Este 4 de febrero celebramos el Día Mundial Contra el Cáncer, mientras transcurre el segundo periodo de una campaña de tres años de duración-2022-2024- encaminada a reducir la brecha existente en la atención a los pacientes con cáncer.
El primer año de la campaña tuvo como lema “Cerrar la brecha en la atención al paciente con cáncer. Todos merecen acceso.”, con el propósito de llamar a todos, de manera colectiva e individual, a comprometerse a fortalecer las acciones destinadas a mejorar el acceso a una atención de calidad, incluido el tamizaje, la detección temprana, el tratamiento y los cuidados paliativos.
En el 2023, el tema seleccionado es «Unir nuestras voces y pasar a la acción».
Cáncer en las Américas
En la región de las Américas, el cáncer es la segunda causa más frecuente de morbilidad y mortalidad, después de las enfermedades cardiovasculares, y es una base importante de las desigualdades en salud.
Se estima que 4 millones de personas fueron diagnosticadas en 2020 y 1,4 millones murieron por cáncer. Aproximadamente, el 57% de los nuevos casos de cáncer y el 47% de las muertes ocurren en personas de 69 años o más jóvenes, cuando se encuentran en lo mejor de sus vidas.
A nivel mundial, se estima que en 2020 hubo 20 millones de nuevos casos de cáncer y 10 millones de muertes por cáncer. La carga del cáncer aumentará aproximadamente en un 60 % durante las próximas dos décadas, lo que afectará aún más a los sistemas de salud, a las personas y a las comunidades. Se prevé que la carga mundial por cáncer aumente a unos 30 millones de nuevos casos para 2040, y el mayor crecimiento se producirá en países de ingresos bajos y medianos.
Si no se toman medidas para prevenir y controlar el cáncer, se prevé que el número de personas que serán diagnosticadas con cáncer aumentará en un 57 %, lo que significa aproximadamente 6,2 millones de personas para 2040 en la Región de las Américas.
Tendencias futuras
A nivel mundial, se estima que hubo 20 millones de nuevos casos de cáncer y 10 millones de muertes por cáncer. La carga del cáncer aumentará aproximadamente en un 60 % durante las próximas dos décadas, lo que afectará aú más a los sistemas de salud, a las personas y a las comunidades. Se prevé que la carga mundial por cáncer aumente a unos 30 millones de nuevos casos para 2040, y el mayor crecimiento se producirá en países de ingresos bajos y medianos.
Si no se toman medidas para prevenir y controlar el cáncer, se prevé que el número de personas que serán diagnosticadas con cáncer aumentará en un 57%, lo que significa aproximadamente 6,2 millones de personas para 2040 en la Región de las Américas.
El cáncer puede prevenirse y controlarse
El cáncer puede prevenirse y controlarse implementando estrategias basadas en la evidencia para la prevención, tamizaje y detección temprana del cáncer, el tratamiento y cuidados paliativos. Los factores de riesgo modificables más comunes para el cáncer, comunes para muchas otras enfermedades no transmisibles, son:
- Consumo de tabaco
- Baja ingesta de frutas y verduras
- Consumo nocivo de alcohol
- Insuficiente actividad física
Algunos factores de riesgo específicos para el cáncer incluyen las infecciones crónicas por virus del papiloma humano (HPV) -para cáncer cervicouterino-, hepatitis B o C – para cáncer de hígado-, y H. pylori -para cáncer de estómago.
De un tercio a la mitad de los casos de cáncer pueden prevenirse, reduciendo la prevalencia de los factores de riesgo conocidos. El control del tabaco y la vacunación contra VPH son ejemplos de intervenciones. La prevención primaria del cáncer más eficaz se basa en enfoques de todo el gobierno, con legislación, regulación y políticas fiscales combinadas con actividades para cambiar el comportamiento individual y de la comunidad. Los mensajes de salud pública y la promoción de la salud deben presentar evidencia sobre factores de riesgo específicos.
El Día Mundial contra el Cáncer nació el 4 de febrero de 2000 en la Cumbre Mundial contra el Cáncer para el Nuevo Milenio en París. La Carta de París tiene como objetivo promover la investigación, prevenir el cáncer, mejorar los servicios para los pacientes, crear conciencia y movilizar a la comunidad mundial para avanzar en la lucha contra el cáncer, e incluye la adopción de este día para la celebración.
Vale hacer referencia a una temática relevante para la vida y la salud. La reflexión estará acompañada de la exhortación; la primera es sincera y en nombre de la comunidad universitaria cubana que gana conciencia de la importancia de los factores de riesgo, y la segunda es necesaria ante la dimensión del problema que representa el cáncer.
No es un secreto que no hay gozo mayor que hacer por la felicidad de los seres humanos. Entonces, tenemos que demostrar sagacidad, constancia, ética e inteligencia en la tenaz lucha contra las malignidades, colocando el acento en evitar los factores de riesgo.
Alrededor de un tercio de todos los casos de cáncer podrían prevenirse evitando factores de riesgo clave como el tabaco, el consumo abusivo de alcohol, la dieta poco saludable y la inactividad física. Los programas de tamizaje y vacunación representan intervenciones efectivas para reducir la carga de determinados tipos de cáncer. Muchos cánceres tienen una probabilidad de curación elevada si se detectan temprano y se tratan adecuadamente.
La epidemiología y las estadísticas apuntan hacia la prioridad de la prevención, el diagnóstico temprano y el tratamiento correcto. Que sea el cáncer la primera causa de años de vida potencialmente perdidos y una de las principales causas de muerte justifican el análisis y la reflexión a fondo.
Cientos de miles de ciudadanos del mundo fallecen anualmente por tumores malignos, e incrementan considerablemente su incidencia los de próstata, intestino, tráquea, bronquios, pulmón y mama, entre otros. Desconcierta que no se comprenda aún que el tabaco, la dieta inadecuada y las infecciones son responsables de la mayoría de las neoplasias (aproximadamente el 80 %). De ahí la necesidad de fortalecer las acciones desde edades tempranas, tanto en el seno familiar como en las instituciones educativas y la sociedad en su conjunto.
Estimula saber que más del 40 % de las malignidades son prevenibles, que cada día crece la posibilidad de curación, y que la calidad de vida de las personas con cáncer se puede mejorar. Es un desafío posible la reducción de la mortalidad por cáncer, a expensas, fundamentalmente de las siguientes localizaciones: cuello del útero, mama, pulmón, colon y próstata.
A nuestro juicio, no puede intimidarnos el tiempo de generación más corto de las células malignas y no podemos estar quiescentes ante su rápida proliferación. Nuestro accionar tiene que ser tanto o más exponencial que el crecimiento que presentan los tumores a su inicio. Ha de ser nuestra cinética profesional, tanto la preventiva como la atencional, mayor que la que distingue a los tumores.
Ante la proliferación celular desordenada del cáncer, debemos oponer un elevado nivel de organización del sistema sanitario cubano. Si él invade los tejidos, nosotros debemos acudir a los medios de difusión y los más variados entornos para promover sanos estilos de vida.
En sentido contrario al efecto negativo de las metástasis, nos corresponde llegar con el mensaje salubrista a todas las distancias posibles.
Si el cáncer puede aparecer en cualquier tejido u órgano, a cualquier edad, ¿por qué no podemos intervenir en cualquier lugar, durante toda la vida, procurando más salud para todos?
Si suele haber una respuesta inmunitaria frente a los tumores, también puede existir una «respuesta comunitaria» frente al desafío que representa la morbilidad y la mortalidad elevadas por cáncer.
Sería bueno que todos los médicos, estomatólogos, enfermeros, tecnólogos, psicólogos, trabajadores de la salud y los estudiantes que formamos, comprendiéramos que muchos cánceres no solo son prevenibles sino también curables, si se detectan tempranamente.
Asimismo, resulta imperdonable desconocer el valor de la anamnesis y la exploración física para sospechar un cáncer en fase temprana.
Téngase en cuenta que hay factores que predisponen, antecedentes que orientan, datos que alertan, síntomas que indican y signos que casi confirman.
Tan útiles como los marcadores tumorales, las pruebas moleculares, la imagenología y la anatomía patológica, que devienen elementos confirmatorios, son las acciones que marcan la promoción de salud, las estrategias curriculares, la terminología correcta y la policromía lógica, al interpretar el presente y visualizar el horizonte de esta rama del saber.
Como nada sustituye al razonamiento en el camino hacia el diagnóstico, es preciso rescatar el método clínico como arma fundamental en la lucha contra el cáncer. Ciencia y arte hay en él: ciencia porque es un método científico de gran valor; arte por la relación que se establece, por la implicación afectiva.
Aprovechemos la enorme experiencia atesorada hasta hoy, el alto nivel de quienes prestigian la lucha contra el cáncer, y la riqueza propia del debate cuando es franco, polémico, indagatorio y abierto.
Asimilemos el espacio de la Biotecnología en el control del cáncer, el caudal de buena información que se publica y el espectro de los intercambios que se promueven.
Crezcamos con el intercambio científico y la práctica médica responsable, para promover sanos estilos de vida, prevenir malignidades, ser sagaces en el diagnóstico y certeros en la conducta a seguir.
Los invito a compartir el saber e ir de la mano del cariño y la esperanza de nuestros pacientes.