lage de mantener “puertas abiertas”; significa que cualquier trabajador en cualquier momento podía llevarme cualquier problema, eso sí: cero chismes, si teníamos algún desacuerdo lo discutíamos hasta el cansancio, pero una vez terminado el intercambio no había rencores, sino transparencia en la toma de decisiones».

– ¿Cómo recibió el yo más interior de Vallín y su familia la noticia de que terminaban sus días en AICA y regresaba al CIM?

– «Mi primera impresión es que yo podía ser más útil en AICA para continuar su transformación y contribuir a elevar aún más sus capacidades productivas. Regresar al CIM no es para mí una tarea pequeña, sino un gran desafío. Y a él le entregaré mis mejores esfuerzos».

Por: Mylenys Torres Labrada.

Historias de amor con AICA: Armando Cádiz Lahens

Ha sido difícil que Armando Cádiz me diga que sí, es que no me lo ha dicho… he sido yo quien terminé escribiéndole que «si un día le escuchara a mi jefe decir las cosas que el entonces Director de la Empresa de Laboratorios Farmacéuticos AICA, Antonio Emilio Vallín, me había dicho de él… ya me podría arrojar al malecón». Accedió así a enviarme su currículum, pero me advirtió que es un hombre más que común…

Y fíjense si es «común» este Licenciado en Ciencias Biológicas, entrenado en Inmunología y Biofísica de Proteínas por tutores alemanes en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC), que se convirtió en el fundador y principal investigador en el desarrollo de la producción de los hemoderivados en Cuba.

En la primera planta aplicó la tecnología de producción de albumina (1974), la inmunoglobulina intramuscular (1975) y la inmunoglobulina anti Rh (1983), utilizando métodos alcohólicos. Estas tecnologías se aplicaron en una segunda planta, inaugurada en 1988 en colaboración con la URSS. Cádiz fue Director de ambos sitios en diferentes períodos. Y junto a otros valiosos compañeros, logró producciones no sólo para su utilización en el país, sino que representaron altos ingresos exportables.

La inmunoglobulina de uso intravenoso aquí desarrollada fue una de las primeras moléculas de este tipo en el mundo, empleada para salvar vidas en el tratamiento de púrpuras trombocitopénicas inmunológicas, necrolisis epidérmicas, síndromes de guillain barre , esclerosis múltiple, miastenias gravis, epilepsias, dermatomiositis, problemas de cáncer y como coadyuvante, en sepsis.

La importancia de producir albumina, por su parte se confirma al ser utilizada en cirugías, edemas, quemados, cirrosis y otras enfermedades hepáticas, inmunoglobulinas hiperinmunes para el conflicto Rh entre el feto y la madre y otros padecimientos. Por sobradas razones hoy Cádiz posee la Orden Carlos J. Finlay y decenas de distinciones como innovador destacado, investigador titular, miembro de la Academia de Ciencias de Cuba, autor de 2 libros, más de 10 monografías y 60 trabajos científicos en revistas nacionales e internacionales, tutor de alrededor de 90 tesis y conferencista en más de 150 eventos científicos. Ya jubilado de la Planta de Hemoderivados (que pertenece a AICA), aporta sus útiles conocimientos como contratado.

¿Y qué son los hemoderivados?

La sangre está compuesta por glóbulos rojos, blancos y plaquetas que tienen diferentes funciones en el organismo y “nadan” en un líquido amarillo-naranja que se llama plasma, compuesto por cientos de proteínas. Los hemoderivados son parte de esas proteínas que se purifican y se convierten en medicamentos muy importantes para salvar vidas. También son muy caros a nivel mundial por eso a la sangre se le llama el oro rojo. Hay pocas plantas en el mundo y están en países desarrollados, pues la tecnología de obtención y la infraestructura necesaria dependen de un alto financiamiento y un alto nivel científico-técnico.

Actualmente Cuba mantiene una de estas plantas en producción, y las perspectivas son mejorarle equipamiento y capacidades ya en los predios de AICA. Pero en todos estos empeños «el profe Cádiz», su disposición a cualquier hora, su hiperactividad, su desinterés, su capacidad para transmitir conocimientos, enseñar y sortear obstáculos han sido vitales.

De ahí que el propio exdirector de AICA, no esté de acuerdo con el protagonista de éstas líneas en eso de autodefinirse como alguien común y me dijera «Cádiz?: Cualquier cosa menos común».

Enhorabuena hoy Infomed ha compartido su historia, aunque él insista en que más lo merecen los muchachos jóvenes de la Planta de Hemoderivados, esos que «sin luz ni transporte -dice- van a trabajar todos los días, y garantizan la producción y las investigaciones».

Por: Mylenys Torres Labrada.

Historias de amor con AICA: Griset Toledo Carrabeo

Recientemente 8 trabajadores de Biocubafarma recibieron la Distinción Honorífica “Juan Tomás Roig”. Hoy, Infomed entrevista a una de ellos.

Hace unos 25 años que Griset Toledo llegó, desde su natal Cienfuegos a hacer una maestría a Liorad, una de las instalaciones productivas que actualmente forman parte de la Empresa Laboratorios AICA, en el oeste de La Habana. Trabajó en el Laboratorio Físico-Químico, en Control de la Calidad y después, fue la Jefa del Departamento de investigaciones, primero de Liorad y luego de creado el grupo empresarial Biocubafarma, a nivel de Empresa.

Recordemos que las formas farmacéuticas que se producen en AICA, en su mayoría son inyectables de pequeño volumen (bulbos líquidos , liofilizados y ampolletas y de gran volumen (sueros) pero también están los colirios, los homeopáticos que son algunos Alivios y Prevengos y los Hemoderivados (albúmina, gamma e intacglobin).

-Cómo es su día a día? -pregunta Infomed.

Ella le transmite a sus dedos la agilidad que le caracteriza, esa que según su Director se une a una capacidad de trabajo, de liderazgo y para encontrar soluciones que le convierten en un ser humano genial. Y responde:

«Nosotros, los que trabajamos los medicamentos genéricos no somos de innovaciones incrementales, pero sí aportamos, en aras de ocupar algunos vacíos terapéuticos del cuadro nacional de medicamentos y de mejorar algunas formulaciones inestables. Poco a poco y gracias al esfuerzo de muchas personas, hemos aumentado la cartera de productos. Hay una pequeña tarea, que es la conformación de registros de medicamentos en formato de expediente en función de aspirar a la comercialización en mercados internacionales, que no puedo dejar de mencionar porque le dedico mucho tiempo.

Mi día comienza enviándole a los especialistas principales de la Unidades de Desarrollo e Investigación las tareas que tienen prioridad y recordando los pendientes. Tenemos proyectos con la Universidad de la Habana y con el Centro de Investigación y Desarrollo de Medicamentos en función de crear plataformas de nanopartículas. Y de eso también me ocupo».

-¿Y luego?

-«Luego empieza el intercambio con las UEB por temas de estabilidad, escalados pilotos, conformación de registros y en dependencia de las prioridades voy revisando y firmando, subo siempre a los laboratorios para ver cómo están los equipos por si hay algún problema, y así…».

-¿Te mantienes ocupada todo el día?

-«Siempre. Suelo escribir en una hoja las tareas, las voy tachando y haciendo lo posible y lo imposible porque se cumplan. En el departamento somos un total de 29, hay personas de mucho valor técnico y humano».

– ¿Y la familia de Griset cómo se lleva con AICA?

-«Mis dos hijas y mi esposo saben que amo mi trabajo y me apoyan mucho. Mi esposo trabajó 20 años en Liorad, una de mis hijas estudió Ciencias Farmacéuticas igual que yo, (me dio mucha alegría porque me imagino que se debe haber motivado por todo lo que ha visto desde niña en casa) y la otra está en 4to. año de Ingeniería Química. Así es que toda la familia Pirulí está inmersa en este mundo, jjj…».

-¿Qué logra molestarte?

-«Tengo un carácter que no es fácil de molestar, pero no me agrada que las personas sean informales en enviar respuestas que están a su alcance, vaya como se dice ahora que lo dejen a uno en visto, jjj…aunque ya después se me pasa y los justifico. A veces hago poemas, ante situaciones que considero poco justas. También formo muchos grupos temporales de trabajo por Whatsapp como vía para encontrar soluciones. Nuestro director Vallin nos ha inculcado que el trabajo en equipo es clave. Reconocer que todos somos importantes, aunque unos aporten más que otros, hace a cada uno sentirse bien.

Por eso no quería esta entrevista, considero que en la empresa hay mucha gente capaz y comprometida que merece reconocimientos, empezando por el super líder que tenemos. Yo siento orgullo de estar donde estoy, con gente tan optimista y apasionada como yo, donde todo es “palante y palante”. Por eso mi amor con AICA es infinito».

Por: Mylenys Torres Labrada.

Colaboración médica cubana en Timor Leste

A unos 17 mil kilómetros de distancia de la patria, donde se vive 14 horas por delante con respecto a Cuba, en el sudeste de Asia, cerca de Australia… laboran hoy 160 cooperantes cubanos de la salud.

La historia

Menos de 30 médicos quedaron en Timor Leste cuando, finalmente, alcanzó su emancipación en el año 2002. Niños huérfanos, mujeres que perdían la vida apenas alumbraban otra, malnutrición, tuberculosis, malaria, muertes masivas en campos de concentración y migraciones forzadas conformaban el panorama que vivía la nación, después de 25 años bajo la dominación de
Indonesia.

En ese contexto, el entonces Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba Fidel Castro Ruz, se reunió durante la XIII Cumbre de Países No Alineados, celebrada en febrero de 2003 en Malasia, con Xanana Gusmão, Primer Presidente de Timor (2002-2007) y con el Ministro de Negocios Extranjeros, en ese momento, el Dr. Ramos Horta, Premio Nobel de la Paz. El líder de la Revolución Cubana propuso ayudar con una brigada médica cubana a la recuperación de la nación que durante 25 años estuvo ocupada por Indonesia, y que antes había pertenecido a Portugal. Se comprometió además a formar 1000 médicos timorenses.

Fue así como el 3 de abril del 2004 llegaron a Timor Leste los primeros 15 médicos cubanos y en julio de ese año viajaron los primeros jóvenes timorenses a estudiar medicina en Cuba.

El presente

«En Dili (la capital) se encuentran la Escuela Superior de Medicina, la brigada de Atención Primaria de Salud (APS) y la brigada del Hospital Nacional “Guido Valadares”. El resto de la brigada está formada por los cooperantes que se ubican en todos los municipios del país», le comenta a Infomed la Dra. Alis Cantalapiedra Luque, directora de la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional de Timor Leste, donde la temperatura ambiente es similar a la nuestra, pero no el idioma, ni las costumbres, ni la idiosincrasia.

No obstante «las muestras de satisfacción y de gratitud por nuestro trabajo son recurrentes por parte de las autoridades del país. Eso, y el cariño de los pacientes, nos comprometen todos los días a cumplir nuestra encomienda de la mejor manera posible», -nos dice el jefe de la Misión Dr. Sergio Rabel.

Y en ese empeño de elevar la calidad de vida del pueblo timorense, al que la BMC le brinda una asistencia médica de calidad, sobre la base del altruismo y la solidaridad, está el especialista en Endocrinología Dr. Rogelio Garcés Barbán. «Estoy de director por la parte cubana del Hospital Nacional “Guido Valadares”. Es la principal institución de salud de Timor. Aquí laboramos una brigada médica, integrada sobre todo por médicos especialistas, enfermeras, electromédicos y farmacéuticas. Actualmente compartimos el trabajo con una brigada de médicos chinos y los médicos especialistas timorenses. No solo trabajamos en lo asistencial, pues también tenemos una escuela cubana de medicina y nosotros mismos somos los profesores. Ya hemos graduado a más de 1100 médicos timorenses».

Así transcurre el día a día de una de nuestras brigadas médicas que trabaja más lejos de la patria, pero donde no falta la ética ni el compromiso de servir al prójimo que caracterizan a la solidaridad cubana.

Por: Mylenys Torres Labrada.

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