La terapia de deprivación androgénica ha sido el tratamiento primario para el cáncer de próstata metastásico durante décadas. Sin embargo, existe evidencia clara de los beneficios sobre la progresión tumoral y la sobrevida cuando la terapia de deprivación androgénica se combina con los nuevos inhibidores de los receptores de andrógenos como apalutamida. Sin embargo, la mejor combinación de fármacos aún debe establecerse.
El antígeno prostático específico (APE) es un marcador pronóstico clave, cuyo descenso rápido y pronunciado se asocia con mejores resultados del tratamiento. Un estudio multicéntrico español analizó retrospectivamente la asociación entre los nuevos puntos de corte del antígeno prostático específico y la sobrevida en pacientes con este tipo de cáncer tratado con apalutamida. Los resultados principales fueron la sobrevida global y la sobrevida libre de progresión radiológica, estratificados por valores de antígeno prostático específico.
Tras el tratamiento con apalutamida, la mayor parte de los pacientes (58,2 %) alcanzó niveles ultra bajos de antígeno prostático específico (< 0,02 ng/ml) en los primeros seis meses. Los pacientes con tumores metacrónicos, de bajo volumen o estadio M1a mostraron una mayor prevalencia de niveles ultra bajos de antígeno prostático específico. La sobrevida global de este grupo a los 18 meses fue del 100 %, lo mismo que la libre de progresión radiológica.
Hay escenas en Cuba que en los últimos meses se han vuelto, sin filtro alguno de humanidad, virales en redes sociales; todas reflejan la triste realidad de las adicciones, y en prácticamente cada video se ha podido escuchar entre las voces de fondo la frase “El químico”.
Pero, ¿qué es el químico? ¿cómo está afectando esta droga sintética a nuestra sociedad?. Cubadebate conversó con la doctora Elizabeth Céspedes Lantigua, especialista en Medicina General Integral y Psiquiatría, máster en Adicciones, terapeuta y directora del Centro de Deshabituación de Adolescentes (CDA), quien nos ofrece pistas, alertas y certezas claras sobre un fenómeno no solo peligroso a futuro, sino lastimosamente real y presente.
—¿Qué es el químico?
En mis primeros contactos como terapeuta de jóvenes que reconocen tener consumo desenfrenado de “El Químico” y que se encuentran ya en la triste condición de esclavizados por las drogas, la pregunta “qué es ‘El Químico’” la reitero y la respuesta siempre es “no sé”.
Duele ver los efectos tan destructivos a los que se llega por tanta ingenuidad, desconocimiento e incapacidad de reconocer qué no y qué sí traer a sus vidas.
Detenerse a tiempo a preguntarse qué es, por qué voy a experimentar con drogas y sobre todo el para qué lo voy hacer, hace la diferencia. A médicos como yo nos llegan los marcados por el poder destructivos de las “drogas de ahora” o de las “nuevas drogas”, son los que ya desarrollaron la enfermedad adictiva.
Al denominarlas lo hago entre comillas porque las también llamadas marihuana sintética , “El Químico”, entre otras, pertenecen al grupo de los cannabinoides sintéticos que existen hace años, y a una clase de droga diseñada e “inspirada” en la marihuana, con la pretensión de simular sus efectos y acciones psicoactivas; pero la realidad es que la conseguida sintéticamente es una droga distinta, con efectos diferentes, que contiene sustancias químicas muy peligrosas, incluso letales y que puede ser hasta cien veces más potente que la marihuana, trayendo consigo el encargo premeditado de hacerse imprescindible para el que la consume en muy poco tiempo.
Alertar que la inseguridad y el peligro es mayor porque estas drogas sintéticas se producen en un entorno clandestino, para su tráfico ilícito, por lo que carecen de controles básicos de calidad, faltándoles regulaciones sanitarias, lo que acarrea errores de distribución desigual de sus contenidos, los que a veces ni se conocen cuáles son, con posibles elevadas concentraciones y con dosis mayores a la tolerancia humana. Son drogas producidas, por tanto, sin ningún tipo de respeto a la vida humana y sin que importe la salud de los que tomarán la peor decisión de sus vidas: consumirlas.
La respuesta más concreta que tenemos en este momento a esa pregunta como definición entendible es que “El Químico” es un conjunto caótico de ingredientes de bajo costo, muy tóxicos como formol, anestésicos para animales de gran tamaño y cualquier otra ocurrencia indolente, atomizados o rociados en una base de mezcla de hierbas preparada, que debe tener el cannabinoide sintético y que luego de su secado se trafica para colocar en la punta del cigarro de nicotina y así de adulterado, fumarlo ,como forma habitual de consumo por nuestros jóvenes.
—¿Qué factores cree han contribuido al aumento de la demanda de esta droga sintética en nuestros jóvenes?
El análisis de qué hay detrás de este aumento de consumo de drogas sintéticas en el mundo, al punto de que se habla de “epidemia de drogas sin precedentes” no es asunto concluido al día de hoy. La respuesta es compleja, hay combinación de factores que se expresan en la individualidad de cada joven que toma la nefasta decisión de entrarlas a su vida y lo que es un disparador para unos no lo es para otros.
Explicar un proceso tan complejo con una sola causa es imprudente y nada profesional. Los factores van desde el negocio de la producción, distribución, venta, la decisión de consumo de esas sustancias, pasando por las características del que la consume, sus vulnerabilidades psicológicas, familiares, sociales hasta las causas que tienen que ver con cuestiones legales, policiales, políticas, de afrontamiento, eficacias preventivas, entre otras, porque incluye el suministro pero también la demanda.
Por la parte médica, que es la que me corresponde, nos mantenemos perfeccionándonos como sistema de salud en las estrategias de prevención y en el enfoque a las características específicas del fenómeno: jóvenes como población consumidora predominante de estas sustancias y con ello incidir aún más en la reducción de la demanda.
Algunos estudios internacionales han intentado esclarecer y tipificar lo que para un joven sería “su droga ideal” y estas drogas de síntesis se acercan a esa denominación, atraen a la población joven “porque se perciben como adecuadas” por la rapidez con la que inician sus efectos una vez consumidas y la corta duración de esos efectos. Parece ser que los jóvenes consideran como “ideal” que la “duración de los efectos no sea demasiada larga si no de pocas horas; que no produzca resaca al día siguiente; que adquirirlas y consumirlas sea de una manera sencilla, fácil como ingestión oral y también fumarse”.
Es preciso observar que nuestros jóvenes han logrado muchos contar con tolerancia y aceptación familiar precisamente para fumar y en lo lícito poner lo ilícito, y con ello menor riesgo de detección hasta para la propia familia.
El análisis sobre que en relación al suministro las medidas no siempre han sido exitosas también cuenta y se esperan resultados positivos en las actividades dirigidas a hacer cumplir la ley en lo que corresponde al tráfico y distribución ilícita.
No obstante, para entender mejor, tengo que añadir que el mercado de las drogas es muy dinámico y tiene en sus manos haber encontrado formas más baratas de “fabricar” drogas por los productos que utilizan y que ya dijimos son de bajo costo y por las formas de su producción sencilla, al no tener que depender de sembrar, cosechar etc., tienen la forma “fácil, rápida y barata” de hacerlo.
Esta relación facilidad-costo bajo permite producirlas, distribuirlas y venderlas en grandes cantidades, con una oferta y disponibilidad al mismo tiempo exagerada, muy atractiva para traficantes. De esta manera para el mercado joven lo es también porque frecuentemente obtener estas drogas es asequible por “ser baratas”.
Este principio funciona en una etapa variable inicial mientras se trate de unas pocas dosis, unos pocas veces; pero así como sus efectos son rápidos, rápidamente aparecerán los efectos tolerancia, base donde se conforma la adicción, es este otro momento en el que la cantidad de dosis y frecuencias habrán aumentado tanto que ya nada será barato.
Tengo pacientes jóvenes que han llegado a nosotros agobiados, desesperados, solicitando ayuda para poder salir de tanto horror; vestidos ya con un short roto, camiseta y chancletas deterioradas y a veces aun así son prestadas “porque todos temen facilitarles algo de valor a sabiendas que lo venderán por otra dosis”, ya están etiquetados como adictos.
Sería otro elemento para entender la disponibilidad creciente de estas drogas, que todos los cannabinoides sintéticos tienen sustancias a fin pero otras son variadas, con la intención de escapar de los controles, por ejemplo, aduanales, apenas se identifica una estructura para su detección, la cambian y vuelve a crear dificultades en el control.
Responsablemente siempre acudo a mi pensamiento crítico, porque hemos aprendido de la gran oportunidad que nos entrega la crítica. Entiendo podemos hacer más y hacerlo mejor, en esta trinchera debemos estar como tarea de toda la sociedad y aspirar a mayores competencias y desempeños; nuestra posición como servidores de Salud es sagrada y nuestros jóvenes tienen que seguir siendo protegidos de tanta depredación.
—¿Hay estrategias o programas de prevención para abordar el consumo de drogas?
Salud Pública tiene diseñadas las estrategias de prevención y se han generado las acciones. En cada municipio hay un Centro (hoy denominado Departamento) de Salud Mental con lo que mejora el acceso a las alternativas de ayuda y desde este nivel se despliega además un trabajo preventivo.
Se están organizando nuevas rondas de capacitación a los profesionales de la salud en estos temas de la prevención, para así renovar interés por el tema de la prevención motivada en la búsqueda de adolescentes que puedan ser identificados, con riesgo a aumentar futuramente la triste lista de consumidores de drogas y moverlos al cambio a tiempo.
La detección temprana significa ayuda temprana, tenemos un crecimiento de consumo en los más jóvenes, hay que ser activos, hay que asumir la responsabilidad de llegar a ellos lo más pronto posible evaluando todas las áreas como consumo temprano de nicotina y alcohol como drogas porteras y de iniciación, relaciones familiares, con sus pariguales, situación escolar, educativa, habilidades sociales, ocio, organización del tiempo libre para el manejo oportuno preventivo.
No hay una fórmula universal de afrontar la triste realidad del incremento de drogas en jóvenes a nivel mundial, tenemos que encontrarla, pero contamos con la disposición de los decisores a todos los niveles en nuestro país.
—¿Cuáles son los principales efectos a corto y a largo plazo del consumo de “El Químico” en los jóvenes?
La realidad está demostrando lo que medicamente se ha venido alertando: las drogas producen gravísimos problemas en quienes las consume en todas las áreas de su vida.
Los efectos de esta droga popularmente conocida como “El Químico” pueden ser amplios e inmediatos, a mediano y a largo plazo.
El proceso de enfermar es variado pero el camino siempre va a estar lleno, luego de pasado un tiempo de Luna de Miel con la sustancia, de daños, dolor, pérdidas, fracasos, miedos, tristezas, soledad, vacíos, quiebres, desvalorización y enfermedades mentales y biológicas…
No quedará nada que pueda mantenerse sin afectarse, se trata de tiempo y consumo y se irán experimentando efectos de menor a mayor frecuencia e intensidad desde euforia, relajación, desinhibición, dificultades en la autorregulación, alteraciones de la percepción y de la consciencia, somnolencia, nauseas, pérdida del apetito, convulsiones, taquicardia, hipertensión arterial, arritmias graves, cuadros anginosos que pueden llevar al paro cardíaco, ataxia con alteración del control muscular; de ahí las posiciones contracturadas por rigidez muscular y marcha tipo zombi que se presentan en algunos jóvenes, los cuales estando bajo consumo han sido grabados y subidos a la exposición pública sin respeto al ser humano que, por su condición de estar bajo los efectos del consumo e intoxicado, no puede decidir si está de acuerdo o no a ser observado. Estos jóvenes necesitan tratamiento a su problemática de forma sensible, humana y ética.
Con toda esta sintomatología a cuestas a cambio de un breve tiempo de placer artificial y a la indisposición a pedir ayuda, se producirá en algunos la pérdida de lo más valioso, la vida. La muerte por sobredosis, intoxicaciones severas y daños multiórganos con insuficiencia renal, hepática, cardiorrespiratoria entre otras.
La versión de guiñapo humano de un joven que tuvo un antes hermoso empieza a imponerse y ante la carga de un cuerpo en ruinas se añadirá la pérdida de la salud mental, son jóvenes que pierden su serenidad, paz interior, despojo de sus valores siendo más propensos a atentar contra sus vida, a la ansiedad, agitación, irritabilidad, confusión, ataques de pánico, comportamientos desorganizados, alucinaciones, delirios, psicosis y pérdida de todo tipo de motivación.
Como se incrementa el consumo de estas drogas en las jóvenes, tenemos que hablar en las difíciles situaciones añadidas en ellas, como embarazo precoz, abortos, partos pretérminos, trastornos en la implantación, crecimiento intrauterino retardado, para al final traer a la vida a un recién nacido dañado y con abstinencia neonatal, si la adicta consumió drogas durante el embarazo.
Sintiéndose fracasados y que no pueden dejar de consumir se entregan a fatalidades de todo tipo, una de ellas seguir consumiendo y desarrollar la adicción que significa ruina y esclavitud. Desprenderse de la dependencia activa es hazaña de héroes en conjunto con una larga ayuda profesional, pero hay una regla sencilla, si te preocupa tu vida, tu libertad, tu valor como persona, tus sueños, tus seres queridos, hazte la pregunta si realmente quieres para tu vida tanto sufrimiento.
—¿Qué recomendaciones darías a las familias para proteger a sus hijos de las adicciones?
Cuando llega un joven a nuestro Centro, la familia reconoce haber formado parte del problema, primero desde el desconocimiento no solo para identificar a tiempo el consumo de drogas de síntesis, sino también para identificar los propios patrones de conducta familiar facilitadores de insania como la permisibilidad, el debilitamiento de la función educativa en valores y fallas en el control “porque confiaba en que no lo iba hacer”.
Hay que controlar, hay que poner límites, hay que armonizar el ambiente familiar con pautas de disciplina.
Siempre recomiendo la educación en valores, la obediencia, responsabilidad, la solidaridad, la gratitud porque son estrellas que dan luz a los jóvenes; pero ¿cómo va ser un adolescente responsable si no tiene tareas en el hogar, no tiene deberes y solo derechos?, ¿cómo va a ser un adolescente solidario, no egoísta si se forma entendiéndose como el centro del universo, creyéndose que se lo merece todo y no se siente agradecido por lo que tiene e inconforme e insatisfecho por lo que no tiene?, ¿qué se formará en un joven con una economía familiar que prioriza sus gustos por encima de todo, a veces conseguidos tras inmensos sacrificios de la familia que él no percibe y de los que no formó parte?
Otras veces las motivaciones de esfuerzo como estudiar son abandonados para ponerse a “luchar” porque “es maduro y lo que lucha es para darse sus gustos”. Consumir drogas muchas veces son estos gustos, en vez de aportar al bien común familiar.
La familia cubana es de esfuerzo y de amor, pero sugiero no confundir estos términos; soy admiradora de los jóvenes, su edad hermosa es valiosa para crecer como seres humanos buenos y aptos para protegerse en las mejores decisiones y poder divisar que consumir drogas sería su mayor fracaso. Una vez en tratamiento rehabilitador los jóvenes que enfermaron hacen un crecimiento en valores sin los que no podrán mantenerse jamás sin reiniciar el consumo que los esclavizaba y para así no volver más a ese punto en que la vida les dolió tanto.
Hay que recuperar espacios de unión familiar, de deberes compartidos, de comunicación dentro de la familia, de metas y sueños en familia, no es una familia que protege, es una familia con factores de protección para el no consumo de drogas de su miembro más joven. Y si no sabe cómo hacerlo, si cree que no van bien las cosas, si necesita desarrollo sano, pidan ayuda profesional, no se queden en no sé qué hacer.
El Centro de Deshabituación de Adolescentes, conocido como CDA, cumplirá en mayo próximo 20 años de fundado. Esta institución fue el fruto de un análisis que en aquel momento se hizo de prepararnos para ser parte de la solución a una problemática que, observando los comportamientos internacionales, se entendió por los decisores de alto nivel que, si bien en aquellos momentos no se comportaba igual estadísticamente en nuestro país, no podíamos esperar nos tocara, aunque fuera en menor cuantía, para empezar a accionar.
Hoy el CDA cuenta con experiencia de trabajo y es el lugar donde jóvenes reencuentran el camino del mejoramiento humano y familias son salvadas del sufrimiento que significa ver destruirse a ese joven amado. [Por: Lisandra Fariñas Acosta]
Vea el trabajo periodístico completo en Cubadebate.
La obesidad es un factor de riesgo para desarrollar diabetes. Ambas enfermedades son la tendencia clínica del momento en la red médica Medscape.
La obesidad y la diabetes son consideradas problemas de salud pública, lo que hace necesaria su prevención y manejo adecuados para que los pacientes estén bien controlados, para ello existen tres pilares fundamentales:
1) pérdida de peso mediante hábitos saludables como un plan de alimentación adecuado, actividad física regular y reducción del uso de tabaco o alcohol; 2) tratamiento farmacológico ajustado al perfil de cada paciente; 3) apoyo personalizado. Varios estudios han demostrado los beneficios del uso combinado de estas estrategias.
Pérdida de peso mediante hábitos saludables como un plan de alimentación adecuado, actividad física regular y reducir el uso de tabaco o alcohol.
Los médicos deben seguir incentivando a los pacientes para hacer ejercicio aunque solo se ejerciten una o dos sesiones de al menos 30 minutos, ya que así también obtienen beneficios, como reducción del riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares y de demencia. Está comprobado que alcanzar un peso adecuado no solo mejora la condición física y la composición corporal, sino también la salud cardiometabólica, además de que ayuda a mantener niveles adecuados de hemoglobina glucosilada y mejora la calidad de vida y el estado de ánimo.
Tratamiento farmacológico ajustado al perfil de cada paciente.
En pacientes pediátricos de 6 a 8 años con obesidad la administración diaria de liraglutida reduce el índice de masa corporal y mejora la presión arterial diastólica y hemoglobina glucosilada; mientras que para las mujeres con insuficiencia cardiaca con fracción de eyección conservada y obesidad, con o sin diabetes, la administración semanal de semaglutida disminuyó el peso corporal y la circunferencia de la cintura, mejoró la distancia de caminata de 6 minutos y redujo la proteína C reactiva y el propéptido natriurético cerebral N-terminal en todas las categorías de clase funcional de la NYHA. La elección de fármacos debe considerar las características individuales para optimizar el control de la enfermedad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente el cambio climático es la mayor amenaza para la salud humana. Prueba de ello es que 2023 ha sido el tercer año más cálido hasta la fecha y diferentes papers e informes han reflejado los riesgos que esto tiene en la salud. Por ello, urge actuar para mitigar la situación y sus efectos derivados.
En este contexto surge el concepto de salud planetaria. Este se refiere a un estado de bienestar físico, mental y social que permite el desarrollo óptimo del individuo, poniendo el foco en el respeto a los límites ambientales que salvaguarden el presente y futuro de la salud humana y del planeta.
Conscientes de ello, desde la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), cuentan con un grupo de trabajo que aborda esta temática y, además, en la edición de este año de su programa formativo APDay han incluido una sesión referente a la salud planetaria.
Papel de los profesionales
La Atención Primaria (AP) tiene como objetivo garantizar el mayor nivel posible de salud incluyendo a toda la sociedad, con una atención equitativa en todo el proceso, desde la prevención hasta el seguimiento de las enfermedades.
En este sentido, Isabel Barrio Diez, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria en el Centro de Salud de Sárdoma (Vigo) y miembro del Programa de Salud Planetaria de la semFYC, destaca el papel de los profesionales de la primera línea asistencial. “Teniendo en cuenta el papel que jugamos los profesionales de AP en la protección de la salud y promoción del bienestar, es evidente que tenemos que velar por cuidar la salud planetaria”.
Durante la sesión inaugural del APDay de semFYC que tuvo lugar a finales de febrero, se puso de manifiesto, como señala Barrio, “la necesidad de afrontar los retos de la salud planetaria desde las pequeñas acciones que cada uno puede hacer a nivel individual y que los médicos de AP podemos transmitir a nuestros pacientes. Tenemos que ser todos conscientes de que nuestra salud depende del medio ambiente y de que somos responsables del cuidado de los sistemas naturales; por ello, debemos conocer los beneficios colaterales que aportan las elecciones del día a día”.
“Teniendo en cuenta el papel que jugamos los profesionales de AP en la protección de la salud y promoción del bienestar, es evidente que tenemos que velar por cuidar la salud planetaria”.
En cuanto a si la sociedad está informada sobre la salud planetaria y su impacto, Barrio considera que “aunque en general todos lo estamos, pero mucha gente no tiene la conciencia”. A este respecto, puntualiza que “los jóvenes son mucho más conscientes porque han nacido en el medio de este problema”. En cambio, en personas de edad más avanzada apunta que “es más difícil hacerles entender ciertas cosas, por lo que hay que seguir insistiendo”.
El documento ‘Nuevas perspectivas sobre la salud de los canadienses’, documento popularmente conocido como “Informe Lalonde”, en el que Marc Lalonde, abogado, que ejerció como Ministro de Salud y Bienestar de Canadá, plasmó de manera pionera un enfoque holístico de la salud, integrando la biología humana, el medio ambiente, el estilo de vida y la organización del cuidado de la salud.
Con estos y otros documentos como cimiento, el saber y trabajo en este ámbito ha ido evolucionando. Así, el grupo que tiene la semFYC sobre salud planetaria, explica Barrio, “trata de dar visibilidad y actuar desde la importancia de los pequeños gestos que se pueden realizar a nivel individual”.
Herramientas desde AP
Para poder abordar de manera completa y global la salud planetaria, desde la semFYC aluden a la necesidad de realizar una anamnesis estructurada. En este proceso entran dos herramientas: la hoja verde y la historia clínica medioambiental. La hoja verde pretende ayudar a los profesionales en la detección o cribado de riesgos medioambientales. Al hablar de su implantación, para Barrio, es necesario abordar primero la situación actual de la Atención Primaria en la actualidad.
“En este contexto es muy difícil implementar este tipo de herramientas, aunque son absolutamente necesarias; los que estamos más implicados en la materia, trabajamos para lograrlo, pero necesitamos apoyo de los organismos superiores y la administración”, señala la experta. En este ámbito, la divulgación a los profesionales de AP resulta fundamental, puesto que con unas recomendaciones claras integradas en una entrevista que, desde la semFYC estiman podría durar entre cinco y siete minutos, se pueden recoger datos que no se incluyen de forma habitual en la historia del paciente.
Por otra parte, en cuanto a la Historia Clínica Medioambiental, su meta es diagnosticar y/o tratar la ‘herida medioambiental’. A pesar de su utilidad, Barrio indica que “el problema es que es más compleja y necesita más tiempo y entrenamiento”. Sin embargo, cree que hay que seguir insistiendo para “dar estas herramientas a conocer y quizá implantarlas en consultas como las de pediatría que es más fácil, porque se pueden aplicar en el control del niño sano, o en grupos como las embarazadas”.
Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el pasado 15 de octubre se habían reportado 10 275 casos confirmados de Oropouche en nueve países de América Latina y el Caribe había, lo que significa 423 casos más que los registrados en la alerta epidemiológica de septiembre. También se han hallado 90 casos importados en Estados Unidos, 2 Canadá y 30 en Europa, relacionados con viajes a países con transmisión. En ese contexto, la OPS insistió en estos días en «la importancia de reforzar las medidas de diagnóstico, el manejo clínico, la prevención y el control vectorial en la región de las Américas».
«Los mosquitos Culex quinquefasciatus son los mismos que pueden propagar el virus del Nilo Occidental y el virus de la encefalitis de San Lui», señala el sitio de CDC.
Los síntomas característicos son fiebre alta, dolor de cabeza intenso, fotofobia, dolores musculares y articulares; generalmente se resuelve en entre 2 y 3 semanas, pero hay riesgo de complicaciones más graves, como meningitis o encefalitis. No se dispone de vacunas ni de tratamientos antivirales específicos, y solo queda el alivio sintomático. El OROV no es un virus nuevo, pero en 2024 se ha detectado en áreas donde no se había reportado transmisión previamente. Además, se han registrado, también por primera vez, muertes asociadas a la infección y casos de transmisión vertical, que incluyeron muertes fetales y anomalías congénitas.
Ecuador
Aparecieron en la semana 40 los dos primeros casos confirmados: según el boletín de OPS, se confirmaron por laboratorio y fueron detectados gracias a un análisis retrospectivo de muestras negativas para dengue, en el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública). Se trata de hombre un hombre de 62 años y una mujer de 36 años, sin antecedentes de viaje. Los síntomas se presentaron el 11 de junio y el 17 de julio de 2024. De todas formas, según una noticia de la Fundacion iO, una organización científica dedicada al estudio y control de las enfermedades Infecciosas, zoonosis emergentes, y medicina tropical y del viajero, es probable que la enfermedad esté subdiagnosticada, debido a que sus síntomas con similares a los de otras enfermedades comunes en Ecuador, como el dengue, la chikungunya y la leptospirosis.
Perú
Es, después de Brasil, el que más casos ha notificado durante estas 40 semanas epidemiológicas: 936, distribuidos en ocho departamentos del país: Loreto (n=466), Madre de Dios (n=312), Ucayali (n=138), Huánuco (n=15), Junín (n=2), Tumbes (n=1), San Martín (n=1) y Puno (n=1). El 51 % de los casaos corresponde a personas de sexo masculino y el grupo etario más afectado es el de entre de 30 y 39 años (37 % de los casos). No se han reportado muertes que puedan asociarse con el OROV. Tampoco hay informes de posible transmisión vertical de OROV en el país (11).
Colombia
Durante las 40 semanas epidemiológicas transcurridas, se han notificado 74 casos confirmados en tres departamentos del país: Amazonas (n=70), Caquetá (n=1) y Meta (n=1), a los que se suman dos casos provenientes de Tabatinga, Brasil. Los casos fueron identificados mediante una estrategia de búsqueda retrospectiva de laboratorio implementada por el Instituto Nacional de Salud de Colombia, basada en la vigilancia de dengue (n=38) y en la investigación de síndromes febriles (n=36). El 51.4 % de los casos fueron mujeres las afectadas, y la mayor proporción de casos se registró personas de entre 10 y 19 años. En 12 de los casos se reportó coinfección con dengue.