En la mañana de este viernes 17 de noviembre, falleció el destacado profesor y endocrinólogo cubano, Dr. Manuel Emiliano Licea Puig: el querido «profe Licea».
Doctor en Medicina (Universidad de la Habana, 1962-1967). Servicio Médico Rural 1968-1970 en Lugareño. Camagüey (Director del Hospital y del Área de Salud Sierra de Cubitas), Camagüey.
El profesor hizo la residencia de Endocrinología en el Instituto Nacional de Endocrinología, La Habana. Especialista de 1er y 2do Grado en Endocrinología. Jefe del Servicio de Endocrinología y de Consulta Externa del Hospital Manuel Ascunce Doménech y Responsable Provincial de la Especialidad en la provincia de Camagüey (1976-1978)
Desde el punto de vista docente se destacó en la formación de decenas de profesionales desde la escuela de Medicina de Camagüey, donde se categorizó como instructor, hasta alcanzar la categoría docente de Auxiliar en 1991, formando parte del claustro del Instituto de Endocrinología. Desde el año 2007 ostentaba la condición de profesor Consultante. Miembro de tribunales de pases de año, estatales, de categorización docente y de investigador, tutor y asesor de trabajos de terminación de Terminación de Residencia y maestrías; también fue profesor de más de 50 cursos de Post-grado nacionales e internacionales con evaluaciones excelentes de su trabajo.
Su trabajo en investigación también fue de excelencia con categoría de investigador de mérito desde el 2007. Fue miembro del Consejo Científico y del Comité de ética de la investigación en el Instituto de Endocrinología.
En sus años de trabajo, publicó más de 250 artículos en revistas nacionales y más de 100, en revistas extranjeras, 2 monografías; varios libros como autor principal, 3 de ellos en los últimos 5 años. Uno de los publicados en Cuba, como coautor, fue Premio Anual al Mejor Libro Científico en el 1990.
Participó en más de 500 eventos científicos, con trabajos premiados en algunos de ellos y además tuvo una participación destacada en las Sociedades Científicas a las que perteneció, fue Vicepresidente de la Sociedad Cubana de Endocrinología y Diabetes, miembro Numerario de la Sociedad Latinoamericana de Diabetes (ALAD), delegado Suplente (Cuba) de la Sociedad Latinoamericana de Diabetes (ALAD) en 2008, socio Honorífico de la Sociedad de Médicos Generales de Oaxaca, AC. Oaxaca de Juárez, México en el 2009 y miembro de Honor de la Sociedad Cubana de Endocrinología y Diabetes.
Hace apenas unos días, en el X Congreso Nacional de Endocrinología, fue acreedor del reconocimiento especial 70 Aniversario de la SOCEND. Su mención fue acompañada de un gran aplauso de los participantes en honor a su trabajo científico y a su contribución al desarrollo de la especialidad por más de 35 años.
Recibió varias condecoraciones, expresión de sus méritos y años de trabajo continuo y esmerado:
- Medalla Comandante Piti
- Medalla por la Educación
- Medalla José
- Frank País.
- Conmemoración: 30 años del Vuelo Cósmico Tamayo/Romanenko (Investigador Proyecto Inter-Cosmo).
A nuestro querido profesor, “el chama”, como le decían las personas allegadas, siempre lo recordarán con su alegría natural y sus ideas de investigación interminables, con su mano levantada siempre para dejar su impronta en la docencia. Sus compañeros de trabajo y alumnos han dejado plasmados en este doloroso momento algunos comentarios que engrandecen al querido profe Licea: “preguntón pero siempre justo”, “excelente profesional y excelente persona”, “lo extrañaremos siempre y lo llevaremos en el corazón eternamente”, “reverencia eterna ante su legado”, ”siempre estaremos en deuda por su enseñanza y legado”, “por esa entrega sin límites en la educación y la enseñanza”, “trabajador incansable” y que “con su magnífico carácter y sapiencia irá a un largo paseo por otras tierras”, “es un amigo que no se marcha, solo nos dice hasta luego”…
El gremio de la Endocrinología nacional e internacional latinoamericana está de luto por esta pérdida, insustituible para la especialidad desde el punto de vista profesional, científico, docente, como persona y además por su carácter eternamente joven.
Lleguen a su familia, amigos, compañeros de trabajo, pacientes y alumnos, nuestras condolencias y el compromiso de continuar la obra de nuestro querido y eterno profesor.
Sociedad Cubana de Endocrinología y Diabetes.
Conocí al doctor un poco antes de su graduación como médico y compartí con él y su familia, de la cual me considero parte, durante muchísimo. Fuimos como hermanos y teníamos muchas cosas en común.
Lo admiré siempre como médico y como padre de familia y jamás lo olvidaré.
Le envío a sus hijas, (mis sobrinas) y a su nieto, mis mas sentidas condolencias y les acompaño en este momento de dolor y tristeza.
Sólo me queda decirle a mi hermano LIcea:
¡NOS VEREMOS, DONDE QUIERA QUE TE ENCUENTRES!