Desde la OMS

La OMS y la UIT presentan una nueva norma para prevenir la pérdida auditiva causada por los videojuegos

En vísperas del Día Mundial de la Audición 2025, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) presentan la primera norma mundial sobre escucha sin riesgos para los videojuegos y los ciberdeportes (o deportes electrónicos), con la que se pretende reducir y prevenir el riesgo de pérdida auditiva. Hasta ahora, no se disponía de pautas o normas de escucha sin riesgos para los aparatos y programas de videojuegos.

El Dr. Jérôme Salomon, subdirector General de la OMS para la Cobertura Sanitaria Universal/Enfermedades Transmisibles y No Transmisibles, ha dicho: «Hoy en día, todos podemos velar por nuestra salud auditiva a lo largo de la vida. La norma de la OMS y la UIT sobre escucha sin riesgos ayuda a gobiernos, fabricantes, la sociedad civil y otras partes interesadas a reducir los riesgos a fin de que las personas de todas las edades puedan proteger sus oídos y su audición, incluso cuando disfrutan de los videojuegos».

El rápido auge de los videojuegos y los ciberdeportes los ha convertido en una de las mayores formas de entretenimiento en todo el mundo. Cerca de 3000 millones de personas disfrutan de ellos en aparatos como ordenadores personales, consolas y teléfonos móviles, pero la mayoría de estos aparatos y juegos carecen de sistemas que protejan los oídos de los usuarios del ruido perjudicial. Estos usuarios corren el riesgo de sufrir una pérdida permanente de la audición como consecuencia de la exposición prolongada a sonidos de alta intensidad cuando juegan o escuchan música, un riesgo que se agrava en los niños, que son más vulnerables porque tienen menor tolerancia al ruido y muestran un interés creciente por este tipo de entretenimiento.

La nueva norma proporciona información, recomendaciones y recursos para que los videojugadores protejan su audición de los sonidos fuertes de los videojuegos.

Seizo Onoe, director de la Oficina de Normalización de las Telecomunicaciones en la UIT, explica: «Dado el continuo crecimiento de los videojuegos y los ciberdeportes, así como de la diversidad de aparatos que utilizan los usuarios para acceder a estos contenidos, las normas sobre escucha sin riesgos son fundamentales para prevenir daños auditivos, especialmente en los niños. La elaboración de normas técnicas eficaces requiere colaboración y aprovechamiento de las competencias que cada uno pueda aportar. Estamos muy agradecidos a la OMS por cooperar con nosotros aportando sus conocimientos y su experiencia en materia de escucha sin riesgos, y nos complace presentar esta norma en el Día Mundial de la Audición».

La norma protege a todos los tipos de usuarios de videojuegos

Con esta nueva norma mundial, la OMS y la UIT pretenden proteger la audición de todos los tipos de usuarios que utilicen una gama muy diversa de aparatos y recursos para disfrutar de videojuegos. El texto contiene recomendaciones específicas para distintos tipos de aparatos, como las consolas, los teléfonos móviles y otros dispositivos portátiles, los ordenadores personales, los audífonos (auriculares) y los programas de videojuegos.

En concreto, formula las siguientes recomendaciones para los aparatos de videojuegos:

  • Control de dosimetría del volumen para medir la exposición del jugador al sonido.
  • Mensajes informativos sobre el nivel de sonido y estimaciones del tiempo que falta para llegar al límite recomendable.
  • Un sistema de control de volumen fácil de usar y de ajustar.
  • Un «modo seguro» para los audífonos que ajuste automáticamente el volumen al alternar con los altavoces.

Para los videojuegos, la norma recomienda:

  • Advertencias y mensajes sobre escucha sin riesgos que informen del riesgo de perder audición debido a los sonidos fuertes y la exposición prolongada.
  • Controles de volumen independientes para distintos tipos de sonido que permitan ajustar sus niveles y silenciar varios sonidos durante el juego.
  • Adaptación de la banda sonora, el estilo y el diseño del sonido de cada videojuego con funciones de escucha sin riesgos.
  • Un «modo seguro» para los audífonos incorporado en el programa que detecte cambios de salida de audio entre los audífonos y los altavoces y reduzca automáticamente el volumen.

La nueva norma se ha elaborado en el marco de la iniciativa «Escuchar sin riesgos» con la que la OMS pretende mejorar los hábitos de escucha, sobre todo entre los jóvenes, basándose en las últimas pruebas disponibles y en consultas con diversas partes interesadas, como expertos de la OMS, gobiernos, empresas, consumidores y la sociedad civil.

Además de la nueva norma mundial publicada ahora, en 2019 y 2022 se publicaron otras dos normas para la escucha sin riesgos: la norma mundial H.870 de la UIT y la OMS para dispositivos y sistemas de escucha segura y la norma mundial de la OMS para la escucha segura en lugares y eventos (adoptada también por la UIT en 2024).

Más información

Día Mundial de la Audición 2025 y la iniciativa «Escuchar sin riesgos»

Del 25 al 27 de marzo, Segunda Conferencia Mundial sobre Contaminación del Aire y Salud

La Conferencia Mundial sobre la Contaminación del Aire y Salud: Acelerando Acciones por un Aire Limpio, Acceso a Energía limpia y Mitigación del Cambio Climático, que se celebrará en el Centro de Convenciones Cartagena de Indias en Colombia, revelará soluciones multisectoriales coordinadas y basadas en evidencias científicas en ciudades, países y regiones para prevenir enfermedades transmisibles y no transmisibles, salvar vidas y proteger la salud infantil, y mitigar los efectos del cambio climático en todo el mundo.

Desde el 25 al 27 de marzo, ministros de Salud, ministros de Medio Ambiente y Energía y funcionarios de organismos nacionales, intergubernamentales y de desarrollo; profesionales de la salud; alcaldes, autoridades locales y planificadores; sectores críticos como la energía, el transporte, la industria, los residuos y el uso de la tierra; y delegados del área de investigación, academia y sociedad civil, se reunirán con los siguientes objetivos:

  • Compartir la evidencia más reciente sobre los riesgos para la salud de la contaminación del aire y la carencia energética, promover herramientas de evaluación y recursos para la toma de decisiones.
  • Realizar un balance del progreso global desde 2015 después de la aprobación de la resolución de la Asamblea Mundial de la Salud y el inicio de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
  • Mostrar los beneficios colaterales para la salud, el clima, el género y la equidad de la lucha contra la contaminación del aire y la energía.
  • Movilizar, valorar y empoderar a los profesionales de la salud para que “prescriban” aire limpio para la salud.
  • Reiterar estrategias para mitigar la huella ambiental del sector salud.
  • Reforzar la financiación para el clima y el desarrollo para abordar la contaminación del aire y garantizar una justa transición energética.
  • Aprovechar los argumentos de salud para impulsar la cooperación y los compromisos financieros de los países.
  • Invitar a países, regiones y ciudades a unirse a BreatheLife y comprometerse reducir la contaminación del aire para 2030 y más allá.

La evidencia es indiscutible. La contaminación del aire ambiental y doméstico es una amenaza catastrófica para la salud pública, con un estimado de 7 millones de vidas perdidas prematuramente al año debido a enfermedades respiratorias, cardiovasculares, pulmonares y el cáncer. Además de asma y cataratas que reducen la calidad de vida, cada vez hay más evidencia que vincula la
contaminación del aire con el bajo peso al nacer, la diabetes, el deterioro cognitivo y los impactos en la salud mental.

La conferencia mundial contará con sesiones dinámicas con evidencias en salud, políticas e intervenciones concretas, gobernanza, liderazgo y promoción dentro del sector de la salud.

Vea más detalles en la convocatoria.

La OMS y el hospital de investigación pediátrica St. Jude comienzan a suministrar medicamentos contra el cáncer infantil en todo el mundo en el marco de una iniciativa pionera

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el St. Jude Children’s Research Hospital (hospital de investigación pediátrica St. Jude) han comenzado a distribuir medicamentos esenciales contra el cáncer infantil en 2 de los 6 países piloto, a través de la Plataforma Mundial para el Acceso a los Medicamentos contra el Cáncer Infantil. Estos medicamentos se están suministrando actualmente a Mongolia y Uzbekistán, y se prevén nuevos envíos para el Ecuador, Jordania, Nepal y Zambia. Aproximadamente 5000 niños que padecen cáncer, ingresados en al menos 30 hospitales, podrán beneficiarse de los tratamientos este año.

La Plataforma Mundial es una de las primeras iniciativas de este tipo. Los países que participan en la fase piloto recibirán un suministro ininterrumpido de medicamentos contra el cáncer infantil, de calidad garantizada, sin costo alguno. En los países de ingreso medio-bajo, las tasas de supervivencia del cáncer infantil suelen situarse por debajo del 30 %, y son considerablemente más bajas que las de los países de ingreso alto. Se ha invitado formalmente a otros seis países a integrar la plataforma.

Esta iniciativa podría convertirse en una de las iniciativas más extendidas, ya que se ha fijado como objetivo llegar a 50 países en los próximos 5 a 7 años. La finalidad de la iniciativa es proporcionar, a la larga, medicamentos para tratar a aproximadamente 120 000 niños que padecen cáncer y viven en países de ingreso medio-bajo, lo que reduciría de forma significativa las tasas de mortalidad.

«Durante demasiado tiempo, los niños con cáncer no han tenido acceso a medicamentos que salvan vidas», declaró el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «Esta alianza sin igual entre la OMS y St. Jude trata de proporcionar medicamentos contra el cáncer, de calidad garantizada, a hospitales pediátricos situados en países de ingreso bajo y medio. La OMS se enorgullece de formar parte de esta iniciativa emprendida conjuntamente con St. Jude, y de ofrecer salud y esperanza a niños de todos los rincones del mundo».

Cada año, cerca de 400 000 niños de todo el mundo contraen un cáncer. La mayoría de estos niños, que viven en entornos en los que se dispone de recursos limitados, no pueden conseguir o adquirir sistemáticamente los medicamentos contra el cáncer. Se calcula que el 70 % de los niños de esos entornos mueren por cáncer debido a factores tales como la falta de tratamiento adecuado, las interrupciones del tratamiento o la mala calidad de los medicamentos.

«Las probabilidades de que un niño sobreviva al cáncer vienen determinadas, en gran medida, por su lugar de nacimiento, siendo esta una de las disparidades más marcadas en la atención de salud mundial», declaró James R. Downing, Doctor en Medicina, Presidente y Director Ejecutivo de St. Jude. «St. Jude fue fundado a partir del sueño de Danny Thomas, según el cual ningún niño debería morir en los albores de la vida. Al crear esta plataforma, creemos que este sueño podrá hacerse realidad algún día para los niños que padecen cáncer, con independencia de dónde vivan».

St. Jude y la OMS anunciaron la creación de la Plataforma en 2021, destinada a velar por que los niños de todo el mundo tengan acceso a tratamientos que salvan vidas. La Plataforma reúne a gobiernos, la industria farmacéutica y organizaciones no gubernamentales en un modelo de colaboración sin igual, centrado en la búsqueda de soluciones para los niños con cáncer. El enfoque de la formulación conjunta permite abordar las necesidades más amplias de las partes interesadas nacionales, centrándose en la creación de capacidad y la sostenibilidad a largo plazo.

La Plataforma ofrece apoyo en todas las etapas del proceso, de principio a fin, desde la consolidación de la demanda mundial hasta la configuración del mercado, y ayuda a los países a seleccionar los medicamentos y a elaborar normas en materia de tratamiento. Supone un modelo transformador para que la comunidad de la salud mundial en general pueda trabajar conjuntamente para hacer frente a los problemas de salud, en particular los que afectan a los niños y los relacionados con las enfermedades no transmisibles. Para lograrlo, St. Jude y la OMS se han asociado con la División de Suministros del UNICEF y el Fondo Estratégico de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

La Organización Mundial de la Salud llama a Unirse y Actuar, para Eliminar la transmisión, en el Día Mundial de la Lepra

La lepra, también conocida como mal de Hansen, es una enfermedad ancestral incluida en el grupo de las enfermedades tropicales desatendidas. Fue descrita ya en textos de las civilizaciones de la antigüedad y se trata de una enfermedad infecciosa crónica, causada por la bacteria Mycobacterium leprae, que afecta principalmente a la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias superiores y los ojos. Se puede curar y el tratamiento en las fases iniciales puede evitar la discapacidad. Además de las deformaciones físicas, los afectados sufren también estigmatización y discriminación.

La lepra sigue presente en más de 120 países, que en conjunto notifican más de 200 000 nuevos casos al año. Su eliminación como problema de salud pública (objetivo definido por una tasa de prevalencia inferior a 1 caso por cada 10 000 habitantes) se logró a escala mundial en 2000 (según reza la resolución WHA44.9 de la Asamblea Mundial de la Salud) y en la mayoría de los países en 2010. La disminución del número de nuevos casos ha sido gradual, tanto a nivel mundial como en cada una de las regiones de la OMS.

Según los datos de 2019, el Brasil, la India e Indonesia notificaron más de 10 000 nuevos casos, mientras que otros 13 países (Bangladesh, Etiopía, Filipinas, Madagascar, Mozambique, Myanmar, Nepal, Nigeria, la República Democrática del Congo, la República Unida de Tanzanía, Somalia, Sri Lanka y Sudán del Sur) notificaron entre 1000 y 10 000 nuevos casos cada uno. Cuarenta y cinco países notificaron 0 casos y 99 notificaron menos de 1000 casos nuevos.

Tras un exhaustivo proceso de consultas con países, expertos, asociados y afectados por la lepra, la OMS publicó el documento Hacia cero lepra. Estrategia mundial contra la lepra (enfermedad de Hansen) 2021-2030, en consonancia con la Hoja de ruta para las enfermedades tropicales desatendidas 2021-2030. La expresión «cero lepra» significa cero infecciones y enfermedades, cero discapacidades y cero estigmatización y discriminación, y el objetivo de la Estrategia es eliminar la enfermedad, es decir, interrumpir su transmisión.

Los cuatro pilares de la Estrategia son:

  1. aplicar hojas de ruta integradas de cero lepra en todos los países con lepra endémica;
  2. ampliar la prevención de la lepra junto con la detección activa e integrada de casos;
  3. atender los casos y sus complicaciones y prevenir nuevas discapacidades;
  4. y combatir la estigmatización y garantizar el respeto de los derechos humanos.

Además, se indica que es fundamental invertir a nivel mundial y nacional para hacer realidad la meta de lograr «cero lepra», y se establecen una serie de prioridades básicas para la investigación.

La OMS también ha elaborado módulos de aprendizaje electrónico para ayudar a los trabajadores de la salud de todos los niveles a adquirir más conocimientos y competencias en temas relacionados con el diagnóstico y tratamiento de la lepra y con la atención de las discapacidades, material al que se puede acceder a través de la plataforma OpenWHO.

Por su parte, desde 1992, la Organización Panamericana de la Salud ha promovido el Plan de Acción Regional para la Eliminación de la Lepra en las Américas, para la cobertura de tratamiento con poliquimioterapia y desde entonces ha alcanzado coberturas del tratamiento del 42 %, y desde el 2001 hasta hoy día la cobertura es casi universal. La Organización proporciona el medicamento gratuitamente a todas las personas que lo necesiten, a través de donaciones de la Fundación Novartis para el Desarrollo Sostenible.

En 2009, los países Miembros de la OPS/OMS, a través de la Resolución CD49.R19, 2009, se comprometieron con la meta de eliminar la lepra como problema de salud pública, al primer nivel sub -nacional para el 2015 y en el 2012, la OPS/OMS formuló un “Plan de Acción para Acelerar el Logro de la Eliminación de la Lepra en Latinoamérica y el Caribe”, alcanzar la reducción de la prevalencia por esta en enfermedad a menos de 1 caso por cada 10 000 habitantes.

La Resolución A/RES/65/215 para la “Eliminación de la Discriminación Contra las Personas Afectadas por la Lepra y sus Familia res”, fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre del 2010 con el fin de fomentar la formulación y aplicación de políticas y medidas para prevenir la discriminación de las personas afectadas por lepra y a sus familiares.

En 2023, se notificaron 182,815 nuevos casos de lepra a nivel mundial, de los cuales el 13.6 % fueron reportados en la Región de las Américas, donde más del 90 % de casos se concentra en Brasil. Este país no solo lidera las cifras regionales, sino que también ocupa el segundo lugar a nivel mundial en número de casos reportados. Antes de la pandemia de COVID-19, se registraban anualmente alrededor de 30,000 nuevos casos en las Américas, una cifra que disminuyó significativamente durante la pandemia, pero que en 2023 ha vuelto a incrementarse, alcanzando aproximadamente 25,000 casos.

El Día Mundial de la Lepra, que tiene lugar el último domingo de enero, se celebra desde 1954 en respuesta a la propuesta hecha en ese año por el periodista y filántropo Raoul Foullereau (1903-1977) en París, tras una visita que hizo a un leprosorio en Costa de Marfil donde vio la situación de muchas personas que padecían esta enfermedad.

Este año coincide su celebración con el Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas el cual se observa cada año el 30 de enero.

Nuevo informe de la OPS sobre seguridad vial destaca avances lentos y desiguales en la reducción de las muertes por tránsito en las Américas

Un nuevo informe de la Organización Panamericana de la salud (OPS) sobre seguridad vial revela que, en 2021, los siniestros de tránsito causaron poco más de 145.000 muertes en la región de las Américas, lo que representa el 12 % de las muertes globales por esta causa. A pesar de algunos avances, la tasa de reducción de muertes en las vías ha sido lenta y desigual, lo que evidencia la necesidad urgente de políticas nacionales más fuertes e integrales.

El informe Salvar vidas promoviendo un enfoque de sistemas de tránsito seguros en las Américas se basa en los datos más recientes disponibles, recabados en 31 países y un territorio de la región, y es la quinta edición desde 2009. Debido al impacto de la pandemia en 2020, se compararon los años 2010 y 2021.

Según el estudio, la tasa de mortalidad por tránsito en las Américas disminuyó un 9,37 % entre 2010 y 2021, lo que refleja un progreso lento. Solo nueve países lograron reducir las muertes. A nivel de subregiones, América del Norte y el Caribe Latino han visto un aumento en las tasas de mortalidad. En contraste, el Cono Sur y la Zona Andina han logrado reducciones significativas.

«La seguridad vial sigue siendo un importante desafío para la salud pública en la región”, afirmó el doctor Jarbas Barbosa, Director de la OPS. «A pesar de los esfuerzos realizados, las cifras siguen siendo inaceptables. La seguridad vial no es solo un tema de infraestructura o legislación, es una cuestión de vida o muerte para millones. Es crucial que los países implementen medidas integrales para proteger a todos los usuarios de las vías, especialmente a los más vulnerables.»

Disparidades en las muertes y grupos más afectados

Alrededor del 37 % de las muertes por tránsito ocurren en países de ingresos altos, aunque estos países solo representan el 41 % de la población, el 57 % de los vehículos registrados y el 49 % del territorio. En cambio, los países de ingresos medianos-bajos, que tienen solo el 5 % de la población y el 3 % del territorio, concentran el 7 % de las muertes, a pesar de contar con solo el 1 % de los vehículos registrados.

Las víctimas fatales de siniestros viales son mayoritariamente hombres (79 %) y adultos jóvenes entre 18 y 44 años (54 %). Sin embargo, el impacto no se limita a las muertes. En 2021, más de 4 millones de personas sufrieron lesiones no fatales en la región, 638.620 de ellas graves y con consecuencias permanentes.

Usuarios vulnerables y el reto de las motocicletas

El reporte también destaca el impacto particularmente desproporcionado en los usuarios más vulnerables. Desde 2009 hasta 2021, las muertes de motociclistas, peatones y ciclistas han aumentado del 39 % al 47 % del total de muertes por siniestros viales. En 2021, los motociclistas representaron el 27 % de las muertes, los peatones el 17 % y los ciclistas el 3%. Esta tendencia contrasta con la leve disminución observada en la mortalidad de los ocupantes de vehículos de motor de cuatro ruedas.

Ricardo Pérez-Núñez, asesor regional en seguridad vial de la OPS, comentó: «La seguridad de los motociclistas sigue siendo una prioridad urgente. Para reducir este tipo de muertes, es fundamental mejorar la infraestructura vial, aplicar leyes más estrictas sobre el uso de cascos, cinturones de seguridad y la conducción bajo los efectos del alcohol, y promover prácticas de conducción más seguras».

Gestión institucional, infraestructura vial y vehículos más seguros

El informe destaca la necesidad de fortalecer la gestión institucional para mejorar la seguridad vial. Aunque algunos países han avanzado en políticas y marcos normativos, aún falta coordinación y capacitación en muchos casos.

En cuanto a la infraestructura, si bien varios países han mejorado las carreteras con medidas como zonas de protección para peatones y mejores señales, se requiere más inversión, especialmente en áreas rurales y con alta incidencia de accidentes.

Sobre vehículos más seguros, el informe resalta los beneficios de normas internacionales como el control electrónico de estabilidad y airbags. Sin embargo, la implementación de estas normativas sigue siendo insuficiente en algunos países, lo que limita su impacto.

Usuarios más seguros y respuesta posterior al siniestro

El informe también subraya la importancia de reducir comportamientos de riesgo, como el exceso de velocidad, el alcohol al volante y el uso del celular. Además, llama a reforzar el uso de dispositivos de seguridad como cascos y cinturones de seguridad.

Finalmente, en cuanto a la respuesta posterior al siniestro, aunque varios países han mejorado el acceso a servicios médicos y de rehabilitación, persisten disparidades en el tiempo de respuesta y cobertura, lo que exige una mejora en la infraestructura de emergencias.

La OPS hace un llamado a los gobiernos para que adopten un enfoque integral de «sistemas de tránsito seguros», que incluya mejoras en la infraestructura vial, el fortalecimiento de las leyes de tránsito y el aumento de la seguridad en los vehículos. Además, se subraya la importancia de la cooperación entre los sectores público y privado para enfrentar este problema de salud pública.

Descargue el informe desde aquí: Español; 132 páginas (8.695Mb).

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