Enfoques

¿Puede la IA hacer arbitrajes confiables de artículos científicos?

Es interesante observar las discusiones en torno a los chatbox y la inteligencia artificial (IA) generativa. Las opiniones varían entre el gran potencial que ofrece la IA y las preocupaciones sobre el daño que causaría a los sistemas de evaluación de la publicación científica.

Las palabras de Ernesto Spinak, Ingeniero en Sistemas y Lic. en Biblioteconomía, para SciELO en perspectiva, son una clara invitación a investigar sobre esta herramienta más allá de las opiniones generadas sobre sus potencialidades reales y futuristas.

El especialista reitera los problemas que ya tiene el sistema de publicación académica actual, por ejemplo, las revistas depredadoras, la preocupante cantidad de fraude en la investigación médica, la manipulación de citas, el intercambio de dinero por autoría, lo cual se evidencia en los crecientes índices de retractación.

Spinak advierte sobre las preocupaciones de la comunidad científica acerca de la incapacidad actual de la IA para documentar el origen de sus fuentes de datos a través de citas, porque la falta de identificadores de esas fuentes de datos significa que no hay capacidad para replicar los hallazgos generados por los Large Language Models (LLMs) y es un peligro real incurrir en la generación de datos falsos.

Pero más allá de estos dilemas, es incuestionable que la IA puede llegar a resolvernos muchísimos problemas para los que ahora mismo, no tenemos solución.

El problema principal del sistema de publicación académica es que cada vez es más difícil obtener revisiones por pares de alta calidad, debido al elevado costo y consumo de horas de dedicación. La mayoría de los principales canales de retroalimentación científica, explica el especialista, cuestan más de 100 millones de horas de investigación en USA y 2.500 millones de dólares estadounidenses en un solo año.

Los investigadores más jóvenes o de entornos de escasos recursos tienen dificultades especialmente para obtener comentarios oportunos. Debido a estas dificultades, y con el avance de los modelos LLM como GPT-4, existe un interés creciente en utilizarlos para generar retroalimentación científica sobre manuscritos de investigación y, en particular, acelerar el proceso de arbitraje editorial manteniendo los estándares de seguridad.

Esto introduce una nueva estrategia para afrontar el problema: usar la IA para el arbitraje científico con un sistema de confianza y que aporte comentarios útiles a los trabajos de investigación.

Y es sobre este tema que profundiza en este análisis, a partir de los resultados altamente positivos que ha mostrado un experimento recientemente publicado en arXiv.

Los invitamos a ver el texto completo en:

SPINAK, E. ¿Puede la IA hacer arbitrajes confiables de artículos científicos? [online]. SciELO en Perspectiva, 2023.

El largo camino de la Psicofarmacología ¿dónde estamos?

Este editorial publicado en la Revista del Hospital Psiquiátrico de La Habana  por el profesor Antonio de Jesús Caballero Moreno, explora los distintos psicofármacos de elección en la actualidad para los distintos trastornos de la psiquis.

La Psicofarmacología es junto con la Psicoterapia, nos recuerda el autor, una de las dos piedras angulares de la Psiquiatría Clínica. Su desarrollo comenzó en la década de los 50 del siglo pasado, con una explosión y un optimismo que dieron por fin esperanzas de vaciar los manicomios y regresar a los pacientes a sus casas.

Su análisis parte de que recientemente se ha trabajado con una clasificación actualizada de los psicofármacos basada en los mecanismos de acción, superando así a la clasificación original basada en los síntomas a tratar.

Luego de analizar los medicamentos bajo esta óptica, el profesor Caballero concluye que la Psicofarmacología moderna ensaya nuevas vías que se apartan de las teorías monoaminérgicas clásicas de las psicosis y los trastornos del humor, a la vez que las metodologías de estudio se hacen más complejas para evitar la aparición de moléculas peligrosas. No hay lugar a dudas de que el desarrollo de la investigación de la neuroquímica del cerebro está experimentando un sólido avance.

Vea el texto completo en:

Caballero-Moreno A. El largo camino de la Psicofarmacología, ¿dónde estamos?. Revista del Hospital Psiquiátrico de La Habana [Internet]. 2023; 20 (3)

Los 11 ensayos clínicos que moldearán la Medicina en 2024

El año 2023 nos mostró interesantes avances para la inteligencia artificial, la genómica y la edición de genes, así como en la comprensión de enfermedades cuyos fundamentos habían eludido a los científicos durante muchísimo tiempo.

La revista Nature Medicine propone una selección de esos adelantos científico técnicos que hicieron avanzar la Medicina en el 2023.

Para esta iniciativa, el equipo editorial de la revista pidió a investigadores líderes que nombraran su principal ensayo clínico para 2024, desde la edición de bases y una vacuna contra el VIH, hasta herramientas de inteligencia artificial para el cáncer de pulmón y la clasificación de pacientes.

Entre los tantos problemas que aquejan a la sociedad contemporánea en todo el mundo, los continuos problemas financieros de la industria farmacéutica continuaron en 2023, lo que ha dejado a los conocedores preguntándose cuándo y cómo se recuperará el sector.

A pesar de que toda la industria se está ajustando el cinturón, los ensayos clínicos continúan realizándose, incluso en medio de una persistente escasez de personal y de medicamentos. Con tantos años de montaña rusa desde el inicio de la pandemia de COVID-19, es imposible predecir exactamente lo que el mundo biomédico deparará en 2024.

Los invitamos a revisar y considerar desde aquí la opinión de estos expertos:

¿Debemos cambiarle el nombre a la obesidad?

La percepción pública de la enfermedad lo es todo. Ahora se hace referencia a los «diabéticos» como «personas con diabetes»; una «persona obesa» es ahora un «individuo con obesidad«. Pero ¿cuál es la definición de obesidad? ¿Se refiere a una enfermedad o a un factor de riesgo? ¿Y está el término tan cargado de negatividad, culpa y sesgo que la única solución es desecharlo y cambiarle el nombre por completo?

La sociedad (y la medicina) han cambiado significativamente desde que se adoptó la palabra del latín obesitas allá por el siglo XVII.

A pesar de tanto depender de la palabra obesidad, es notable que la etiqueta persista mientras que los conceptos que la sustentan han evolucionado significativamente. Entonces, ¿tal vez se trata más de encontrar la opción menos mala en lugar de perseguir la imposibilidad de una solución que se adapte a todos?

Este es precisamente el desafío al que se enfrenta la Comisión para la Definición y Diagnóstico de Obesidad Clínica de Lancet Diabetes & Endocrinology, que publicará sus hallazgos iniciales el próximo otoño. El grupo de trabajo global cuenta con 60 líderes en el manejo clínico de la obesidad, incluidos representantes con experiencias vividas de obesidad. Al frente del proyecto está el Dr. Francesco Rubino, presidente de cirugía bariátrica y metabólica del King’s College London, Londres, Inglaterra.

«Renombrar la obesidad es muy importante», afirmó el Dr. Rubino a Medscape. «La palabra está tan estigmatizada, con tantos malentendidos y percepciones erróneas, que algunos podrían decir que la única solución es cambiar el nombre».

Una posibilidad para un nuevo nombre, presentada por la American Association of Clinical Endocrinologists (ahora Endocrinology) y el American College of Endocrinology en 2016, sugiere enmarcar la enfermedad en la característica central de la adiposidad y se denominó enfermedad crónica basada en la adiposidad.

El Dr. Rubino da la bienvenida al nuevo término pero tiene algunas reservas. «Es bueno desde un punto de vista fisiológico, pero el problema es que se dirige a científicos y profesionales médicos. No sé cuánto atraerá al público en general; enfermedad crónica basada en la adiposidad todavía no nos dice cuál es la enfermedad».

Agregó que la propuesta de la Comisión Lancet es más bien llamarla «obesidad clínica». «La obesidad en sí misma no transmite necesariamente el mensaje de que tiene una enfermedad», observó. «Es similar a la diferencia del significado entre depresión y depresión clínica, que comunican dos cosas diferentes».

Vea la noticia completa en: ¿Debemos cambiarle el nombre a la obesidad? – Medscape – 24 de agosto de 2023 (debe regitrarse en el sitio web).

El tiempo sedentario en los niños tiene efectos acumulativos

Durante el Congreso Europeo de Cardiología 2023 se presentó un estudio que relaciona la acumulación de tiempo inactivo en la niñez con el daño cardíaco en la edad adulta temprana, independientemente del peso corporal y la presión arterial.

La rigidez arterial y la progresión del espesor íntima-media carotídea (cIMT) se han asociado con la morbilidad y mortalidad cardiovascular en la edad adulta. La rigidez arterial es un importante factor de riesgo de presión arterial elevada, hipertensión y resistencia a la insulina en adolescentes y adultos jóvenes. Aún no está claro si el tiempo sedentario acumulado empeora de forma independiente la salud arterial en la población pediátrica.

El estudio titulado Tiempo sedentario acumulado basado en acelerómetro desde la niñez hasta la edad adulta con aumento de la rigidez arterial y el espesor de la íntima-media carotídea en la juventud: un estudio longitudinal de 13 años, estuvo dirigido a investigar la asociación longitudinal del tiempo sedentario acumulado desde la niñez hasta la edad adulta con la rigidez arterial y los cambios del espesor íntima-media carotídea (cIMT)  durante el crecimiento pospuberal.

Se investigaron 1399 niños de 11 años de edad del Estudio Longitudinal Avon de Padres e Hijos (ALSPAC) -cohorte de nacimientos del Reino Unido- que tenían al menos dos puntos temporales de seguimiento, tiempo sedentario medido con acelerómetro durante 13 años de seguimiento y control cardíaco completo.

Se incluyeron medidas estructurales a la edad de 17 años en la visita clínica. El tiempo de sedentarismo se evaluó con el acelerómetro ActiGraph usado durante 4 a 7 días en las visitas clínicas a los 11, 15 y 24 años y se clasificó por sexo en terciles como bajo (referencia), moderado y alto.

La velocidad de la onda del pulso carotídeo femoral (cfPWV), una medida de la rigidez arterial y el cIMT se evaluaron con Vicorder y ecografía, respectivamente, a las edades de 17 y 24 años. Las asociaciones ajustadas multivariables se examinaron utilizando modelos lineales generalizados de efectos mixtos y se ajustaron por sexo.

Los autores concluyeron que el aumento acumulativo del tiempo sedentario durante el crecimiento desde la niñez hasta la edad adulta se asoció de forma independiente con un empeoramiento progresivo de la rigidez arterial en la juventud.

Vea el análisis y los comentarios sobre esta investigación en: El tiempo sedentario en los niños tiene efectos acumulativos. Intramed. Noticias – 28 agosto 2023 (debe registrarse en el sitio web)

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