El coronavirus luce una lujosa capa de azúcar. «Es sorprendente», pensó Rommie Amaro, mirando su simulación por computadora de una de las proteÃnas de pico del SARS-CoV-2, que sobresale de la superficie del virus. Estaba envuelto en moléculas de azúcar, conocidas como glicanos.
«Cuando lo ves con todos los glicanos, es casi irreconocible», dice Amaro, quÃmico biofÃsico computacional de la Universidad de California en San Diego.
Muchos virus tienen glicanos que cubren sus proteÃnas externas, camuflándolos del sistema inmunológico humano como un lobo con piel de oveja. Pero el año pasado, el grupo de laboratorio de Amaro y sus colaboradores crearon la visualización más detallada hasta ahora de esta capa, basada en datos estructurales y genéticos y renderizada átomo por átomo por una supercomputadora. El 22 de marzo de 2020, publicó la simulación en Twitter. En una hora, un investigador preguntó en un comentario: ¿qué era el lazo desnudo y sin recubrimiento que sobresalÃa de la parte superior de la proteÃna?
Amaro no tenÃa idea. Pero diez minutos más tarde, el biólogo estructural Jason McLellan de la Universidad de Texas en Austin intervino: el bucle sin recubrimiento era un dominio de unión al receptor (RBD), una de las tres secciones del pico que se unen a los receptores en las células humanas.