Este lunes el ministro de Salud Pública de Cuba, Doctor José Angel Portal Miranda, intervino en la 76 Asamblea Mundial de la Salud, donde reiteró la disposición de la nación de poner sus experiencias al servicio de la humanidad.
Resaltó los resultados de la Salud Pública cubana y denunció el impacto causado por el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos a la mayor de las Antillas.
A continuación reproducimos íntegramente las palabras del titular cubano en esta jornada.
Señor Presidente;
Estimado Director General;
Excelencias:
Más de siete décadas salvando vidas y promoviendo salud para todos es un hecho que merece ser celebrado y lo hacemos. Mucho ha contribuido la Organización Mundial de la Salud, desde su fundación en 1948, a sanar el mundo que éramos entonces, marcado por el recién concluido conflicto más mortífero de la historia.
Mucho ha cambiado el mundo en estos 75 años y junto a él nuestra Organización. Por eso también debemos mirar este nuevo aniversario como un momento oportuno para analizar retos y perspectivas, en pos de seguir mejorando la salud de todos, en un contexto donde las secuelas de la pandemia de la COVID-19 son cada vez más evidentes.
Evaluar las múltiples lecciones dejadas por el enfrentamiento al virus e implementar acciones en consecuencia, son prioridades de extrema urgencia para nuestros sistemas sanitarios en el camino de su fortalecimiento.
Lo vivido en los últimos años demuestra que la humanidad precisa más que nunca de sistemas de Salud resilientes, con capacidad para avanzar hacia la cobertura sanitaria universal, garantizando el derecho de todos a la salud y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Especial seguimiento es necesario continuar brindando a los efectos del cambio climático, lo cual demanda del diseño y puesta en marcha de planes de acción integrales que permitan el monitoreo y el análisis de sus verdaderas consecuencias.
A su vez, urge fomentar acciones que se encaminen a atender y minimizar los riesgos que implican para la salud de las personas los determinantes sociales, cuya existencia puede condicionar en determinados contextos el surgimiento de nuevas emergencias sanitarias.
Revertir el comportamiento de indicadores esenciales como la salud materno-infantil, las coberturas de vacunación y el control de las enfermedades no transmisibles, en los cuales se ha observado un retroceso durante el último periodo, demanda del esfuerzo mancomunado de todos los estados miembro.
Son realidades cuyo surgimiento ha estado condicionado por el orden económico internacional impuesto al mundo, que mercantiliza el acceso a los servicios de salud, en lugar de garantizarlos como un derecho inalienable a todos los seres humanos.
Señor Presidente:
La Salud pública en Cuba es un derecho de todas las personas y es responsabilidad del Estado garantizar el acceso, la gratuidad y la calidad de los servicios de atención, protección y recuperación, con un profundo concepto de solidaridad y cobertura universal.
En esas bases, que sustentan el quehacer del Sistema Nacional de Salud, encontramos en Cuba las mayores fortalezas para enfrentar con éxito el complejo escenario que trajo consigo la llegada de la COVID-19.
Primordial resultó entonces la capacidad de nuestro sistema sanitario para adaptarse a los diferentes momentos de desarrollo del país, así como a las necesidades de atención de la población.
Entre otros muchos elementos, la gestión sanitaria durante ese difícil periodo se apoyó en el acceso a medicamentos innovadores, fruto del desarrollo de la industria biofarmaceútica cubana.
Se crearon cinco candidatos vacunales, tres de ellos convertidos en vacunas que posibilitaron llevar a cabo una campaña nacional de vacunación sin precedentes, que permitió inmunizar a más del 98% de la población cubana vacunable mayor de los dos años de edad.
El control que logramos de la COVID-19 no fue tarea fácil para Cuba. Además de hacer frente a las consecuencias devastadoras de la epidemia, tuvimos que hacerlo también al recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos, a lo cual se unió la arbitraria designación de mi país como Estado patrocinador del terrorismo.
Son hechos que han ocasionado, y lo siguen haciendo, un incuestionable freno al desarrollo y fortalecimiento del Sistema Nacional de Salud en todas sus áreas de actuación, limitando el acceso a tratamientos, insumos y equipos de primera línea que beneficiarían a la población cubana.
Señor Presidente:
En un contexto internacional donde la integración y la cooperación son cada vez más esenciales para hacer llegar los servicios de salud a las naciones y territorios menos favorecidos, el Sistema de Salud cubano se enorgullece de que en los últimos 60 años más de 600 mil colaboradores hayan brindado atención médica en 164 naciones.
Cuba, que ha logrado cumplir con el principio de “salud para todos” y consolidar un sistema de Salud resiliente, pone sus experiencias y conocimientos a disposición de la Organización Mundial de la Salud y de todos sus estados miembro.
Fortalecer y perfeccionar los sistemas sanitarios de nuestros países, son retos en los que estamos obligados a trabajar constantemente y con total responsabilidad, para lograr un acceso real de todas las personas a los servicios de salud. El hacer de hoy, marcará el futuro que podamos legar a las próximas generaciones.
Muchas gracias.
Tomado del Minsap.