7 de septiembre: Día Internacional del Aire Limpio para Cielos Azules

Responsable: Tania Izquierdo Pamias

Dpto. Servicios Especiales de Información

El 26 de noviembre de 2019, el Segundo Comité del 74° período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) adoptó una resolución que designa el 7 de septiembre como el Día Internacional del Aire Limpio para cielos azules.

La resolución destaca la importancia y la necesidad urgente de aumentar la conciencia pública a todos los niveles y promover y facilitar acciones para mejorar la calidad del aire. A través de esta conmemoración se busca reunir a todas las partes interesadas a mejorar la cooperación para lograr un aire limpio.

Asimismo, sirve como plataforma para fortalecer la solidaridad global y el impulso político para la acción para mejorar la calidad del aire. El Día también tiene como objetivo mejorar el conocimiento sobre la contaminación del aire a través de la evidencia científica, mejorando los datos y brindando herramientas que ayuden a los gobiernos, el sector privado y las comunidades a tomar decisiones y acciones para mejorar la calidad del aire y proteger la salud y los medios de vida. 

“El aire que compartimos”.

Para la tercera conmemoración de este día, se adoptó el tema El aire que compartimos, dando el mensaje de que la contaminación del aire no conoce fronteras. Por esta razón, se requiere hacer consciencia de que las acciones que impactan a la calidad del aire no solo nos afectan a nosotros mismos, sino a toda la humanidad y otros seres vivos.

Ninguna nación o pueblo está exento de sus efectos, y es nuestra responsabilidad colectiva actuar ahora. El tema también tiene una perspectiva de equidad y se relaciona con nuestros derechos humanos esenciales, por lo que un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible es un derecho fundamental y universal.

Asimismo, se complementa el tema del Día Mundial del Medio Ambiente 2022 «Solo una Tierra» para resaltar que tenemos una atmósfera compartida y el tema de Estocolmo +50 «Un planeta saludable para la prosperidad de todos: nuestra responsabilidad, nuestra oportunidad». Se centra en la naturaleza transfronteriza de la contaminación del aire a nivel local, nacional, regional y global, enfatizando la necesidad de responsabilidad y acción colectivas, para la salud y la prosperidad colectivas.

Un problema doble

Efectos sobre nuestro clima: Los contaminantes del clima de corta vida se encuentran entre los contaminantes más relacionados con los efectos sobre la salud y el calentamiento global a corto plazo. Pueden persistir en la atmósfera durante unos días o hasta varios decenios, por lo que reducirlos puede tener beneficios casi inmediatos para la salud y el clima.

Los efectos en nuestra salud: las diminutas e invisibles partículas de contaminación penetran profundamente en nuestros pulmones, en el torrente sanguíneo y en el cuerpo. Estos contaminantes son responsables de aproximadamente un tercio de las muertes por accidente cerebrovascular, enfermedades respiratorias crónicas y cáncer de pulmón, así como de una cuarta parte de las muertes por infarto. El ozono troposférico, producido por la interacción de distintos contaminantes con la luz solar, es también una causa de asma y enfermedades respiratorias crónicas.

La contaminación atmosférica es el mayor riesgo ambiental para la salud humana y una de las principales causas evitables de muertes y enfermedades en todo el mundo, responsable de aproximadamente 6,5 millones de muertes prematuras en todo el mundo (en 2016) atribuidas a la contaminación atmosférica en interiores y al aire libre. En los países en desarrollo, este tipo de contaminación afecta de manera desproporcionada a las mujeres, los niños y los ancianos, y en particular a las poblaciones de bajos ingresos que a menudo están expuestas a altos niveles de contaminación del aire en interiores y en espacios abiertos resultante de los métodos de cocina y calefacción que utilizan leña y queroseno.

La contaminación atmosférica es un problema mundial que tiene repercusiones de largo alcance debido a su vasta propagación, y porque, si no se produce una intervención agresiva, el número de muertes causadas por la contaminación del aire en espacios abiertos va camino de aumentar en más de un 50 por ciento antes de 2050.

La sociedad tiene que soportar los elevados costos de esta contaminación, ya que tiene impacto negativo sobre la economía, la productividad laboral, los costos de atención sanitaria y el turismo, entre otros. Por tanto, no podemos subestimar los beneficios que supondría invertir en el control de dicha contaminación y que existe también una justificación económica para actuar y disponemos de soluciones eficaces en función de los costos para hacer frente a la contaminación atmosférica.

La mala calidad del aire plantea un problema en el contexto del desarrollo sostenible para todos los países, en particular en las ciudades y las zonas urbanas de los países en desarrollo, donde los niveles de contaminación atmosférica son superiores a los límites establecidos en las directrices sobre calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud.

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