Archivos Anuales 2022

Dengue en una unidad de cuidado intensivo pediátrico: factores asociados a severidad

El objetivo del presente trabajo fue determinar cuáles son los factores asociados a severidad y requerimiento de ingreso a una unidad de cuidado intensivo pediátrico (UCIP).

Se realizó un estudio observacional de corte transversal, se incluyeron pacientes entre 1 mes y 17 años con diagnóstico de dengue, con signos de alarma o dengue grave confirmado por laboratorio, que ingresen a la UCIP de la Fundación clínica infantil Club Noel (FCICN), entre septiembre de 2013 hasta diciembre de 2019.

Se estudiaron 152 pacientes que cumplieron los criterios de selección. El 31,6 % se clasificó como dengue grave. La media de edad fue de 9,5±3,4 años, con predominio del sexo femenino (55 %). El signo de alarma más común fue el derrame pleural (44,1 %) y el criterio de dengue grave más frecuente fue el choque por dengue (79,2 %). La taquicardia fue más frecuente en el grupo de dengue grave, la hipotensión asoció a choque por dengue y dengue grave con significancia estadística. La mortalidad fue del 2 %, no se encontraron factores asociados a la mortalidad.

A modo de conclusión, los autores plantean que la mayoría de pacientes en el presente estudio se presentó con dengue con signos de alarma (DSA), lo que difiere a lo revisado en la literatura. También se encontraron diferencias en cuanto al recuento plaquetario y edad de presentación. Se reafirma que la clínica y, más específicamente, los signos vitales alterados son indicadores tempranos para detectar aquellos pacientes con mayor riesgo de desarrollar formas graves de dengue.

Lea el artículo completo:

Echeverri Chica D, Gil Artunduaga  MA, Valencia Benavides M, Figueroa Vargas A. Dengue en la unidad de cuidado intensivo pediátrico: factores asociados a severidad. Revista Médica de la Universidad de Costa Rica, Volumen 16, Número 1 abril-octubre de 2022.

 

Renueva su espacio el sitio web sobre Inmunoterapia

sitio web InmunoterapiaEn Cuba, la prevalencia del asma es similar a la de los países desarrollados y superiores a la media latinoamericana. Pese a la disminución de su impacto en la mortalidad, esta enfermedad constituye una carga económica importante para el Sistema Nacional de salud y el presupuesto del Estado, a causa del incremento de los costos directos e indirectos de los medicamentos y la afectación de la calidad de vida de los pacientes y familiares.

La inmunoterapia, bioterapia, terapia biológica, terapia modificadora de la respuesta biológica o terapia MRB, en medicina, se refiere al conjunto de estrategias de tratamiento para estimular o reponer el sistema inmunitario frente al cáncer, infecciones y otras enfermedades, así como para aminorar los efectos secundarios de otros tratamientos muy agresivos para el organismo.

El objetivo puede ser profiláctico (preventivo) o terapéutico (curativo o de mantenimiento). Dentro de los tratamientos biológicos están los anticuerpos monoclonales, las vacunas y los denominados factores de crecimiento.

La inmunoterapia también se emplea para tratar alergias. Mientras otros tratamientos de alergias (como antihistamínicos o corticosteroides) tratan solo los síntomas de la enfermedad alérgica, la inmunoterapia es el único tratamiento disponible que puede modificar el curso natural de la enfermedad alérgica, reduciendo la sensibilidad a los alérgenos.

Un régimen de tres a cinco años de inyecciones, individualizado y hecho a la medida, puede tener como consecuencia beneficios a largo plazo. Las investigaciones sugieren que los pacientes con un tratamiento completo de inmunoterapia pueden continuar viendo beneficios durante los años siguientes.​ La inmunoterapia no funciona para todos y es solo efectiva en algunas personas, pero ofrece a los enfermos de alergia la posibilidad de finalmente reducir o suspender la medicación sintomática o de rescate.

El Centro Nacional de Biopreparados de Cuba (Biocen) se dio a la tarea de analizar esta problemática y desarrollaron a ciclo completo vacunas contra las alergias. Los alérgenos de las tres especies de ácaros con mayor incidencia en las alergias respiratorias en Cuba están ahora disponibles, completamente estandarizados y registrados como productos biofarmacéuticos y vacunas terapéuticas que han permitido la obtención de resultados consistentes en cuanto a eficacia y seguridad, en el tratamiento del asma alérgica en la población cubana.

El sitio web dedicado a la Inmunoterapia en Cuba, forma parte de la red de salud Infomed desde el 19 de diciembre de 2012. Con el propósito de adaptarse a las nuevas tendencias de la tecnología en entornos web, cambió a la plataforma de gestión de contenidos WordPress y hoy se reincorpora con nuevas prestaciones e imagen, para celebrar sus casi 10 años de existencia en la red de redes.

Ahora dispone de características y opciones de interacción que facilitan a sus usuarios acceder a información actualizada mediante herramientas de búsqueda, bases de datos, multimedias y otros recursos sobre temas afines a este proceder.

También constituye un espacio para el intercambio y la comunicación virtual entre profesionales en función de construir nuevas competencias y conocimientos de manera colectiva.

Este sitio es fruto de la colaboración entre la Sociedad Cubana de Alergia y Asma (SCAA), y el Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas (CNICM). Fue creado con el propósito de brindar acceso a información científica actualizada de primer nivel, seleccionada por y para los médicos, y, crear así, un sitio web de referencia nacional.

Por lo tanto, está dirigido a especialistas, residentes, estudiantes, enfermeros y técnicos vinculados al campo de la inmunoterapia en las alergias y es el portavoz de los avances del tema en Cuba.

La gestión del conocimiento en los nuevos tiempos, se mueve cada vez más hacia entornos virtuales por la facilidad de comunicación sin barreras de tiempo y espacio. Su comité editor trabaja en función de que el sitio web sobre Inmunoterapia en Cuba sea parte de esta tendencia.

Nuestras felicitaciones al Dr. Raúl Lázaro Castro Almarales, Especialista de II Grado en Alergología y fundador de este proyecto, y queda abierta la invitación a visitar y seguir el desarrollo de dicho espacio.

Acceda desde aquí.

Hallazgos audiométricos y características de pacientes con tinnitus

La percepción de un sonido, en ausencia de un estímulo auditivo externo, se denomina tinnitus. Su etiología es debatida aún, al aceptarse en fecha reciente que el sistema nervioso central es la fuente o el generador de tinnitus.

Este trabajo tuvo como objetivo determinar los hallazgos audiométricos y características de los pacientes con tinnitus.

Se realizó un estudio retrospectivo, observacional y descriptivo en un universo de 148 pacientes con diagnóstico de tinnitus, en el Hospital Provincial Universitario «Celia Sánchez Manduley», Manzanillo, 2018 – 2020. Se midieron las variables edad, sexo, comorbilidad, síntomas asociados, localización del tinnitus y resultados de la audiometría. Se consideró hipoacusia objetiva, cuando el estudio audiométrico concluyó la existencia de una hipoacusia de transmisión, neurosensorial o mixta, con una pérdida de audición mayor o igual a 20 decibeles.

La edad media de los pacientes con tinnitus fue de 63,49 años, y el sexo femenino representó el 68,61 %. La hipertensión arterial fue la comorbilidad más constatada (41,89 %) y el síntoma más asociado, el vértigo (12,83 %). El tinnitus fue bilateral en el 62,16 %, la sensación de hipoacusia fue referida por el 31,76 % de los pacientes y de ellos, el 40,43 % tuvo una audiometría normal. El 68,31 % de quienes negaron esta sensación, tuvieron una audiometría normal.

La investigación concluye que el tinnitus continúa como un síntoma de diagnóstico clínico, con origen no circunscrito al oído y donde la hipoacusia concomitante no es objetivada de forma audiométrica en más de la mitad de los pacientes.

Lea el artículo completo:

Machado-Ballester C, Casado-Méndez P, Santos-Fonseca R. Hallazgos audiométricos y características de pacientes con tinnitus. Archivos del Hospital Universitario «General Calixto García» [Internet]. 2022 [citado 22 Jul 2022]; 10 (2).

Renueva su espacio el sitio web de Rehabilitación Pediátrica

El sitio web dedicado a la rehabilitación pediátrica en Cuba, forma parte de la red de salud Infomed y del Portal de Medicina Física y Rehabilitación desde el 13 de febrero de 2007. Con el propósito de adaptarse a las nuevas tendencias de la tecnología en entornos web, cambió a la plataforma de gestión de contenidos WordPress y hoy se reincorpora con nuevas prestaciones e imagen.

Ahora dispone de características y opciones de interacción que facilitan a sus usuarios acceder a información actualizada mediante herramientas de búsqueda, bases de datos, multimedias y otros recursos sobre temas afines a esta subespecialidad.

También constituye un espacio para el intercambio y la comunicación virtual entre profesionales en función de construir nuevas competencias y conocimientos de manera colectiva.

Es fruto de la colaboración entre la Sociedad Cubana de Medicina Física y Rehabilitación, y el Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas (CNICM), y fue creado con el propósito de brindar acceso a información científica actualizada de primer nivel seleccionada por y para los médicos, y crear un sitio de referencia nacional.

Por lo tanto, está dirigido a especialistas, residentes, estudiantes, enfermeros y técnicos vinculados a la rehabilitación en edades pediátricas y la atención temprana.

La gestión del conocimiento en los nuevos tiempos, cada vez más se mueve hacia entornos virtuales por la facilidad de comunicación sin barreras de tiempo y espacio. Su comité editor trabaja en función de que el sitio web de Rehabilitación Pediátrica en Cuba sea parte de esta tendencia.

Nuestras felicitaciones a su editora, la Dra. Alexis Luisa Montero Terry, Especialista de I Grado en Medicina Física y Rehabilitación, y queda abierta la invitación a visitar y seguir el desarrollo de este espacio.

Acceda desde aquí.

Tema de salud: Dengue y dengue grave

Datos y cifras

– El dengue es una infección vírica transmitida a los humanos por la picadura de mosquitos infectados. Los principales vectores de la enfermedad son los mosquitos Aedes aegypti y, en menor medida, Ae. albopictus.

– El virus que causa esta enfermedad es el virus del dengue (DENV). Existen cuatro serotipos del DENV, lo que significa que es posible infectarse cuatro veces.

– Si bien muchas infecciones por el DENV solo provocan un cuadro leve, el DENV puede ocasionar una enfermedad aguda similar a la gripe. Ocasionalmente, la enfermedad evoluciona hacia complicaciones que pueden ser mortales: en este caso se trata del dengue grave.

– No hay tratamiento específico para el dengue ni el dengue grave. La detección precoz del empeoramiento de la enfermedad asociada al dengue grave, y el acceso a atención médica adecuada, reduce las tasas de letalidad del dengue grave a menos del 1%.

– El dengue se presenta en los climas tropicales y subtropicales de todo el planeta, sobre todo en las zonas urbanas y semiurbanas.

– La incidencia del dengue en el mundo ha aumentado enormemente, y actualmente alrededor de la mitad de la población mundial corre el riesgo de contraer esta enfermedad. Se estima que hay entre 100 y 400 millones de infecciones cada año, si bien más del 80% de ellas son generalmente leves y asintomáticas.

– La prevención y control del dengue dependen de la adopción de medidas antivectoriales eficaces. La participación comunitaria sostenida puede mejorar considerablemente las iniciativas de lucha antivectorial.

– El dengue grave es una de las principales causas de enfermedad grave y muerte en algunos países de Asia y América Latina. Deben tratarla profesionales médicos.

Panorama general

El dengue es una enfermedad vírica transmitida por mosquitos que en los últimos años se ha propagado rápidamente a todas las regiones de la OMS. El virus del dengue se transmite a través de mosquitos hembra principalmente de la especie Aedes aegypti y, en menor grado, de la especie Ae. albopictus. Estos mosquitos también son vectores de los virus de la fiebre chikungunya, la fiebre amarilla y el Zika. La enfermedad está muy extendida en los trópicos, con variaciones locales en el riesgo que dependen de los parámetros climáticos y de los factores sociales y ambientales.

El dengue es el causante de un amplio espectro patológico, que puede abarcar desde una enfermedad asintomática (es posible que la persona no se percate de la infección) hasta síntomas graves similares a los de la gripe en las personas infectadas. Si bien es menos frecuente, algunas personas evolucionan hacia un dengue grave, que puede entrañar un número indeterminado de complicaciones vinculadas a hemorragias graves, insuficiencia orgánica o extravasación de plasma. El dengue grave conlleva un mayor riesgo de muerte si no se trata debidamente. El dengue grave (conocido anteriormente como dengue hemorrágico) fue identificado por primera vez en los años cincuenta del siglo pasado durante una epidemia que tuvo lugar en Filipinas y Tailandia. Hoy en día, afecta a la mayor parte de los países de Asia y América Latina y se ha convertido en una de las principales causas de hospitalización y muerte entre niños y adultos de dichas regiones.

El causante del dengue es un virus de la familia Flaviviridae que tiene cuatro serotipos distintos, aunque estrechamente emparentados: DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV‑4. Se cree que la recuperación de la infección otorga inmunidad de por vida contra el serotipo que ha causado la infección. Sin embargo, la inmunidad cruzada a los otros serotipos tras la recuperación es parcial y temporal. Las infecciones posteriores (secundarias) causadas por otros serotipos aumentan el riesgo de padecer el dengue grave.

El dengue presenta cuatro cuadros epidemiológicos diferentes, asociados a cada uno de los serotipos. Los cuatro pueden circular simultáneamente en una misma región, y de hecho son hiperendémicos en muchos países. El dengue tiene consecuencias atroces tanto en la salud de los seres humanos como en las economías nacionales afectadas y la economía mundial. El DENV es transportado con frecuencia de un lugar a otro por viajeros infectados; siempre que haya vectores sensibles en nuevas zonas sin casos, existe la posibilidad de que se establezca una transmisión local.

Carga mundial

En las últimas décadas ha aumentado enormemente la incidencia del dengue en el mundo. Una gran mayoría de casos son asintomáticos o con síntomas leves que pueden ser gestionados por el propio sujeto, por lo que el número real de casos de dengue es superior a los notificados. Además, hay muchos casos que se diagnostican erróneamente como otras enfermedades febriles.[1]

Según una estimación basada en modelos, se producen 390 millones de infecciones por el virus del dengue cada año (intervalo creíble del 95%: 284 a 528 millones), de los cuales 96 millones (67 a 136 millones) se manifiestan clínicamente (con diversos niveles de gravedad).[2] En otro estudio sobre la prevalencia del dengue se estima que 3900 millones de personas están en riesgo de infección por los virus del dengue. Pese a que existe riesgo de infección en 129 países,[3] el 70% de la carga real se concentra en Asia.[2]

El número de casos de dengue notificados a la OMS se ha multiplicado por 8 en las dos últimas décadas, desde 505 430 casos en 2000 a más de 2,4 millones en 2010 y 5,2 millones en 2019. Las muertes notificadas entre 2000 y 2015 pasaron de 960 a 4032, lo que afecta sobre todo al grupo etario más joven. El número total de casos parece haber disminuido en 2020 y 2021, así como las muertes notificadas. Sin embargo, los datos aún no están completos y la pandemia de COVID-19 también podría haber obstaculizado la notificación de casos en varios países.

El alarmante aumento general del número de casos en las dos últimas décadas se explica en parte por el cambio en las prácticas en los países a la hora de registrar y notificar el dengue a los ministerios de salud y a la OMS. También representa el reconocimiento por parte de los gobiernos de la carga de morbilidad debida al dengue y, por tanto, la pertinencia de notificarla.

Distribución y brotes

Antes de 1970, solo nueve países habían sufrido epidemias de dengue grave. En la actualidad, la enfermedad es endémica en más de 100 países de las regiones de África, las Américas, el Mediterráneo Oriental, Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental. Las regiones más gravemente afectadas son las Américas, Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental; en Asia se concentra aproximadamente el 70% de la carga mundial de la enfermedad.

Además del aumento del número de casos debido a la propagación de la enfermedad a nuevas zonas, entre ellas Europa, también se producen brotes epidémicos de carácter explosivo. Europa se enfrenta actualmente a la posibilidad de que se produzcan brotes de dengue; en 2010 se notificó por vez transmisión local de la enfermedad en Francia y Croacia, y se detectaron casos importados en otros tres países europeos. En 2012, un brote de dengue en el archipiélago de Madeira (Portugal) ocasionó más de 2000 casos y se detectaron casos importados en otros 10 países europeos, además de Portugal continental. En la actualidad se observan anualmente casos autóctonos en algunos países europeos.

En 2019 se registró el mayor número de casos de dengue a nivel mundial. Todas las regiones se vieron afectadas, y por primera vez se registró transmisión de dengue en el Afganistán.

Tan solo en la Región de las Américas se notificaron 3,1 millones de casos, de los que más de 25 000 fueron clasificados como graves. Pese al alarmante número de casos, la cifra de muertes asociadas al dengue fue inferior a la del precedente.

En Asia se notificó un elevado número de casos en Bangladesh (101 000), Malasia (131 000), Filipinas (420 000) y Viet Nam (320 000).

En 2020 el dengue afectó a varios países, y se notificó un aumento del número de casos en Bangladesh, el Brasil, el Ecuador, la India, Indonesia, las Islas Cook, Maldivas, Mauritania, Mayotte (Francia), Nepal, Singapur, Sri Lanka, el Sudán, Tailandia, Timor-Leste y el Yemen. En 2021 el dengue sigue afectando al Brasil, Filipinas, la India, las Islas Cook, Colombia, Fiji, Kenya, el Paraguay, el Perú, la Reunión y Viet Nam.

La pandemia de COVID-19 está imponiendo una enorme presión sobre los sistemas de atención y gestión de la salud de todo el mundo. La OMS no ha dejado de insistir en la importancia de mantener los esfuerzos destinados a prevenir, detectar y tratar las enfermedades transmitidas por vectores durante esta pandemia, como el dengue y otras enfermedades arbovirales, ya que el número de casos está aumentando en varios países y ello expone a las poblaciones urbanas a un mayor riesgo de contraer ambas enfermedades. El impacto combinado de las epidemias de COVID-19 y dengue puede tener consecuencias devastadoras para los grupos de población que están en situación de riesgo.

Transmisión

Transmisión a través de la picadura de mosquitos

El virus se transmite a los seres humanos por la picadura de mosquitos hembra infectadas, principalmente del mosquito Aedes aegypti. Otras especies del género Aedes también pueden ser vectores, pero su contribución es secundaria respecto a la del Aedes aegypti.

Cuando el mosquito pica a una persona infectada por el DENV, el virus se replica en el intestino medio del mosquito antes de diseminarse hacia tejidos secundarios, como las glándulas salivales. El tiempo que transcurre entre la ingestión del virus y la transmisión a un nuevo hospedador se denomina periodo de incubación extrínseco, y cuando la temperatura ambiente oscila entre 25 ºC y 28 ºC dura entre 8 y 12 días.[4-6] No solo la temperatura ambiente influye en las variaciones del periodo de incubación extrínseco; varios factores, como la magnitud de las fluctuaciones diarias de temperatura,[7,8] el genotipo del virus[9] y la concentración vírica inicial[10] pueden alterar también el tiempo que tarda un mosquito en transmitir el virus. Una vez que se ha vuelto infeccioso, el mosquito puede transmitir el agente patógeno durante toda su vida.

Transmisión de seres humanos a mosquitos

Los mosquitos pueden infectarse a partir de personas virémicas con el DENV. Puede tratarse de una persona con infección sintomática o que todavía no haya manifestado síntomas (presintomática), aunque también puede ser una persona sin signo alguno de la enfermedad (asintomática).[11]

La transmisión de seres humanos a mosquitos puede ocurrir hasta 2 días antes de la aparición de los síntomas de la enfermedad[5,11] y hasta 2 días después de la resolución de la fiebre.[12]

El riesgo de infección del mosquito está directamente asociado a niveles elevados de viremia y fiebre en el paciente; por el contrario, los niveles elevados de anticuerpos específicos del DENV van asociados a un menor riesgo de infección del mosquito (Nguyen et al 2013 PNAS). La mayoría de las personas son virémicas durante 4-5 días, si bien la viremia puede durar hasta 12 días.[13]

Transmisión materna

La principal vía de transmisión del DENV entre los seres humanos conlleva la participación de mosquitos vectores. Con todo, hay pruebas de que pueden darse casos de transmisión materna (de una embarazada a su bebé), aunque las tasas de transmisión vertical parecen ser reducidas y el riesgo de ese tipo de transmisión se encuentra ligado aparentemente al momento en que se produce la infección durante el embarazo.[14-17] Cuando una embarazada tiene una infección por DENV, es posible que el bebé nazca prematuramente y padezca insuficiencia ponderal al nacer y sufrimiento fetal.[18]

Otras vías de transmisión

Se han registrado casos infrecuentes de transmisión a través de productos sanguíneos, donación de órganos y transfusiones. Asimismo, también se ha registrado la transmisión transovarial del virus dentro de los mosquitos.

Ecología de los vectores

El mosquito Aedes aegypti se considera el principal vector del DENV. Puede reproducirse en recipientes naturales como agujeros de árboles y bromelias, pero hoy en día se ha adaptado bien a los hábitats urbanos y se reproduce principalmente en recipientes artificiales, como cubos, macetas de barro, recipientes desechados y neumáticos usados, desagües de aguas pluviales, etcétera, lo que convierte al dengue en una enfermedad insidiosa en los centros urbanos densamente poblados. Ae. aegypti se alimenta durante el día; los periodos en que se intensifican sus picaduras son el principio de la mañana y el atardecer, antes de que oscurezca. La hembra de Ae. aegypti se alimenta con frecuencia en múltiples ocasiones entre los distintos periodos de puesta, lo que genera conglomerados de individuos infectados.[20] Una vez ha puesto sus huevos, estos pueden seguir siendo viables durante varios meses en condiciones de sequedad y eclosionarán al entrar en contacto con agua.

El Aedes albopictus, un vector secundario del dengue, se ha propagado a más de 32 estados de los Estados Unidos de América y a más de 25 países en la Región de Europa, en gran medida a causa del comercio internacional de neumáticos usados (que sirven de criadero al mosquito) y otras mercancías (por ejemplo, el bambú de la suerte). Se reproduce preferiblemente en lugares cercanos a una vegetación densa, incluidas las plantaciones, lo que conlleva un mayor riesgo de exposición para los trabajadores rurales, como los de las plantaciones de caucho y aceite de palma. Con todo, también se encuentra establecido profusamente en zonas urbanas. El Ae. albopictus tiene una gran capacidad de adaptación. Su propagación geográfica se debe en gran medida a su tolerancia a condiciones más frías, tanto en la fase de huevo como la de adulto.[21, 22] Al igual que el Ae. aegypti, el Aedes albopictus pica también durante el día y contribuye como vector principal del DENV en algunos brotes, cuando el Aedes aegypti no está presente o solo en cantidades reducidas.[23, 24]

Características de la enfermedad (signos y síntomas)

Aunque la mayoría de los casos son asintomáticos o presentan síntomas leves, el dengue puede manifestarse como una enfermedad grave de tipo gripal que afecta a lactantes, niños pequeños y adultos, aunque raras veces resulta letal. Los síntomas se presentan al cabo de un periodo de incubación de 4 a 10 días después de la picadura de un mosquito infectado y duran por lo común entre 2 y 7 días.[25] La Organización Mundial de la Salud clasifica el dengue en dos categorías principales: dengue (con o sin signos de alerta) y dengue grave. La clasificación secundaria de dengue con o sin signos de alerta está concebida para ayudar a los profesionales de la salud a seleccionar pacientes para su ingreso hospitalario, a fin de someterlos a observación estrecha, y reducir al mínimo el riesgo de que evolucionen hacia la forma más grave de dengue.[25]

Dengue

Debe sospecharse que una persona tiene dengue cuando presenta una fiebre elevada (40 °C/104 °F) acompañada de dos de los siguientes síntomas durante la fase febril (2 a 7 días):

  • dolor de cabeza muy intenso
  • dolor detrás de los globos oculares
  • dolores musculares y articulares
  • náuseas
  • vómitos
  • agrandamiento de ganglios linfáticos
  • sarpullido

Dengue grave

El paciente entra en lo que se denomina fase crítica por lo general de 3 a 7 días después de iniciarse la enfermedad. Durante las 24-48 horas de la fase crítica, una pequeña parte de los pacientes puede manifestar un deterioro repentino de los síntomas. Es en este momento, al remitir la fiebre en el paciente (por debajo de 38 °C/100 °F), cuando pueden manifestarse los signos de alerta asociados al dengue grave. El dengue grave es una complicación potencialmente mortal porque cursa con extravasación de plasma, acumulación de líquidos, dificultad respiratoria, hemorragias graves o falla orgánica.

El personal médico debería buscar signos de alerta como los siguientes:

  • dolor abdominal intenso
  • vómitos persistentes
  • respiración acelerada
  • hemorragias en las encías o la nariz
  • fatiga
  • agitación
  • agrandamiento del hígado (hepatomegalia)
  • presencia de sangre en el vómito o las heces

Si los pacientes manifiestan tales signos durante la fase crítica, es esencial someterlos a una observación estrecha en las 24-48 horas siguientes a fin de brindar atención médica adecuada para evitar otras complicaciones y el riesgo de muerte. La vigilancia estrecha debe continuar también durante la fase de convalecencia.

Métodos de diagnóstico

Pueden utilizarse distintos métodos para establecer el diagnóstico de infección por DENV. En función del momento en que se presente el paciente, será más o menos adecuada la utilización de los distintos métodos de diagnóstico. Las muestras recogidas en pacientes durante la primera semana de la enfermedad deben analizarse con los dos métodos mencionados a continuación.

Métodos de aislamiento del virus

El virus puede aislarse en la sangre durante los primeros días de la infección. Existen diversos métodos de reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscriptasa (RCP‑RT). No obstante, la realización de estas pruebas precisa equipo especializado y formación del personal.

El virus también puede detectarse mediante pruebas dirigidas a constatar la presencia de una proteína producida por el virus, denominada NS1. Hay pruebas de diagnóstico rápido disponibles comercialmente que pueden utilizarse a tal fin y que dan el resultado en tan solo unos 20 minutos; además, dichas pruebas no requieren técnicas ni equipo de laboratorio especializados.

Métodos serológicos

Los métodos serológicos, como la inmunoadsorción enzimática (ELISA), pueden confirmar la presencia de una infección reciente o antigua mediante la detección de anticuerpos contra el virus del dengue. Los anticuerpos IgM pueden detectarse aproximadamente una semana después de la infección se pueden seguir detectando durante unos 3 meses. La presencia de anticuerpos IgM indica una infección reciente por DENV. Los niveles de anticuerpos IgG tardan más en aparecer y permanecen en el organismo durante años. La presencia de anticuerpos IgG indica una infección antigua.

Tratamiento

No hay tratamiento específico para el dengue. Los pacientes deben guardar reposo, mantenerse hidratados y buscar asesoramiento médico. Dependiendo de las manifestaciones clínicas y otras circunstancias, los pacientes pueden ser enviados a casa, ser derivados para su manejo en el hospital, o requerir tratamiento de emergencia y derivación urgente.[25]

Para controlar los dolores musculares y la fiebre se pueden tomar tratamientos sintomáticos como los antifebriles y los analgésicos.

  • La mejor opción terapéutica contra tales síntomas es el paracetamol.
  • Deberían evitarse los AINE (antiinflamatorios no esteroideos), como el ibuprofeno y la aspirina. Estos medicamentos antiinflamatorios tienen un efecto anticoagulante, y en una enfermedad con riesgo de hemorragias pueden empeorar el pronóstico.

En caso de dengue grave, la asistencia prestada por el personal médico y de enfermería con experiencia en los efectos y evolución de la enfermedad puede salvar vidas y reducir las tasas de mortalidad a menos del 1% en la mayoría de los países.

Vacunación contra el dengue

La primera vacuna contra el dengue –Dengvaxia® (CYD-TDV), desarrollada por Sanofi Pasteur– se aprobó en diciembre de 2015 y su comercialización ha sido autorizada hasta el momento por los organismos de reglamentación de unos 20 países. En noviembre de 2017 se publicaron los resultados de un nuevo análisis para determinar retrospectivamente el estado serológico en el momento de la vacunación. El análisis reveló que el subgrupo de participantes en el ensayo que eran seronegativos en el momento de la primera vacunación corría mayor riesgo de padecer dengue grave y ser hospitalizado por dengue que el de los participantes no vacunados. Por ello, la vacuna CYD-TDV va dirigida a personas de 9 a 45 años residentes en zonas endémicas que hayan tenido al menos un episodio de infección previa por el virus del dengue. Se están evaluando otras vacunas candidatas contra el dengue.

Posición de la OMS sobre la vacuna CYD-TDV[26]

Como se señala en el documento de posición de la OMS sobre la vacuna Dengvaxia (septiembre de 2018),[26] los ensayos clínicos han demostrado que la vacuna con virus vivos atenuados CYD-TDV contra el dengue es eficaz y segura en personas que ya han estado infectadas anteriormente por el virus del dengue (sujetos seropositivos). La estrategia recomendada para los países que estén considerando incluir la vacunación en sus programas de control del dengue consiste en determinar el estado serológico de los sujetos antes de la vacunación y vacunar únicamente a las personas que hayan tenido una infección con anterioridad (según los resultados de una prueba de anticuerpos o de pruebas de laboratorio que confirmen una infección previa). Las decisiones sobre la aplicación de la estrategia de determinación del estado serológico antes de la vacunación requieren una evaluación cuidadosa en el ámbito nacional, teniendo en cuenta la sensibilidad y especificidad de las pruebas disponibles y las prioridades locales, la epidemiología del dengue, las tasas de hospitalización por dengue en el país y la asequibilidad de la vacuna CYD-TDV y de las pruebas de detección.

La vacunación debería formar parte de una estrategia integrada de prevención y control del dengue. Con todo, sigue siendo necesario aplicar otras medidas preventivas, como un control bien ejecutado y sostenido de los vectores. Estén vacunados o no, los pacientes deben buscar rápidamente atención médica en caso de que presenten síntomas de dengue.

Factores de riesgo

Una infección previa por el DENV aumenta el riesgo de desarrollar dengue grave.

La urbanización (especialmente la no planificada) está asociada a la transmisión del dengue en función de múltiples factores sociales y ambientales: densidad de población, movilidad humana, acceso a fuentes de agua fiables, prácticas de almacenamiento de agua, etc.

Los riesgos de la comunidad frente al dengue también dependen de los conocimientos, la actitud y las prácticas de la población frente al dengue, así como de la ejecución de actividades rutinarias de control vectorial sostenibles en la comunidad.

Por tanto, los riesgos relativos a la enfermedad pueden cambiar y desplazarse con el cambio climático en las zonas tropicales y subtropicales, y los vectores pueden adaptarse al nuevo entorno y clima.

Prevención y control

Cuando una persona sabe que tiene dengue, debe evitar que le piquen más mosquitos durante la primera semana de enfermedad. Es posible que el virus circule en la sangre durante este periodo, por lo que esta persona podría trasmitir el virus a otros mosquitos no infectados, que a su vez podrían infectar a otras personas.

La proximidad de las viviendas a los lugares de cría de los mosquitos vectores es un importante factor de riesgo para el dengue. Hoy por hoy, el método principal para controlar o prevenir la transmisión del virus del dengue consiste en luchar contra los mosquitos vectores. Para ello se deben adoptar las siguientes medidas:

  • Prevención de la reproducción de mosquitos:
    • Evitar que los mosquitos encuentren lugares donde depositar sus huevos mediante el ordenamiento y la modificación del medio ambiente.
    • Eliminar correctamente los desechos sólidos y los hábitats artificiales que puedan acumular agua.
    • Cubrir, vaciar y limpiar cada semana los recipientes donde se almacena agua para uso doméstico.
    • Aplicar insecticidas adecuados a los recipientes en que se almacena agua a la intemperie.
  • Protección personal contra las picaduras de mosquito:
    • Utilizar medidas de protección personal en el hogar, como mosquiteros en las ventanas, repelentes, espirales y vaporizadores. Estas medidas deben observarse durante el día tanto dentro como fuera del hogar (por ejemplo, en el trabajo o la escuela) ya que los principales mosquitos vectores pican durante todo el día.
    • Se aconseja llevar ropa que reduzca al mínimo la exposición cutánea a los mosquitos.
  • Implicación comunitaria:
    • Informar a la comunidad sobre los riesgos de las enfermedades transmitidas por mosquitos.
    • Colaborar con la comunidad para mejorar su participación y movilización a fin de lograr un control permanente de los vectores.
  • Vigilancia activa de los virus y los mosquitos:
    • Vigilar activamente la abundancia de vectores y las especies presentes para determinar la eficacia de las intervenciones de control.
    • Supervisar prospectivamente la prevalencia de virus en la población de mosquitos, llevando a cabo un análisis activo de las recolecciones de mosquitos centinela.
    • La vigilancia de los vectores puede combinarse con la vigilancia clínica y ambiental.

Por otro lado, continúan las investigaciones entre muchos grupos de colaboradores internacionales para buscar nuevas herramientas y estrategias innovadoras que contribuyan a las iniciativas mundiales dirigidas a interrumpir la transmisión del dengue. La OMS alienta la integración de los diferentes métodos de gestión de vectores con el fin de lograr intervenciones sostenibles, eficaces y adaptadas al contexto local.

  • Categorías de anuncio

    open all | close all
  • Categorías de aviso

  • Categorías de editoriales

  • Categorías de entrevista

  • Categorías de informes y sello

    open all | close all
  • Categorías sello – entidades

    open all | close all
  • Categorías de Noticia

    open all | close all
  • Secciones de noticias

    open all | close all
  • Archivo Anuncios

  • Archivo Avisos

    • Archivo Editoriales

      • Archivo Entrevistas

        • Archivo Informe y sello

        • Archivo Nota Oficial

          • Archivo Noticias

          • Archivo Obituarios

            • Actualidad

            • Salud es el Tema