Cada 14 de noviembre, se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, que es una oportunidad para crear conciencia sobre el impacto de esta enfermedad en la salud de las personas. Busca también destacar las oportunidades que existen para fortalecer la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la diabetes.
El tema de este año es “Educación para proteger el mañana” y hace un llamado a la necesidad de fortalecer el acceso a una educación en diabetes de calidad tanto para el equipo de salud como para las personas que viven con diabetes, sus cuidadores y la sociedad en general.
Este año la OPS presenta el Panorama de la diabetes en las Américas, un nuevo informe técnico que integra datos de varias fuentes sobre indicadores clave para la Región, incluida la mortalidad por diabetes, su prevalencia y las respuestas nacionales a esta enfermedad. Aborda también problemas críticos de nuestro tiempo como lo es la relación entre diabetes y COVID-19, la situación de la diabetes en las poblaciones indígenas y el acceso a la insulina 100 años después de su descubrimiento.
El número de personas que viven con diabetes en el mundo aumentó de 108 millones a 420 millones en los últimos treinta años; 62 de estos millones están en la Región de las Américas. Este número se ha más que triplicado en la Región desde 1980 y podría ser aún mayor, ya que 40% de las personas con diabetes desconoce su condición.
La carga de enfermedad asociada a diabetes es enorme y creciente: en solo 20 años la mortalidad por diabetes aumentó 70% a nivel mundial. En la Región de las Américas es la sexta causa principal de muerte y la séptima de años de vida perdidos prematuramente.
En la Región, la diabetes (incluyendo la enfermedad renal relacionada con diabetes) causa al año la pérdida por muerte prematura de más de ocho millones de años de vida. Casi la mitad de las muertes prematuras en las Américas se debe a la diabetes. En solo 20 años, el número de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) debidos a la diabetes aumentó un 88%. Este aumento alcanza a 97% en los hombres. Actualmente, la diabetes es la segunda causa de AVAD, precedida solo por la cardiopatía isquémica.
Las personas que viven con diabetes tienen más riesgo de enfermar gravemente y de morir por otras enfermedades:
- La diabetes está entre los cinco principales factores de riesgo relacionados con la salud para la tuberculosis.
- La diabetes es la principal causa de ceguera en las personas de 40 a 74 años.
- La depresión es dos veces más frecuente en personas con diabetes que en aquellas que no la tienen.
- El estrés y la ansiedad que produce vivir con diabetes repercuten negativamente en la evolución de la enfermedad debido a un autocuidado insuficiente, falta de adherencia al tratamiento y a episodios de hipo o hiperglicemia.
- Las personas que viven con diabetes tienen hasta tres veces más riesgo de fallecer por enfermedades cardiovasculares, enfermedad renal o cáncer.
- Las personas que viven con diabetes tienen el doble de riesgo de desarrollar un cuadro severo y de fallecer por COVID-19.
Mantener los niveles de glucosa en sangre bien controlados disminuye el riesgo de enfermar gravemente o de morir; desgraciadamente, el 50% a 70% de las personas que viven con diabetes tienen niveles de glucosa en sangre no controlados.
El aumento expansivo de la epidemia de diabetes va de la mano con el incremento de sus factores de riesgo. Las Américas es la región con más sobrepeso/obesidad e inactividad física del mundo: 63 de cada 100 adultos tiene sobrepeso u obesidad y 39 de cada 100 personas tienen un nivel de actividad física insuficiente.
El aumento de los factores de riesgo para la diabetes es alarmante en niños y adolescentes. Treinta y dos de cada 100 adolescentes y 36 de cada 100 niños tiene sobrepeso u obesidad, mientras que 81 de cada 100 adolescentes practica actividad física insuficiente.
Las personas que viven con diabetes enfrentan diferentes barreras para acceder a los cuidados de salud:
- El tratamiento para la diabetes y de sus complicaciones puede ser costoso y muchas veces requiere un elevado gasto de bolsillo.
- La insulina es crucial para mantener la vida de las personas con diabetes tipo 1 y de muchas con diabetes tipo 2.
- En muchos países los cuidados para la diabetes no están incluidos en la cobertura universal de salud, hay brechas en los servicios de atención primaria de salud y también en el acceso a los otros niveles de atención.
La pandemia por COVID-19 afectó seriamente el acceso a los servicios de salud para la diabetes. A pesar de la asociación de la diabetes y la COVID-19 y la necesidad de una atención continua e ininterrumpida para las personas que viven con la enfermedad, en muchos países los planes de preparación y respuesta a la COVID-19 no incluyen servicios para la diabetes.
¿Qué podemos hacer para controlar la diabetes?
Detener el aumento de la diabetes es posible y va de la mano de implementar estrategias como:
- La prevención de la diabetes y de sus factores de riesgo, especialmente sobrepeso/obesidad y actividad física insuficiente.
- El tamizaje de la diabetes en población general y el seguimiento estrecho de la población de riesgo.
- Mejorar la capacidad diagnóstica de los servicios de salud para la diabetes.
- El monitoreo continuo de las personas que viven con diabetes.
- Mejorar la capacidad de derivación y de atención en el nivel secundario de atención.
- El acceso a una educación en diabetes de calidad, que garantice una adecuada capacitación del equipo de salud y también de las personas que viven con diabetes, su círculo más cercano, sus cuidadores y la sociedad en general.
- El acceso a medicamentos y tecnologías esenciales para la diabetes, incluyendo la insulina.
- Los sistemas de información para la recopilación de datos para monitoreo y vigilancia de la diabetes.
El cambio ocasionado por la pandemia de COVID-19 hace fundamental integrar soluciones digitales basadas en evidencia, tales como la telemedicina y las aplicaciones educativas y de monitoreo en los cuidados de salud para la diabetes.
Los cuidados para la diabetes deben ser parte de la preparación y de la respuesta a emergencias sanitarias. Las personas que viven con diabetes requieren que se les garantice la disponibilidad ininterrumpida de sus medicamentos en situaciones de este tipo.