El estudio se basó en una muestra de 34 gestantes adolescentes, analizando variables como la edad materna, características sociodemográficas, factores familiares, sociales y económicos de riesgo, así como la deserción escolar. Los resultados revelaron que el 55,9% de las gestantes se encontraban en el rango de edad de 18 a 19 años. El 47% había alcanzado el nivel preuniversitario y el 52,9% eran estudiantes en el momento del embarazo. Además, el 67,6% estaba en una unión ocasional y la mayoría de ellas tuvo su primera relación sexual después de los 14 años (58,8%). Se observó que el 32,4% de las gestantes adolescentes eran hijas de madres que también tuvieron un embarazo en su adolescencia. En cuanto a los factores socioeconómicos, el estudio reveló que el 43,8% de las gestantes provenían de familias con un bajo ingreso per cápita. Alarmantemente, el 58,8% de las adolescentes abandonaron sus estudios tras quedar embarazadas.
Las conclusiones destacan que el inicio temprano de las relaciones sexuales, la presencia de antecedentes familiares de embarazos en la adolescencia y los bajos ingresos per cápita son factores que favorecen la aparición de embarazos en esta etapa de la vida. Además, la mayoría de las gestantes adolescentes se ve obligada a abandonar sus estudios debido a su situación. Estos hallazgos resaltan la importancia de implementar estrategias educativas y preventivas dirigidas a este grupo de población, con el objetivo de brindarles información adecuada, promover la toma de decisiones responsables y ofrecerles oportunidades para continuar su educación.
El embarazo en la adolescencia es un desafío que requiere una atención integral desde el ámbito de la salud, la educación y la sociedad en general. Es fundamental trabajar en conjunto para proporcionar a las adolescentes los recursos necesarios que les permitan evitar embarazos no deseados, fomentar su desarrollo personal y educativo, y brindarles un apoyo adecuado durante esta etapa crucial de sus vidas.
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