La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con tecnologÃas sanitarias innovadoras que puedan ayudar a los paÃses a mejorar los resultados sanitarios proporcionando soluciones rápidas incluso en entornos con escasez de infraestructuras y recursos. Sin embargo, muchas de las nuevas tecnologÃas que han salido al mercado son inasequibles o inadecuadas para los paÃses de ingresos bajos y medios.
Para garantizar que todos los paÃses se beneficien de la innovación sanitaria, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elaborado un compendio de 24 nuevas tecnologÃas que pueden utilizarse en entornos de bajos recursos.
El objetivo principal del documento fue seleccionar y evaluar las tecnologÃas que pueden tener un impacto inmediato y futuro en la preparación y la respuesta frente a la COVID-19, mejorar potencialmente los resultados sanitarios y la calidad de vida, y/o ofrecer una solución a una necesidad médica no cubierta. Quince de estas tecnologÃas ya se están comercializando en los paÃses, mientras que el resto están todavÃa en fase de prototipo.
El compendio incluye artÃculos sencillos que van desde un colorante que se añade a la lejÃa para detectar a simple vista las superficies y los objetos no esterilizados, hasta equipos más complejos pero fáciles de usar, como un sistema portátil de monitorización respiratoria y ventiladores con baterÃa de larga duración que pueden utilizarse sin electricidad o cuando la alimentación eléctrica es irregular. La lista también incluye un contenedor marÃtimo que contiene una instalación de atención de la salud para su uso en emergencias.
Algunas de estas tecnologÃas ya se están utilizando y han demostrado su eficacia a través de programas piloto. Por ejemplo, el concentrador de oxÃgeno alimentado por energÃa solar ha sido muy eficaz para tratar la neumonÃa, que mata a 900 000 niños al año, en un hospital infantil regional – en inglés, del estado somalà de Galmudug.
Diversos estudios han demostrado que un acceso fiable al oxÃgeno puede reducir en un 35% las muertes infantiles por neumonÃa. Dada la escasez de oxÃgeno en numerosos paÃses, los concentradores son una herramienta fundamental para el tratamiento de los pacientes hospitalizados por COVID-19.
La OMS ha estado evaluando tecnologÃas innovadoras durante los últimos 10 años, y algunos de los productos seleccionados están permitiendo solventar ahora problemas sanitarios prioritarios en entornos de bajos recursos. Un ejemplo crucial es una aplicación para teléfonos inteligentes que permite al usuario registrar instantáneamente mediciones precisas de la tensión arterial. Según un informe publicado por la OMS a finales de agosto de 2021, el número de adultos de entre 30 y 79 años con hipertensión ha aumentado de 650 millones a 1280 millones en los últimos treinta años, y casi la mitad de estas personas no saben que tienen hipertensión.
Los teléfonos inteligentes están ampliamente disponibles, incluso en las zonas más remotas o en entornos de bajos recursos. La plataforma de software transforma los teléfonos inteligentes existentes en dispositivos médico capaces de medir la tensión arterial con precisión, sin necesidad de añadir ningún otro dispositivo o accesorio. La otra ventaja de la aplicación es que, incluso en ausencia de un trabajador de la salud capacitado, los pacientes pueden autoanalizarse y controlar mejor su tensión arterial.
El compendio ofrece una evaluación completa de las tecnologÃas, realizada por un grupo de expertos internacionales que trabajan con los equipos técnicos de la OMS, sobre la base de: el cumplimiento de las especificaciones de la OMS en cuanto a desempeño, calidad y seguridad; la idoneidad en entornos de bajos recursos; la asequibilidad; la facilidad de uso; y el estado de aprobación reglamentaria. Esta información es vital para ayudar a los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales y los financiadores a decidir qué productos adquirir.
Las conclusiones sobre la idoneidad de cada tecnologÃa se comunican a través de un sencillo sistema de puntuación en forma de semáforo, que indica si el producto se recomienda (para su uso sin ninguna limitación conocida); se recomienda con precaución (pueden haberse identificado limitaciones relacionadas con el mantenimiento y la necesidad de personal capacitado); o no se recomienda (inapropiado, inseguro o inasequible).