
¿Lo sabÃa? Como pionero de la anatomÃa y veterano experimentador, Leonardo da Vinci cuestionó, mucho antes que otros, el funcionamiento del corazón descrito por el médico griego Claudio Galeno.
Esta es una de tantas anécdotas que revela la exposición «Léonard de Vinci et l’anatomie, la mécanique de la vie» , que se celebra del 9 de junio al 17 de septiembre de 2023 en Château du Clos Lucé, Amboise, Francia.
«La anatomÃa cardiovascular de Leonardo, con su componente de análisis cuasifisiológico de la hemodinámica, ha permanecido desconocida durante mucho tiempo. Si no hubiera sido asÃ, es probable que hubiera tenido una influencia significativa en el desarrollo posterior del conocimiento del sistema cardiovascular», comentó el Dr. Jean-Jacques Monsuez, cardiólogo del Hospital René-Muret, AP-HP en el libro dedicado a la exposición.
Una concepción visionaria del sistema cardiovascular
En el siglo II, Claudio Galeno presentó la siguiente teorÃa original: la sangre se produce en el hÃgado mediante la transformación de los alimentos. Es transportada por las venas gracias a los diversos órganos y es enviada al ventrÃculo derecho gracias al flujo y reflujo y al ventrÃculo izquierdo por los poros intraventriculares [que no existen]. En el ventrÃculo izquierdo, la sangre se transforma en espÃritus vitales al mezclarse con el aire «pneuma» proveniente de los pulmones. Luego, la sangre clara enriquecida con calor vital se transporta a través de las arterias hacia los tejidos periféricos.
Esta concepción errónea de la circulación sanguÃnea durarÃa 15 siglos…
Sin embargo, alrededor de 1513, al estudiar más de cerca las cámaras del corazón y la válvula aórtica, Leonardo da Vinci llegó a contradecir a Galeno y razonó que el corazón, y no el hÃgado, era la fuente del flujo sanguÃneo. «El corazón en sà mismo no es el principio de la vida, es un vaso formado por gruesos músculos, vivificado y nutrido por las arterias y las venas […]», escribió. Descubrimiento derivado de un largo trabajo sobre el corazón a partir de disecciones de cadáveres de cerdo o vacunos y humanos.
De ahà surge una gran cantidad de trabajos dedicados al funcionamiento del corazón. Inspirándose en Galeno y Avicena, Leonardo da Vinci primero dibujó las dos aurÃculas y los dos ventrÃculos con los poros intraventriculares descritos por Galeno. Pero rápidamente su opinión cambió sobre lo que le permite al corazón producir los espÃritus vitales a partir del flujo sanguÃneo.
En una doble página que representa un corazón bovino desde varias perspectivas, dibuja todos los elementos, esta vez con la válvula aórtica en el segundo corazón de la izquierda, en posición abierta y cerrada. «La precisión de la descripción de la válvula aórtica es impresionante, es especial si se considera que en un sujeto normal su superficie ronda los 3 cm2«, comentó el Dr. Jean-Jacques Monsuez.
Pero Leonardo da Vinci va más allá al explicar la secuencia de apertura de la válvula y su cierre. Incluso utiliza un modelo experimental para completar su demostración. En un tubo de vidrio con un abultamiento que reproduce los senos de Valsalva, inyecta granos de mijo y sigue el flujo y la turbulencia que se produce y que imita la dinámica de la sangre que permite abrir y cerrar la válvula. «El dibujo que ilustra esta descripción visionaria fue superpuesto recientemente a la imagen de resonancia magnética 4D Flow por el equipo del profesor Choudhury de la University of Oxford, en la que encontramos el mismo aspecto que el descrito por Leonardo da Vinci», comentó el Dr. Monsuez.
Pero las observaciones hechas por Leonardo da Vinci no se detuvieron ahÃ. El experimentador también describió la contracción cardiaca observando los movimientos de una perforadora insertada en los corazones de los cerdos y por el diagrama que confirma la interpretación.
Explicó por primera vez el papel de las aurÃculas: «Las aurÃculas son las antecámaras que reciben la sangre del corazón a medida que sale de su ventrÃculo desde el principio hasta el final del bombeo». E hizo la primera descripción de la válvula aórtica bicúspide hace más de 400 años, como lo demuestra un tablero de dibujo conservado en la colección de la Corona británica.
Una mina de conocimiento que quedó en las sombras
Los descubrimientos de Leonardo da Vinci sobre el sistema cardiovascular, que permanecieron en la sombra, no pudieron, en la práctica, inspirar el pensamiento de los médicos y cirujanos de su tiempo o del periodo posterior.
Fue apenas en 1773 que el anatomista William Hunter tomó en consideración los folios sobre el cuerpo humano trazados por Leonardo da Vinci, entonces conservados en la colección del rey Carlos II de Inglaterra.
No fue hasta el siglo XIX que apareció una edición facsÃmil completa de la colección que se encuentra en Windsor.
Tomado de Medscape.