Impacto de la COVID-19 sobre los gases de efecto invernadero

Responsable: Patricia Alonso Galbán

Dpto. Servicios Especiales de Información

COVID-19 sobre los gases de efecto invernadero

El estallido global de la COVID-19 ha planteado graves desafíos para la salud humana, el medio ambiente, la energía y la economía en todo el mundo. Las estrictas medidas para controlar la propagación de esta enfermedad han provocado una importante ralentización de las actividades económicas que, a su vez, han afectado al medio ambiente al reducir la emisión de los gases de efecto invernadero (GEI) y con ello, en concreto, los niveles del dióxido de carbono en la atmósfera.

En este artículo, publicado en la revista Science of The Total Environment en el año 2022, los autores se propusieron describir el impacto de la pandemia de la COVID-19 en las emisiones de los gases de efecto invernadero (GEI), destacar críticamente los escenarios de consumo de la energía y los subsecuentes niveles de la emisión del dióxido de carbono antes, durante y después de la pandemia, con especial énfasis en la evaluación de la elevación de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera y la repercusión económica global de la energía. También se han planteado resumir, de forma exhaustiva, el impacto a corto y a largo plazo de la COVID-19 en el medioambiente y en la sustentabilidad.

Para la realización del estudio efectuaron una recopilación de la literatura relevante publicada a corto plazo, los estudios de casos y las informaciones de las diferentes organizaciones gubernamentales y no gubernamentales relacionadas con las consecuencias medioambientales y energéticas de la pandemia de la COVID-19. Se examinaron las literaturas primarias de los principales flujos científicos utilizando Scopus, Science Direct y Google Scholar. Los autores señalan la abundancia de los datos disponibles en un tiempo particularmente corto.

Los investigadores destacan como el estallido de la pandemia de la COVID-19 ha sacudido el ecosistema mundial y ha revelado varios “cuellos de botella” asociados con las políticas actuales para hacer frente a tal crisis mundial. La incapacidad para salvaguardar a la salud humana y a la economía, unido a la crisis energética en todo el mundo, han creado una seria conciencia de que ya es hora de modificar las políticas y aplicarlas estrictamente para recuperar el ecosistema y la economía global de una forma sinérgica.

En opinión de los autores, es muy difícil predecir los efectos a largo plazo de la COVID-19 sobre las emisiones de los gases de efecto invernadero (GEI) en todo el mundo, teniendo en cuenta las rápidas mutaciones del virus y qué grado de vacunación permitirá controlar la pandemia. Sin embargo, se estima que a corto plazo (para el 2025), la COVID-19 y las medidas de respuesta ante esta enfermedad provocarían un descenso regional de las emisiones de los GEI en casi todos los países.

Por otro lado, señalan, para el año 2040 tanto la reducción de las emisiones de los GEI como las pérdidas económicas se habrán desvanecido, en parte, a nivel mundial con algunas significativas lecciones de la pandemia. En particular, las regiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) seguirán superando los impactos del producto interior bruto (PIB) con un nivel de emisiones reducido debido a las economías especializadas con sectores limpios atribuidos a la pandemia de la COVID-19 y las medidas de respuesta. En resumen, la evaluación en tiempo real de los impactos de la pandemia de la COVID-19 sobre las emisiones de los GEI está lejos de ser posible con el actual desastre de proporciones épicas y de gran complejidad.

La evaluación global del impacto de la COVID-19 sobre las emisiones del dióxido de carbono a largo plazo es muy limitada y desafiante. También se aprecia que faltan los datos que muestren las observaciones en tiempo real, a finales de 2020 y a principios de 2021, para evaluar la relación entre el brote de la COVID-19 y las emisiones del dióxido de carbono. Hay muchos menos trabajos de investigación sobre el análisis de las variaciones en tiempo real del nivel de las emisiones y el consiguiente impacto en el medioambiente durante y después de la segunda oleada de la COVID-19.

Las economías de los países en vías de desarrollo son muy intensivas en energía y, para mejorar el escenario actual, es muy deseable contar con unas fuentes de energía más eficientes y más ecológicas. Los países desarrollados con economías estables deberían colaborar con los países en vías de desarrollo que tienen una economía más baja, ofreciendo una asistencia técnica junto con unas inversiones planificadas para apoyar la agenda de la política energética basada en el mercado. Además, la política diseñada debería centrarse en los inversores y en las organizaciones industriales con una seguridad de inversión en las situaciones difíciles como la pandemia.

Para hacer frente a la crisis medioambiental y a la climática, en opinión de los autores, es necesario contar con los conocimientos científicos y de ingeniería integrados para eliminar los impactos negativos con unas soluciones técnicas sustentables. Sin embargo, perseguir el aspecto tecnológico sostenible implica esfuerzos sociales, políticos, organizativos y económicos con ciertos desafíos no técnicos.

La pandemia de la COVID-19 ha provocado una respuesta global al poner de manifiesto muchos fallos en las políticas actuales y ha estimulado a los gobiernos a construir una agenda más fuerte de sustentabilidad centrándose en los siguientes puntos:

  • Para una industrialización sostenible, es importante mantener un entorno energéticamente eficiente mediante el uso de los combustibles y las tecnologías más limpias. Asimismo, las políticas de gestión de los residuos industriales y de control de las emisiones deben diseñarse estrictamente para evitar los riesgos medioambientales.
  • Para reducir las emisiones inducidas por el transporte es muy conveniente concienciar a las personas sobre el uso del transporte público y cambiar a un sistema de vehículos compartidos para mejorar el medioambiente.
  • Las fuentes de energía más limpias y ecológicas, como la solar, la eólica, la hidroeléctrica, la biomasa y la geotérmica, pueden reducir la dependencia global de los combustibles fósiles y ayudar a disminuir las emisiones de los gases de efecto invernadero en todo el mundo, satisfaciendo simultáneamente la demanda energética mundial.
  • El enfoque de las tres «R» (reducir, reutilizar y reciclar) puede ser muy importante para aminorar la carga de los residuos y la contaminación ambiental. Por lo tanto, es de gran interés disminuir el uso de las materias primas y la producción de los residuos junto con la gestión adecuada de los problemas de la segregación y la eliminación de estos residuos.
  • Por último, para lograr una protección global del medio ambiente, mejor y más sustentable, se requieren esfuerzos colectivos con unas estrictas políticas y su correcta aplicación en todo el mundo.

De acuerdo con la documentación examinada concluyen que se prevé que al evaluar los niveles de las emisiones prepandemia, durante la pandemia y las predicciones posteriores a la pandemia, se puede ofrecer una idea sobre la relación entre los cambios climáticos y la propagación de la COVID-19. Sin embargo, el seguimiento en tiempo real del cambio climático con la pandemia sigue siendo un desafío debido a la falta de los datos para el pronóstico operativo del sistema meteorológico, del ecológico y del hidrológico.

De hecho, la pandemia de la COVID-19 contiene una información clave para entender el cambio climático global. Por lo general los cierres durante la pandemia, incluso por un período limitado, provocaron un descenso considerable en las emisiones de los GEI en todo el mundo, lo que sugiere la importancia de reducir el consumo de los combustibles fósiles y la disminución de las emisiones de las industrias.

Sin embargo, este descenso es obviamente temporal y la urgencia de volver a la normalidad y estabilizar la economía daría lugar a un rápido aumento de las emisiones como es el caso de China, entre otros países. La relajación a corto plazo de las normas medioambientales al eludir los compromisos hacia la utilización de unas fuentes de energía más limpias, puede poner sustancialmente en peligro los esfuerzos realizados en el pasado para lograr un medioambiente más limpio, más ecológico y más sostenible en todo el mundo.

Por lo tanto, incluso con el fuerte choque económico inducido por la pandemia, todavía hay una oportunidad para rediseñar las políticas vitales hacia una economía más verde que reduzca los riesgos de las crisis asociadas al cambio climático en un futuro próximo.

Vea el artículo completo en:

Kumar A, Singh P, Raizada P, Hussain CM. Impact of COVID-19 on greenhouse gases emissions: A critical review. Science of The Total Environment [Internet]. 2022 [citado 11 Feb 2022];806(Part 1):Artículo 150349[10 p.].

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