El mes de enero es dedicado a la salud cervical y la prevención del cáncer de cuello uterino. Para ello, la Organización Mundial de la Salud ha creado estrategias para la eliminación de esta afección mediante vacunación y pruebas de detección oportunas.
En apoyo a este plan, organizaciones y asociaciones internacionales como la Sociedad Internacional del Cáncer Ginecológico, National Cervical Cancer Coalition, American Sexual Health Association y American Association for Cancer Research, entre otras, realizan acciones para promover y financiar la investigación en este campo, asà como para divulgar sus resultados. Igualmente organizan seminarios y talleres para preparar a los especialistas en la comunicación y promoción de información dirigida al público sobre la prevención y el tratamiento de esta enfermedad.
La prevención de las lesiones precancerosas y de los cánceres asociados al virus del papiloma humano (VPH) también es un elemento clave de las Estrategias mundiales del sector de la salud contra el VIH, las hepatitis vÃricas y las infecciones de transmisión sexual para el periodo 2022-2030 de la OMS.
Según la nota descriptiva de la OMS, el cáncer de cuello uterino es el cuarto tipo de cáncer más frecuente en las mujeres de todo el mundo, con una incidencia estimada de 604 000 nuevos casos y 342 000 muertes en 2020.
Las tasas más elevadas de incidencia y mortalidad por cáncer de cuello uterino se dan en los paÃses de ingreso bajo y mediano. Esto refleja grandes desigualdades que obedecen a la falta de acceso a los servicios nacionales de vacunación contra el VPH, y de cribado y tratamiento del cáncer de cuello uterino, asà como a determinantes sociales y económicos.
El cáncer de cuello uterino tiene su origen en una infección persistente por el VPH. Es una infección común de transmisión sexual que puede afectar también a la piel, la zona genital y la garganta. Casi todas las personas sexualmente activas la contraerán en algún momento de su vida, por lo general sin mostrar sÃntomas y en la mayorÃa de los casos, el sistema inmunitario elimina el virus del organismo. Pero la infección persistente por el VPH de alto riesgo puede provocar la aparición de células anormales, que se acaban convirtiendo en un cáncer.
El 95 % de los cánceres de cuello uterino se deben a una infección persistente por VPH en esta zona (la parte inferior del útero o matriz, que se abre en la vagina, también llamada canal del parto) sin tratar.
Habitualmente, las células anormales tardan entre 15 y 20 años en convertirse en cáncer. Pero en las mujeres con un sistema inmunitario debilitado, como en el caso de aquellas afectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) sin tratamiento, este proceso puede ser más rápido y desarrollarse entre 5 y 10 años.
Entre los factores de riesgo de la progresión del cáncer se encuentran el grado de oncogenicidad del tipo de VPH, el estado inmunitario, la presencia de otras infecciones de transmisión sexual, el número de partos, un primer embarazo a una edad temprana, el uso de anticonceptivos hormonales y el tabaquismo.
La vacunación profiláctica contra el VPH y el cribado y tratamiento de las lesiones precancerosas resultan muy eficaces para prevenir el cáncer de cuello uterino, y tienen una muy buena relación entre costo y eficacia.
El cáncer de cuello uterino puede curarse si se diagnostica en un estadio temprano y se trata con prontitud.
En nuestro paÃs, también hay un Programa integral para el control del cáncer en Cuba, y se han definido Algoritmos de atención para consultas de patologÃa de cuello.
La sensibilización de la población y el acceso a información y servicios de salud son fundamentales para la prevención y el control a lo largo de la vida.