Conmemoración

Finlay, 110 años después: ciencia, legado y nación en Cuba

A 110 años de la muerte de Carlos J. Finlay, el sector de las batas blancas rindió homenaje al científico que fundó y lideró la Escuela Cubana de sanitaristas de principios del siglo XX.

La emotiva jornada celebrada en La Habana contó con la participación de la Dra. C. Ileana Morales Suárez, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Ministerio de Salud Pública (Minsap); los presidentes y directivos de las Sociedades Científicas de Historia de la Medicina, Microbiología, Salud Pública e Higiene y Epidemiología; así como representantes del Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí”, de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana y del Secretario Nacional de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).

Dedicada a exaltar el legado del médico que transformó el curso de la salud pública en Cuba y en el mundo, la actividad se enriqueció con la presencia especial del Dr. C. Luis Velázquez Pérez, presidente de la Academia de Ciencias de Cuba, y de una representación de la Oficina del Historiador de La Habana.

La ocasión fue propicia para presentar el plan de actividades de la Sociedad Cubana de Historia de la Medicina, orientado a homenajear a figuras ilustres de la salud en la Mayor de las Antillas, entre ellas Finlay, cuya obra continúa siendo referente en el ámbito científico nacional e internacional.

Para contextualizar su legado, se citó el artículo “Finlay en el 110 aniversario de su fallecimiento”, del Dr. C. Enrique Beldarrain Chaple, quien lo describe como “un transgresor, que superó con creces el estrecho marco de las ciencias insulares”, y lo considera “un visionario, un pionero”, a quien se debe el inicio de la microbiología en Cuba y la introducción del método epidemiológico en el estudio de brotes epidémicos, aplicando las ideas de John Snow.

Finlay fue el primero en referirse al método científico en el país y alcanzó una proyección teórica notable con el enunciado de la teoría de transmisión vectorial de las enfermedades infectocontagiosas, lo que constituyó una ruptura conceptual frente a las teorías contagionistas y anticontagionistas de su época.

Según el doctor Beldarrain Chaple, su obra no se limitó al campo científico: organizó la sanidad nacional desde diversas instancias, incluyendo la Junta Nacional de Sanidad y el Departamento Nacional de Sanidad, promoviendo la presencia de médicos en cada municipio. También impulsó la formación profesional de los salubristas y publicó el Manual de Práctica Sanitaria en 1905, considerado por el propio autor como “una biblia de todas las enfermedades transmisibles”.

Durante el encuentro se evocó cómo Finlay se rodeó de un grupo de médicos sanitaristas de gran relevancia, a quienes dirigió con modestia. Entre ellos se destacan Juan Guiteras, José A. López del Valle, Enrique Barnet y Arístides Agramonte. Junto a ellos enfrentó con éxito epidemias como la fiebre amarilla (1906–1908), la peste bubónica (1912–1915), la pandemia de gripe española (1919) y la eliminación de la viruela en 1923, respaldado por los avances de la microbiología desde el Laboratorio Nacional fundado en 1902.

En el aniversario 110 de su fallecimiento, el Minsap reafirma el valor y vigencia de su legado dentro de la medicina cubana, bajo la premisa de que la verdadera innovación nace del vínculo profundo entre ciencia y humanidad.

Honrar a Finlay es sembrar en las nuevas generaciones de profesionales de la salud el valor de la perseverancia, la humildad intelectual y el compromiso con el pueblo. Es reconocer que la ciencia, cuando se pone al servicio de la vida, se convierte en una fuerza transformadora capaz de cambiar el destino de una nación.

Por Isabel Díaz González

Celebran en La Habana Taller Nacional sobre cáncer del cuello uterino

En sintonía con la atención dedicada por nuestro Sistema Nacional de Salud al bienestar de la población y, especialmente a la salud de la mujer cubana, se celebró entre los días 27 y 29 de enero de este año en salones del Hotel Nacional de Cuba, un Taller Nacional de Control del Cáncer Cervical, auspiciado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Global Vaccine Alliance (GAVI) y la Sección Independiente de Control de Cáncer del MINSAP.

Con la participación de los titulares de las consultas de Patología del Tracto Genital Inferior, Ginecología Infantojuvenil y Colposcopia de las 14 provincias y del municipio especial Isla de la Juventud, de los Coordinadores de Cáncer, personal de enfermería, Oncólogos y Radioterapeutas, se intercambió sobre la unificación de criterios para la prevención, la aplicación de procesos diagnósticos, terapéuticos y de seguimiento, y de la incorporación de vacunas contra cepas de riesgo oncogénico del virus del papiloma humano (VPH) en el Programa Nacional de Inmunizaciones para niñas desde los 9 años.

También se dialogó sobre el tamizaje con test de VPH, los avances en radioterapia para el cáncer ginecológico y se dio a conocer la nominación de dos nuevos maestros Latinoamericanos de Colposcopia: la Dra. C. Lidia Esther Lorié Sierra, de Guantánamo, y el Dr. Juan Pablo Martínez Noceda, de Holguín, como merecido reconocimiento a su dedicación, lo que además honra a la Sociedad Cubana de Obstetricia y Ginecología.

El cáncer de cuello uterino es el cuarto tipo de cáncer más común entre las mujeres, con una incidencia de 600 000 nuevos casos aproximadamente en 2022, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OM). Este tumor, que se origina, en la mayoría de los casos, por la infección con el virus del papiloma humano (VPH), puede presentarse en mujeres de cualquier edad. Sin embargo, el cáncer de cuello uterino, o cáncer cervical, es prevenible y tratable, si se detecta de manera temprana y las revisiones ginecológicas con citología vaginal son el método más efectivo de detección precoz.

La incidencia de cáncer del cuello uterino en Cuba, durante 2020 alcanzó 1078 casos para una tasa bruta de 19,1 y, ajustada (por edad), de 12,4 x cada 100 000 habitantes. De 20 a 34 años se reportaron 94 casos y en mayores de 60 años, se reportaron 3909 casos. La tasa de mortalidad por cáncer del cuello del útero es superior a 10 x 100 000 habitantes. Las mujeres examinadas (con prueba citológica actualizada) alcanzaban en, 2022 y 2023, tasas de 85,7 y de 69,1 X 1000 mujeres de la edad, respectivamente.

En 2023, los casos positivos a lesión premaligna o positivos de cáncer el cérvix, en mujeres examinadas por el Programa según etapa clínica, alcanzaron 611 casos. El 42,9 % del total en etapa 0 y el 25,9 % en etapa I. La mortalidad por cáncer del cuello uterino, en 2022, alcanzó en el país 550 casos con una tasa cruda de 9,9 x 100 000 habitantes y una tasa ajustada a la población estándar mundial de 5,3 x 100 000 habitantes.

La ejecución del Programa no ha estado exenta de la repercusión de los años de pandemia (covid-19) y de las limitaciones de insumos, secundarias a las restricciones impuestas por la política de sucesivas administraciones del gobierno de los EE. UU. a nuestro país, que impactan también notablemente en la salud de cubanas y cubanos.

Comunicado de la Sociedad Cubana de Obstetricia y Ginecología

La Sociedad Cubana de Obstetricia y Ginecología, desde hace varios lustros decidió, que cada 18 de enero, fecha que se conmemora el natalicio del general y Dr. Eusebio Hernández Pérez, Padre de la Obstetricia cubana, se le rindiera merecido tributo por lo que su vida y obra significan para la historia de nuestra Patria, las ciencias médicas y para nuestra especialidad.

El 18 de enero, por tanto, es un día de significación patriótica para los ginecobstetras cubanos, pero también de reconocimiento al trabajo abnegado de todos los que, de una forma u otra, participamos en el cuidado de la salud de la mujer cubana. Un día también, para que los estudiantes de Medicina conozcan que nuestra historia está llena de hombres como Eusebio Hernández Pérez, que constituyen un símbolo y paradigma para las nuevas generaciones.

La tasa de mortalidad infantil del pasado año 2024 fue de 7,1 x 1000 nacidos vivos y la mortalidad materna de 40,6 x 100 000 nacidos vivos, cifras que ponen de manifiesto las condiciones de salud heredadas después de la pandemia de covid-19 y la situación que atraviesa el país, en gran medida dada por el impacto del bloqueo impuesto por los Estados Unidos que limita la adquisición de medicamentos, insumos y equipamiento necesarios para la atención a la madre y el recién nacido, entre otras.

El 2024 fue un año difícil matizado por múltiples adversidades y carencias, y gracias al sacrificio, muchas veces extremo, el empeño, la constancia y consagración de nuestros profesionales junto a otras medidas adoptadas, entre las cuales destaca la publicación e incorporación de un Programa de Atención Materno Infantil renovado, acorde a conocimientos actualizados y experiencias acumuladas. Fueron acciones que permitieron mostrar los indicadores mencionados y son meritorios de un reconocimiento especial.

Los logros obtenidos por la salud cubana a través de tantos años, no pueden ser soslayados y son el acicate para nuevos empeños. La actualización científica constante, la unidad en los colectivos médicos, la responsabilidad, el humanismo, la interrelación efectiva entre los niveles de atención a la salud, la dedicación al trabajo y un mayor compromiso personal y social son los elementos que nos permitirán una atención de calidad a la mujer cubana y continuar mostrando indicadores de salud cada vez mejores.

Hay, en la historia de Cuba, hombres de persistente presencia, el General y Dr. Eusebio Hernández Pérez es uno de esos. Por eso hoy, le rendimos tributo en el 172 aniversario de su natalicio y no puede haber mejor ocasión para reconocer el trabajo realizado por los ginecobstetras y el personal de la salud en el 2024 y desearles, a todos, muchos éxitos en el año que recién comienza y el compromiso de tratar de mejorar todos los indicadores.

Sociedad Cubana de Obstetricia y Ginecología

Lecturas recomendadas:

De celebraciones la Medicina Latinoamericana

Cada 3 de diciembre se celebra el Día de la Medicina Latinoamericana en honor al centenario del nacimiento del destacado galeno cubano Carlos J. Finlay Barrés. En el acta de la sesión de la Junta de Gobierno de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana del 12 de diciembre de 1932, consta la proposición de nombrar una comisión que se encargara de los preparativos para conmemorar al siguiente año el centenario del natalicio de Finlay.

La iniciativa de celebrar con solemnidad los 100 años del nacimiento del sabio cubano había sido presentada mucho tiempo antes por el doctor Jorge Le Roy Cassá y fue el día de esa reunión que adquirió carácter oficial. Más aún, en el acta también se hizo constar que el entonces joven médico Horacio Abascal Vera, preocupado porque una vez que transcurriera la fecha del 3 de diciembre de 1933 desaparecería de la escena una efemérides tan gloriosa, sugirió como forma de perpetuarla la realización de las gestiones pertinentes para constituirla como Día de la Medicina Americana, de manera que todos los países dieran cuenta esa fecha de sus progresos, tanto en el área médica en particular, como en los aspectos económicos y culturales en general, en los cuales la obra de Finlay había ejercido una influencia favorable.

La sugerencia del doctor Abascal prosperó meses después, durante la celebración en Dallas, Texas, Estados Unidos, del IV Congreso de la Asociación Médica Panamericana, entre el 21 y el 25 de marzo de 1933. La conclusión del trabajo que presentó como ponencia a ese evento bajo el título de «Finlay, panamericanismo y Día de la Medicina Americana», proponía justamente la conmemoración solemne, el 3 de diciembre de ese mismo año, del centenario del natalicio del científico cubano y la instauración de la fecha como el Día de la Medicina Latinoamericana con carácter permanente. La proposición tuvo una acogida muy favorable de parte de los representantes de los países allí reunidos, quienes la aprobaron por unanimidad.

Así, desde del 3 de diciembre de 1933 y por iniciativa del doctor Abascal, se celebra anualmente cada nuevo aniversario del nacimiento de Carlos J. Finlay y el aporte de toda latinoamérica al desarrollo de la medicina y la investigación en salud.

Comunidad de la Enfermería en celebraciones

Desde el pasado lunes 6 de mayo enfermeras y enfermeros cubanos organizan y participan en múltiples actividades, ya sean científicas, culturales, o sociales. Estas jornadas culminan este 12 de mayo, que oportunamente este año, coincide con el Día de las Madres en algunos países, incluyendo Cuba.

¿Qué se celebra el 12 de mayo?

El 12 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Enfermería como un homenaje al natalicio de Florence Nightingale, enfermera formada en Inglaterra a la que se le atribuye la creación de la Enfermería Profesional.

Desde 1965 el Día Internacional de la Enfermería se celebra cada 12 de mayo alrededor del mundo con el firme objetivo de rendir un homenaje a todos los enfermeros y enfermeras, que a nivel mundial realizan esta loable labor para toda la humanidad, así como rendir tributo a su fundadora Florence Nightingale.

Florence Nightingale (Florencia, 12 de mayo de 1820-Londres, 13 de agosto de 1910) fue una enfermera, escritora y estadística británica, considerada precursora de la enfermería profesional contemporánea y creadora del primer modelo conceptual de enfermería. Destacó en matemáticas, siendo una de las matemáticas más importantes del mundo, y culminó sus estudios y aplicó sus conocimientos de estadística a la epidemiología y a la estadística sanitaria. Fue la primera y pionera mujer admitida en la Royal Statistical Society británica, y miembro honorario de la American Statistical Association.

Ella sentó las bases de la profesionalización de la enfermería con el establecimiento, en 1860, de su escuela de enfermería en el hospital Saint Thomas de Londres, actualmente parte integrante del King’s College de
Londres y del NHS, la primera escuela laica de enfermería en el mundo.

Su trabajo fue la fuente de inspiración de Henri Dunant, fundador de la Cruz Roja y autor de las propuestas humanitarias adoptadas por la convención de Ginebra.

De fe anglicana, creía que Dios la había inspirado para ser enfermera. Alcanzó fama mundial por sus trabajos precursores de enfermería en la asistencia a los heridos durante la guerra de Crimea. A partir de ese momento fue conocida como “la dama de la lámpara”, por su costumbre de realizar rondas nocturnas con una lámpara para atender a sus pacientes.

En 1883, la reina Victoria le otorgó la Real Cruz Roja, y en 1907 se convirtió en la primera mujer en recibir la Orden del Mérito del Reino Unido. En 1908, le fueron otorgadas las Llaves de la Ciudad de Londres.

El juramento Nightingale efectuado por los enfermeros al graduarse, fue creado en su honor en 1893. Y el Día Internacional de la Enfermería se celebra en la fecha de su cumpleaños.

Infomed, el Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas (CNICM) y la Sociedad Cubana de Enfermería (SOCUENF), felicitan y agradecen a ese importantísimo eslabón el Sistema Nacional de Salud.

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