El tratamiento con un nuevo marcapasos cerebral mínimamente invasivo redujo la frecuencia de las convulsiones en al menos 50% en pacientes con epilepsia focal resistente a fármacos antiepilépticos, según muestra una nueva investigación.
El metanálisis examinó los datos de los dos primeros ensayos clínicos en humanos que utilizaron estimulación focal de la corteza con un sistema de neuromodulación epicraneal llamado Epicranial Application of Stimulation Electrodes for Epilepsy.
La terapia utiliza un electrodo especialmente diseñado que se coloca fuera del cráneo, en la región del cerebro donde comienzan las convulsiones del paciente.
Después de 6 meses de tratamiento, 53% de los pacientes con convulsiones no controladas, incluso después de intentos con hasta siete fármacos anticonvulsivos, notificaron al menos una reducción de 50% en la frecuencia de las convulsiones.
El dispositivo funciona como un marcapasos porque previene la sincronización cerebral anormal, lo que ayuda a mantener los ritmos cerebrales normales, explicó a Medscape Noticias Médicas el investigador principal, Dr. Andreas Schulze-Bonhage, profesor de neurología y neurofisiología clínica y director del centro de epilepsia del University Medical Center, University of Freiburg, Alemania.
«Un nuevo método de neuroestimulación mínimamente invasivo ha demostrado eficacia en la epilepsia farmacorresistente, lo que ofrece una nueva oportunidad para un grupo considerable de pacientes con epilepsia focal que actualmente tienen un éxito limitado en el tratamiento», apuntó.
Los hallazgos se publicaron en versión electrónica el 3 de abril en JAMA Neurology.[1]
Primeros ensayos en humanos
Para el estudio, los investigadores analizaron datos combinados de los ensayos clínicos Epicranial Application of Stimulation Electrodes for Epilepsy (EASEE II) y PIMIDES I, los primeros ensayos en humanos que se realizaron en siete centros europeos de epilepsia. Los estudios de etiqueta abierta y no aleatorizados comenzaron en enero de 2019 y enero de 2020, respectivamente, y finalizaron en julio de 2021.
Los ensayos contaron con 33 pacientes que experimentaron mínimo tres convulsiones de inicio focal por mes que no estaban controladas por al menos dos fármacos anticonvulsivos.
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