Cada último domingo de enero se celebra el Día Mundial de la Lepra (DMD). Este año 2024 corresponde al día 28 y el tema es “Vencer a la Lepra”. Este tema resume el doble objetivo de la jornada: erradicar el estigma asociado a la lepra y promover la dignidad de las personas afectadas por la enfermedad.
El tema es un poderoso recordatorio de la necesidad de abordar los aspectos sociales y psicológicos de la lepra, junto con los esfuerzos médicos para eliminarla. Es, en definitiva, la exigencia de un mundo donde la lepra ya no sea una fuente de estigma sino más bien una oportunidad para demostrar compasión y respeto por todas las personas.
La lepra es una enfermedad ancestral, descrita ya en textos de las civilizaciones de la antigüedad. Es una enfermedad infecciosa crónica, causada por la bacteria Mycobacterium leprae, también conocida como bacilo de Hansen.
Esta enfermedad afecta principalmente a la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias superiores y los ojos. Se puede curar y el tratamiento en las fases iniciales puede evitar la discapacidad. Además de las deformaciones físicas, los afectados sufren también estigmatización y discriminación social.
El bacilo se reproduce muy despacio y el periodo promedio de incubación e inicio de los signos y síntomas de la enfermedad es de aproximadamente cinco años. Los síntomas iniciales son manchas claras u oscuras, o nódulos en la piel que resultan en lesiones y pérdida de sensibilidad en la zona afectada.
Otros síntomas incluyen debilidad muscular y sensación de hormigueo en las manos y los pies. Cuando los casos no se tratan al inicio de los signos y síntomas, la enfermedad puede causar secuelas progresivas y permanentes, que incluyen deformidades y mutilaciones, reducción de la movilidad de las extremidades e incluso ceguera.
En algunos casos los síntomas pueden aparecer a los 9 meses después de haber adquirido la infección y en otros casos pueden tardar hasta 20 años. La lepra no es altamente infecciosa y se transmite a través de las gotículas expulsadas por boca y nariz. Para contraerla hay que mantener durante meses un contacto estrecho y prolongado con una persona afectada que no reciba tratamiento. En cambio, no se propaga por los contactos ocasionales con una persona con lepra que tienen lugar, por ejemplo, al darle la mano o abrazarla, compartir comida o sentarse junto a ella. Además, el paciente deja de transmitir la enfermedad cuando comienza a recibir tratamiento.
Hoy en día, el tratamiento de la lepra es gratuito y simple, a través de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la donación de Novartis. La mayoría de los países endémicos han puesto esfuerzos en integrar los servicios de atención a la lepra en los servicios de salud existentes.
La lepra se considera una enfermedad tropical desatendida, sigue presente en más de 120 países, que en conjunto notifican más de 200 000 nuevos casos al año. Su eliminación como problema de salud pública (objetivo definido por una tasa de prevalencia inferior a 1 caso por cada 10 000 habitantes) se logró a escala mundial en 2000 (según reza la resolución WHA44.9 de la Asamblea Mundial de la Salud) y en la mayoría de los países en 2010.
La disminución del número de nuevos casos ha sido gradual, tanto a nivel mundial como en cada una de las regiones de la OMS. Según los datos de 2019, el Brasil, la India e Indonesia notificaron más de 10 000 nuevos casos, mientras que otros 13 países (Bangladesh, Etiopía, Filipinas, Madagascar, Mozambique, Myanmar, Nepal, Nigeria, la República Democrática del Congo, la República Unida de Tanzanía, Somalia, Sri Lanka y Sudán del Sur) notificaron entre 1000 y 10 000 nuevos casos cada uno. Cuarenta y cinco países notificaron 0 casos y 99 notificaron menos de 1000 casos nuevos.
En 2018, se notificaron en las Américas 30 mil 957 nuevos casos confirmados de lepra, el número de pacientes bajo tratamiento al final del año fue de 34 mil 358, y mil 789 de estos pacientes eran niños.
Los países más afectados de la región son Argentina, Colombia, Cuba, México, Paraguay, República Dominicana, Venezuela y Brasil. Éste último concentra el 94 % de los casos de toda la región.
En Cuba, se reportaron 140 casos en 2022 para una tasa de 1,3 por 100 000 habitantes. Predominó el sexo masculino y la provincia más afectada fue Santiago de Cuba. Nuestro Sistema Nacional de Salud cuenta con un Programa de Control de Lepra, el cual está en estos momentos en revisión.
La OMS ofrece a los especialistas y técnicos que atienden este problema de salud un curso en línea, de acceso libre y autoaprendizaje, en idioma inglés. Puede ver los detalles en el sitio OpenWHO y matricular al curso desde aquí.