Ahora que tenemos fresca en la mente y en el alma la contingencia energética vivida este octubre en Cuba, Infomed conversa con una joven doctora que se mantuvo atendiendo a la población aún en esas difíciles circunstancias.
Se llama Damalys Martínez López, tiene 30 años y su posición es la del Consultorio 14 del Policlínico “Abelardo Ramírez Márquez”, de 15 y 18 en el Vedado capitalino.
– Cómo han sido estos días para usted?
– Difíciles, pero sin dejar de atender a la población. Lo mismo con velas que con lámparas de los propios pacientes o con linternas de celulares como fuente de luz. Los servicios básicos en el cuerpo de guardia se mantuvieron. El cubano siempre encuentra alguna solución ante las dificultades. A mí me tocó guardia el sábado, y los pacientes no dejaban de ir con su lucecita en mano, porque se sentían mal y necesitaban atención médica. Y al menos en orientarlos en el diagnóstico y aliviarles el dolor les podíamos ayudar.
– A cuatro años de graduada, ¿cuál ha sido su trayectoria laboral?
– Después de graduada trabajé en una residencia estudiantil en la Facultad “Julio Trigo” en Arroyo Naranjo, en centros de aislamiento durante la COVID, y luego en un consultorio médico perteneciente al policlínico Los Pinos, también en Arroyo Naranjo. Hace aproximadamente un año me trasladé para el consultorio del policlínico donde me desempeño actualmente.
– ¿Cómo describe a su población?
– Mi población es relativamente pequeña, alrededor de 700 pacientes. En su mayoría son adultos mayores, pero muy educados, considerados y respetuosos siempre. Creo que tratarlos con cariño es una buena clave, todo nos va de maravillas. Hay un déficit importante de medicamentos y de otras tantas cosas necesarias también, pero el hecho de estar presente para ellos y conversar, extenderles la mano, quizás no cura la enfermedad pero les alivia el alma, por decirlo de alguna manera, y eso también es importante. Hay algunos que por la frecuencia con que asisten a consulta o visito, son como mi familia.
– ¿Y la suya propia qué dice de su trabajo?
– Mi familia ha sido mi apoyo y mi guía siempre, mis padres están orgullosos. Somos seis hermanos, cuatro somos médicos: uno está de misión en Venezuela y otra de contrato de trabajo en Angola. El resto en Cuba, todos nos queremos y nos apoyamos mucho. Mi esposo me ayuda y me impulsa a superarme cada día, y mi niño aunque pequeñito ya casi sabe cómo usar un estetoscopio.
– ¿Cómo influye en la Dra. Damalys su colectivo laboral de hoy?
– Desde que comencé las doctoras Liz Caballero y Sandra Mullen, que son las responsables del Departamento Docente del policlínico, me han guiado y apoyado muchísimo porque cuando uno se incorpora a un centro de trabajo sin conocer a nadie resulta un poco difícil y ellas lo hicieron más fácil. Tenemos además a la Dra. María, que es la jefa de mi Grupo Básico de Trabajo y que nunca nos deja solos en nada, y el director del centro Dr. José Luis, quien es un excelente ser humano y cuida muchísimo a sus trabajadores. A quien más cerca tengo es a la Dra. Karla Mariolys porque los consultorios son dobles y hemos logrado una buena dupla, con excelentes relaciones de trabajo y personales también. No me viene a la mente un único nombre, pues creo que que me incorporé a un buen colectivo. Los amigos y los buenos compañeros de trabajo son un apoyo vital para mí.
Esta historia de bata blanca es solo otra entre las tantas que nos llevan a seguir admirando a nuestros profesionales de la salud. Es una historia hermosa, como Damalys.
Por: Mylenys Torres Labrada.
A mi me consta que Damalys es una excelente Doctora una buena esposa y una buena madre,su esposo es compañero de trabajo nuestro e igual es una excelente persona y muy integral, ojalá y los médicos cojan su ejemplo,para poder seguir ayudando a las personas 😘😘😘