Naciones Unidas

8 de junio, Día Mundial de los Océanos

El océano cubre más del 70 % del planeta. Es nuestra fuente de vida y sustento de la humanidad y de todos los demás organismos de la tierra. Prueba de ello es que el océano produce al menos el 50 % del oxígeno del planeta, alberga la mayor parte de la biodiversidad de la tierra y es la principal fuente de proteínas para más de mil millones de personas en todo el mundo. Además resulta clave para nuestra economía, ya que se estima que, para 2030, habrá en torno a 40 millones de trabajadores en todo el sector relacionado con los oceános.

Y por si aún fuera poco, los océanos absorben alrededor del 30 % del dióxido de carbono producido por los humanos, amortiguando los impactos del calentamiento global.

Sin embargo, a pesar de todos sus beneficios, necesita más apoyo que nunca.

Con el 90 % de las grandes especies marítimas de peces mermadas y el 50 % de los arrecifes de coral destruidos, estamos extrayendo más del océano de lo que se puede reponer. Debemos trabajar juntos para crear un nuevo equilibrio en el que no agotemos todo lo que este nos ofrece, sino que restauremos su vitalidad y le devolvamos una nueva vida.

“Despertar nuevas profundidades” es el tema del Día Mundial de los Océanos 2024, un año enmarcado en el Decenio de Ciencias Oceánicas de la ONU. No tenemos tiempo para “ojos que no ven, corazón que no siente”. Nuestra relación con los océanos tiene que cambiar con urgencia, porque hasta el momento nuestros esfuerzos no han hecho más que rozar la superficie. Para motivar un impulso generalizado a favor de los océanos, necesitamos despertar nuevas profundidades.

En marzo  de 2023, los delegados de las Naciones Unidas consiguieron llegar a un acuerdo para la protección de la biodiversidad marina en aguas internacionales tras casi dos décadas de negociaciones. El marco legal, conocido como “Tratado de alta mar”, colocaría el 30 % de los océanos del mundo en áreas protegidas, destinaría más dinero a la conservación marina y cubriría el acceso y el uso de los recursos genéticos marinos. Pero aún no es suficiente.

«[…] nuestros océanos están en crisis y la culpa es solo nuestra. El cambio climático es responsable de la subida del nivel del mar y amenaza la existencia misma de los pequeños Estados insulares en desarrollo y las poblaciones costeras. Los récords de temperatura marina originan fenómenos meteorológicos extremos que nos afectan a todos. La acidificación de los océanos destruye los arrecifes de coral, lo cual supone romper un eslabón vital de las cadenas alimentarias y amenaza el turismo y la economía local. El desarrollo costero insostenible, la sobrepesca, la explotación minera de los fondos marinos, la contaminación descontrolada y los desechos plásticos causan estragos en los ecosistemas marinos de todo el planeta», expresó en su mensaje anual por la fecha el Secretario General de la ONU, António Guterres.

Más información:

Reportajes visuales y viajes interactivos:

Documentos:

Las familias y el cambio climático. A 31 años del primer Día Internacional de las Familias

El Día Internacional de las Familias se celebra el 15 de mayo de cada año para crear conciencia sobre el papel fundamental de las familias en la educación de los hijos desde la primera infancia, y las oportunidades de aprendizaje permanente que existen para los niños y las niñas y los jóvenes.

En la década de los ochenta, las Naciones Unidas comenzaron a centrarse en temas relacionados con la familia. En 1983, siguiendo las recomendaciones del Consejo Económico y Social, la Comisión de Desarrollo Social, a través de su resolución 1983/23 sobre la función de la familia en el proceso de desarrollo, pidió al Secretario General que promoviera «entre los encargados de adoptar decisiones y el público una mayor conciencia de los problemas y las necesidades de la familia, así como de las formas eficaces de satisfacer dichas necesidades».

Más tarde el Consejo, en su resolución 1985/29, pidió a la Asamblea General que considerara la posibilidad de incluir en su programa provisional para el cuadragésimo primero periodo de sesiones el tema titulado «Las familias en el proceso de desarrollo», con la idea de pedir al Secretario General que iniciase un proceso para crear conciencia sobre este asunto entre los gobiernos, las organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, y la opinión pública.

Atendiendo a las recomendaciones de la Comisión de Desarrollo Social formulada en su trigésimo periodo de sesiones, la Asamblea invitó a los Estados Miembros a que manifestaran su parecer acerca de la posible proclamación de un año internacional de la familia y formulasen observaciones y propuestas al respecto.

Finalmente, en su resolución 44/82 el 9 de diciembre de 1989, la Asamblea General proclamó el Año Internacional de la Familia. Más tarde, en 1993, con la resolución A/RES/47/237, decidió celebrar el Día Internacional de la Familia cada 15 de mayo, con el fin de dar a conocer la cuestiones relativas a las familias y reflexionar acerca de cómo les afectan los procesos sociales, económicos y demográficos.

Las familias y el cambio climático

El cambio climático repercute negativamente en la salud y el bienestar de las familias a causa de una mayor contaminación, al mismo tiempo que fenómenos meteorológicos extremos exacerbados por el cambio climático, como huracanes, sequías e inundaciones, provocan a menudo desplazamientos forzosos y la pérdida de los medios de subsistencia de las familias y las personas. Estos fenómenos afectan a la productividad agrícola y al acceso al agua, lo que intensifica el hambre y situaciones de vulnerabilidad. Además, provocan daños económicos en sectores sensibles a los efectos del clima, como la agricultura y la pesca.

Si no actuamos drásticamente, la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático serán cada vez más difíciles y costosas.

Para actuar de forma significativa y eficaz contra el cambio climático es fundamental empoderar a las familias a través de la educación, el cambio de hábitos de consumo y la sensibilización. Las familias, como transmisoras de valores de una generación a otra, deben adoptar desde una edad temprana hábitos sostenibles y de concienciación sobre el cambio climático. Integrar los principios de la economía circular en la educación infantil puede ayudar a construir un modelo económico sostenible basado en la reducción de los residuos y la regeneración de los recursos naturales. Las familias, como consumidoras y activistas, pueden conducir la transición hacia una economía circular.

La celebración en 2024 del Día Internacional de la Familia se centra en sensibilizar sobre el impacto del cambio climático en las familias y el papel que estas pueden desempeñar en la acción por el clima. A través de iniciativas familiares y de la comunidad, podemos fomentar la acción por el clima con educación, acceso a la información, formación y la implicación de la comunidad.

¿Sabías que…?
  • La esperanza de vida mundial al nacer alcanzó los 72,8 años en 2019, lo que supone una mejora de unos nueve años con respecto a 1990.
  • En 2030, casi el 12 % de la población mundial tendrá 65 años o más. Para 2050, la longevidad media mundial se situará en torno a los 77,2 años.
  • En todo el mundo, más del 23 % de los individuos, lo que equivale a más de 1000 millones de personas, vive en barrios marginales en zonas urbanas. Se calcula que un crecimiento del 1 % de la población urbana aumenta la incidencia de los suburbios en un 5,3 % en Asia y un 2,3 % en África.
  • Se estima que el 2 % de la población mundial no tiene hogar y que otro 20 % vive en condiciones de vivienda inadecuadas.

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En La Habana, Directora Ejecutiva de ONUSIDA y Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas

Como parte de una visita de trabajo a La Habana, Winnie Byanyima, la Directora Ejecutiva de ONUSIDA y Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas, destacó este lunes la integralidad e impacto del Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” y la calidad de sus estudios e investigaciones.

Al profundizar en las funciones de las áreas del centro insigne de la Salud Pública cubana, compartió con trabajadores y directivos sobre la intensa actividad docente y científica en la instalación, fundada hace ya 86 años.

Manifestó que en el Instituto aprendió sobre un modelo muy interesante y novedoso para el control de las enfermedades infecciosas, mediante acciones de investigación, diagnóstico, vigilancia y docencia, encaminadas a la atención y seguimiento a enfermedades transmisibles, y para tener un mejor control de este tipo de padecimientos.

«Un día de mucho aprendizaje, inspirador y en cada una de las reuniones a las que he asistido me han surgido nuevas ideas y motivaciones para mi trabajo».

Winnie Byanyima, la Directora Ejecutiva de ONUSIDA y Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas.

De forma general, aseveró la ejecutiva, una de las de las experiencias que me llevo es la determinación del pueblo y el gobierno de Cuba para afrontar las dificultades y extender la los servicios de salud a toda la población, sin ningún tipo de discriminación, así como el compromiso para compartir lo que tiene con otros países en vías de desarrollo.

La Directora Ejecutiva de ONUSIDA realiza hasta este jueves una visita de trabajo a Cuba para estrechar lazos con la Mayor de las Antillas, a partir de la socialización de importantes experiencias y novedosas contribuciones en el campo de la Microbiología, que permitan cerrar brechas ante escenarios complejos y desafiantes para los sistemas sanitarios.

En sus apreciaciones subrayó la relevancia de avanzar en puntos de interés común en beneficio de los pueblos, en relación a esferas como  la transferencia de tecnología, investigaciones científicas y adelantos médicos, encabezados por talentosos profesiones como los del “Pedro Kourí”.

Precisamente sobre los resultados de este Instituto conoció ampliamente a través de una exposición, en la entidad, de la viceministra del sector, doctora Carilda Peña García. Detalló a los visitantes los procederes de vigilancia epidemiológica, diagnóstico clínico y de atención médica personalizada, en los cerca de 800 trabajadores que enfrentan cada día, con mucha consagración, a enfermedades infecciosas, dígase virales, bacterianas, parasitarias y micóticas.

La Directora General de la Institución, la Doctora en Ciencias Vivian Kourí Cardellá, puntualizó de igual manera los retos de una “institución para la humanidad”, como lo definió nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz al dejar inaugurada la actual sede en la década del 90 del pasado siglo.

«Es clave para nuestra gestión y resultados, el quehacer del personal médico, de enfermería, de laboratorio, técnicos, licenciados y microbiólogos, que laboran en un centro hospitalario que complementa nuestra misión de diagnóstico de casos y la vigilancia de las enfermedades infecciosas, donde se ajustan los protocolos y tratamientos de conjunto con el Ministerio de Salud Pública», señaló.

Intervención que motivó el reconocimiento de la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, quien resaltó enfáticamente a la prensa que Cuba tiene mucho que ofrecer en este ámbito de enfrentamiento a enfermedades como el Dengue, el Zika, y de transmisión sexual, y en este sentido fortalecer la cooperación Sur-Sur.

Fuente: Minsap – 6 mayo 2024
Foto y texto: Fotos: Isabel González Pérez

Uso excesivo de antibióticos «por si acaso» durante la COVID-19 agrava la resistencia bacteriana

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el uso de antibióticos osciló entre el 33 % para los pacientes de la región del Pacífico Occidental y el 83 % en las regiones del Mediterráneo Oriental y África. Entre 2020 y 2022, las prescripciones disminuyeron con el tiempo en Europa y América, pero aumentaron en África.

La agencia de salud de la ONU afirmó recientemente que durante la pandemia se produjo un «uso excesivo de antibióticos» en todo el mundo entre los pacientes hospitalizados por el coronavirus, sin que ello mejorara los resultados clínicos, a la vez que aumentaba potencialmente la ya grave y creciente amenaza de la resistencia a los antimicrobianos provocada por las «superbacterias».

En una alerta, la OMS señaló que, aunque sólo el 8 % de los pacientes hospitalizados por coronavirus tenían también infecciones bacterianas que pueden tratarse con antibióticos, a tres de cada cuatro se les administraron «por si acaso».

En ningún momento de la pandemia mundial, la agencia sanitaria de la ONU recomendó el uso de antibióticos para tratar el coronavirus COVID-19, insistió la portavoz de la agencia de la ONU, la doctora Margaret Harris.

Viral, no bacteriano

«El consejo fue muy claro desde el principio, que se trataba de un virus. Así que no es que hubiera ninguna directriz o recomendación de que los médicos fueran en esta dirección, pero quizás como la gente estaba tratando con algo completamente nuevo, buscaban lo que creían que podía ser apropiado», explicó.

Los datos recopilados por la OMS también indicaron que la mayoría de los antibióticos se administraron a pacientes COVID-19 gravemente enfermos, con una media mundial del 81 %. El uso de antibióticos en infecciones leves o moderadas mostró una considerable variación entre regiones, con el mayor uso en África, con un 79 %.

Preocupantemente, la agencia de la ONU descubrió que los antibióticos antibacterianos prescritos con más frecuencia en todo el mundo eran aquellos con mayor potencial de resistencia antimicrobiana (RAM) a los antibióticos.

«Cuando un paciente necesita antibióticos, los beneficios suelen superar los riesgos asociados a los efectos secundarios o a la resistencia a los antibióticos. Sin embargo, cuando son innecesarios, no ofrecen ningún beneficio a la vez que plantean riesgos, y su uso contribuye a la aparición y propagación de la resistencia a los antimicrobianos», explicó la doctora Silvia Bertagnolio, jefa de la Unidad de Vigilancia, Pruebas y Fortalecimiento de los Laboratorios de la División de RAM.

Sin impacto positivo

El informe de la OMS sostiene que el uso de antibióticos «no mejoró los resultados clínicos de los pacientes con COVID-19». Por el contrario, su prescripción sistemática «podría crear perjuicios para las personas sin infección bacteriana, en comparación con las que no reciben antibióticos», señaló en un comunicado.

«Estos datos exigen mejoras en el uso racional de los antibióticos para minimizar las consecuencias negativas innecesarias para los pacientes y las poblaciones», asegura la agencia.

Las conclusiones se basaron en datos de la Plataforma Clínica Mundial para la COVID-19, una base de datos clínicos anónimos de pacientes hospitalizados por esta enfermedad. Los datos procedían de 450.000 pacientes de 65 países entre enero de 2020 y marzo de 2023.

Expertos temen que la gripe aviar puede empezar a extenderse de persona a persona

El H5N1 es una infección gripal, que se inició predominantemente en aves de corral y patos. Hasta la fecha, no se ha registrado ninguna transmisión del H5N1 de persona a persona. Pero la preocupación, es que cada vez más las aves están infectando a los mamíferos, incluidos los seres humanos, y se teme que el virus evolucione y desarrolle la capacidad de infectar directamente al hombre.

La actual trasmisión mundial de la gripe aviar a los mamíferos, se ha convertido en un problema de salud pública por su alta tasa de mortalidad, afirma el doctor Jeremy Farrarel, científico jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En este sentido, se han anunciado nuevas medidas para hacer frente a las enfermedades transmitidas por el aire, cada vez más complejas y frecuentes.

El científico afirmó que el virus de la gripe aviar, también conocido como H5N1, ha tenido una tasa de mortalidad «extremadamente alta» entre los varios centenares de personas que se sabe han sido infectadas por él.

«El H5N1 es una infección gripal, que se inició predominantemente en aves de corral y patos, y se ha extendido eficazmente en el curso de los últimos uno o dos años hasta convertirse en una zoonosis animal pandémica mundial», afirmó Farrar.

«La gran preocupación, por supuesto, es que al hacerlo e infectar a patos y pollos, pero ahora cada vez más a mamíferos, ese virus evolucione y desarrolle la capacidad de infectar a los humanos. Y, lo que es más grave, la capacidad de pasar a la transmisión de humano a humano».

En relación con un brote de virus H5N1 entre vacas lecheras en Estados Unidos, el jefe de la OMS instó a las autoridades de salud pública a seguir vigilando de cerca e investigando, «porque puede evolucionar y transmitirse de diferentes maneras».

Y añadió: «¿Las estructuras de ordeño de las vacas crean aerosoles? ¿Es el entorno en el que viven? ¿Es el sistema de transporte el que lo está propagando por todo el país? Se trata de una gran preocupación y creo que tenemos que asegurarnos de que si el virus H5N1 se transmite de persona a persona, estemos en condiciones de responder inmediatamente con un acceso equitativo a las vacunas, los tratamientos y los diagnósticos».

La noticia llega en un momento en que la OMS ha anunciado la actualización del lenguaje para describir los patógenos transmitidos por el aire, en un intento de aumentar la cooperación internacional en caso de una nueva y esperada pandemia mundial.

Según explicó el doctor Farrar, la iniciativa surgió a raíz de la emergencia provocada por el COVID-19 y el reconocimiento de que faltaban términos comúnmente acordados entre médicos y científicos para describir cómo se transmitía el coronavirus, lo que aumentaba el reto de superarla.

Más allá de la nueva terminología, la iniciativa consolida el compromiso de la comunidad internacional para hacer frente a «epidemias y pandemias cada vez más complejas y frecuentes», declaró el doctor Farrar a los periodistas en Ginebra.

«Es un primer paso muy importante. Pero lo siguiente es mantener unidas las disciplinas y expertos, [porque] estamos utilizando la misma terminología, el mismo lenguaje, y ahora tenemos que hacer la ciencia que proporcione las pruebas sobre la tuberculosis, el COVID y otros patógenos respiratorios, para que sepamos cómo controlar esas infecciones mejor de lo que lo hemos hecho en el pasado».

En cuanto al posible riesgo para la salud pública del H5N1, el científico jefe de la OMS advirtió que el desarrollo de vacunas no estaba «donde tenemos que estar». Tampoco las oficinas regionales y nacionales y las autoridades de salud pública de todo el mundo tienen capacidad para diagnosticar el H5N1, señaló.

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