Desde la OMS

OMS sigue de cerca variante Mu del SARS-CoV-2

La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que mantiene vigilancia hoy sobre la variante Mu (B.1.621) del SARS-CoV-2, clasificada hasta el momento como de interés.

Según el último informe emitido al cierre de agosto por esta entidad, dicha modificación del coronavirus, causante de la pandemia de COVID-19, fue identificada por primera vez en Colombia en enero de este año y tiene una constelación de mutaciones que indican propiedades potenciales de escape inmunológico.

En su actualización epidemiológica semanal, la OMS señaló que se ha informado presencia de Mu en 39 países principalmente de América del Sur y Europa.

Aunque su prevalencia global disminuyó a menos del 0,1 por ciento, su presencia en Colombia aumentó al 39 por ciento y en Ecuador al 13, indicó el informe de la organización.

La OMS reportó que los datos preliminares de Mu indican una reducción en la capacidad de neutralización del virus tanto en convalecientes como en vacunados, similar a lo ocurrido con la variante Beta, pero esto necesita ser confirmado por estudios adicionales.

Una variante del virus SARS-CoV-2 se clasifica como de interés cuando presenta factores de riesgo que pueden convertirla en más contagiosa o resistente a las vacuna.

Posteriormente, se realizan estudios en profundidad para determinar si son más agresivas o transmisibles. De ser así, pasa a catalogarse como variante de preocupación.

Hasta la fecha existen cuatro variantes de preocupación: Alpha, Beta, Gamma y Delta, y cinco de interés: Eta, Lota, Kappa, Lambda y Mu.

Los expertos consideran que de todas ellas la Delta es probablemente la más transmisible y la comparan con la varicela (una enfermedad altamente contagiosa, de la cual se estima que, tras un contacto intrafamiliar con una persona infectada, más del 90 por ciento de los sujetos susceptibles la desarrollan).

Identificada inicialmente en India, Delta ya se ha extendido a más 140 países con predominio en regiones de Europa y Estados Unidos.

Estudios recientes hablan, además, de que tiene un periodo de incubación más corto con una cantidad mayor de partículas virales.

Varias investigaciones dan cuenta de que es mil veces más contagiosa que la cepa original de ese coronavirus, detectada por primera vez en Wuhan, China.

La OMS decidió designar a las variantes de preocupación y de interés con las letras del alfabeto griego para evitar asociar las cepas del virus con naciones concretas.

Detectan variante Mu del SARS-CoV-2 en República Dominicana

Las autoridades sanitarias de República Dominicana informaron el 1º de septiembre que fue detectada la variante Mu (B.1.621) del coronavirus SARS-CoV-2, clasificada hasta el momento como de interés por la Organización Mundial de la Salud.

En rueda de prensa el director general de Epidemiología, Ronald Skewes, dijo que la variante fue identificada por primera vez en el país el pasado 10 de mayo y no se había vuelto a detectar desde finales de ese mismo mes.

Las provincias en las cuales apareció Mu fueron Bahoruco, Barahona, Azua, Santo Domingo y La Vega. La nueva variante tiene presencia en 39 naciones, principalmente de América del Sur y Europa.

En el encuentro con los periodistas Skewes reiteró la importancia de vacunarse como mejor instrumento para combatir la COVID-19 y destacó como realmente buenas las cifras de la pandemia, pues tienen baja incidencia y positividad, no obstante resaltó eso no significa que debamos bajar la guardia.

Más de 700 millones de personas con hipertensión sin tratar

El número de adultos de entre 30 y 79 años con hipertensión ha aumentado de 650 millones a 1280 millones en los últimos treinta años, según el primer análisis mundial exhaustivo de las tendencias de la prevalencia, la detección, el tratamiento y el control de la hipertensión- en inglés, dirigido por el Imperial College de Londres y la Organización Mundial de la Salud (OMS) y publicado hoy en The Lancet. Casi la mitad de estas personas no sabían que tenían hipertensión.

La hipertensión aumenta considerablemente el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, cerebrales y renales, y es una de las principales causas de muerte y enfermedad en todo el mundo. Puede detectarse fácilmente midiendo la tensión arterial, en casa o en un centro de salud, y a menudo puede tratarse eficazmente con medicamentos de bajo costo.

El estudio, realizado por una red mundial de médicos e investigadores, abarcó el periodo 1990-2019. Se utilizaron datos de medición y tratamiento de la tensión arterial de más de 100 millones de personas de entre 30 y 79 años de 184 países, que en conjunto cubren el 99% de la población mundial, lo que lo convierte en la revisión más completa de las tendencias mundiales de la hipertensión hasta la fecha.

Al analizar esta enorme cantidad de datos, los investigadores descubrieron que hubo pocos cambios en la tasa general de hipertensión en el mundo desde 1990 hasta 2019, pero la carga se ha desplazado de las naciones ricas a los países de ingresos bajos y medianos. La tasa de hipertensión ha disminuido en los países ricos —que ahora tienen por lo general algunas de las tasas más bajas—, pero ha aumentado en muchos países de ingresos bajos o medianos.

Como resultado de ello, el Canadá, el Perú y Suiza tuvieron una de las menores prevalencias de hipertensión a nivel mundial en 2019, mientras que algunas de las tasas más altas se observaron en la República Dominicana, Jamaica y el Paraguay para las mujeres y en Hungría, el Paraguay y Polonia para los hombres. (En las notas para los redactores figuran los desgloses y la clasificación de los países).

Aunque el porcentaje de personas con hipertensión ha cambiado poco desde 1990, el número de personas con hipertensión se duplicó hasta alcanzar los 1280 millones. Esto se debió principalmente al crecimiento de la población y al envejecimiento. En 2019, más de mil millones de personas con hipertensión (el 82% de todas las personas con hipertensión del mundo) vivían en países de ingresos bajos y medianos.

Importantes lagunas en el diagnóstico y el tratamiento

Aunque es sencillo diagnosticar la hipertensión y relativamente fácil tratarla con fármacos de bajo costo, el estudio reveló importantes lagunas en el diagnóstico y el tratamiento. Alrededor de 580 millones de personas con hipertensión (el 41% de las mujeres y el 51% de los hombres) desconocían su afección porque nunca fueron diagnosticados.

El estudio también indicó que más de la mitad de las personas (el 53% de las mujeres y el 62% de los hombres) con hipertensión, es decir, un total de 720 millones de personas, no recibían el tratamiento que necesitaban. La tensión arterial estaba controlada, es decir, los medicamentos mantenían eficazmente la tensión arterial en intervalos normales, en menos de una de cada cuatro mujeres y uno de cada cinco hombres con hipertensión.

El profesor Majid Ezzati, autor principal del estudio y Profesor de Salud Medioambiental Mundial en la Escuela de Salud Pública del Imperial College de Londres, dijo: «Casi medio siglo después de que empezáramos a tratar la hipertensión, que es fácil de diagnosticar y tratar con medicamentos de bajo costo, el hecho de que tantas personas con hipertensión en el mundo sigan sin recibir el tratamiento que necesitan constituye un fracaso de la salud pública.»

Los hombres y mujeres del Canadá, Islandia y la República de Corea eran los que tenían más probabilidades de recibir medicación para tratar y controlar eficazmente su hipertensión: más del 70% de los hipertensos recibían tratamiento en 2019.

Comparativamente, los hombres y mujeres de África subsahariana, de Asia central, meridional y sudoriental y de las naciones insulares del Pacífico son los que menos probabilidades tienen de recibir medicación. Las tasas de tratamiento estaban por debajo del 25% para las mujeres y del 20% para los hombres en varios países de estas regiones, lo que crea una enorme desigualdad mundial en el tratamiento.

Resulta alentador que algunos países de ingresos medianos hayan ampliado con éxito el tratamiento y estén logrando mejores tasas de tratamiento y control que la mayoría de los países de ingresos altos. Por ejemplo, Costa Rica y Kazajstán tienen ahora tasas de tratamiento más altas que la mayoría de los países de ingresos altos.

El Dr. Bin Zhou, un investigador de la Escuela de Salud Pública del Imperial College de Londres que dirigió el análisis, dijo: «Aunque las tasas de tratamiento y control de la hipertensión han mejorado en la mayoría de los países desde 1990, apenas se han producido cambios en gran parte del África subsahariana y las naciones insulares del Pacífico. Los financiadores internacionales y los gobiernos nacionales deben dar prioridad a la equidad mundial en el tratamiento de este importante riesgo para la salud que afecta a todo el mundo.»

Nueva directriz de la OMS para el tratamiento de la hipertensión

En la directriz de la OMS para el tratamiento farmacológico de la hipertensión en adultos (WHO Guideline for the pharmacological treatment of hypertension in adults), publicada también hoy, se ofrecen nuevas recomendaciones para ayudar a los países a mejorar el tratamiento de la hipertensión.

El Dr. Taskeen Khan, del Departamento de Enfermedades No Transmisibles de la OMS, que dirigió la elaboración de la directriz, dijo: «La nueva directriz mundial sobre el tratamiento de la hipertensión, la primera en 20 años, ofrece las orientaciones basadas en la evidencia más actuales y pertinentes sobre la iniciación del tratamiento farmacológico de la hipertensión en los adultos.»

Las recomendaciones abarcan el nivel de tensión arterial con el que hay que empezar a tomar la medicación, el tipo de medicamento o la combinación de medicamentos que hay que utilizar, el nivel de tensión arterial que hay que lograr y la frecuencia con la que hay que hacer controles de seguimiento de la tensión arterial. Además, la directriz sienta las bases de cómo los médicos y otros trabajadores de la salud pueden contribuir a mejorar la detección y el tratamiento de la hipertensión.

La Dra. Bente Mikkelsen, Directora del Departamento de Enfermedades No Transmisibles de la OMS, añadió: «La necesidad de tratar mejor la hipertensión tiene una importancia insoslayable. Siguiendo las recomendaciones de esta nueva directriz, aumentando y mejorando el acceso a la medicación para la tensión arterial, identificando y tratando las comorbilidades como la diabetes y las cardiopatías preexistentes, promoviendo dietas más saludables y la actividad física regular, y controlando más estrictamente los productos de tabaco, los países podrán salvar vidas y reducir los gastos de salud pública.»

Vea el artículo en:

Worldwide trends in hypertension prevalence and progress in treatment and control from 1990 to 2019: a pooled analysis of 1201 population-representative studies with 104 million participants. Zhou, Bin et al. The Lancet, Volume 0, Issue 0. DOI:https://doi.org/10.1016/S0140-6736(21)01330-1

Mandatarios mundiales y expertos apelan a una importante reducción del uso de antimicrobianos en los sistemas alimentarios mundiales

El Grupo de Liderazgo Mundial sobre la Resistencia a los Antimicrobianos ha apelado a todos los países para que reduzcan considerablemente los niveles de antimicrobianos utilizados en los sistemas alimentarios mundiales. Ello conlleva dejar de utilizar antimicrobianos de importancia médica para fomentar el crecimiento en animales sanos y usar en general estos químicos con más responsabilidad.

El llamamiento llega antes de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios que se celebrará en Nueva York el 23 de septiembre de 2021 y en la que los países analizarán sus opciones para transformar los sistemas alimentarios mundiales.

El Grupo de Liderazgo Mundial sobre la Resistencia a los Antimicrobianos está integrado por jefes de Estado, ministros gubernamentales y dirigentes del sector privado y de la sociedad civil. El Grupo, que se estableció en noviembre de 2020 para acelerar el impulso político mundial, el liderazgo y la acción sobre la resistencia a los antimicrobianos (RAM), está copresidido por las Excmas. Sras. Mia Amor Mottley, Primera Ministra de Barbados, y Sheikh Hasina, Primera Ministra de Bangladesh.

Reducir el uso de antimicrobianos en los sistemas alimentarios es clave para que sigan siendo eficaces

El Grupo de Liderazgo Mundial apela en su declaración a todos los países y dirigentes de diferentes sectores para que tomen medidas audaces que permitan hacer frente a la farmacorresistencia.

Uno de los principales llamamientos a la acción aboga por un uso más responsable de antimicrobianos en los sistemas alimentarios y por la reducción considerable del uso de los medicamentos más importantes para el tratamiento de enfermedades en los seres humanos, los animales y las plantas.

Los otros llamamientos a la acción son los siguientes:

  1. Poner fin al uso de los antimicrobianos cruciales para la medicina humana en el fomento del crecimiento de los animales.
  2. Limitar la cantidad de los antimicrobianos administrados para prevenir infecciones en animales y plantas sanos y garantizar que todo uso se realice bajo supervisión reglamentaria.
  3. Eliminar o reducir considerablemente la venta libre de antimicrobianos importantes para fines médicos o veterinarios.
  4. Reducir la necesidad general de antimicrobianos mejorando los programas de prevención y control de infecciones, higiene, bioseguridad y vacunación en la agricultura y la acuicultura.
  5. Garantizar el acceso a antimicrobianos de calidad y asequibles para la salud animal y humana y promover la innovación de alternativas sostenibles y basadas en la evidencia a los antimicrobianos en los sistemas alimentarios.

La inacción tendrá consecuencias nefastas para la salud humana, animal, vegetal y ambiental

Los antimicrobianos (incluidos los antibióticos, los antifúngicos y los antiparasitarios) se utilizan en la producción de alimentos en todo el mundo. Se administran a los animales no solo con fines veterinarios (para tratar y prevenir enfermedades), sino también para fomentar el crecimiento de animales sanos.

Los plaguicidas antimicrobianos también se utilizan en la agricultura para tratar y prevenir enfermedades en las plantas.

Muchos de los antimicrobianos utilizados en los sistemas alimentarios son iguales o similares a los utilizados para tratar a los seres humanos. El uso actual en humanos, animales y plantas está dando lugar a un preocupante aumento de la farmacorresistencia y haciendo que las infecciones sean más difíciles de tratar. Es posible que el cambio climático contribuya también al aumento de la resistencia a los antimicrobianos.

Las enfermedades farmacorresistentes ya causan al menos 700 000 muertes cada año entre los seres humanos en todo el mundo.

Si bien se han registrado importantes reducciones en el uso de antibióticos en animales en el ámbito mundial, es necesario reducirlo todavía más.

Si no se toman medidas drásticas e inmediatas para reducir considerablemente el uso de antimicrobianos en los sistemas alimentarios, el mundo se dirige rápidamente hacia un punto de inflexión en que los antimicrobianos en los que se confía para tratar infecciones en humanos, animales y plantas dejarán de ser eficaces. Los efectos de ello en los sistemas de salud, las economías, la seguridad alimentaria y los sistemas alimentarios tanto en el ámbito local como mundial serán devastadores.

«No podemos hacer frente a los crecientes niveles de resistencia a los antimicrobianos sin utilizar esos fármacos con más moderación en todos los sectores», señala la copresidenta del Grupo de Liderazgo Mundial sobre la Resistencia a los Antimicrobianos, la Excma. Sra. Mia Amor Mottley, Primera Ministra de Barbados. «El mundo está en una carrera contra la resistencia a los antimicrobianos, y es una carrera que no podemos permitirnos perder.»

Reducir el uso de los antimicrobianos en los sistemas alimentarios debe ser una prioridad para todos los países

«Utilizar de forma más responsable los antimicrobianos en los sistemas alimentarios debe ser una prioridad para todos los países», declara la copresidenta del Grupo de Liderazgo Mundial sobre la Resistencia a los Antimicrobianos, la Excma. Sra. Sheikh Hasina, Primera Ministra de Bangladesh. «La acción colectiva en todos los sectores pertinentes es crucial para proteger nuestros medicamentos más preciados, en beneficio de todos, en todas partes.»

Los consumidores de todos los países pueden desempeñar una función esencial eligiendo alimentos procedentes de productores que utilizan antimicrobianos de manera responsable.

Los inversores también pueden contribuir invirtiendo en sistemas alimentarios sostenibles.

También es necesario invertir urgentemente para poner en marcha alternativas eficaces al uso de los antimicrobianos en los sistemas alimentarios, como vacunas y medicamentos de sustitución.

Declaración del Grupo de Liderazgo Mundial sobre la Resistencia a los Antimicrobianos en relación con el uso de antimicrobianos en los sistemas alimentarios

Los antimicrobianos se utilizan habitualmente en los sistemas alimentarios, lo que afecta a la resistencia a los antimicrobianos en los seres humanos, los animales, las plantas y el medio ambiente. En la aplicación del principio de «Una sola salud», es crucial transformar los sistemas alimentarios para optimizar la salud de los animales, las plantas y el medio ambiente, garantizar un uso responsable y sostenible de los antimicrobianos y, lo que es más importante, reducir la necesidad de utilizarlos y promover la innovación para encontrar alternativas sostenibles y basadas en la evidencia.

Los antimicrobianos son importantes para la salud y el bienestar de los animales y la producción vegetal, por lo que es necesario garantizar el acceso a antimicrobianos de calidad y asequibles. Ahora bien, urge cambiar la situación actual. Si bien se han registrado reducciones considerables en el uso de antimicrobianos en animales en todo el mundo, introducir nuevas mejoras para reducir su uso y velar por que se utilizan de forma responsable y sostenible en los sistemas alimentarios es muy importante y un objetivo que se puede lograr. Aunque es difícil en algunas situaciones, todos los países, sectores y organizaciones deben dar prioridad a esta meta.

Para promover el uso responsable y sostenible de los antimicrobianos en los sistemas alimentarios, el Grupo de Liderazgo Mundial pide lo siguiente:

  1. Prevención y control de infecciones 
  • Todos los países deberían dar prioridad a la prevención y el control de las infecciones, incluidos los programas de agua, saneamiento e higiene, bioseguridad y vacunación en tanto que intervenciones para prevenir y mitigar el riesgo de enfermedades infecciosas y RAM en todos los sectores; y
  • Las organizaciones y asociados internacionales de carácter técnico, financiero y de investigación y desarrollo deberían apoyar a los países para que mejoren el acceso y uso de pruebas diagnósticas asequibles existentes y nuevas, herramientas de predicción de enfermedades, vacunas, alternativas no antimicrobianas seguras y eficaces, y una nutrición adecuada para la prevención, el control y el tratamiento de infecciones en los animales terrestres y acuáticos y, cuando proceda, las plantas.
  1. Reducción del uso de los antimicrobianos 

Todos los países deberían:

  • Reconocer la importancia de los antimicrobianos para la salud y el bienestar de los animales y la producción vegetal en sus políticas y marcos normativos nacionales y eliminar el uso de antimicrobianos para compensar la prevención y control inadecuados de las infecciones, la mala gestión y otras deficiencias modificables en la gestión de la salud de los animales y las plantas;
  • Reducir considerablemente el uso general de antimicrobianos, en particular los antimicrobianos de importancia crítica y máxima prioridad para los animales terrestres y acuáticos y las plantas;
  • Poner fin al uso de antimicrobianos de importancia médica para fomentar el crecimiento, comenzando de inmediato por los antimicrobianos de importancia crítica y máxima prioridad, y continuando con otras categorías; y
  • Limitar la profilaxis y metafilaxis antimicrobianas en animales y plantas a situaciones bien definidas, con el objetivo de reducir considerablemente el uso de los antimicrobianos y garantizar que todo uso se realice con supervisión regulatoria y bajo la dirección de un prescriptor autorizado.
  1. Supervisión y gobernanza 

Todos los países deberían:

  • Garantizar la gobernanza eficaz y supervisión profesional de las ventas y el uso de antimicrobianos y la gestión adecuada de los antimicrobianos en todos los sectores, incluida la elaboración y aplicación de directrices basadas en la evidencia para el tratamiento, el control y la prevención; y
  • Eliminar o reducir considerablemente la venta libre de antimicrobianos que son importantes para fines médicos o veterinarios y establecer normas rigurosas con el fin de fortalecer y aumentar la supervisión profesional para el uso de los antimicrobianos en animales terrestres y acuáticos y plantas.

Las organizaciones y los asociados internacionales de carácter técnico, financiero y de investigación y desarrollo deberían:

  • Establecer mecanismos para mejorar y ampliar el acceso adecuado a antimicrobianos de buena calidad en todo el mundo; y
  • Alentar y apoyar el establecimiento y la mejora de sistemas de vigilancia nacionales e internacionales comparables que permitan a los países establecer bases de referencia para el uso de los antimicrobianos y la resistencia a ellos y establecer metas progresivas, ambiciosas, basadas en la ciencia y pertinentes a nivel nacional para el uso responsable y sostenible de los antimicrobianos en todos los sectores.

Trastorno poscovídico o COVID persistente

Si usted se ha recuperado de la COVID-19, pero aún experimenta ciertos síntomas, usted podría tener un trastorno poscovídico o “COVID persistente”. ¿Cuáles son esos síntomas? ¿Cuánto tiempo duran? Y, ¿existe alguna opción de tratamiento?

La Dra. Janet Díaz, Jefa de Atención Médica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), nos lo explica en Cinco minutos científicos, espacio coordinado por Vismita Gupta-Smith, del Departamento de Comunicaciones de la OMS.

Cinco minutos científicos es un espacio de charlas de la OMS sobre temas científicos. En esta serie de vídeos y audios, expertos de la OMS explican temas científicos relacionados con la COVID-19, que aparecen cada semana en los canales de YouTube, Instagram, Facebook, Twitter y LinkedIn de la OMS y en todas las plataformas principales.

Vismita Gupta-Smith: Janet, ¿cuáles son síntomas que indican que una persona tiene este trastorno?

Dra. Janet Díaz: Pues, algunos de los síntomas más frecuentes del trastorno poscovídico, o como usted dijo, COVID persistente, son la falta de aire y la disfunción cognitiva, lo que la gente llama niebla mental, y el cansancio. Estos son los más frecuentes. Sin embargo, los pacientes han llegado a describir más de 200 síntomas. Por lo tanto, la lista es muy larga. Otros síntomas que los pacientes o las personas pueden presentar son, por ejemplo, dolor en el pecho, dificultad para hablar; algunos han descrito ansiedad o depresión, dolores musculares, fiebre, pérdida del olfato, pérdida del gusto. Así pues, la lista es muy larga, pero esos son los tres que más se han descrito.

Vismita Gupta-Smith: Janet, ¿cuánto puede durar este trastorno?

Dra. Janet Díaz: La duración o el tiempo que dura este trastorno aún no se ha definido muy bien. Se ha explicado que este trastorno puede durar hasta tres meses, algunos han dicho que unos seis meses, e incluso hasta nueve meses. Pero, como usted sabe, llevamos aproximadamente un año y medio de pandemia. Aún es necesario hacer más estudios para dar seguimiento a los pacientes que han desarrollado un trastorno poscovídico o COVID persistente y ver cuándo desaparecen esos síntomas que es lo que esperamos que ocurra.

Vismita Gupta-Smith: Janet, ¿qué tratamiento hay para este trastorno? ¿Ya tenemos algún tratamiento?

Dra. Janet Díaz: Cualquier paciente o persona que desarrolle esta afección debe buscar atención. La vía de atención debe ser multidisciplinaria por naturaleza, es decir que puede incluir a su médico de atención primaria, así como a los correspondientes profesionales especializados en rehabilitación, trabajadores sociales, trabajadores de atención psicosocial y profesionales de salud mental. Ese es el tipo de atención que las personas con un trastorno poscovídico deben recibir. Con respecto a un tratamiento específico, aún no tenemos ninguno. Esto se debe a que aún no entendemos cuál es la causa. Por tanto, mientras más conozcamos las verdaderas causas o mecanismos del desarrollo de la enfermedad, más esperanzas tendremos de un tratamiento específico.

Vismita Gupta-Smith: Janet, ¿qué sabemos hasta ahora de la vacunación y el trastorno poscovídico?

Dra. Janet Díaz: Pues, hay muchas cosas por conocer todavía acerca de los efectos de la vacunación y el trastorno poscovídico. Sin embargo, está muy claro que la prevención de la infección por SARSCoV-2, la prevención de la COVID-19, es la mejor forma de evitar el desarrollo del trastorno poscovídico o COVID persistente. Sabemos, pues, que el uso de vacunas reduce las hospitalizaciones, reduce la mortalidad, y por tanto todos los que pueden contraer la enfermedad deben hacerlo. Las medidas de salud pública, como el uso de la mascarilla en los lugares adecuados, el distanciamiento físico y el lavado de las manos, son también extremadamente importantes para prevenir la COVID-19.

Vismita Gupta-Smith: Muchas gracias, Janet. Hoy conversamos con la Dra. Janet Díaz. Hasta el próximo episodio. Manténganse seguros y sanos, y no se aparten de la ciencia.

Puede acceder al video en: Science in 5. Episode No. 47 – Trastorno poscovídico.

Ver podcast en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=0p-FOLJH8Ag.

 

Traducción:

Lic. Caridad Karell Marín
Grupo Traducciones
Dpto. Servicios Especiales de Información
CNICM-Infomed

La OMS publica el primer informe mundial sobre inteligencia artificial (IA) aplicada a la salud y seis principios rectores relativos a su concepción y utilización

Según las nuevas orientaciones de la OMS, publicadas el pasado 28 de junio, la inteligencia artificial (IA) ofrece grandes expectativas para mejorar la prestación de atención de salud y la medicina en todo el mundo, siempre y cuando la ética y los derechos humanos ocupen un lugar central en su concepción, despliegue y utilización. 

El informe, titulado Ethics and governance of artificial intelligence for health (ética y gobernanza de la inteligencia artificial en el ámbito de la salud), es el resultado de dos años de consultas celebradas por un grupo de expertos internacionales nombrados por la OMS.

«Como toda nueva tecnología, la inteligencia artificial ofrece grandes posibilidades para mejorar la salud de millones de personas en todo el mundo; ahora bien, como toda tecnología, también puede utilizarse indebidamente y causar daño», dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «Este nuevo e importante informe proporciona a los países una valiosa guía sobre la manera de aumentar al máximo los beneficios de la IA, al tiempo que se minimizan sus riesgos y se evitan sus trampas».

La inteligencia artificial puede utilizarse, lo que ya se está haciendo en algunos países ricos, para mejorar la velocidad y la precisión del diagnóstico y la detección de enfermedades; facilitar la atención clínica; reforzar la investigación en el ámbito de la salud y el desarrollo de medicamentos, y apoyar diversas intervenciones de salud pública, como la vigilancia de la morbilidad, la respuesta a los brotes y la gestión de los sistemas de salud.

La IA también podría permitir que los pacientes tuvieran un mayor control de su propia atención de salud y comprendieran mejor la evolución de sus necesidades. Además, podría facilitar el acceso a los servicios de salud en los países con escasos recursos y las comunidades rurales, donde los pacientes a menudo tienen dificultades para acceder a los agentes de salud o al personal médico.

Sin embargo, en el nuevo informe de la OMS se advierte del peligro de sobreestimar las ventajas de la IA en el ámbito de la salud, sobre todo cuando esto se hace en detrimento de inversiones y estrategias básicas que son necesarias para lograr la cobertura sanitaria universal.

Además, en él también se señala que las oportunidades conllevan desafíos y riesgos, como la recopilación y utilización poco éticas de los datos sobre salud; los sesgos codificados en los algoritmos, y los riesgos que presenta la IA para la seguridad del paciente, la ciberseguridad y el medio ambiente.

Así, por ejemplo, si bien la inversión de los sectores público y privado en el desarrollo y despliegue de la IA es fundamental, el uso no regulado de la IA podría subordinar los derechos e intereses de los pacientes y las comunidades a los poderosos intereses comerciales de las empresas tecnológicas o a los intereses de los gobiernos en materia de vigilancia y control social.

El informe también pone de relieve que los sistemas entrenados principalmente a partir de datos recopilados de personas que viven en países de alto ingreso pueden no funcionar bien en el caso de las poblaciones de entornos de ingreso bajo o mediano.

Por lo tanto, los sistemas de IA deberían diseñarse cuidadosamente a fin de reflejar la diversidad de los entornos socioeconómicos y de atención de salud. Estos deberían acompañarse de formación en aptitudes digitales, de implicación comunitaria y de sensibilización, en particular para los millones de agentes de salud cuya alfabetización digital o readaptación profesional serán necesarias en caso de que se automaticen sus cometidos y funciones, y que deberán lidiar con máquinas que podrían poner en entredicho las facultades decisorias y la autonomía de los prestadores y los pacientes.

En última instancia y, guiándose por las leyes existentes y las obligaciones en materia de derechos humanos, así como por las nuevas leyes y políticas que incorporan principios éticos, los gobiernos, los proveedores y los diseñadores deben trabajar conjuntamente para abordar las preocupaciones éticas y de derechos humanos en cada etapa de la concepción, desarrollo y despliegue de una tecnología basada en la IA.

Seis principios para garantizar que la IA se utilice en aras del interés público en todos los países 

A fin de limitar los riesgos y aumentar al máximo las oportunidades que conlleva la utilización de la IA en el ámbito de la salud, la OMS propone que la reglamentación y gobernanza de la IA se basen en los principios siguientes:

» Preservar la autonomía del ser humano: En el contexto de la atención de salud, ello significa que los seres humanos deberían seguir siendo dueños de los sistemas de atención de salud y las decisiones médicas; se debería preservar la privacidad y la confidencialidad, y los pacientes deben dar su consentimiento informado y válido por medio de marcos jurídicos adecuados para la protección de datos.

» Promover el bienestar y la seguridad de las personas y el interés público. Los diseñadores de tecnologías de IA deberían cumplir los requisitos normativos en materia de seguridad, precisión y eficacia para indicaciones o usos bien definidos. Se deben instaurar medidas de control de la calidad en la práctica y de mejora de la calidad en la utilización de la IA.

» Garantizar la transparencia, la claridad y la inteligibilidad. La transparencia exige que se publique o documente información suficiente antes de la concepción o el despliegue de una tecnología de IA. Esa información debe ser fácilmente accesible y facilitar consultas y debates provechosos sobre la concepción de la tecnología y sobre el uso que se debería hacer o no de esta.

» Promover la responsabilidad y la rendición de cuentas. Las tecnologías de IA permiten realizar tareas específicas; ahora bien, incumbe a las partes interesadas velar por que estas sean utilizadas en condiciones apropiadas y por personas debidamente formadas. Se deberían instaurar mecanismos eficaces para que las personas y los grupos que se vean perjudicados por decisiones basadas en algoritmos puedan cuestionarlas y obtener reparación.

» Garantizar la inclusividad y la equidad. La inclusividad requiere que la IA aplicada a la salud sea concebida de manera que aliente la utilización y el acceso equitativos en la mayor medida de lo posible, con independencia de la edad, el  sexo, el género, el ingreso, la raza, el origen étnico, la orientación sexual, la capacidad  u otras características amparadas por los códigos de derechos humanos.

» Promover una IA con capacidad de respuesta y sostenible. Los diseñadores, desarrolladores y usuarios deberían evaluar de forma continua y transparente las aplicaciones de la IA en situación real a fin de determinar si esta responde de manera adecuada y apropiada a las expectativas y las necesidades. Los sistemas de IA también se deberían concebir de modo que se reduzcan al mínimo sus efectos medioambientales y se aumente la eficiencia energética. Los gobiernos y las empresas deberían anticipar las perturbaciones ocasionadas en el lugar de trabajo, en particular la formación que se deberá impartir a los agentes de salud para que se familiaricen con el uso de los sistemas de IA, y las posibles pérdidas de empleos debidas a la utilización de sistemas automatizados.

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