
Las demencias y su causa más frecuente, la enfermedad de Alzheimer (EA) constituyen el mayor reto para la salud y los cuidados de las personas mayores en el siglo XXI. En el mundo se estiman que viven 50 millones de personas con demencia, constituyendo la primera causa de discapacidad en adultos mayores y la que contribuye a una mayor dependencia, necesidades de cuidado, sobrecarga económica y estrés psicológico en el cuidador.
La existencia de factores de riesgo potencialmente modificables significa que la prevención de la demencia es posible mediante una estrategia de salud pública, con intervenciones clave que retrasen o desaceleren el deterioro cognitivo y la demencia.
En mayo del 2017, la 70.ª Asamblea Mundial de la Salud respaldó el “Plan de acción mundial sobre la respuesta de salud pública a la demencia 2017-2025” en el que se insta a los estados miembros a poner en marcha, en cuanto sea posible, respuestas nacionales ambiciosas para afrontar este desafío. La reducción del riesgo de demencia es una de las siete áreas de acción del plan.
El objetivo de esta revisión fue identificar las evidencias disponibles sobre la prevalencia de los factores de riesgo de demencia y la importancia de su reducción para retrasar o prevenir la aparición de la demencia.
Se realizó una revisión de la literatura sobre el tema publicada entre el 1.º de enero de 2010 y el 30 de julio de 2020. La búsqueda se realizó en las bases de datos PubMed/Medline, Embase, LILACS, SciELO y Cochrane CENTRAL.
Vea el artículo completo en:
Llibre Rodríguez J. Prevención del deterioro cognitivo y las demencias: un enfoque del curso de vida. Revista Cubana de Salud Pública [Internet]. 2022; 48. Disponible en: http://www.revsaludpublica.sld.cu/index.php/spu/article/view/2714