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Los pacientes con autoanticuerpos contra el interferón tipo 1 podrían ser especialmente sensibles a la COVID-19

Desde que empezó la pandemia por la COVID-19, la comunidad científica se ha centrado en dilucidar cuáles son los factores de riesgo que pueden provocar que una persona necesite ser atendida en las unidades de cuidados intensivos.

Algunos de los más conocidos hasta la fecha son la edad avanzada, la obesidad, la hipertensión o la diabetes. El pasado octubre, un estudio francés llevado a cabo por el Imagine Institut des Maladies Génétiques, en París, señaló que los autoanticuerpos contra el interferón tipo 1 podrían ser otro factor de riesgo a tener en cuenta pues se observó que aproximadamente 10 % de los pacientes con COVID-19 grave presentaban este tipo de anticuerpos.

Ahora, un estudio retrospectivo publicado recientemente en el Journal of Clinical Immunology y realizado en conjunto entre el grupo de Enfermedades Neurometabólicas del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y el Departamento de Medicina Interna del Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid, ha confirmado que el 10 % de los pacientes con enfermedad grave por COVID-19 tiene autoanticuerpos contra el interferón tipo 1.

Esta investigación apoya los resultados del estudio francés previo analizando más variables clínicas y bioquímicas y ha encontrado correlación directa entre la presencia de anticuerpos contra el interferón tipo 1 y otros marcadores de enfermedad grave, como niveles elevados de proteína C reactiva y bajo recuento linfocitario.

Los 17 tipos de interferón tipo 1 forman parte de la inmunidad intrínseca e innata y se sabe que aumentan las defensas celulares en respuesta a varios virus, bloqueando la propagación viral.

Por tanto, si aparece este tipo de anticuerpos contra el interferón tipo 1, se neutraliza su actividad, lo que favorece la dispersión del SARS-CoV-2 en nuestro organismo.

Como señaló a Univadis España la Dra. Pujol, médica genetista y profesora de la Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats en el IDIBELL, “si tienes autoanticuerpos la probabilidad de acabar en la unidad de cuidados intensivos es casi de 90 %, lo que es un muy mal pronóstico”. Es por esto que los autores proponen identificar a las personas con este factor de riesgo antes de ingresar y tratarlas con interferón beta-1b desde el principio, ya que podría mejorar su pronóstico.

El interferón beta ya se utiliza contra otros virus e incluso en el tratamiento de ciertos tipos de cáncer, y por su efectividad en estos casos, los investigadores confían en que con una sola dosis en el momento adecuado sería suficiente para tratar a los enfermos de COVID-19 con autoanticuerpos.

La dosis mantenida no sería recomendable, puesto que podría provocar efectos secundarios indeseables. Por otro lado, tratar con interferón a los pacientes sin autoanticuerpos no resultaría efectivo, ya que al tener sus propios interferones en marcha, su sistema inmunitario no llegaría a utilizar el interferón exógeno.

Vea más en:  Los pacientes con autoanticuerpos contra el interferón tipo 1 podrían ser especialmente sensibles a la COVID-19 – Medscape – 7 de mayo de 2021.

Diabetes, hiperglucemia y evolución de pacientes con la COVID-19

La diabetes mellitus e hiperglucemia, en pacientes con la COVID-19, predisponen a mayor gravedad de la enfermedad y peores resultados a corto plazo.

El presente trabajo tuvo como objetivo identificar diferencias clínicas, de parámetros humorales, evolución y uso de medicamentos en pacientes infectados con el SARS-CoV-2, en relación con el estado glucémico, durante la pandemia de la COVID-19.

Se realizó un estudio retrospectivo de todos los pacientes infectados con SARS-CoV-2, atendidos en el Hospital Militar «Dr. Mario Muñoz Monroy», desde el 17 de marzo hasta el 4 de junio de 2020. Se recopilaron variables demográficas, evolución de los síntomas, estadía hospitalaria, antecedentes patológicos personales, parámetros humorales al ingreso, complicaciones y uso de medicamentos. Fueron creados tres grupos: diabéticos (n = 16), hiperglucémicos (glucemia en ayunas ≥ 7,8 mmol/L; n = 10) y normoglucémicos (n = 219). Se utilizaron las pruebas de ji cuadrado y H de Kruskal – Wallis, para las comparaciones entre los grupos. Se usó un intervalo de confianza del 95 %.

Los pacientes diabéticos e hiperglucémicos, en relación con normoglucémicos, tuvieron mayor proporción de sintomáticos al ingreso, hipertensión arterial, cardiopatía isquémica, insuficiencia renal crónica, otros antecedentes, complicaciones, mortalidad, uso de esteroides y Jusvinza. Además, tuvieron menores valores de hematocrito y linfocitos, mayores de neutrófilos, plaquetas, creatinina,aspartato amino transferasa, glutamil transpeptidasa, fosfatasa alcalina y deshidrogenasa láctica.

Los autores concluyen que tanto la diabetes como la hiperglucemia predisponen a formas clínicas más graves de COVID-19, con peores parámetros humorales, evolución y mayor mortalidad. En estos pacientes se usan con mayor frecuencia esteroides y Jusvinza.

Vea el artículo en: González Tabares, R., Acosta González, F., Oliva Villa, E., Rodríguez Reyes, S., & Cabeza Echevarría, I. (2021). Diabetes, hiperglucemia y evolución de pacientes con la COVID-19. Revista Cubana de Medicina Militar, 50(2), e0210960. Recuperado de http://revmedmilitar.sld.cu/index.php/mil/article/view/960.

Propuesta de la BVS-Cuba, a propósito del Día Internacional de la Talasemia

El Día Internacional de la Talasemia se conmemora el 8 de mayo. Cada año, la Federación Internacional de la Talasemia (TIF, por sus siglas en inglés) se centra en un tema diferente, siempre relacionado con la calidad de vida y el adecuado tratamiento a quienes padecen este problema de salud.

La talasemia es un trastorno hereditario que afecta la producción de hemoglobina normal. El déficit de ciertas cadenas de hemoglobina (alfa, ßeta…) causan la destrucción precoz de los glóbulos rojos antes de alcanzar la maduración completa, ello conlleva a un estado de anemia. Este trastorno es común en las poblaciones de la costa del Mediterráneo, África y Sudeste asiático.

Se clasifica en tres grupos:

Talasemia menor: anemia muy discreta o inexistente. La presencia de tipocromía hace que este trastorno sea confundido con una anemia ferropénica, con el consiguiente peligro de someter al paciente (si no se realiza el diagnóstico diferencial) a un tratamiento prolongado con hierro llegando a causar una nociva sobrecarga. Es la forma más frecuente de talasemias.

Talasemia intermedia: anemia moderada o intensa, esplenomegalia (aumento del bazo) y sobrecarga de hierro. Ocasionalmente puede cursar con cardiomegalia, osteoporosis y artritis.

Talasemia mayor o anemia de Cooley: anemia grave crónica con esplenomegalia, sobrecarga de hierro, retraso del crecimiento, hepatomegalia, trastornos hormonales, cardiomegalia, osteoporosis.

Por ser un problema de salud hereditario, la prevención y el diagnóstico precoz son clave. Una vez diagnosticada la enfermedad, el tratamiento se establece en función del grado de la misma. Si se logra un equilibrio entre la enfermedad y su tratamiento, la calidad y esperanza de vida de los pacientes puede equipararse a la de una persona que no padece talasemia.

A propósito de la efeméride, la Biblioteca Virtual en Salud (BVS-Cuba) le propone revisar el artículo «CAREST (Asociación caribeña para investigadores en drepanocitosis y talasemia): un logro caribeño que abre mayores oportunidades de cooperación».

CAREST es el fruto de la colaboración de investigadores y clínicos en el área caribeña con el objetivo de profundizar en el conocimiento de la drepanocitosis y la talasemia y el fortalecimiento de su accionar y la incorporación de nuevos países, que redunda en beneficio de miles de pacientes.

Cefalea relacionada con COVID-19: ¿síntoma o condición preexistente?

Se conoce que más de 35 % de los pacientes con COVID-19 desarrolla síntomas neurológicos, algunos de ellos como manifestación inicial de la enfermedad, y en otras ocasiones como consecuencia de hipoxia cerebral e insuficiencia respiratoria.

La cefalea es uno de los síntomas más frecuentes relacionados con el sistema nervioso central; su prevalencia varía de 6,5 % a 23 % en diferentes estudios. La Dra. Zaira Medina, realiza un análisis sobre este síntoma en la red especializada Medscape 

Explica que los virus respiratorios ocasionan cefalea como parte de la infección viral en ausencia de meningitis o encefalitis; las causas pueden ser atribuidas a fiebre o a pirógenos endógenos o exógenos, efectos directos de los microorganismos y activación de mediadores de neuroinflamación (citocinas, glutamato, ciclooxigenasa, sistema de prostaglandina E2, sistema del óxido nítrico y especies reactivas de oxígeno); particularmente el SARS-CoV-2 puede causar cefalea de forma indirecta mediante hipoxia, deshidratación, inflamación sistémica y alteraciones metabólicas.

Otra consideración importante es el síndrome de liberación de citocinas, el cual es una respuesta suprafisiológica después del uso de inmunoterapia y se asocia con neurotoxicidad. En pacientes con COVID-19 grave las concentraciones elevadas de citocinas producen daño tisular y promueven la cascada inflamatoria.

En inmunoterapia los síntomas neurotóxicos observados con el receptor de células T para el antígeno quimérico incluyen cefalea (42 %), encefalopatía, somnolencia, obnubilación, temblor, crisis epilépticas y focalización. De hecho, algunos pacientes incluso llegan a la muerte por edema cerebral como consecuencia de la neurotoxicidad.

Otro posible mecanismo que explica la cefalea es la invasión directa por el virus de las terminales del trigémino en las cavidades nasal u oral, lo cual se relaciona de forma directa con la presencia de anosmia y ageusia.

Vea más en: Cefalea relacionada con COVID-19: ¿síntoma o patología preexistente? – Medscape

Modelo estadístico para estimar el impacto histórico de la influenza sobre la mortalidad en Cuba

La influenza tiene elevado impacto en la mortalidad humana y en Cuba la categoría influenza y neumonía ocupa el cuarto lugar entre sus causales generales. En los países templados, con marcada estacionalidad, esto se capta con modelos estadísticos, tarea que se dificulta en el trópico y pendiente en Cuba por la ausencia de igual definición estacional.

Este trabajo, publicado en el más reciente número de la Revista Cubana de Salud Pública, tuvo como objetivo estimar el impacto histórico de la influenza tipo A y B y los subtipos A(H3N2) y A(H1N1) sobre la mortalidad, mediante el ajuste de un modelo de regresión a las condiciones estacionales específicas de Cuba.

Se ejecutó un estudio longitudinal y retrospectivo. En un primer paso se ajustaron dos modelos de Poisson con la mortalidad influenza y neumonía total y las personas ≥ 65 años de edad como variables respuestas en los cinco meses de mayor positividad en influenza, desde la temporada 1987-1988 hasta la 2004-2005 y los positivos en tipo A y en tipo B como explicatorias. En otro par de modelos se estimó el impacto del A(H3N2) y el A(H1N1), considerando como respuesta los fallecidos atribuidos previamente al tipo A.

Se atribuyeron a la influenza 7803 fallecidos entre todas las edades y 6152 entre las personas ≥ 65 años de edad, con un 56,3 % asociados al A(H3N2), el 17,6 % al A(H1N1) y el 26,1 % al tipo B.

Se logró estimar el impacto de la influenza sobre la mortalidad mediante el ajuste para Cuba de un modelo estadístico que permitió demostrar la asociación de la circulación de estos virus con la mortalidad en el país, lo que ratifica la necesidad de reforzar la vigilancia, el control y la vacunación contra esta infección viral. Se demuestra la posibilidad de ajustar estos modelos de regresión a otros virus respiratorios y a la actual pandemia por la COVID-19, en las condiciones estacionales de Cuba.

Vea el artículo completo: Oropesa Fernández SI, Seuc A, González Ochoa E, Alonso Alomá I, Díaz González M, Valdés Ramírez O, Toledo Vila H, Savón Valdés C, Muné Jiménez M, Arencibia García A, Martínez Motas I, Martínez Alfonso J, Gonzalez Baéz G, Roque Arrieta R, et al. Modelo estadístico para estimar el impacto histórico de la influenza sobre la mortalidad en Cuba. Rev Cubana Salud Pública [Internet]. 2021 [citado 6 May 2021];, 47(2):[aprox. 0 p.]. Disponible en: http://www.revsaludpublica.sld.cu/index.php/spu/article/view/2591

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