El propósito de este ensayo analÃtico es contrastar las respuestas que Cuba y los Estados Unidos han dado a la pandemia de la COVID-19 y comprender las diferencias de los resultados entre las dos naciones.
Con diferencias fundamentales en la estructura y organización de los sistemas de salud, asà como en la filosofÃa y cultura polÃticas, es de esperar que existan grandes diferencias en los resultados. Para entender mejor las influencias e implicaciones de las acciones de cada paÃs durante la pandemia, se requiere una comprensión general de la estructura existente de sus sistemas de salud.
La respuesta más coordinada e integral a la COVID-19 en Cuba ha mostrado resultados significativamente mejores en comparación con los Estados Unidos.
Hasta el 15 de julio de 2021, la tasa acumulada de casos en los EE. UU. es más de cuatro veces mayor que la de Cuba, mientras que la tasa de mortalidad y la tasa de mortalidad excesiva son aproximadamente 12 veces más altas en los Estados Unidos. Además de las grandes diferencias en las tasas acumuladas de casos y muertes entre Estados Unidos y Cuba, la pandemia de COVID-19 ha desenmascarado serias desigualdades en salud subyacentes en la nación norteña.
En las secciones de este artÃculo, publicado en la revista American Journal of Public Health, se exponen las fortalezas y debilidades de los sistemas de salud de ambos paÃses a través de un examen de la vigilancia e identificación de casos, las estrategias de control (incluido el aislamiento y la cuarentena), las pruebas, el desarrollo de vacunas, los resultados y el acceso a los servicios de salud.
El lanzamiento de las vacunas presenta su propio conjunto de desafÃos para ambos paÃses, y estudios futuros pueden ampliar el examen de los éxitos comparativos para identificar estrategias efectivas de distribución y administración de las mismas.
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