Prevención del suicidio en la era COVID-19: Transformando la amenaza en una oportunidad

Responsable: Patricia Alonso Galbán

Dpto. Servicios Especiales de Información

El suicidio, una de las principales causas de muerte con devastadores costos emocionales y sociales, es generalmente prevenible y constituye un problema crítico de salud pública mundial. La pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) puede aumentar el riesgo de suicidio de la población a través de sus efectos sobre una serie de factores de riesgo bien establecidos.

Antes de la pandemia, muchos países estaban participando en estrategias de prevención del suicidio y, aunque la carga global de muertes por esta causa ha aumentado, algunos esfuerzos nacionales estaban comenzando a ver resultados positivos. Además, la brecha entre las necesidades y los servicios de salud mental se ha ampliado en muchas naciones. Con las cargas adicionales de salud física y mental, sociales y económicas impuestas por la pandemia, muchas poblaciones en todo el mundo pueden experimentar un mayor riesgo de suicidio. Los datos y los eventos recientes durante los primeros 6 meses de la pandemia revelan efectos específicos sobre el riesgo de suicidio. Sin embargo, los aumentos en las tasas de suicidio no son una conclusión inevitable, incluso con los efectos negativos de la pandemia. De hecho, los datos emergentes sobre suicidios de varios países no muestran evidencia de un aumento durante la pandemia, hasta el momento. Hay pasos prácticos que los responsables de la formulación de políticas, los líderes de la atención médica y los líderes organizacionales pueden tomar para mitigar el riesgo de suicidio durante y después de la pandemia.

La pandemia de COVID-19 presenta una oportunidad nueva y urgente para enfocar la voluntad política, las inversiones federales y la comunidad global en el imperativo vital de la prevención del suicidio. La prevención del suicidio en la era de la COVID-19 requiere abordar no solo los factores de riesgo específicos de suicidio, sino también los factores de riesgo propios de la pandemia. Esta Comunicación especial proporciona estrategias prioritarias basadas en evidencia para médicos y sistemas de prestación de atención médica, junto con políticas nacionales y locales e iniciativas educativas adaptadas al entorno COVID-19. Si se implementan a escala, estas intervenciones podrían mitigar significativamente los efectos negativos de la pandemia sobre el riesgo de suicidio.

Vea el artículo completo en:

Moutier C. Suicide Prevention in the COVID-19 Era: Transforming Threat Into Opportunity. JAMA Psychiatry. 2021;78(4):433–438. doi:10.1001/jamapsychiatry.2020.3746

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