En un estudio de casos y controles, los factores de riesgo ateroescleróticos fueron infrecuentes en la infancia y al parecer no estuvieron asociados a la patogenia del ictus isquémico arterial en la infancia o en la edad adulta temprana. Pero en la cuarta y quinta décadas de la vida, estos factores de riesgo se asociaron fuertemente con un riesgo significativo de sufrir un ictus, aumentando dicho riesgo casi diez veces.
«Aunque los ictus en la infancia y en los primeros años de la edad adulta probablemente no son causados por factores de riesgo ateroesclerótico, al parecer estos factores de riesgo aumentan en el curso de la edad adulta temprana y joven y se convierten en factores de riesgo significativos para ictus en los 30 y 40 años», compartió con Medscape Noticias Médicas la autora principal, Dra. Sharon N. Poisson, M. Sc., profesora asociada de neurologÃa en la University of Colorado, en Aurora, Estados Unidos.
Los resultados fueron publicados en versión electrónica el 1 de agosto en JAMA Neurology.
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