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Sesión virtual para conocer sobre la respuesta al Oropouche en Cuba

Más de 500 personas se unieron al webinar “Actualización de Oropouche en las Américas: experiencia de la respuesta al brote en Cuba”, organizado por el Ministerio de Salud Pública del país (MINSAP) y la OPS/OMS, que tuvo lugar el pasado 10 de enero. Especialistas del propio Ministerio, el Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” (IPK), y el Programa de Atención Materno Infantil (PAMI), expusieron aspectos relevantes relacionados con el manejo clínico, la vigilancia virológica, la trasmisión vectorial, entre otros temas.

El espacio fue propicio para compartir los principales resultados y hallazgos asociados al manejo del brote en Cuba y a los estudios derivados de esos esfuerzos, que serán muy útiles para aumentar los conocimientos relacionados con la enfermedad y el agente que la propaga. Al dar la bienvenida al seminario, el Representante de la OPS/OMS en Cuba, Dr. Mario Cruz Peñate, agradeció a las autoridades y los expertos nacionales “la generosidad de compartir con la región el conocimiento adquirido en la respuesta al Oropouche y la apertura al trabajo colaborativo con la Organización, que ha continuado en distintos ámbitos”.

El Dr. José Raúl de Armas, jefe del Departamento de Enfermedades Trasmisibles del MINSAP, ofreció una actualización de la situación epidemiológica en el país. Hasta el momento, se contabilizan 23 639 casos sospechosos y 626 confirmados. Entre estos últimos, hubo 76 pacientes con Síndrome de Guillain-Barré, 25 con encefalitis y 15 con meningoencefalitis. Según sexo, 13 588 casos son mujeres y 10 676 hombres.

Se han confirmado personas contagiadas en el 73,8 % de los municipios y el 100 % de las provincias; cinco de las cuales, junto al Municipio Especial Isla de la Juventud, al cierre de 2024, presentaron tasas de incidencia acumuladas superiores a la del país. Hasta el momento, existen 44 municipios donde no se han confirmado casos con pruebas de laboratorio.

Por su parte, el Dr. Osvaldo Castro Peraza, jefe de Servicio de Hospitalización del IPK, explicó cómo ha sido el manejo clínico en un contexto de cocirculación con dengue. Señaló que, aunque ambas enfermedades se parecen, al principio del brote de Oropouche se detectaron algunos síntomas inusuales para dengue, que se manifestaban de manera diferente, y se identificó la necesidad de hacer análisis más cualitativos. Teniendo esto en cuenta, se establecieron protocolos para garantizar diagnósticos diferenciales certeros, a partir de un correcto interrogatorio, y examen físico y de laboratorio.

Según lo que se ha observado, la forma clínica gastroentérica ha sido la más frecuente. Ocurrió casi en el 50 % de los casos atendidos en el IPK. Otras formas clínicas de presentación han sido la enfermedad febril inespecífica, la enfermedad febril con erupción cutánea y la forma neurológica.

En los casos menos graves, se reportó neuropatía autonómica, con manifestaciones clínicas relacionadas con el sistema nervioso neuro-vegetativo. Esto es algo novedoso para Cuba, porque es la primera vez que ocurre una epidemia de este tipo en el país.

Un término que hubo que definir es “recaída”, pues se observó con frecuencia entre los pacientes. En el IPK ocurrió en más del 30 % de los casos, alrededor de 16 días después del inicio de la sintomatología. Además, mediante revisión de la literatura, se comprobó que es una característica propia de esta enfermedad.

Durante la sesión también se comentó el trabajo desarrollado por el Laboratorio Nacional de Referencia de Arbovirus del IPK, presentado por la Dra. C. Mayling Álvarez Vera. Según esta especialista, el análisis filogenético del virus sugirió que su llegada a Cuba ocurrió a partir de una única introducción, probablemente en el primer trimestre de 2024, proveniente del Estado Brasileño de Acre, con un periodo de trasmisión silente antes de ser detectado.

Asimismo, se estima que la zona central del país fue el epicentro inicial de la trasmisión. A partir de este, se crearon dos epicentros secundarios: uno en la región occidental y otro en la oriental. Al final del periodo estudiado, el epicentro central del país provocó trasmisiones adicionales en el occidente.

Además, Álvarez Vera acotó que el suero fue la muestra con mayor positividad, pero señaló que otros tipos de muestras, como la orina y el líquido cefalorraquídeo (LCR) igual resultaron útiles después de la fase aguda de la enfermedad y en pacientes con daños neurológicos. Al final de su exposición, hizo referencia a las investigaciones en curso, entre las que se encuentran tres estudios filogenéticos y un estudio integral en el capitalino municipio La Lisa, para conocer la prevalencia.

Desde el PAMI se establecieron varias estrategias, entre las cuales estuvo la de capacitación a los profesionales de salud y la de comunicación a públicos clave. Así lo señaló la Dra. Dayana Couto Núñez, del Departamento Materno Infantil del MINSAP, quien también acotó que se elaboró un flujograma de diagnóstico específico para gestantes y puérperas.

Unido a lo anterior, se prepararon dos flujogramas más, para asegurar el seguimiento por genética de las embarazadas con sospecha de Oropouche, o confirmadas con la enfermedad, y de sus recién nacidos. Igualmente, se diseñó una encuesta epidemiológica para aplicar a las gestantes con fetos afectados por defectos congénitos mayores.

Otros aspectos detallados por Couto Núñez fueron las líneas de investigación que se han identificado dentro del PAMI para conocer más sobre la fiebre de Oropouche, y la caracterización clínica que hicieron de las gestantes con este problema de salud.

Las intervenciones de los especialistas nacionales culminaron con la presentación de la MSc. Ariamys Companioni Ibañez, del Departamento de Control de Vectores del IPK, desde donde se hizo una revisión de los vectores presentes en Cuba que podían ser trasmisores del virus, mientras se creaban las pautas para la colecta de vectores en las áreas con casos confirmados, de forma que se pudiera conocer si había alguna otra especie sin identificar.

Con las capturas se identificó la presencia del Jején Culicoides paraensis, vector primario en la propagación del virus. Se colectaron 98 hembras adultas, provenientes de 10 localidades diferentes con trasmisión de Oropouche en Santiago de Cuba, Cienfuegos y La Habana.

De igual forma, Campanioni Ibañez, compartió la experiencia en la metodología de las colectas, y las adaptaciones que debieron hacer luego de evaluar las trampas, como fue el cambio de malla por una de diámetro más pequeño, de 0.2 milímetros. Para finalizar, mencionó los principales desafíos que enfrentan actualmente con vistas a progresar más en lo relacionado con los estudios entomológicos.

Al cierre del webinar, las autoridades nacionales agradecieron el acompañamiento técnico recibido de la OPS, que calificaron como muy importante para desarrollar toda esta labor y para identificar líneas de trabajo e investigación con las que seguir avanzando en el conocimiento de este virus y la enfermedad que produce. A su vez, el Dr. Jairo Mendez, asesor regional de enfermedades virales de la OPS y moderador de la sesión, dijo que el equipo cubano debe sentirse orgulloso por los esfuerzos que han impulsado y los resultados científicos a los que han llegado, que aportan información muy valiosa para toda la región.

En ese sentido, se debe destacar la creación del proyecto “Caracterización Clínico-Epidemiológica de la Fiebre de Oropouche en Cuba”, que dará salida a las principales necesidades investigativas. En la iniciativa, que abarca las 15 provincias del país y el Municipio Especial Isla de la Juventud (MEIJ), participan 17 instituciones del MINSAP y 61 especialistas de diferentes ramas de la ciencia.

Presenta el CNICM su balance anual correspondiente al año 2024

El Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas (CNICM) presentó hoy su balance anual correspondiente al año 2024 destacando sus logros, desafíos, y los nuevos propósitos identificados para el 2025. El evento contó con la destacada presencia de la viceministra primera del Ministerio de Salud Pública, la Dra. Tania Margarita Cruz Hernández, quien destacó la importancia de la labor realizada por la institución en el pasado año.

La dirección del Centro  atendió como prioridad avanzar en el modelo de perfeccionamiento institucional, elevar la calidad de los procesos de publicación científica y la visibilidad de la producción cubana en ciencias de la salud, además de garantizar el acceso eficiente y seguro a los servicios de Infomed.

El director del CNICM, el Ing. Carlos Manuel Reyes, explicó que a pesar de los logros, el Centro también ha enfrentado desafíos significativos por el déficit energético, el éxodo de la fuerza laboral, los eventos climatológicos y la desactualización del equipamiento; sin embargo se mantuvieron los principales servicios que se prestan al Sistema Nacional de salud.

Yanet Lujardo, subdirectora del Centro y directora de la Biblioteca Médica Nacional, afirmó que a pesar de la situación del país, la biblioteca continúa prestando los servicio con la calidad requerida y que a pesar de los desafíos, se seguirá brindando atención de manera ininterrumpida.

Igualmente, el Dr. Roberto Zayas Mujica, y el Ing. Jorge Yasser Pérez Pedro, expusieron los logros alcanzados y dificultades enfrentadas de la Editorial Ciencias Médicas y el Nodo Nacional respectivamente.

Los retos que impuso este contexto fue el motor impulsor para perfeccionar la gestión administrativa y así cumplir con los objetivos trazados, buscar nuevas alternativas e impulsar las acciones para lograr la sostenibilidad del mismo.

El balance anual del Centro de Información de Ciencias Médicas pone de manifiesto tanto los logros como los retos que enfrenta en su misión de apoyar al sector salud. A medida que se avanza hacia un futuro más digitalizado, el compromiso del centro con la excelencia en la información médica sigue siendo su prioridad.

Gobierno de EE. UU. ordena a su personal de salud dejar de trabajar con la OMS de inmediato

Los funcionarios de salud pública de Estados Unidos recibieron orden de su gobierno de dejar de colaborar con la Organización Mundial de la Salud, con efecto inmediato.

John Nkengasong, funcionario de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), envió un memorando a los directivos de la agencia el domingo por la noche, en el cual les indicó que todo el personal de los CDC que trabaja con la OMS debe detener inmediatamente sus colaboraciones y ‘aguardar más instrucciones’.

Los expertos dicen que la detención repentina fue una sorpresa y retrasará el trabajo en la investigación y el intento de detener brotes del virus de Marburgo y la viruela símica en África, al igual que amenazas emergentes en todo el mundo.

Esto también ocurre mientras las autoridades de salud en diversos países monitorean brotes de gripe aviar entre el ganado de Estados Unidos. The Associated Press tuvo acceso a una copia del memorando de Nkengasong, el cual decía que la política de no trabajar se aplica a ‘todo el personal de los CDC que participa con la OMS a través de grupos de trabajo técnicos, centros de coordinación, consejos asesores, acuerdos de cooperación u otros medios, ya sea en persona o en forma virtual’.

Además, señala que al personal de los CDC no se le permite visitar oficinas de la OMS. La semana pasada, el presidente Donald Trump emitió una orden ejecutiva para comenzar el proceso de retiro de Estados Unidos de la OMS, pero eso no tuvo efecto inmediato.

Dejar la OMS requiere la aprobación del Congreso y que el país cumpla con sus obligaciones financieras para el año fiscal actual. Además, Washington debe avisar con un año de anticipación.

El gobierno de Trump también instruyó a las agencias federales de salud a que detengan la mayoría de las comunicaciones con el público al menos hasta fin de mes. ‘Detener las comunicaciones y reuniones con la OMS es un gran problema’, observó el doctor Jeffrey Klausner, un experto en salud pública de la Universidad del Sur de California que colabora con la OMS en trabajos contra las infecciones de transmisión sexual. ‘La gente pensaba que habría una retirada lenta. Esto realmente ha sorprendido a todos’, señaló Klausner, quien se enteró a través de alguien de los CDC. ‘Hablar con la OMS es bidireccional’, agregó, e hizo notar que ambas agencias se benefician de la experiencia de la otra.

La colaboración le permite a Estados Unidos aprender sobre nuevos exámenes, nuevos tratamientos y brotes emergentes, información que ‘puede ayudarnos a proteger a los estadounidenses en el extranjero y en casa’, agregó Klausner.

Los CDC envía en préstamo a casi 30 personas a la OMS y manda muchos millones de dólares a través de acuerdos de cooperación. La agencia estadounidense también cuenta con algunos de los principales expertos del mundo en enfermedades infecciosas y amenazas a la salud pública, y el personal de ambas agencias está en contacto diario para hablar sobre peligros para la salud y cómo detenerlos. La paralización de la colaboración no es el único efecto en la salud global de las órdenes ejecutivas de Trump. La semana pasada, el presidente congeló los gastos en otro programa crucial, el Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del SIDA (PEPFAR, por sus siglas en inglés). A ese programa anti-VIH se le atribuye haber salvado 25 millones de vidas, incluidas las de 5,5 millones de niños, desde que fue iniciado por el presidente republicano George W. Bush. Fue incluido en una congelación del gobierno de Trump sobre el gasto en ayuda exterior que durará al menos tres meses. El PEPFAR proporciona medicación contra el VIH a más de 20 millones de personas, ‘y detener su financiación en esencia detiene su tratamiento contra el VIH’, manifestó en un comunicado Beatriz Grinsztejn, presidenta de la Sociedad Internacional de SIDA. ‘Si eso sucede, hay personas que van a morir y el VIH resurgirá’.

Un funcionario estadounidense de salud confirmó que los CDC suspendían su trabajo con la OMS. La persona no estaba autorizada a declarar sobre el memorando y habló a condición de guardar el anonimato. Un portavoz de la OMS remitió las preguntas sobre el retiro a los funcionarios estadounidenses. Funcionarios del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos no respondieron de momento a una solicitud de comentarios enviada por correo electrónico. Y los funcionarios de los CDC no respondieron a la solicitud de la AP para hablar con Nkengasong sobre el memorando.

Fuente: Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

Más información:

Observaciones de la OMS sobre el anuncio de Estados Unidos de América de su intención de retirarse de la Organización

La FDA propone exigir información nutricional a simple vista en el etiquetado frontal de los alimentos envasados

La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) anuncia un paso importante para proporcionar información nutricional a los consumidores, al proponer que se exija un etiquetado frontal nutricional (FOP, por sus siglas en inglés) en la mayoría de los alimentos envasados. Esta propuesta desempeña un papel clave en las prioridades nutricionales de la agencia, que forman parte de un esfuerzo gubernamental para combatir la crisis de enfermedades crónicas del país. Si se aprueba, la propuesta ofrecería a los consumidores información a simple vista sobre el contenido de grasas saturadas, sodio y azúcares añadidos en los alimentos, tres nutrientes directamente relacionados con las enfermedades crónicas cuando se consumen en exceso.

El etiquetado frontal propuesto, también denominado «cuadro de información nutricional», ofrece información sobre el contenido de grasas saturadas, sodio y azúcares añadidos en un formato sencillo que muestra si el alimento tiene niveles «bajos», «medios» o «altos» de estos nutrientes. La etiqueta complementa la emblemática Etiqueta de Información Nutricional de la FDA, que ofrece a los consumidores información más detallada sobre los nutrientes de los alimentos.

Las enfermedades crónicas, como las enfermedades cardíacas, el cáncer y la diabetes, son la principal causa de discapacidad y muerte en los Estados Unidos. El 60 % de las personas en los Estados Unidos padecen al menos una enfermedad crónica. Estas enfermedades son también las principales causantes de los $4.5 billones anuales de gastos en atención médica del país. Numerosas investigaciones indican que el consumo excesivo de grasas saturadas, sodio y azúcares añadidos contribuye en gran medida a este problema.

En el suministro de alimentos existe una proliferación de los alimentos considerados ultraprocesados, que, a menudo, contienen niveles altos de estos nutrientes. El cuadro de información nutricional tiene el objetivo de proporcionar información accesible con el fin de ayudar a los consumidores a identificar de manera rápida y fácil qué alimentos pueden formar parte de una dieta saludable.

«La ciencia sobre las grasas saturadas, el sodio y los azúcares añadidos es clara», indicó el comisionado de la FDA, el Dr. Robert M. Califf, M.D. «Casi todo el mundo conoce o cuida a alguien con una enfermedad crónica que se genera como consecuencia, en parte, de los alimentos que comemos. Ya es hora de que facilitemos a los consumidores la tarea de darle un vistazo a un alimento, hacer una elección   y comprarlo. Esto se podría lograr al añadir una etiquetado frontal nutricional en la mayoría de los alimentos envasados. Estamos plenamente comprometidos a utilizar todos los medios que dispone la FDA para facilitar el acceso a la información nutricional, como parte de nuestros esfuerzos por promover la salud pública».

El cuadro de información nutricional propuesto se basa en un importante conjunto de investigaciones llevadas a cabo por la FDA, que incluyen una revisión de fuentes científicas, grupos de debate de los consumidores y un estudio experimental evaluado por pares. Si se aprueba, exigiría a los fabricantes de alimentos a añadir un cuadro de información nutricional en la mayoría de los productos alimenticios envasados tres años después de la fecha de entrada en vigor del dictamen final para las empresas con $10 millones o más en ventas anuales de alimentos, y cuatro años después de la fecha de entrada en vigor del dictamen final para las empresas con menos de $10 millones en ventas anuales de alimentos.

Vea la información completa.

La ciencia en los años duros

Estas notas han sido escritas en vísperas del 15 de enero (el Día de la Ciencia Cubana) de 2025, y cualquier reflexión, de prácticamente cualquier tema, para que sea útil y combativa, hay que ubicarla en el contexto, muy especial, del momento mundial y el momento cubano actual.

En el mundo es un momento en que un pequeño grupo de naciones “super-ricas”, y dentro de estas una oligarquía de personas “super-ricas”, además de riquezas indecentes, han acumulado poder político. El mundo ha visto con espanto a personajes vinculados a la nueva administración de Estados Unidos, hablar de retomar el control del Canal de Panamá, de absorber Groenlandia, de anexar Canadá, y de militarizar la política con los inmigrantes.

Hacia el exterior, ellos quieren el mundo bajo su control. Hacia el interior de Estados Unidos, quieren menores impuestos para los ricos y menor control democrático de la acumulación de riquezas (ya hoy en EE.UU. el 1 % más rico acumula más riquezas que el 90 % en la base de la pirámide), menor seguridad social y menor protección del medio ambiente.

En tal contexto, la nación cubana, más que a un bloqueo económico, se enfrenta a una guerra de reconquista, la que se les quedó pendiente desde la Enmienda Platt en 1901. Y nuestra batalla de defensa debemos darla en dos frentes (al menos) muy importantes: el de la ciencia y el de la cultura. Así lo dijo José Martí: “De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace. Ganémosla a pensamiento”.

¿Qué somos? La nación cubana no es una etnia, ni una religión única, ni una comunidad lingüística, ni un territorio conquistado a otros. No hemos llegado hasta aquí por procesos deterministas (“leyes”) o coyunturas de la historia. Somos una nación construida durante más de 200 años, con sacrificio, heroísmo y pensamiento, cohesionada por un proyecto de soberanía y justicia social.

La cultura, el acceso al conocimiento y a la capacidad de construir nuevo conocimiento (la ciencia) han estado siempre en las raíces de la nacionalidad cubana durante esos más de 200 años, y se sintetizan en el pensamiento de Félix Varela, de José Martí y de Fidel Castro.

Esa construcción histórica ha debido enfrentar siempre agresiones y dificultades. El proyecto de nación cubana y sus raíces éticas son los mismos, pero las amenazas y los desafíos han ido cambiando en cada momento. Quienes trabajamos en la ciencia tenemos que comprenderlos a fondo, para poder alinear eficazmente nuestros esfuerzos con las grandes tareas del momento, las cuales, es cierto que rebasan el espacio de la ciencia, pero también es cierto que contienen un componente grande de ciencia, tecnología e innovación, y no solamente en el campo de las ciencias naturales, sino muy especialmente en el campo de las ciencias sociales. Hay que continuar construyendo ese conocimiento sobre nosotros mismos y sobre nuestro tiempo.

Hoy en Cuba nos enfrentamos, al menos, a cinco grandes desafíos:

  • El desafío económico e industrial
  • El desafío alimentario
  • El desafío energético
  • El desafío demográfico y salubrista
  • El desafío cultural y de valores

No hay espacio en este breve artículo para discutirlos a fondo, pero quizás subrayar algunos de sus rasgos relevantes y tendencias pueda ayudar al lector a entender como conecta la ciencia, la tecnología y la innovación con la enorme diversidad de lo que hay que hacer.

La economía mundial ha cambiado mucho en las últimas décadas: ahora es mucho más global (economía interconectada) y mucho más tecnológica (economía del conocimiento). La economía cubana necesita crecer. No basta con ahorrar, ser eficientes, controlar y distribuir bien, hay que crecer en la producción de bienes y servicios; y especialmente de bienes y servicios que puedan cerrar su ciclo económico en las exportaciones y en la inserción en cadenas globales de valor. Esto quiere decir también bienes y servicios con un alto contenido de ciencia, tecnología e innovación.

El crecimiento es una función del capital que se genera con inversiones y de la cantidad de fuerza de trabajo, multiplicados por un factor que representa el cambio tecnológico. Inversiones no tenemos muchas y nuestra fuerza de trabajo siente hoy las presiones demográficas. La intensidad tecnológica de lo que hacemos es el factor que mejor podemos mover. Tarea para los científicos, los tecnólogos y los innovadores. Tarea que incluye la industrialización con tecnologías de la 4ª Revolución Industrial (la “Industria 4.0”, algunos les llaman “tecnologías profundas”) y el uso intensivo de la información y las comunicaciones.

Es una nueva industrialización, que ahora debe incluir en un lugar protagónico empresas basadas en la inteligencia artificial, el manejo masivo de datos, la biología sintética, la robótica, la “internet de las cosas”, los nuevos materiales, las nuevas formas de generar y almacenar energía, las nanotecnologías y otras ramas emergentes de la industria.

La producción de alimentos, dentro de los crecimientos productivos que necesitamos, es una tarea no solamente importante, sino también urgente. Y es un componente de la soberanía nacional. Ese crecimiento en la producción de alimentos hay que lograrlo con poca fuerza de trabajo rural, con suelos poco productivos, y bajo las presiones del cambio climático. De nuevo, es la tecnología el factor que está en nuestras manos mover, pero entendiendo como tecnología no solamente la que proviene de las ciencias naturales, sino también la que aborda los componentes sociales del sistema de producción y distribución de alimentos. Sin voluntad no es posible vencer, pero no avanzaremos solamente con la voluntad: hacen falta conocimientos nuevos.

La energía es lo que mueve la industria y el comercio en el mundo, y la pobreza energética es una de las grandes crisis de los países del sur, no solamente de Cuba. Los países del llamado “tercer mundo” donde vive el 80% de la población mundial, consumen solo el 25% de la energía. Lo sabíamos, pero también hay problemas nuevos. En la historia del siglo XX el crecimiento económico ha estado vinculado al crecimiento en el consumo de combustibles fósiles. Hoy son la fuente del 86% de la energía primaria que se consume en el mundo. La pospuesta industrialización del sur no puede repetir esa trayectoria.

Pero sabemos además que las energías renovables, en la forma en que las conocemos hoy, no tienen todavía capacidad de respuesta para lo que demandaría el desarrollo económico del sur. Este problema exige no solo transferencia de tecnología, sino también innovación “disruptiva” en la producción y el almacenamiento de energía, lo que no puede provenir de otra parte que de la investigación científica. Otra tarea más para los científicos y los tecnólogos.

El problema demográfico y salubrista también demanda pensamiento e innovación, empezando por el desafío de desentrañar sus causas, en las condiciones específicas de Cuba en el siglo XXI, en lo cual la función de las ciencias sociales, y en especial las ciencias de la salud, es determinante. El cambio demográfico en Cuba nos lleva a una “pirámide invertida” (más viejos que jóvenes) que tiene grandes y diversas consecuencias. Una de ellas es la estructura de la morbilidad y la mortalidad, ahora a expensas de las llamadas “enfermedades crónicas no-trasmisibles” (cáncer, enfermedades cardiovasculares y neurológicas, diabetes, etc.) que reclaman tratamientos más complejos y de mayor duración; y esto ocurre precisamente en el momento en que los costos de los medicamentos y de la atención médica se disparan en el mundo, presionados por las leyes del mercado.

Esa disociación, al menos en su magnitud actual también es algo nuevo. Las enfermedades infecciosas y la mortalidad infantil aprendimos a enfrentarlas con éxito, pero ahora vamos a necesitar nuevo pensamiento científico y nuevas estrategias en la salud pública y en las industrias vinculadas a la salud, para responder al crecimiento de las enfermedades crónicas en una población envejecida. Estas patologías dependen mucho de estilos de vida y no es posible abordarlas solamente desde el reduccionismo propio de las ciencias naturales: exigen una participación cada vez mayor de las ciencias sociales. Aquí hay también caminos propios que construir, demandantes de ciencia, tecnología e innovación.

La amenaza a la cultura y los valores atraviesa y complejiza todos los problemas mencionados. Son retos que no se pueden enfrentar “con las armas melladas del capitalismo” (como nos decía el Che), ni con ingenuidades pasivas ante las deformaciones (las espontáneas y las diseñadas) a las que nos conducen los tsunamis de banalidades, noticias falsas, deconstrucciones históricas, apelación a reflejos primitivos, y celebración de individualismos, y a donde nos llevan las industrias de la desinformación y las llamadas “redes sociales” (más bien antisociales).

Habrá que emprender esta tarea en un contexto de crecientes conexiones económicas, políticas, mediáticas y culturales con el mundo en toda su diversidad, las cuales pueden ser enriquecedoras, pero también retadoras y pueden operar diluyendo la cultura cubana. Igualmente, a lo que sucede con los combustibles fósiles y la industria, los modelos del siglo XX ya no bastan para los retos del siglo XXI.

Este desafío ha crecido a tal velocidad que ya no es posible encontrar referentes históricos válidos sobre cómo enfrentarlo (el campo socialista europeo no los encontró). Nos demandará mucha creatividad y muchas conexiones con nuestras propias raíces históricas, que no pueden ser construidas por nadie más que por nuestros científicos sociales, educadores y comunicadores. De ello depende también la propia ciencia: las aptitudes cognitivas humanas solo pueden desarrollarse en el seno de una cultura que las produjo, las preservó y las trasmitió.

A estos cinco desafíos habría que sumar un sexto, que los atraviesa a todos, que es el desafío de la gestión de la ciencia, la tecnología y la innovación.

Necesitaremos más ciencia, mucha, pero no basta tampoco con “sembrar ciencia”. También hay que llevar la creatividad científica hasta la solución de problemas concretos, y ese camino pasa no solamente por las instituciones académicas y las universidades: pasa también por las empresas, principalmente por las empresas estatales.

Y tendremos que encontrar con mucha creatividad, formas novedosas de financiar la ciencia, la tecnología y la innovación, de conectarlas con el mundo empresarial cubano y con el exterior, haciendo crecer el componente de productos y servicios de tecnología alta y media en nuestras exportaciones.

Nuestros centros científicos y universidades tienen que involucrarse más directamente en el proceso de transformación productiva. Esa tarea contiene componentes nuevos y en contextos nuevos.

El mismo objetivo del fortalecimiento de la empresa estatal socialista, del que depende la base económica del socialismo, y en última instancia también la justicia social, además de comprensión y voluntad política, requiere pensamiento científico e innovación. La combinación eficiente entre una propiedad centralizada en manos del pueblo, representado por el Estado, y una gestión descentralizada y flexible es un problema todavía no resuelto por las ciencias económicas, ni siquiera en el plano conceptual.

Retador también será encontrar las formas de gestión de las nuevas pequeñas y medianas empresas estatales de base tecnológica, que están llamadas a ser un dispositivo conector entre la ciencia y la economía. Tendrán que surgir nuevos actores económicos, pero más allá de eso, necesitaremos desplegar creatividad en los mecanismos de conexión entre esos actores. No es suma sino integración. Es nada menos que un despliegue creativo de nueva institucionalidad.

Ha sido siempre así en otras tareas. El objetivo de elevar los indicadores de salud implicó desde los años 60 el desarrollo de instituciones para eso: universidades de ciencias médicas, hospitales, policlínicos, institutos de salud, programa del médico de la familia, industrias de la salud etc. El objetivo de garantizar educación masiva y de calidad implicó también un despliegue de nuevas instituciones: escuelas, universidades, institutos pedagógicos, escuelas de arte, contingentes de maestros, etc.

Durante décadas Fidel se dedicó “con delectación de artista” a la creación de esas instituciones.

La conexión de la ciencia con la economía, la construcción de una economía basada en el conocimiento y la inserción de la economía cubana en la economía mundial demandarán cada vez más un despliegue de nuevas empresas para construir esas conexiones. Y esas empresas deberán construir, como exigen las tecnologías de hoy, redes de inserción internacional distribuida, desde la propia empresa.

En junio de 1892, preparando la Guerra Necesaria, José Martí decía en una carta dirigida a los presidentes de los clubes revolucionarios en Cayo Hueso: “La obra es de ahora, y extraordinaria, y hay que atenderla ahora, con un esfuerzo extraordinario”.

Digámonos nosotros eso mismo en este Día de la Ciencia de 2025.

Por: Agustín Lage Dávila.

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