Seguridad y eficacia del ácido tranexámico local para la prevención del sangrado quirúrgico en cirugía de tejidos blandos: una revisión de la literatura y recomendaciones para cirugía plástica

Aunque la cirugía de alto sangrado utiliza habitualmente el fármaco antifibrinolítico ácido tranexámico, la mayoría de los procedimientos quirúrgicos plásticos se realizan en tejidos blandos con bajo volumen de sangrado. La inquietud con respecto a los posibles efectos adversos sistémicos impide el uso sistémico generalizado, pero el uso local del ácido tranexámico está ganando popularidad entre los cirujanos plásticos.

Los ensayos controlados aleatorios sobre el uso tópico de ácido tranexámico provienen principalmente de cirugías de alto sangrado y pocos estudios abordan el efecto en los tejidos blandos. Este artículo revisa la evidencia científica sobre el uso local del ácido tranexámico en cirugía de tejidos blandos, discute los efectos farmacológicos y las posibles reacciones adversas, y presenta recomendaciones para su uso en cirugía plástica.

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La actividad física moderada se relaciona con menos riesgo de insuficiencia cardiaca

Realizar semanalmente de 150 a 300 minutos de actividad física moderada o de 75 a 150 minutos de actividad vigorosa, conlleva menos riesgo de insuficiencia cardiaca, independientemente de los factores clínicos, sociodemográficos y relacionados con el estilo de vida, según señala un estudio del Biobanco del Reino Unido.

Los adultos que realizaban de 150 a 300 minutos de actividad física moderada a la semana, medida mediante acelerómetros de muñeca, tenían un riesgo de insuficiencia cardiaca 63% menor, y los que realizaban de 75 a 150 minutos de actividad física vigorosa tenían un riesgo 66% menor.

Los resultados, publicados en versión electrónica el 29 de agosto en Circulation, coincidieron con estudios anteriores y reflejaron las últimas recomendaciones de actividad física de Estados Unidos y la Organización Mundial de la Salud (OMS) para adultos de todas las edades.[1,2]

Más es mejor, hasta cierto punto

«Nuestro estudio es el mayor realizado hasta la fecha con acelerómetros de muñeca para medir la actividad física», dijo a Medscape Noticias Médicas el Dr. Carlos Celis-Morales, del BHF Glasgow Cardiovascular Research Centre, University of Glasgow, en Escocia, Reino Unido. «Los datos actuales se basan principalmente en cuestionarios autodeclarados, que son propensos al sesgo de recuerdo y, por tanto, podrían ocultar la verdadera relación entre la actividad física y el riesgo de insuficiencia cardiaca».

El equipo analizó los datos de 94.739 participantes del Biobanco del Reino Unido (con un promedio de edad de unos 55 años y 40% de hombres) a los que no se les había diagnosticado insuficiencia cardiaca ni habían sufrido un infarto de miocardio.

La actividad física se midió 24 horas al día, 7 días a la semana, con un acelerómetro triaxial de muñeca Axivity AX3. Los minutos semanales de actividad física de intensidad ligera, moderada y vigorosa se definieron como el tiempo dedicado a la actividad de 30 a 125 mg, >125 a 400 mg y >400 mg de intensidad, respectivamente.

Durante una mediana de 6,1 años de seguimiento, tras la medición de la actividad física de una semana, la incidencia global de la insuficiencia cardiaca fue de 98,5 por cada 10.000 años-persona.

Tras el ajuste por edad, sexo, origen étnico, nivel educativo, tabaquismo, índice de privación, índice de masa corporal (IMC), perímetro de cintura-cadera e ingesta de frutas/verduras, carnes rojas, carnes procesadas, pescado graso y alcohol, los que realizaban entre 150 y 300 minutos/semana de actividad física de intensidad moderada (hazard ratio [HR]: 0,37) y de 75 a 150 minutos/semana de actividad física de intensidad vigorosa (HR: 0,34) tenían un menor riesgo de padecer insuficiencia cardiaca que los que no realizaban actividad física moderada o vigorosa.

Los participantes que realizaban más actividad física eran, en general, más jóvenes; tenían más probabilidades de ser mujeres, de raza blanca y de tener estudios universitarios; eran menos propensos a fumar; y comían más fruta y verdura y menos carne roja y procesada. También tenían un índice de masa corporal más bajo y menos propensión a padecer hipertensión arterial, diabetes de tipo 2 o a estar bajo tratamiento con estatinas.

El riesgo de insuficiencia cardiaca más bajo se alcanzó con 600 minutos de actividad física moderada por semana y se estabilizó a partir de entonces.

Además, la asociación entre la actividad física de intensidad vigorosa y la insuficiencia cardiaca tenía forma de J inversa, con una reducción del riesgo potencialmente menor más allá de los 150 minutos/semana.

Los autores concluyeron: «Las recomendaciones actuales de actividad física de intensidad vigorosa deben fomentarse pero no aumentarse. Por el contrario, aumentar la actividad física de intensidad moderada puede ser beneficioso incluso para quienes cumplen las recomendaciones actuales».

El Dr. Celis-Morales añadió: «Aunque las recomendaciones son muy claras, los bajos niveles de actividad física en la población están relacionados más con la forma en que los individuos pueden incorporar la actividad física en sus ocupadas rutinas que con la comprensión de la cantidad de actividad física necesaria. Sería muy importante aplicar técnicas de cambio de conducta para promover y mantener los niveles de actividad física de forma sistemática».

¿Médicos a bordo?

«Tenemos que mejorar la capacitación y los conocimientos de los médicos en torno a la prescripción de actividad física», señaló el Dr. Celis-Morales. «Por lo que sabemos, la prescripción de ejercicio no ha sido un componente clave en su formación médica. Los incentivos podrían ser una forma de hacer frente a la renuencia de los médicos, aunque tengan que depender del contexto».

El Dr. Charles German, profesor adjunto de medicina en la sección de cardiología de la University of Chicago en Illinois, Estados Unidos, quien no participó en el estudio, en un comentario para Medscape Noticias Médicas también subrayó la necesidad de que los médicos conozcan estas cuestiones y actúen.

«Los médicos se beneficiarían enormemente de un mayor conocimiento sobre las ventajas de la actividad física, lo que se traduciría en un mejor asesoramiento y atención al paciente», aseguró el Dr. German, quien forma parte del Comité del Consejo de Estilo de Vida y Salud Cardiometabólica de la American Heart Association. «Es absolutamente necesario que se encarguen de orientar y promover la actividad física entre sus pacientes por cualquier medio necesario».

«Si bien se sabe que la actividad física moderada o vigorosa se asocia a reducciones de las enfermedades cardiovasculares, lo mismo conlleva la actividad física de intensidad ligera», añadió. «Los médicos no deben descartar el hecho de que incluso la actividad física de intensidad ligera puede traducirse en reducciones del riesgo de insuficiencia cardiaca y otras enfermedades».

El estudio fue apoyado en parte por el University of Glasgow Reinvigorating Research Fund. Los autores han declarado no tener ningún conflicto económico pertinente.

Día Mundial de Prevención del Suicidio 2022: Crear esperanza a través de la acción

El Día Mundial de la Prevención del Suicidio (DMPS), que se celebra anualmente el 10 de septiembre, organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), tiene el objetivo general de crear conciencia acerca de la prevención del suicidio en todo el mundo

El tema del DMPS 2022 “Crear esperanza a través de la acción”, refleja la necesidad de una acción colectiva para abordar este problema urgente de salud pública. Todos nosotros, familiares, amigos, compañeros de trabajo, miembros de la comunidad, educadores, líderes religiosos, profesionales de la salud, funcionarios políticos y gobiernos, podemos tomar medidas para prevenir el suicidio en la Región.

El objetivo general de este día es crear conciencia sobre la prevención del suicidio en todo el mundo. Los objetivos incluyen promover la colaboración de las partes interesadas y el auto-empoderamiento para abordar las autolesiones y el suicidio a través de acciones preventivas. Esto se puede lograr mediante el desarrollo de capacidades de los proveedores de atención médica y otros actores relevantes, difusión de mensajes positivos e informativos dirigidos a la población en general y grupos en riesgo como los jóvenes, y facilitando un debate abierto sobre la salud mental en el hogar, la escuela y el lugar de trabajo, etc. También se anima a las personas que están contemplando el suicidio o se ven afectadas por él a que compartan sus historias y busquen ayuda profesional.

El suicidio es un problema de salud pública importante pero a menudo descuidado, rodeado de estigmas, mitos y tabúes. Cada caso de suicidio es una tragedia que afecta gravemente no solo a los individuos, sino también a las familias y las comunidades. Cada año, más de 703.000 personas se quitan la vida tras numerosos intentos de suicidio, lo que corresponde a una muerte cada 40 segundos. En el 2019, 97,339 personas murieron por suicidio en la Región de las Américas, y se estima que 20 veces ese número puede haber realizado intentos de suicidio. Centrarse en la prevención del suicidio es especialmente importante para crear vínculos sociales, promover la toma de conciencia y ofrecer esperanza. Acercarse a los seres queridos por su salud mental y su bienestar podría salvarles la vida.

Esperanza a través de la acción

Los suicidios y los intentos de suicidio tienen un efecto dominó que afecta no solo a las personas, sino también a las familias, las comunidades y las sociedades. Los factores de riesgo asociados al suicidio, como la pérdida laboral o financiera, el trauma o el abuso, los trastornos mentales y por uso de sustancias y las barreras para acceder a la atención médica, se han ampliado aún más con la COVID-19. Un año después del inicio de la pandemia, más de la mitad de las personas encuestadas en Chile, Brasil, Perú y Canadá informaron que su salud mental había empeorado.

Sin embargo, el suicidio se puede prevenir. Las principales medidas de prevención del suicidio basadas en pruebas incluyen restringir el acceso a los medios para el suicidio (por ejemplo, armas de fuego, pesticidas, etc.), políticas de salud mental y reducción del alcohol, y promover la información mediática responsable sobre el suicidio. El estigma social y la falta de conciencia siguen siendo los principales obstáculos para la búsqueda de ayuda para el suicidio, lo que pone de relieve la necesidad de campañas de alfabetización en salud mental y contra el estigma.

Lecturas recomendadas:

 

Actualizan sobre situación epidemiológica del país (+ Video)

El primer ministro cubano, Manuel Marrero, durante la reciente reunión del grupo temporal de trabajo para la prevención y control de la COVID-19 y también del dengue, expresó que los peligros principales están concentrados hoy en el dengue, y por tal razón pidió unir “todas las fuerzas, los recursos, las prioridades”, para enfrentar la transmisión.

Con el objetivo de brindar información amplia sobre el virus del dengue en Cuba y en la región, la clínica de la enfermedad, el tratamiento y las medidas epidemiológicas para enfrentar sus causas, autoridades del Ministerio de Salud Pública y del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí comparecen este jueves en la Mesa Redonda.

En el espacio radiotelevisivo también se ofrecerá información sobre otras epidemias internacionales que se vigilan y enfrentan.

OPS: La región ha tenido un 300% de incremento de los casos de dengue 

Al iniciar el programa, la doctora Carilda Peña García, viceministra de Salud Pública que atiende el área de Higiene y Epidemiología, recordó que el mosquito Aedes aegypti tiene una vida en el trópico y en la región subtropical, y “su distribución en Cuba no puede pasar de soslayo dado los altos índices del vector que han producido un incremento de los contagios”.

El país no se aparta de lo que está pasando en la región con el aumento de los índices de infestación del vector. “Somos testigos de las elevadas temperaturas, la humedad, y todo lo relacionado con el cambio climático que propicia el incremento del vector y con ello de las enfermedades que transmite”.

¿Qué son las arbovirosis? La experta aclaró que no son solamente el dengue, sino que también está el zika y el chikungunya.

La Organización Panamericana de la Salud reportó que al cierre de este 7 de septiembre existían 2 493 414 casos de arbovirosis en la región, el 90.2% son de dengue. “El chikungunya con un 8% está levantando un poco más la cabeza que el zika con un 1%”, precisó Peña García.

De acuerdo con la viceministra, en Cuba no ha habido una situación relevante con el chikunguya, solo “un bloque localizado en el año 2015 en Santiago de Cuba relacionado con viajeros internacionales de la zona donde realmente había una circulación importante y lo pudimos controlar”.

Especificó que en el caso del zika, a partir de la alerta de la OMS y de los daños que causa esta enfermedad en la salud materno-infantil, como la microcefalia y otros síndromes congénitos, en 2016 se comenzó una campaña intensiva contra el vector y las enfermedades que transmitía y se tuvieron diagnósticos de casos hasta el 2018.

Sobre el dengue, una enfermedad conocida, dijo que su comportamiento es cíclico debido al incremento del vector -que no se ha podido erradicar con la campaña de vigilancia y lucha antivectorial- y al fortalecimiento de los macro y micro factores que propician la existencia del vector.

Según la OPS, la región ha tenido desde la primera semana del año hasta la 32, un 300% de incremento de los casos, y un aumento del 165% en comparación con las cifras de 2021.

La viceministra señaló que en el momento más difícil de la pandemia de COVID-19 también comenzaron a incrementarse en el mundo los casos de dengue.

Dengue en Cuba: Mayores picos a partir de finales de octubre y principios de noviembre 

En el caso de Cuba, que tiene una campaña universal que llega a todos los municipios y viviendas, también fueron diagnosticados casos de dengue en este periodo.

“Realmente lo que había que hacer dentro de la vivienda no fue posible”, reconoció la viceministra y señaló que aunque la población sí dio muestra de eliminar focos del vector en sus viviendas, “nosotros sabemos que tenemos responsabilidad con el tema y que no salió como debía ser”·.

“Este año, que igualmente comenzó con el tema de la covid-19, pero en la medida en que ha ido mejorando los efectivos de la campaña se han ido incorporando y entrado a las viviendas”.

Peña García informó que la actual circulación del dengue en Cuba “está en el contexto de lo que está pasando en la región” y que todas las provincias han tenido diagnósticos, en mayor o menor medida.

Recordó que desde finales de mayo e inicios de junio, comenzó a incrementarse el vector y con ello la circulación. “Es un momento difícil, y vamos hacia el más complejo de la enfermedad, porque el ciclo muestra sus mayores picos a partir de finales de octubre y principios de noviembre, porque hay una oleada del vector y de los enfermos con dengue”.

Las provincias de Santiago de Cuba, La Habana, Las Tunas, Guantánamo, Camagüey, Matanzas y el municipio especial Isla de la Juventud hoy están mostrando las mayores tasas de incidencia de esta enfermedad.

Luego están Holguín, que ha tenido mucha infestación por el vector, Sancti Spíritus y Villa Clara. “Ahí se concentran los mayores números, tasas y el mayor riesgo y el incremento cada semana”.

Reiteró que ningún territorio de Cuba está libre de tener casos de dengue, por lo que la alerta y las medidas son para todos.

Sobre el vector, puntualizó que vive dentro de las viviendas y que el 70% de los focos están en los depósitos de agua que se utilizan cotidianamente (tanques de agua, vasos espirituales, macetas para plantas, entre otros).

Agregó que no son pocos los centros de trabajo donde se ha detectado positividad con presencia del vector. “Se han detectado alrededor de 53 centros laborales semanalmente y de continuar esta tendencia, el año cierra con más de 300 donde se encontró foco por responsabilidad de todo el colectivo”, señaló.

La viceministra llamó a la revisión y a la responsabilidad de todos, porque “realmente es una situación compleja”, y aseguró que a pesar de las actuales limitaciones financieras del país, donde se detecte un caso o un foco hay que hacer un grupo de acciones.

Pidió a la población denunciar lo que no se haga correctamente en cuanto al tratamiento en las viviendas.

El país -dijo- está realizando un esfuerzo extraordinario. “Los recursos que se utilizan en la campaña antivectorial son importados, aunque la industria nacional está realizando un esfuerzo para suministrar algunos de ellos”.

Por esa razón, destacó la necesidad de no botar el abate de los tanques de agua y mantener las puertas y ventanas cerradas durante la fumigación para que la misma sea efectiva.

Experiencias diagnósticas de familias con Duchenne y sus preferencias por el cribado neonatal: un estudio de métodos mixtos

La distrofia muscular de Duchenne es la forma más común de distrofia muscular que se diagnostica en la infancia, pero no se incluye entre las enfermedades que se son objeto de forma rutinaria en los diagnósticos prenatales, ni en los tamizajes neonatales en los Estados Unidos. En un reciente artículo de la American Journal of Medical Genetics (AJMG), correspondiente a Seminars in Medical GeneticsParte C, se caracterizan las experiencias diagnósticas de las familias donde existen pacientes con esta enfermedad y se exploran su opinión sobre el cribado neonatal (NBS, por las siglas del inglés Newborn Screening).

La investigación se basó en aplicar una encuesta en familias con distrofia muscular de Duchenne y Becker que incluía preguntas abiertas y cerradas sobre cuáles fueron sus preferencias sobre cuándo conocer un diagnóstico y cómo el conocimiento de un diagnóstico afectaría las decisiones de vida. Las respuestas abiertas se analizaron temáticamente y las respuestas cerradas se analizaron descriptivamente. Sesenta y cinco familias completaron la encuesta. Las edades promedio en que se notó por la familia las primeras manifestaciones y diagnóstico fueron 2 y 4 años, respectivamente. Un tercio de las familias (30 %) indicaron que preferirían recibir un diagnóstico en el período neonatal, independientemente de las opciones de tratamiento disponibles, y casi todas las familias restantes (93 %) indicaron que les gustaría conocer un diagnóstico si hubiera tratamientos efectivos, durante el período neonatal. Todas las familias (100 %) indicaron que un diagnóstico en el período neonatal impactaría en las decisiones de vida.

Fueron identificados tres temas generales, que describían las etapas del proceso de diagnóstico, incluida la preocupación por el niño, la búsqueda de respuestas y la recepción del diagnóstico. NBS puede facilitar mejores resultados de salud a través del acceso temprano a la atención e informar a las familias sobre las principales decisiones de salud y no relacionadas con la salud. Las preferencias y experiencias de las familias y otras partes interesadas deben tenerse en cuenta al determinar el valor y el beneficio potencial de expandir los programas de pesquisaje neonatal.

Vea el artículo completo:

Crossnohere NL, Armstrong N, Fischer R, Bridges JFP. Diagnostic experiences of Duchenne families and their preferences for newborn screening: A mixed-methods study. American Journal of Medical Genetics Part C: Seminars in Medical Genetics 2022;n/a.

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