Grasas trans

Responsable: Tania Izquierdo Pamias

Dpto. Servicios Especiales de Información

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de mortalidad en el mundo. Los principales factores de riesgo son una alimentación poco saludable, la inactividad física y el consumo de tabaco y alcohol. Entre otros factores alimentarios, el consumo elevado de grasas trans aumenta el riesgo de muerte por cualquier causa en un 34 %, el de muerte por cardiopatía coronaria en un 28 % y el de cardiopatía coronaria en un 21 %. Las grasas trans no tienen beneficios conocidos para la salud.

Las grasas trans de origen industrial se forman en un proceso industrial que añade hidrógeno al aceite vegetal, convirtiéndolo de líquido a sólido y dando lugar a un aceite parcialmente hidrogenado (APH). Para una alimentación sana, la ingesta recomendada de grasas trans es inferior al 1 % de la ingesta calórica total. Las grasas trans de origen industrial no contribuyen a una alimentación sana y deben evitarse.

Datos y cifras
  • Las grasas trans son ácidos grasos insaturados de origen industrial o natural.
  • Cada año se producen en el mundo más de 278 000 muertes atribuibles a la ingesta de grasas trans de origen industrial.
  • Las grasas trans obstruyen las arterias y aumentan el riesgo de infarto de miocardio y muerte.
  • Las grasas trans de origen industrial se encuentran en la margarina, la manteca vegetal, el vanaspati ghee, los alimentos fritos y los productos horneados como galletas saladas, bizcochos y pasteles. Los alimentos horneados y fritos que se venden en la calle y en los restaurantes suelen contener grasas trans de origen industrial. Las grasas trans también pueden encontrarse de forma natural en la carne y los productos lácteos de rumiantes (vacas, ovejas, cabras, etc.). Tanto las grasas trans de origen industrial como las de origen natural son igualmente perjudiciales.
  • Las grasas trans de origen industrial pueden eliminarse y sustituirse por grasas o aceites más saludables sin cambiar el costo, el sabor o la disponibilidad de los alimentos.
  • La recomendación de la OMS para los adultos es limitar el consumo de grasas trans a menos del 1 % de la ingesta energética total, lo que supone menos de 2,2 g al día para una dieta de 2000 calorías.
¿Qué pueden hacer los gobiernos?

Sustituir las grasas trans por aceites y grasas más saludables en el suministro de alimentos es una solución de bajo costo con la que los gobiernos pueden salvar la vida de sus ciudadanos. La experiencia de varios países demuestra que las grasas trans de origen industrial pueden sustituirse por aceites más saludables. Los costos de aplicación de las prácticas óptimas (por ejemplo, la imposición de límites reglamentarios a las grasas trans) están muy por debajo de los umbrales de costoeficacia comúnmente aceptados.

Por ello, la OMS recomienda la eliminación de las grasas trans como una intervención eficaz en función de los costos para los países de ingreso bajo y mediano. Con una inversión de bajo costo, los gobiernos pueden eliminar la causa del 7 % de las enfermedades cardiovasculares en todo el mundo.

Las experiencias de varios países demuestran que las medidas obligatorias son mucho más eficaces que las voluntarias para reducir las grasas trans en el suministro de alimentos y en la población.

La OMS recomienda una de las dos prácticas óptimas siguientes:

1) establecer un límite nacional obligatorio de 2 gramos de grasas trans de origen industrial por cada 100 gramos de grasa total en todos los alimentos.
2) establecer una prohibición nacional sobre la producción de aceites parcialmente hidrogenados (una de las principales fuentes de grasas trans) y sobre su uso como ingrediente en cualquier alimento.

Los APH de los alimentos pueden sustituirse por aceites ricos en ácidos grasos poliinsaturados, seguidos por aceites ricos en ácidos grasos monoinsaturados. Los aceites ricos en ácidos grasos poliinsaturados son los de cártamo, maíz, girasol, soja, pescados grasos, nueces y semillas; los aceites ricos en ácidos grasos monoinsaturados son los de canola, oliva, cacahuete y los de frutos secos y aguacate.

La elección de las grasas y aceites utilizados en muchos países se verá influida por su disponibilidad, el costo de las alternativas y la capacidad de innovación de la industria aceitera. 

Más información en la Nota descriptiva de la OMS.

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