Publicación científica

EE. UU. recomienda hacer mamografías a partir de los 40 años

Las mujeres deben someterse a pruebas de detección del cáncer de mama cada dos años a partir de los 40 para reducir el riesgo de morir por esta enfermedad, según recomendó el Grupo Especial de Servicios Preventivos de EE.UU. (US Preventive Services Task Force), un grupo independiente de expertos que recibe financiación federal.

Anteriormente, este organismo había dicho que las mujeres de 40 años debían tomar una decisión individual sobre cuándo empezar a hacerse mamografías en función de su historial de salud, reservando su recomendación obligatoria para las personas que cumplieran 50 años.

La nueva directriz se basa en una revisión de pruebas y en un estudio de simulación publicado en la revista Journal of the American Medical Association, los cuales vienen a completar un proyecto de recomendación propuesto el año pasado: «Cada vez son más las mujeres de 40 años que padecen cáncer de mama, y las tasas aumentan aproximadamente un 2 % cada año, por lo que esta recomendación supondrá una gran diferencia para todo el país», declaró en un comunicado la presidenta del Grupo Especial, Wanda Nicholson.

«Empezando a examinar a todas las mujeres a los 40 años, podemos salvar casi un 20 % más de vidas», añade.

Una enfermedad frecuente

El cáncer de mama es el segundo cáncer más frecuente y la segunda causa de muerte por cáncer entre las mujeres de Estados Unidos, con más de 43 000 muertes el año pasado.

Al margen, las mujeres afroamericanas tienen un 40 % más de probabilidades de morir de esta enfermedad que el resto, por lo que asegurarse de que empiezan a someterse a pruebas de detección a los 40 años «tiene un beneficio potencial aún mayor para las mujeres afroamericanas», señaló Nicholson.

La nueva recomendación se aplica a casi todas las mujeres: las que tienen un riesgo medio de padecer cáncer de mama, así como las que tienen antecedentes familiares de esta enfermedad y las que tienen senos densos.

Casi la mitad de las mujeres tienen lo que se conoce como “tejido mamario denso”, que por lo general descubren apenas durante su primera mamografía. Este tejido aumenta el riesgo de cáncer de mama y significa que las mamografías pueden no funcionar en este tipo de casos.

Si bien las pruebas de detección son una herramienta poderosa en la lucha contra el cáncer, también existen límites, dijo el grupo de trabajo, explicando por qué no recomienda mamografías anuales. El exceso de pruebas aumenta la cantidad de daños, como falsos positivos o recibir un tratamiento que no era necesario.

Ver el artículo a texto completo en:

Henderson JTWebber EMWeyrich MSMiller MMelnikow J. Screening for Breast CancerEvidence Report and Systematic Review for the US Preventive Services Task Force. JAMA. Published online April 30, 2024. doi:10.1001/jama.2023.25844.

Revelan cambios en la actividad cerebral de las mujeres durante el ciclo menstrual

La variación de los niveles de progesterona y estradiol, a lo largo de las diferentes fases del ciclo menstrual, provocan cambios en varias áreas del cerebro relacionadas con las capacidades cognitivas, las emociones y el comportamiento, según un estudio de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y la Universidad Paris-Lodron de Salzburgo, publicado en npj Women’s Health.

La investigación, en una muestra de 60 mujeres con ciclos menstruales regulares de forma natural (sin tratamientos hormonales) y de edades comprendidas entre los 18 y los 35 años, se basa en el análisis de la variación de la complejidad de las dinámicas cerebrales (o metaestabilidad) durante la fase folicular temprana, la pre-ovulación y la fase lútea media. Así, cuanto mayor es la metaestabilidad, mayor es la complejidad de las dinámicas cerebrales y mayor también su flexibilidad y capacidad de procesar la información.

Como resultado, el estudio revela que la complejidad de las dinámicas cerebrales (mayor metaestabilidad) llega a su máximo durante la pre-ovulación, cuando los niveles de estradiol llegan a su máxima concentración; empieza a bajar durante la fase lútea, por un incremento de los niveles de progesterona; y registra su mínimo en la fase folicular temprana.

A su vez, estas variaciones están condicionadas por la edad. Para analizar los cambios de la actividad cerebral durante el ciclo menstrual, se hicieron tres resonancias magnéticas funcionales a cada mujer (una por cada fase del ciclo menstrual) en estado de reposo. Concretamente, se analizó la evolución de varias redes del cerebro en estado de reposo relacionadas con la atención, las emociones o la introspección, entre otras. Al examinar estas redes, se estudió la capacidad de propagación de la información de sus áreas cerebrales para hacerla llegar a otros partes del cerebro.

Las conclusiones de estudio abren la puerta al futuro desarrollo de tratamientos personalizados para mujeres con alteraciones del ciclo menstrual, pudiéndose complementar en el futuro con otros estudios sobre la relación entre los niveles hormonales y las dinámicas cerebrales, también entre mujeres con menopausia.

Ver texto completo del artículo:

Avila-Varela, D.S., Hidalgo-Lopez, E., Dagnino, P.C. et al. Whole-brain dynamics across the menstrual cycle: the role of hormonal fluctuations and age in healthy women. npj Womens Health 2, 8 (2024).

La cantidad de calorías, no el horario, son clave para perder peso

Un ensayo realizado en personas obesas y prediabéticas que comían la misma cantidad de calorías diarias (con un grupo siguiendo un horario de ayuno y el otro comiendo libremente) no encontró diferencia en la pérdida de peso ni en otros indicadores de salud. Entonces, a pesar del hecho de que las dietas de ayuno están de moda, si simplemente se reduce la ingesta calórica diaria, la pérdida de peso ocurrirá sin importar cuándo se coma, concluyeron los autores del estudio.

«Consumir la mayoría de las calorías más temprano en el día durante una alimentación restringida en el tiempo de 10 horas no redujo el peso más que consumirlas más tarde en el día», escribió un equipo dirigido por la Dra. Nisa Maruthur, profesora asociada de medicina de Johns Hopkins Medicine, en Baltimore.

Su equipo presentó sus hallazgos el viernes en la reunión anual del Colegio Americano de Médicos (American College of Physicians, ACP), en Boston. El estudio se publicó simultáneamente en Annals of Internal Medicine.

El ayuno intermitente se ha vuelto muy popular entre los estadounidenses preocupados por el peso en los últimos años. En un comunicado de prensa de la ACP, los investigadores anotaron que «la evidencia muestra que cuando los adultos con obesidad limitan su ventana de alimentación a 4 a 10 horas, reducen de forma natural la ingesta calórica en aproximadamente 200 a 550 calorías por día y pierden peso en 2 a 12 meses».

Pero, ¿qué pasaría si las personas simplemente redujeran sus calorías diarias en la misma cantidad, sin cambiar sus horarios de alimentación?

En el nuevo ensayo participaron 41 personas con obesidad y prediabetes, en su mayoría mujeres negras con una edad promedio de 59 años. Los participantes fueron asignados a uno de dos regímenes alimenticios. Veintiún de ellos se dedicaron a la alimentación restringida en el tiempo, en la que comieron solo entre las 8 a.m. y las 6 p.m. y consumieron la mayoría de sus calorías antes de la 1:00 p.m. Los otros 20 participantes comieron en un patrón más regular, comiendo en cualquier momento entre las 8 a.m. y la medianoche e ingiriendo la mayoría de sus calorías diarias después de las 5 p.m.

Sin embargo, todos los participantes «recibieron comidas preparadas con idénticas composiciones de macronutrientes y micronutrientes» e idénticos recuentos diarios de calorías.

Después de 12 semanas, no hubo diferencias significativas en la pérdida de peso entre los dos grupos, encontraron los investigadores de la Hopkins. Las personas en el régimen de ayuno perdieron un promedio de poco más de 5 libras, mientras que las personas que comieron en un horario regular perdieron un poco más, alrededor de 5.7 libras.El equipo tampoco observó diferencias significativas en los cambios en el azúcar en la sangre entre los dos grupos.

Loa autores concluyen que las personas obesas y prediabéticas pueden perder la misma cantidad de peso al reducir las calorías diarias sin adherirse a una dieta de ayuno que reduce las calorías en la misma cantidad.

Las doctoras Krista Varady y Vanessa Oddo, investigadoras de nutrición de la Universidad de Illinois, escribieron un editorial que acompaña al nuevo estudio. Aplaudieron la nueva investigación, pero creen que todavía hay buenas razones para que las personas con sobrepeso prueben los regímenes de ayuno. «Lo más probable es que la creciente popularidad de la alimentación restringida en el tiempo se deba a su simplicidad: no requiere que una persona cuente calorías para perder peso», apuntaron.

El estudio de Hopkins muestra que una dieta de ayuno es «efectiva para perder peso, simplemente porque ayuda a las personas a comer menos», dijeron. Por lo tanto, si le resulta complicado hacer un seguimiento constante de sus calorías cada día, una dieta de ayuno podría ser adecuada para usted, ya que el ayuno reduce naturalmente las calorías a niveles que pueden desencadenar la pérdida de peso, razonaron Varady y Oddo.

«Aunque la alimentación restringida en el tiempo no es más efectiva que otras intervenciones dietéticas para la reducción de peso, ofrece a los pacientes un enfoque simplificado para tratar la obesidad al omitir la necesidad de contar calorías», concluyeron.

Ver artículo original en:

Células madre de la grasa de pacientes pueden ayudar a tratar lesiones de la médula espinal

Las células madre derivadas de la grasa de un paciente pueden ayudar de forma segura a mejorar la sensibilidad y el movimiento tras una lesión de la médula espinal, encuentra un nuevo estudio de tamaño pequeño.

Los pacientes tratados con estas células madre experimentaron un aumento de la sensibilidad a los pinchazos y los toques ligeros, un aumento de la fuerza muscular y un mejor control de los esfínteres, según muestran los resultados.

«En la lesión de la médula espinal, incluso una mejora leve puede marcar una diferencia significativa en la calidad de vida de ese paciente», señaló el investigador principal, el Dr. Mohamad Bydon, neurocirujano de la Clínica Mayo.

Para el estudio, los investigadores recolectaron una pequeña cantidad de grasa del abdomen o el muslo de 10 pacientes con lesiones traumáticas de la médula espinal.

Todos los pacientes habían resultado heridos en accidentes automovilísticos, caídas y otros accidentes traumáticos. Seis tenían lesiones en el cuello y cuatro en la espalda.

En el transcurso de un mes, los investigadores expandieron las células madre derivadas de la grasa hasta que hubo más de 100 millones de células. Luego inyectaron las células en la columna vertebral del paciente en la parte baja de la espalda.

Siete de los 10 pacientes mejoraron como resultado de las inyecciones. Estos incluyeron a dos de cada tres pacientes que comenzaron sin sensibilidad ni movimiento por debajo del sitio de su lesión de la médula espinal. Apenas un 5 por ciento de las personas con una lesión espinal completa como esa podrían esperar recuperar cualquier sensibilidad o movimiento, anotaron los investigadores.

Los investigadores también analizaron los cambios en las resonancias magnéticas y el líquido cefalorraquídeo en busca de pistas sobre por qué las células madre podrían ayudar a la regeneración y curación de las lesiones de la médula espinal. Las células madre tienden a moverse hacia áreas de inflamación, en este caso el sitio de la lesión de la médula espinal. Sin embargo, no está claro cómo interactúan las células madre con la médula espinal.

El nuevo estudio aparece en la edición del 1 de abril de la revista Nature Communications.

Entre 250 000 y 500 000 personas en todo el mundo sufren una lesión de la médula espinal cada año, señalan los investigadores. Por lo general, los pacientes experimentan la mayor parte de su recuperación en los primeros seis meses a un año después de la lesión. Por lo general, la mejoría se detiene uno o dos años después de la lesión.

«Durante años, el tratamiento de la lesión de la médula espinal se ha limitado a la atención de apoyo, más específicamente a la cirugía de estabilización y a la fisioterapia», señaló Bydon, el autor principal. «Muchos libros de texto históricos afirman que esta condición no mejora».

«Esta investigación es un paso adelante hacia el objetivo final de mejorar los tratamientos para los pacientes».

Ver artículo completo en:

Bydon, M., Qu, W., Moinuddin, F.M. et al. Intrathecal delivery of adipose-derived mesenchymal stem cells in traumatic spinal cord injury: Phase I trial. Nat Commun15, 2201 (2024).

Treinta minutos menos de sedentarismo al día reduce la presión arterial de los adultos mayores

Las personas mayores terminaron con una presión arterial más baja después de que se les pidió que se levantaran y movieran con más frecuencia, señala un estudio reciente. El entrenamiento de salud redujo con éxito el tiempo que un grupo de adultos mayores pasaba sentado en poco más de 30 minutos al día, según un informe publicado el 27 de marzo en la revista JAMA Network Open.

Estar menos tiempo sentado condujo a una reducción de casi 3.5 puntos promedio en la presión arterial de los adultos mayores, señalaron los investigadores.

En comparación, el aumento de la actividad física por lo general conduce a una reducción promedio de 4 puntos en la presión arterial y a una reducción promedio de 3 puntos, anotaron.

«Nuestros hallazgos son realmente promisorios, porque estar menos tiempo sentado es un cambio que podría ser más fácil para las personas que aumentar la actividad física, sobre todo para los adultos mayores, que son más propensos a vivir con restricciones como el dolor crónico o una función física reducida», señaló la investigadora principal, Dori Rosenberg, investigadora científica sénior del Instituto de Investigación Kaiser Permanente Washington, en Seattle.

Por lo general, los adultos mayores pasan sentados entre un 65 y un 80 por ciento de sus horas de vigilia, señalaron los investigadores en las notas de respaldo. Este comportamiento sedentario puede provocar enfermedades cardíacas y diabetes.

En el nuevo estudio participaron 283 adultos mayores de 60 a 89 años cubiertos por el sistema de salud de Kaiser Permanente en el estado de Washington.

Todos los adultos mayores recibieron un escritorio, un rastreador de actividad y 10 sesiones de entrenamiento de salud durante un período de seis meses. En estas sesiones, los participantes establecen metas para reducir el tiempo que pasan sentados.

Un grupo de control también recibió asesoramiento de salud, pero se centró en áreas de la salud no relacionadas con estar de pie o aumentar la actividad.

La pandemia obligó a que la mayoría de las sesiones de coaching sanitario se impartieran a distancia. Sin embargo, las personas mayores pudieron mejorar sus patrones de sentarse, y pasar más tiempo de pie lo que condujo a una mejor presión arterial.

Ver el texto completo del artículo en:

Rosenberg DEZhu WGreenwood-Hickman MA, et al. Sitting Time Reduction and Blood Pressure in Older AdultsA Randomized Clinical Trial. JAMA Netw Open. 2024;7(3):e243234.

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