La demencia es una de las enfermedades más devastadoras y prevalentes a nivel mundial, que afecta a más de 57 millones de personas (8,1 % de las mujeres y 5,4 % de los hombres mayores de 65 años). Las proyecciones son alarmantes: si no se implementan intervenciones efectivas, la prevalencia de la demencia se duplicará cada 20 años, y alcanzará los 82 millones para 2030 y 152 millones para 2050.
La mayorÃa de las personas afectadas vive en paÃses de ingresos bajos y medios, donde se espera que esta cifra se multiplique por cinco para 2050. La repercusión de las demencias se produce en tres niveles interrelacionados:
- la persona con demencia que sufre una enfermedad progresiva causante de discapacidad, deterioro de su calidad de vida y que reduce su esperanza de vida,
- la familia y los cuidadores, que constituyen la piedra angular del sistema de cuidados y soporte en todas las regiones del mundo, y que experimentarán consecuencias psicológicas, fÃsicas, sociales y financieras adversas,
- y finalmente la sociedad en su conjunto, la cual asume el elevado costo económico que ocasiona la enfermedad.
Con un costo anual estimado en 1,3 billones de dólares en la actualidad, se proyecta que este ascenderá a 2,8 billones de dólares para 2030, y convertirá la demencia en una de las enfermedades más costosas a nivel mundial.
Las poblaciones socioeconómicamente desfavorecidas son vulnerables a un envejecimiento cerebral poco saludable, lo que resalta la necesidad urgente de intervenciones equitativas en salud pública para mitigar este impacto. Se estima que aproximadamente 160 000 personas viven con demencia, cifra que alcanzará las 300 000 en 2050, lo que representa un incremento de 87 %.
En Cuba, la prevalencia de demencia es de 10,2 % en personas mayores de 65 años, con una incidencia de 21 por cada 1 000 personas al año.
La esperanza a través de la prevención
A pesar del escenario desalentador, hay razones para el optimismo. Un número creciente de estudios sugiere que aproximadamente un tercio de todas las demencias puede prevenirse mediante intervenciones sobre factores de riesgo modificables.
De 152 millones de casos previstos para 2050, hasta 40 % (alrededor de 55 millones) podrÃan retrasarse o evitarse si se abordaran factores como el acceso a la educación temprana; factores evitables como el tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, la inactividad fÃsica, traumatismos craneoencefálicos y enfermedades como diabetes, pérdida de audición, depresión, obesidad, colesterol elevado e hipertensión arterial en la edad media de la vida y en la edad avanzada el aislamiento social, la pérdida de la visión y la contaminación atmosférica.
Las intervenciones enfocadas en la prevención y la promoción de estilos de vida saludables, como la actividad fÃsica regular, una dieta equilibrada y la estimulación cognitiva y social están comenzando a mostrar resultados prometedores en la mejora de la cognición y la reducción de la carga de la enfermedad.
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