La aplicación en Cuba de la iniciativa denominada UNA SALUD pasa por una estrategia de vigilancia a partir del riesgo ante el peligro de emergencia de la influenza aviar, opinó en esta capital una experta en la materia. Constituye un elemento clave para la prevención y detección oportuna de esa amenaza para la salud animal, con potencial impacto en los humanos, argumentó la Doctora en Ciencias Agrícolas Nivian Montes de Oca Martínez en declaraciones a la Agencia Cubana de Noticias.
Es imprescindible también la armonización de los algoritmos diagnósticos sobre la enfermedad, por su riesgo de zoonosis, con el Instituto de Investigaciones “Pedro Kourí”, refrendado en las indicaciones conjuntas de los ministerios de Salud Pública y de la Agricultura, añadió la también directora general del Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria, en la provincia de Mayabeque.
Consideró que el enfoque UNA SALUD es fundamental para la consecución de la Agenda 2030 de la ONU, pero dijo que en el caso de Cuba es una estrategia nacional para el desarrollo sostenible, aprobada en 2021 por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros.
Llamó la atención de que su introducción práctica debe abarcar a todas las infraestructuras de dirección, en especial a los municipios, que son prioritarios en la promoción de políticas públicas relacionadas con el desarrollo local y territorial.
Sin embargo, aclaró que la orientación tiene que ser construida, para lo cual habrá que educar, investigar, innovar y comunicar para traer a la realidad cubana las mejores prácticas y herramientas.
Apuntó que de esa manera podrá ubicarse la salud del suelo, las plantas, los animales, el hombre y el ambiente entre los objetivos clave del trabajo transdisciplinario e intersectorial en beneficio de las generaciones presentes y futuras.
Para ello es imprescindible, estimó, incrementar la conciencia entre científicos, académicos, productores, consumidores y gobierno, entre los cuales existe un manejo general de UNA SALUD, pero aun no se domina en todos sus aspectos, por lo que no se aplica en todo su alcance.
El propósito de esta política sobre “Una salud” es fomentar la coordinación y la colaboración entre los diferentes marcos de gobernanza de los programas de salud humana, animal, vegetal y medioambiental con el propósito de mejorar la prevención y la preparación para los retos actuales y futuros a la salud en la interfaz entre los seres humanos, los animales y el medioambiente. Una de las preocupaciones prioritarias en el enfoque de “Una salud” son los riesgos que afectan a los sistemas de los que depende la sociedad: salud, agricultura y ganadería, y medioambiente. La política comprende seis líneas de acción estratégica que pueden aportar orientación valiosa para las actividades de las autoridades nacionales de salud y las de prestación de cooperación técnica por la Oficina Sanitaria Panamericana.