CientÃficos de diversos centros franceses han descubierto que las células senescentes en tejidos como el pulmón, hÃgado, riñón o huesos expresan niveles elevados del gangliósido D3 (GD3), lo que evita su reconocimiento y ulterior eliminación por las células natural killer (NK) del sistema inmunitario.
En ratones con fibrosis pulmonar inducida experimentalmente, la inmunoterapia con un anticuerpo anti-GD3 prolongó la supervivencia de los animales, redujo la deposición de colágeno y mejoró la estructura tisular, según se desprende de la tomografÃa computarizada. El tratamiento detuvo la progresión de la enfermedad, llegando incluso a revertirla en algunos casos y restableciendo la activación y capacidad de degranulación de las células NK intrapulmonares.
Julien Cherfils-Vicini,investigador del Instituto IRCAN de Niza y codirector del estudio, afirma que este efecto fue especifico, ya que no fueron observados cambios ni en la proporción de estas células ni en la del resto de las que componen el sistema inmunitario. Notablemente, la función de las NK en otros órganos, tales como el bazo, no se vio afectada.
En experimentos adicionales los cientÃficos determinaron que el beneficio de la inmunoterapia es extensible a la fibrosis inducida por la edad, no sólo en los pulmones y el hÃgado, sino también en el hueso, tejido en el cual se constató una disminución del remodelado propio del envejecimiento, menor erosión del hueso subcondral y aumento tanto del grosor como del volumen. Estos hallazgos adjudican al GD3 un papel como punto de control inmunológico de la senescencia y como potencial diana terapéutica en la atenuación de patologÃas asociadas a la edad, concluye Cherfils-Vicini.
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