Muchas etiquetas de contenido nutrimental de los suplementos de ácidos grasos omega-3 hacen afirmaciones infundadas sobre la salud, y los productos contienen dosis diarias variables de ácido eicosapentaenoico (EPA) más ácido docosahexaenoico (DHA), según señala un estudio transversal.
En general, alrededor de 74 % de los más de 2.800 suplementos que se examinaron tenÃan etiquetas de contenido nutrimental con al menos una declaración de propiedades saludables, y solo 19 % incluÃa una declaración de propiedades saludables cualificada (QHC) revisada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos.
Los autores apuntaron que quizá sea necesaria una «regulación adicional» a las afirmaciones, para evitar la desinformación de los consumidores. Vale la pena mencionar que 20% de los adultos mayores de 60 años toman suplementos de aceite de pescado para la salud cardiaca, a pesar de que múltiples ensayos aleatorizados no muestran ningún beneficio cardiovascular.
«Basándome en lo que he visto personalmente en la tienda de comestibles y en la farmacia, no me sorprendió encontrar Ãndices tan altos de afirmaciones de salud en los suplementos de aceite de pescado», dijo a Medscape Noticias Médicas la autora principal Joanna Assadourian, del UT Southwestern Medical Center de Dallas, en Texas, Estados Unidos. «Lo sorprendente, sin embargo, fue lo amplios que eran los tipos de afirmaciones que se hacÃan: desde la salud del corazón y el cerebro hasta la salud de las articulaciones, la salud ocular y la función inmunitaria».
La autora principal, Dra. Ann Marie Navar, Ph. D., también de UT Southwestern, añadió: «Como cardióloga preventiva, les digo a mis pacientes que si toman aceite de pescado para intentar evitar enfermedades cardiacas, pueden dejar de tomarlo porque no les está ayudando. Su dinero estarÃa mejor gastado en algo que realmente prevenga un infarto de miocardio, como más verduras frescas, su medicación para la presión o el colesterol, o una suscripción al gimnasio».
El estudio fue publicado en versión electrónica el 23 de agosto en JAMA Cardiology.