
Con el fin de la pandemia de COVID-19 como emergencia sanitaria internacional, empezamos a identificar situaciones postergadas, como la resistencia antimicrobiana, las cuales en un futuro cercano podrían acercarnos a una nueva pandemia.
La red médica Medscape explica que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la resistencia antimicrobiana como «aquella que se produce cuando bacterias, virus, hongos y parásitos cambian a lo largo del tiempo y dejan de responder a los fármacos, lo que dificulta el tratamiento de infecciones y aumenta el riesgo de propagación de enfermedades, gravedad y mortalidad».
La organización también calcula que cada año las infecciones resistentes a los fármacos causan cerca de cinco millones de fallecimientos.
La resistencia antimicrobiana es un fenómeno natural. Sin embargo, los factores que determinan su desarrollo y propagación son de origen humano, como uso inapropiado o excesivo de antimicrobianos en humanos, animales y vegetales, falta de vacunas, acceso a agua potable, saneamiento e higiene, deficiencias para prevención y control de infecciones, transmisión de patógenos resistentes a través de los alimentos e inadecuada función de los sistemas de gestión de desechos.
En la Third Global High-Level Ministerial Conference on Antimicrobial Resistance, efectuada en noviembre de 2022, se establecieron las siguientes tres metas globales para 2023 con el objetivo de proteger la eficacia de los antimicrobianos y frenar la resistencia a estos.
- Reducir al menos entre 30% y 50% la cantidad total de antimicrobianos que se utilizan en los sistemas agroalimentarios, impulsando iniciativas nacionales e internacionales.
- Preservar los antimicrobianos de importancia crítica para la medicina humana, abandonando el uso de los antimicrobianos importantes, como fármacos, para estimular el crecimiento de los animales.
- Garantizar que los antibióticos del grupo de acceso (una categoría de antibióticos asequibles, seguros y con bajo riesgo de resistencia a los antimicrobianos) representen al menos 60% del consumo total de antibióticos en los seres humanos.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, Ph. D., reportó que «la resistencia a los antimicrobianos es uno de los desafíos más urgentes y complejos de nuestros tiempos y, sin embargo, no atrae la misma atención que una pandemia, una guerra o una emergencia humanitaria, tal vez porque resulta menos impactante».
Vea el texto completo en: Medscape (debe registrarse en el sitio web).